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Escritos con esencia Rojiblanca

Sobre el derbi y los derbis.

La prensa blanca. Me llama esta mañana confundido un amigo mío. Me cuenta que ayer escuchó el partido volviendo de viaje en coche y, dada la extensión del territorio atravesado, tuvo que cambiar de emisora en tres ocasiones. Radio Nacional, Onda Cero y finalmente Onda Madrid fueron los diales. En todas ellas se hablaba en mayor o menor medida de lo injusto del resultado, ya que el dominio y las ocasiones estaban siendo del Atlético de Madrid. De hecho, los últimos minutos eran de angustia para algún locutor merengue que reconocía cómo el Madrid se estaba defendiendo como gato panza arriba, limitando su fútbol a patadas a seguir dignas del Seis Naciones. Hoy se encuentra la prensa y ve, por ejemplo, a Ortego decir que ganó el menos malo, al As seguir en su línea de estupidez hablando de gafes, y aun tal Redondo exponer en La Razón que el Madrid ganó fácil.

Yo vi lo que vi, y por lo menos a mí no me va a venir ningún forofete a manipular. Y lo que vi fue a un Ateti que no se arrugó pese a encajar un gol a los tres minutos, que tiró veinte veces a puerta (no lo digo yo, son los datos ofrecidos en la retransmisión del Digital +) y tuvo diez ocasiones claras de gol frente a las cinco de su rival (y gracias). Perdió porque metió un gol menos que el Madrid en un partido en el que dominó a su oponente embotellándole en la última media hora. Sería bueno que algunos periodistas van eliminando de sus crónicas los dicho de barra de bar y se dedicasen a contar lo que pasa. ¿Victoria fácil? Pues cómo serán las difíciles… Pero no prima la información, prima el forofismo barato y el menosprecio a todo lo que huela a colchonero.

Para concluir con este punto hoy me encuentro a los manipuladores de Telemadrid (y eso que Siro López libra los domingos) obviando en sus resúmenes ocasiones clarísimas rojiblancas como el globo de Kezman que saca Roberto Carlos un minuto después que el gol de Baptista o la internada hasta la cocina blanca de Velasco en la segunda mitad que concluyó con un tiro a bocajarro otra vez del serbio dentro del área cortado con muchos apuros por la zaga del Real. Todo eso no existió.

Recuerdo hace un par de años asistí a un enfrentamiento Madrid-Getafe en la Castellana. El partido fue similar al de ayer en dominio y ocasiones visitantes (si bien menos claras entonces). En aquel sábado nadie dudó que la justicia debería haber traído un triunfo getafense. Es lo que lo que tiene caer bien o mal.

El árbitro. Por una vez y sin que sirva de precedente (ya que en otras muchísimas no fue así) el árbitro fue determinantemente malo para todos. Beckham, que no Cassano, arranca en fuera de juego en el segundo gol, pero en la segunda parte le pitan un offside a Cassano que no era y que muy posiblemente iba a desembocar en un nuevo tanto. Asimismo, con el “famoso reglamento en la mano" Roberto Carlos pudo ser expulsado por agresión a Perea (su entrada por detrás fue eso, una agresión), pero también es cierto que Luccin acabó el partido porque Medina no se atrevió a echarle tras una más que rigurosa primera amarilla. ¿Y Gravesen? Contra el Atleti, el Getafe o el Dépor, que este gañán acabe un partido es un insulto al fútbol. Por cierto, a Perea le sacan una amarilla en la primera mitad por desplazar el balón en el saque de una falta. Al calvo madridista en la segunda, por hacer lo mismo, no.

Otro pequeño detalle. El árbitro pitó el final cuando aun quedaban diez segundo y atacaba el Atleti. Una tontería, sin duda, si no fuese que si todos los colegiados que han dirigido a los rojiblancos en esta temporada hubieran hecho lo mismo ahora el Atlético tendría cinco puntos más (uno en Riazor, dos ante el Villareal, y dos más ante el Athletic).

La tradición y los gafes. Ya estamos con las memeces sobrenaturales de siempre. El Madrid ganó porque el destino está marcado así. No. Ganó porque metió un gol más (de churro y en fuera de juego, por cierto). Y también porque el Atleti se empeñó en lanzar fuera o a las manos de Casillas todas sus ocasiones menos una. Sin más. Sería muy sencillo, recurrente e ignorante salir hablando de leyendas y pupas, pero mientras los balones se muevan por impulsos físicos me niego a creer en tonterías.

