Joder pues yo debo ser un entusiasta crónico, pero ayer quedé muy orgulloso del equipo y bastante contento con el resultado. Yo es que soy de los que piensa que cuando el Cholo - menudo genio, porque fue a primeros de agosto - dijo aquello de que nuestra liga era Valencia y Sevilla, estaba diciendo una verdad, que lo creía de verdad.
El partido de ayer tiene una tensión y una intensidad que son propios de una final, y lo digo como lo pienso. En Sevilla no ha ganado nadie, eso lo primero. A ver qué hacen los otros dos, cuando pasen por allí. El pragmatismo del Cholo no hay que loarlo, hay que amarlo. ¿Qué venimos dando una imagen floja, o más endeble y deslabazada fuera de casa? Pues nada, ladrillo y cemento armado. Tres mediocentros y de postre Raúl García, y si tienes ganas, intentas pasar. El Cholo es un tío que, por el bien del grupo y del escudo, no tendría problema en sacar diez defensas en la alineación. Eso es algo impagable. En el fútbol y más en el fútbol con recursos económicos limitados, el pragmatismo lo es todo.
A lo mejor no sé bien de qué equipo soy o no me he aprendido bien su Historia, pero yo creo que el Atleti es ese equipo que intenta pelear por todo, que a veces gana, que a veces no, que está arriba, que es aguerrido, y, sobre todo, que respeta la camiseta. No es el equipo que todos los años hacen noventa puntos, se mete en la final de la Champions y gana los partido paseando. Y menos en el fútbol de hoy, con las diferencias económicas que todos sabemos.
El partido de ayer es para sentirse muy orgulloso de nuestros jugadores. Con el ánimo bajo, con una jauría esperando a que nos hundamos - ojo a algunos titulares y comentarios cuando el Valencia nos empató a puntos en el partido de las doce de la mañana, tremendo - en un campo muy complicado, con futbolistas con una baja forma física clara, se pusieron todos muy juntitos y a sacar el resultado adelante. Una cosa es que el el tono físico de algunos pueda ser mejorable, y otra que no estuviera todo el mundo muy concentrado y muy concienzado. El partido de ayer se salva, porque ese punto, ya veréis, es salvarnos para poder crecer después, por cojones y disciplina, y por tener claro otra vez lo que siempre dice el Cholo, que el día que nos creamos mejores que alguien nos meten cuatro.
Por cierto, yo quiero romper una lanza en favor de Moyá. Me parece que está demostrando sobriedad y tranquilidad en unos momentos en los que al equipo no le sobra. Se lo ve tranquilo y, sobre todo, cada vez mejor colocado. En Alemania evitó males mayores: por colocación y una parada extraordinaria. Y ayer aporta un equilibrio notable. Mi aplauso para él, que es un tío al que los elogios le cuestan el triple por su antecesor en el puesto.