Tres en uno.
Comienzo serio, con orden, aunque poco fútbol hacia arriba, culminado con el ya consabido gol a balón parado.
Tras el gol, perdimos el oremus, evidenciando que la alineación inicial no era correcta: seguimos sin descifrar lo que tenemos de nuevo, aunque alguna pieza nueva, por lo visto hasta ahora, no da ni la talla S (Jiménez), y a otras les queda un poco holgada (Siqueira). Solo el rombo de seguridad, al que parece sumarse bien el portero, nos ha salvado (portero, centrales y el gran Tiago), amén del regalo de Benzema. Nos han matado, en especial, por la banda derecha suya, al desplazar allí a Ronaldo y crear superioridades abrumadoras. Menos mal que su lateral era Arbeloa.
Y la tercera fue la buena. Al fin con fútbol entre líneas y cegada la vía de agua que, en estos momentos, es Gabi, los hemos liquidado. Qué alivio ver de nuevo al turco, y qué alegría ver al Griezmann que esperamos todos. Con ellos juntos podemos hacer un fútbol que no teníamos y del que hay que convencerse aún. Si lo hacemos y encajamos en él al croata, podemos llevarnos muchas alegrías.
Saludos colchoneros