En las últimas visitas al San Mamés antiguo o nuevo hemos tenido todo un recital de trastornados y exaltados de los de primera fila grada pegada al campo, diciendo cosas tan bonitas como Simeone cerdo, hijo de tal, Burgos esto, Burgos lo otro, Costa muérete, etc, etc, etc. Eso en tiempos inmediatos, antes nos vamos a los petardos contra el portero, los gritos a favor del terrorismo y otro sinfín de maravillosas sinfonías. A ver con qué nos encontramos hoy y si el mundo del fútbol se la coge también con papel de fumar, o va a ser que esto va de pecadores y no de pecados.