Buen análisis de Marcos López:
http://comunidad.terra.es/blogs/futbolitis/archive/2009/03/04/elachiqueatrevidodeabel.aspx
'El achique inexplicable'
La propuesta de Abel es apasionante, defender atacando siempre es una virtud pero la euforia de los colchoneros tras la victoria contra el Barça no debe llevar a engaños, el equipo camina día a día hacia una propuesta que provoca situaciones de uno contra uno contra Leo Franco ya que el
achique de espacios es una locura cuando no tienes once soldados que
pongan el colectivo por delante de cualquier ego particular.
Siempre se duda de si el entrenador debe hacer el equipo en función de
los jugadores o adaptar estos a su propuesta. Sin duda, Abel opta por
la segunda vía.
El diseño de la plantilla no ayuda. Defensas lentos con carencias tácticas que se evidencian semana tras semana y continuos desajustes en
los movimientos colectivos que provocan que cualquier desmarque
inteligente sea una manera de llegar a Leo Franco sin esforzarse
demasiado. Unas veces Heitinga, otras un desinteresado Seitaridis,
cuando los centrales marcan el achique siempre hay un lateral
descolgado que habilita. Cuando el error no es táctico es técnico,
errores en el inicio de juego, ir mal al corte o precipitarse en la
anticipación cuando tus compañeros de línea se han olvidado de hacer la
cobertura provoca que la zaga colchonera necesite tener los pies sobre la tierra porque a pesar de la victoria contra el Barça nadie diría que hay algo que celebrar.
El achique, desastroso en la mayoría de las ocasiones, se ve penalizado por delante y por detrás. El portero Leo Franco es de tres palos, salir es una utopía. La función Molina como hombre libre es un imposible para un arquero que le gusta tener al equipo cerca. Cuando los centrales salen, lo hacen sin red; aunque el pase no sea bueno, no está el portero como hombre libre para ir al corte. Hasta un mal pase puede significar peligro.
En esta faceta Coupet no mejora a Leo Franco, por lo que empezamos a
intuir que el primer argumento que invalida la propuesta de Abel es el
diseño de la plantilla.
Por delante el panorama no es mejor, la línea de cuatro medios no es tal.
El fútbol del Atlético de Aguirre era un ida y vuelta siendo el
colchonero un equipo que ofrecía su mejor versión en los partidos sin
control, era el momento de los jugones y de estos el Atlético tiene varios que marcan la diferencia. Ayer
ganó el Atlético pero en un partido de los que se vieron muchos con
Aguirre, partidos de seis o siete goles entre ambos bandos, donde el
desorden y los errores dejaban paso a la efervescencia de los cracks.
En
la media, dos medios centros, ningún media punta porque Banega no
cuenta apenas nada. Assuncao indiscutible, jugador de equipo, pasa
desapercibido pero siempre asegura un nivel de rendimiento. A su lado
Maniche o Raúl García. No hay más a nivel
defensivo, cuatro más dos, ya que los jugadores de banda tienen
mentalidad atacante. Hacer el achique con tan pocos provoca que el
balón no suele estar presionado y el rival tenga espacio y tiempo para pensar, un regalo caído del cielo en estos tiempos donde nadie te da ni tiempo ni espacio.
Jugar desprotegido, dejar pases interiores, espacios
para los jugadores entre líneas y muchos metros a la espalda de la
línea defensiva, provoca que el rival tenga dos obsesiones para
ganarte. Por un lado, cerrar muy bien a nivel defensivo. El Atlético arriba es letal, tiene muchos hombres con
gol y jugar el partido con mentalidad de portería a cero no te da el
empate sino la victoria ya que con un pasador, un punta que distraiga y
arrastre la defensa, y un corredor en desmarque de ruptura, puedes tener una, dos o tres ocasiones de mano a mano con Leo Franco.
Otro detalle es la mentalidad colectiva.
El achique requiere de once jugadores con la misma idea, autómatas que
lo entreguen todo al colectivo. La salida del Kun, la desaprobación de
Maxi contra el Barça, un extraño personaje llamado Maniche… demasiados síntomas para pensar que el Atlético debe evolucionar con urgencia hacia lo colectivo si no quiere que todo se caiga por el ego.
La afición tiene
que celebrar, Abel en la soledad del entrenador debe pensar que esta
propuesta es un cara o cruz permanente y que aunque
para el espectador sea una delicia, se corre el riesgo de que todos se
lo pasen fenomenal menos los colchoneros de verdad. El equipo
necesita muchas horas de entrenamiento táctico, una automatización
sistemática de coberturas y permutas, de achiques y repliegues, y un
diseño de plantilla radicalmente inverso. El fútbol es el día a día, Abel corre el riesgo de no llegar a la renovación, al momento de pedir centrales rápidos, laterales intensos cerrando la defensa, de mediocampistas totales con calidad ofensiva y defensiva, corre
el riesgo de no llegar a tiempo para que le hagan el equipo a la medida
de una propuesta que podría llegar a enamorar al Calderón, pero que necesita de tiempo y entrenamiento, de paciencia y
rigor, justo todo lo que faltó la última vez que un entrenador intentó
algo similar en el Calderón, era Arrigo Sacchi, el Maestro con
mayúsculas, lo cesaron con el equipo arriba y sin haber perdido en el
Calderón…
GIL CULPABLE,CEREZO MARIONETA.
DILES QUE SE VAYAN