Se cumplió muy decentemente, por encima de lo que yo esperaba (en la porra de la Champions en la que participo, puse ganador al Zenit, que me confirma ser una castaña pilonga a precio de marron glacé hiperartesanal).
Bien: el tono defensivo, que ya es una constante, salvo la zona central en la primera parte (luego comento). El buen partido de Insúa, que tiene más de lo que hasta ahora ha parecido. La consolidación, progresiva, de Toby, pues el autogol es un mero e imprevisible accidente. El que Raúl sigue subiendo peldaños para llegar a lo que puede dar, que es mucho y esperemos que lo dé aquí en el futuro. Cómo no, el retorno de Adrián, a quien el gol de ayer creo que le va a servir de refuerzo casi decisivo.
Mal: el comportamiento defensivo en la zona central durante la primera parte, en la que el media punta de ellos nos hizo mucho daño, creo que en buena medida por la desorientación del francés, que me pareció que no se ubicaba ni coordinaba, aunque a ello contribuyó el 4-1-4-1 con que se jugó, no sé por qué razón, lo que puso a Gabi demasiado arriba y delegó demasiadas responsabilidades en el francés. La falta de salida, ocasionada por el exceso de imprecisiones en el pase -estado del campo aparte- y porque, en mi opinión, quien tenía que haber ocupado la punta era Adrián y no Raúl, a quien, con el esquema que se jugó, veía más como cuarto centrocampista.
Conclusiones: el francés va a tener minutos de banquillo a porrillo, salvo necesidad, porque está muy verde en la faceta defensiva, si bien no me desagrada su forma de operar cuando tiene la pelota. Mejoró mucho en la segunda parte, pero reitero que lo veo carne de banquillo. Lo mismo ocurre con el resto de jóvenes de la primera plantilla que ayer fueron convocados. Tienen que aportar fondo al equipo, lo que requiere que jueguen muchos minutos, que no me parece que vayan a tener. Y si se ceden, la plantilla se queda en 14-15 jugadores, muy pocos para atender a tanta competición.