Derechos y obligaciones de Aguirre
Por AMALIO MORATALLA
Javier Aguirre, un motivador de pura cepa. Un entrenador que habla
bien, que conoce el fútbol por dentro y por fuera, y que suele sacar
provecho de sus plantillas, creo que se encuentra en el momento de más
desconcierto de su carrera.
No creo en las destituciones a mitad
de campaña, ni en las obligaciones de ganar para mantener el puesto,
pero cuando escucho el discurso de Aguirre de ayer –y lo digo antes del
Atlético-Orihuela- justificando lo injustificable sobre la dosificación
o rotaciones, como quieran llamarlo, de Agüero y Forlán, veo a un
entrenador perdido.
Con un buen verbo, como siempre, le escuché
liarse entre el concepto derechos y obligaciones de un técnico. Nos dio
un teórico sobre lo que hace, porqué lo hace y cual son sus
responsabilidades. Cosa que ya sabemos, pero le falto contestar lo
elemental: ¿Por qué no son dos fijos en el once titular?
Está
con el asunto del equilibrio defensivo y la cantidad de goles que les
meten. Me parece bien, pero aplicando el sentido común, la lógica y el
criterio futbolístico, si tienes a dos buenos, muy buenos… de los
mejores del campeonato, lo lógico es contar con ellos y nueve más.
Simplemente tiene que aplicar su teoría: ‘Unos de mis derechos es poner
a los once mejores…’ Yo diría más, es su gran obligación. Luego si el
balón da en el palo…ya no es su responsabilidad. Lo que ocurre es que,
casi siempre, con los buenos en el campo, el balón suele ir dentro.
No
creo que Agüero le perdone su suplencia ante el Liverpool en mucho
tiempo. Las rotaciones son necesarias, pero si cuando llega un partido
como este le deja en el banquillo…¿Qué co… está pasando?
No lo
veo irreversible…aún. Pero está a puntito. Y me parece bien que le
parezca estupendo a Aguirre que sus ‘jugadores se cabreen…’, pero ojito
que cuando te pasas de rosca en un vestuario, las consecuencias son
imprevisibles.
Por favor Javier, los buenos a jugar siempre… el resto es tu trabajo.
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