Salven al Atleti
13 DE DICIEMBRE.- Contaba el
gallego sabio Arsenio Iglesias, tras su breve paso por el Real Madrid,
que Quique Sánchez Flores era el 'pelota' de los periodistas en el
equipo blanco, a los que trataba con pesebrismo y lo anteponía al juego
del equipo. Era la docilidad al 'quinto poder' llevado a rajatabla.
Lo recuerdo porque habla del talante del nuevo entrenador del
Atlético de Madrid y esa política increíble, torpe y sospechosa de la
familia Gil, también más preocupada en tratar bien a los periodistas,
antes que a un club histórico, del que se han servido, con triquiñuelas
y 'maniobras oscuras en los bajos fondos financieros y del ladrillo.
Los Gil y sus 'testaferros' han llevado al Club Atlético de Madrid a
una agonía y en una situación tan crítica, que nadie, absolutamente
nadie, sabe cómo se puede salir de ella. Nadie quiere comprar el club.
¿Quién quiere meterse en una jungla de números, de deudas y de pirañas
hasta en el lavabo de la presidencia? El dinero del 'maná' de La
Peineta no cae todavía para volver a generar el dinero suficiente otra
vez, con el ladrillo y la venta del Manzanares.
Mientras tanto, un club con honor glorioso, con una impronta
singular entre sus seguidores, se desmorona como el mejor retrato o la
mejor postal sometida a un epodio de ácido sulfúrico. Es una pena que
los tribunales no funcionen o se inhiban en estas situaciones. Ni
siquiera se investiga.
Cada día que pasa, por si fuera poco, Agüero y Forlán se devalúan
como esos pisos que se han construido en zona no edificable. La
plantilla es un remedio de trampas, manoseos y perversiones de 'giles',
secretarios técnicos e intermediarios de dudosa moral.
¿Qué hacemos con el Atlético? Muerto el patriarca Gil, se sabía que
el Atlético de Madrid podría caer en el precipicio de la desaparición.
Ahora el temor está próximo. La única solución factible es que un
puñado de buenos atléticos se unan por una vez para tomar decisiones,
buscar financiación y hacer desaparecer de la historia del Atlético a
esa familia que ha dejado pálida a la peor familia que conozcamos.
Como decía la película, salvar al Atleti. Salvar a un espécimen único, tan histórico como un tigre o como el león bilbaíno.
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2009/12/13/elcortadordecesped/1260736969.html