¿Miedo escénico? Algún juntaletras ha querido sacar el topicazo del terror que infunde el estadio blanco a los timoratos visitantes de cara a justificar la derrota del Atlético de Madrid. Y puede que algún día algunos conjuntos colchoneros se arrugasen en tal feudo, pero no ayer. El Atleti fue el dominador del partido en más de dos terceras partes del mismo ante pésimo Madrid, uno de los más flojos enemigos que ha tenido el Atleti fuera del Calderón en esta temporada. Le metieron un gol y se puso a jugar al fútbol buscando la portería rival. ¿Dónde estuvo el miedo? El que pasó el citado “periolisto” casi todo el partido mientras se comía las uñas en cada ofensiva atlética.

El juego del Atleti. Los rojiblancos dominaron, sí, pero más por la debilidad de un insulso rival que por las muestras de talento de sus componentes. Hoy por hoy, sin Ibagaza, el Atlético es un conjunto totalmente plano y previsible. Una defensa basada en una sencilla acumulación de hombres atrás es capaz de convertirse en un muro a poco que no cometa prácticamente errores. El Atlético rondó la portería de Casillas como el lobo que ronda tras la valla electrificada. Si ningún torpe de blanco abría la puerta la amenaza era más ficticia que real. A pesar de ello, ocasiones hubo de sobra para no haber perdido.

Los partidos del siglo. En la situación social y deportiva en la que se encuentra el Atleti hablar de partidos del siglo me parece totalmente contraproducente. El trabajo está en ganar los máximos puntos posibles y acostumbrarse a estar en lo alto de la clasificación. Contra el Madrid son tres puntos más. Recuerdo cómo en la temporada del descenso el Atleti pasó por encima del Madrid en el Bernabéu con dos goles de Jimmy y uno de José Mari. A la semana siguiente los rojiblancos no pasaban del empate en casa ante el Numancia y a la otra caían goleados 4-2 ante diez jugadores bilbaínos. Con Murcia llevan seis victorias y dos derrotas, con Europa a la vista. Esos son los datos. Ganar al Madrid, aunque cojonuda, no es más que gloria de un día, y el Atleti tiene mucho más que un día de gloria por recuperar.

Estadísticas. Después de que Albertini igualase en el Bernabéu en el último minuto de un derbi de enero de 2.003 un cachondo en la prensa proclamó que el Atleti llevaba cuatro años sin perder con el Madrid. Rápidamente saltó algún hagiógrafo del lobby para desenmascarar la tontería y decir indignadísimo que eso era porque contaba los dos años en Segunda del Atleti. Ese bienio ahora se contabiliza sin pudor de cara a ensalzar los seis años sin victorias rojiblancas. De donde no hay no se puede sacar.

La otra acera. Hace gracia ver cómo el lobby blanco proclama a los cuatro vientos la angustia del colectivo rojiblanco por no ganar en el Bernabéu, mientras que a los merengues poco menos que les da igual. Visto lo visto hoy como tantos otros días pasados, la negativa del entorno madridista a reconocer la importancia casi vital que tiene este partido para ellos apesta tanto como la burda mentira que encierra. No hay más que ver los foros interneteros y la prensa blanca (es decir, casi toda la prensa) del día siguiente. Con las aspiraciones ligueras cada día más complicadas las victorias en los derbis acaban contando casi como un título. Y eso, aunque fastidie, lo que hace es dar importancia a un depauperado Atlético que por méritos propios se ha colocado en los últimos años a una distancia del enemigo capitalino mucho mayor de la que marca la historia. Gracias de corazón por este marketing gratuito.

El Madrid. Las victorias contra el Atlético es evidente que animan mucho, pero la verdad, en mi modesta opinión, deberían fijarse un poco en la realidad, en que fueron dominados en su casa ante un equipo simple en su juego pero superior, que ganaron por un gol de carambola… y que el fútbol pone al final a cada uno en su sitio, así que, más le vale ir cambiando. Creo. Pero vamos, tampoco es cuestión de ir haciendo caso a un horrible antimadridista como el que suscribe.

El Atleti. Hizo lo que debía y, de haber tenido puntería y al menos la misma suerte que exhibió el Madrid de cara al marco contrario, se habría llevado no sólo el empate. Lo que duee es perder contra un equipo blanco tan flojo pero, como dije, su guerra es otra diferente a ganar un derbi (aunque perderlo genere, sin duda, una gran frustración). Su guerra consiste en seguir ganando al resto de rivales y volver a Europa, consiste en recuperar el prestigio lastimosamente dilapidado. Y eso se consigue también saliendo a ganar en el Bernabéu aunque te marquen de inicio. Queda temporada y la actitud a mí me parece correcta. Muy frágil sería este Atlético si esta derrota tiene influencia en los próximos partidos. El tiempo hablará.

Victor Hegelman.

P.D. Petrov y Torres estuvieron prácticamente desaparecidos. Aplica el dicho de Di Stéfano: “Se tiran pedos pero no cagan” hablando de jugadores normalmente más efectistas que efectivos.

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