Una
final es un duelo impío. Matas o mueres. En un torneo de barrio o en un
Mundial, es la cita suprema. Una cima a la que sólo acceden con
asiduidad los grandes. Es en las finales disputadas por el Atlético una
Copa de Europa, tres Recopas, una Copa Intercontinental, 17 Copas,
cuatro Supercopas y dos Copas de la Liga donde se ha forjado el
verdadero espíritu rojiblanco, ese que algunos, incluso desde dentro,
han procurado diluir durante los últimos años, olvidando que aquellos
que le dieron gloria al club la fundieron para siempre en un escudo con
107 años de historia.
Hoy, el conjunto de Quique le discute al
Fulham inglés el trono de la nueva Liga Europa en la quinta final
continental colchonera. Peiró, Collar, Adelardo y Arteche,
protagonistas en una o varias de las cuatro anteriores, reviven para Público sus
recuerdos. En la victoria sólo una, la Recopa de 1962 y en las
derrotas, un único sentimiento: "Pase lo que pase, el Atlético ha sido,
es y será siempre un grande".
Peiró: "Sentíamos profundamente el club, nos remordía perder"
"¿Sufridores? Si nuestros rivales siempre han sido el Madrid y el Barcelona,
ninguno más proclama Adelardo, excepcional centrocampista de los años
sesenta y setenta. Esos dos nos miraban con respeto, y el resto, sobre
todo cuando visitaba nuestro campo, venía a ver si no les metíamos
tres".
"Éramos el tercer club, pero casi siempre nos colábamos
entre el Madrid y el Barcelona. Eso era el Atleti. Y eso es lo que debe
volver a ser", insiste Collar, temible extremo izquierdo de los sesenta
y atlético de los de antes, sin complejos. "Cuando nos enfrentábamos al
Madrid decíamos ¡vamos a por ellos!' y se les caían los pantalones, no
como ahora".
Adelardo vivió dos decepciones continentales, la
Recopa del 63 y la Copa de Europa del 74. Esta, por su prestigio y cómo
se perdió, marcó a sus protagonistas y cambió la historia del club.
Arteche: "Nuestro equipo ilusionaba porque el 80% eran canteranos"
"Aquel trofeo parecía hecho para nosotros,
formábamos un grupo de compañeros y amigos de muchos años que, además,
jugábamos muy bien. Y la teníamos ganada (1-0 a un minuto del final de
la prórroga), pero en el último suspiro el futbolista (Schwarzenbeck)
que quizás menos figuraba en aquel gran Bayern cogió una pelota tonta y
marcó un gol desde lejos que seguramente sería incapaz de repetir solo
y sin portero. Dos días después, ellos debían tener mejores medicinas
que las nuestras y en el desempate nos pasaron por encima (4-0).
Once
años antes, en la final de la Recopa disputada en Rotterdam, el castigo
fue idéntico (5-1 ante el Tottenham), pero quizás, por rápido, algo
menos doloroso. "Sabíamos que era un muy buen equipo, pero no llegamos
derrotados. Al contrario, estábamos convencidos de revalidar el título,
pero a los ingleses les salió un partidazo y no hubo nada que hacer", relata Collar.
Título con suspense
El
5 de septiembre de 1962, el propio Collar, capitán del equipo, alza al
cielo de Sttugtar la Recopa (3-0 a la Fiorentina). "Fue mi título más
especial ganó 1 Liga y 3 Copas y el resultado de un fútbol espectacular
que maravilló a Europa. Había mucho compañerismo, éramos un verdadero
equipo".
El trofeo se hizo de rogar mucho. Concretamente, cuatro
meses, los que pasaron desde el 10 de mayo, cuando españoles e
italianos empataron a uno en Glasgow. Peiró, fino interior izquierdo
que formaba junto a Collar la denominada ala infernal,
recuerda que "la Fiorentina tenía varios internacionales italianos. Y
estaba Hamrin, extremo sueco subcampeón del mundo, muy peligroso y que,
de hecho, marcó el gol. Pero nosotros teníamos un equipazo. Aquel año
Al Madrid le ganamos la Copa, aunque él nos ganó la Liga". "La Liga la compró", salta de inmediato Collar.
Arteche,
sentado a su derecha, sonríe. El ex defensa representa al equipo que
fue arrollado el 2 de mayo de 1986 por el Dinamo de Kiev en la final de
la Recopa, última disputada por el Atlético hasta hoy. "Luis
(entrenador) nos había dicho que los rusos eran muy fríos,
cuadriculados y sin imaginación. Que éramos mejores, vamos. Salimos,
nos marcaron el 1-0 en cinco minutos y en otros cinco nos crearon varias ocasiones claras de gol. Eran invencibles".
Pese
a la derrota sin paliativos, el central nunca olvidará aquella tarde.
"Salir al campo y ver 30.000 aficionados en las gradas tan lejos de
Madrid impresiona. Teníamos un equipo que ilusionaba, principalmente
porque el 80% del mismo se había formado en la cantera".
Elogio a la cantera
"Es
que eso es fundamental. Y un orgullo. Lo digo yo, que como entrenador
del Madrileño saqué a Mejías, Abel, Clemente, Marina, Julio Prieto,
Rubio, Pedro Pablo o Mínguez, entre otros presume Peiró. Mira qué chavalitos extraordinarios tiene el Barça".
"Y
nosotros replica Arteche. De Gea y Domínguez le han dado tal seguridad
a la defensa, que juega bien hasta Perea. Y Antonio López, que hace un
mes estaba horrible, hoy parece inexpugnable". "¿Tú eres del Madrid o
de quién eres?", salta Collar, irónico pero siempre al quite para
defender a los suyos.
"Desde infantiles yo siempre dije que De
Gea sería el portero del Atleti, y ahí está", asegura Adelardo. "Me
recuerda mucho a Iríbar por su talante y personalidad. Está muy atento
y lo controla todo. En infantiles y juveniles, como sabía que desde
lejos no llegan con el balón hasta la portería, jugaba mucho fuera del
área".
"Esa seguridad, más la inspiración del Kun y Forlán,
serán claves para ganar al Fulham analiza Peiró. El inglés es un equipo
firme y no será fácil. Quique lo sabe porque ahora hay mucha
información. Antes no sabíamos nada de los equipos contrarios, se les
conocía sobre el terreno de juego o, como mucho, si tenías la suerte de
haber jugado contra ellos en la selección".
"Eran otros tiempos.
En la Liga cada equipo llevaba su balón y se elegía el que estaba en
mejores condiciones prosigue Peiró, que como futbolista emigró al Inter
en 1963 y era segundo entrenador rojiblanco en la final del 74 Ni
siquiera calentábamos en el campo, lo hacíamos en el vestuario, que era
una habitación muy pequeña".
"En una final, el entrenador no
necesita motivar a los jugadores, sino quitarles presión e invitarles a
divertirse" opina Arteche. "A divertirse, no; a ganar", rebate Peiró.
Es lo que anhelan esta noche. "Necesitamos este título, es algo que
queda para siempre. Como el sentimiento".
http://www.publico.es/deportes/312010/miraban/respeto/venian/metiamos/tres