El Atlético, hecho y derecho
Los de Simeone, imbatidos, superan a Osasuna con verticalidad y con un Falcao omnipresente
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Subió la cremallera el Atlético, en su vertiente más rácana, y
se descascarilló Osasuna, sin enganchar con Raúl García ni percutir por
las alas. Deficiencias que no logró subsanar Osasuna y que terminaron
con su ingenio; incapacidades que festejó el Atlético, que, sin alardes,
pero con el ideario empollado al dedillo y con Falcao como boya
imprescindible, validó su apuesta con un gol a balón parado, con una
victoria que le sitúa a un escalón de Europa por primera vez en la temporada, ya a dos puntos de la Champions.
OSASUNA, 0 - ATLÉTICO, 1
Osasuna: Andrés; Marc Bertrán, Sergio, Miguel Flaño,
Satrústegui (Timor, m. 77); Puñal (Lolo, m. 86), Nekounam; Cejudo (Nino,
m. 64), Raúl García, Lamah; y Lekic. No utilizados: Riesgo; Damià,
Annunziata y Calleja.
Atlético: Courtois; Juanfran (Perea, m. 79),
Miranda, Godín, Filipe Luis; Tiago, Mario Suárez; Adrián, Koke (Salvio,
m. 81), Arda Turan (Domínguez, m. 87); y Falcao. No utilizados: Asenjo;
Assunção, Pizzi y Pedro.
Goles: 0-1. M. 40. Godín aprovecha un rechazo en un córner lanzado por Koke.
Árbitro: Pérez Montero. Mostró la cartulina amarilla a Lekic, Falcao, Raúl García, Tiago, Puñal y Courtois.
Reyno de Navarra: 15.000 espectadores.
Le quedará recorrido y ganar automatismos, pero este nuevo
Atlético ha cubierto las necesidades fisiológicas, como explicaría
Abraham Maslow en su triángulo. Tiene lo básico y algo más. Sin mucha
intención de entretener al balón, alejado de la pausa, los de Simeone
atacaron a arreones y se defendieron en cualquier parcela del campo como
si fuera la última. Intensidad a raudales. Pero con sentido y mucho
orden.
El cuajo del equipo se expresa en detalles: como los
movimientos en las faltas a balón parado; como la armonía defensiva
-hasta el punto de que no fue una excepción ver a un jugador correr sin
el balón y reclamar con el brazo que otro ocupara tal o cual espacio
para cerrar líneas-; como que Courtois sacara siempre los balones de
fondo desde el vértice derecho del área chica para que Tiago y Adrián
pelearan en el aire y no Mario Suárez o Arda Turan, más bajos; como que
Falcao se ha convertido en la referencia reclamada, independientemente
del estilo, atildado en casa y desgarbado a domicilio. Y funciona porque
el Atlético se abriga de maravilla. Una virtud que desenmascaró las
debilidades de Osasuna, presumido al inicio del curso con un juego de
toque y definido ahora con un fútbol vertical e irreflexivo. Balones al
área y Lekic dirá. Y Lekic dijo poco, más allá de dos remates bien
afilados a última hora que encontraron la mejor de las réplicas en los
guantes de Courtois. Hasta entonces, al Atlético le alcanzó con Miranda y
Godín, que golpean al balón mejor con la cabeza que con los pies.
Sin
desestabilizar Raúl García con el pase interior, sin otro manual que el
pelotazo y el empuje de la afición, Osasuna no hirió a un Atlético que,
como Rafa Nadal, entiende que no hay bola perdida. Lo escenificaron
Arda Turan y Tiago con los gemelos por las rodillas a falta de media
hora para la conclusión del encuentro, sobrecargados por el esfuerzo.
Algo, en cualquier caso, que no pareció afectar a Adrián y Falcao,
inmunes al desaliento.
Con un imán en la cabeza, El Tigre se adecua al balón largo porque por arriba es el rey, capaz de prolongar cualquier melón.
Uno se lo dio a Koke, que conectó una volea deliciosa solo escupida por
Andrés; otro se lo regaló a Juanfran, que no supo ponerle el lazo. Pero
también tiene botas y capacidad de desmarque, por lo que sus arrastres
generan unos huecos seductores, sobre todo para la velocidad de Adrián.
Como en esa ocasión que se desplazó a la derecha y, de primeras, leyó la
carrera del 7, que se plantó ante el portero, torpe al poner el
punto final a la jugada. Pero Falcao, omnipresente, también estuvo en el
gol. Fue en un saque de esquina estudiado. Koke centró al primer palo,
Adrián peinó hacia atrás y Falcao, en el punto de penalti, remató a
puerta. Andrés, atentó, puso la mano. Pero el rechazo fue para Godín,
que envió el cuero a la red.
De nada sirvió el último impulso de
Osasuna, con Lamah como aspersor de centros y con Lekic y Timor de
receptores. Courtois sofocó el peligro y al Atlético le bastó con su
gol. Más que suficiente para este equipo, que desde que llegara Simeone
suma tres triunfos seguidos y cuatro duelos imbatido.
"¿Pupas? No sé lo que es eso. Estuve aquí cinco años y gané Copa, Campeonato, Europa League y Supercopa de Europa. No sé lo que es".