Lo comentaba el otro día con mi reciente visita a Valladolid. Antes del partido estuve con un amigo y otro ilustre forero, Alber, tomando unas cervezas, y luego camino de nuestra ubicación, pude escuchar comentarios y hablar con algún pucelano (coincidí con otro ilustre forero que iba con su familia pucelana) y el respeto era máximo. Más allá del temor a la derrota, el saber que era casi imposible meternos mano. Como decía Alber, luego se quejaron del árbitro y esas cosas, pero antes de empezar el partido, daban por casi segura la derrota. Además el tema que resalta es que daba igual si había lesionados o quien jugara, era el bloque, el equipo lo que temían. Y he viajado mucho por todos esos campos de Dios, y con buenos Aletis, pero nunca he visto ese respeto hasta esta temporada.
Pero además se equivocan algunos entrenadores y profesionales de esto, algo que nos viene de p.uta madre. Dice Fonseca, entrenador del Oporto y ex Pazos Ferreira, que se le conoce en Portugal por ser un estudioso del rival, que tienen que rendir casi a la perfección para ganarnos, tener paciencia y buscar espacios, correcto hasta aquí, no tanto en la lectura de los puntos débiles, pero correcto, pero luego añade que él cree que el Aleti es un equipo italiano jugando la liga española. Se equivoca. El Aleti es muchas cosas actualmente y juega cada partido como si fuera el último y como hay que jugarlo. Ya hablaba la semana pasada sobre ello.
El Aleti que jugó con el Bar$a la Supercopa podía parecer eso que dice Fonseca, pero es un Aleti muy distinto del que saltó a Anoeta, para nada italiano, al contrario, dominador durante 80 minutos y distinto al que saltó a Sevilla, y distinto al que ganó el sábado. Si piensa eso bien nos viene, porque se puede llevar una sorpresa desagradable. Que cuando el partido lo requier el Aleti puede jugar el catenaccio más ferreo y defender 90 minutos sin defender un gol, aunque en frente tenga a los mejores, cierto, pero luego los 30 minutos de Valladolid, o los 70 de Anoeta, o la segunda parte de Sevilla, o el partido del sábado no te lo hace un equipo italiano clásico, en el concepto que habla Fonseca, ni en sueños. Por no hablar de los partidos del Calderón. Siguen con la brega y la defensa, y está muy bien, porque son legionarios, sí, pero cuando quieren, que es de manera bastante frecuente, son legionarios con smoking que juegan muy bien al fútbol.