En su infancia, Kevin Gameiro se fijó en delanteros rápidos y con gol como puedan ser el brasileño Ronaldo o el italiano Marco Simone que jugó dos años en el equipo del que siempre fue hincha, el Paris SaintGermain. Aunque siempre se fijó en uno de los estiletes más importantes de la historia del fútbol galo como fue Jean Pierre Papin.
Kevin cumplió uno de sus sueños cuando en su primer año en el primer equipo en el Racing de Estrasburgo, club con el que debutó en la Ligue 1, coincidió con Papin. Para Jean Pierre fue su primera experiencia como entrenador profesional y le ayudó mucho a mejorar la definición de cara a puerta.
Aunque sus virtudes habían comenzado a pulirse mucho antes. Para ello fueron clave su familia. Tanto su abuelo como su padre fueron futbolistas y le ayudaron durante todo el periodo de formación. Un abuelo al que le debe el apellido portugués, y al que le prometió antes de fallecer que sería profesional del fútbol. Ha cumplido su promesa aunque no quiso vestir los colores de la selección portuguesa, a pesar de la insistencia de Carlos Queiroz en su día.
Su irrupción en la Ligue 1 fue en el Racing de Estrasburgo. Tras cuajar tres buenas campañas fichó por el Lorient que acabó siendo el club que catapultó su carrera. Actualmente sigue siendo el máximo goleador de la historia del club francés. Tras destacar en el Lorien fichó por el Paris Saint Germain, el equipo que siempre ha llevado en el corazón. De hecho a su madre cuando le llevaba a los entrenamientos siempre le decía que en el Parque de los Príncipes algún día corearían su nombre. Por ese motivo desestimo las ofertas de varios clubs, entre ellos las del Valencia y el Sevilla.
Kevin no cumplió la promesa que le hizo a su madre. La llegada deAncelotti al banquillo parisino le relegó en un segundo plano, y la llegada de Laurent Blanc y el fichaje de Cavani, que se unía al de Ibrahimovic un año antes le condenaban al ostracismo. Por ese motivo decidió irse al club que más había apostado por él en los últimos años, el Sevilla.
Monchi, director deportivo hispalense, fue clave para su contratación. Primero embelesó al delantero y después convenció a los dirigentes para que llevasen a cabo el desembolso. En el Sánchez Pizjuán fue de menos a más en los tres años que estuvo. Los primeros años las lesiones le llevaron a ser el sustituto de Bacca. A pesar de eso marcó 21 goles en su primer año y 17 en el segundo. La campaña pasada el Sevilla vendió al colombiano y fichó al italiano Immobile y a Fernando Llorente para sustituirle. Pero al final el que llenó su vacío fue el que ya estabaGameiro. Las lesiones le respetaron y acabó anotando 28 tantos.
Ahora quiere dar un paso adelante más en su carrera firmando por el Atlético de Madrid. Un equipo en el que coincidirá en la delantera con su compatriota Griezmann con el que no pudo jugar en la Eurocopa por decisión del seleccionador galo, Didier Deschamps, una decisión muy discutida. Gameiro se estrenó como internacional en 2010, pero desde noviembre de 2011 no ha vuelto a defender la casaca bleu.