Blogs Rojiblancos

Escritos con esencia Rojiblanca

Blancas palomas, negras intenciones.

 

Según proclama la contraportada del Marca de hoy, a Roberto Palomar no le gustan los lunes. A mí cuando son festivos, como éste, sí. Supongo que como al citado redactor le ha tocado ir a currar, en este aspecto sus diferencias y las mías son insalvables. Lo entiendo.

 

Pero aquí no se acaban mis discrepancias con el señor Palomar. Sin ir más lejos, él escribe en un periódico de torrada nacional y vive de un público que pretende informarse. Yo, desde mi humilde y gratuito blog, me debo sólo a mí mismo.

 

Mas no se acaban aquí los opuestos entre don Roberto y un servidor, ya que al de Marca le cae mal, muy mal, el Atleti, mientras que a mí, el de Más Allá de Orión, dicho club me cae bien, muy bien.

 

Este último punto, a saber, su evidente inquina a “lo rojo y blanco” resulta determinante cuando Palomar redacta su contraportada semanal. Es hablar sobre algo cercano al Atlético y su vista y entendederas se nublan hasta límites patológicos. Referencias sobre esta actitud hay para dar y tomar en su historial, correspondiendo la última al curioso análisis que hace del gol de Torres en El Madrigal. Según el afilado comentarista Fernando “remata mal, a destiempo, queriendo picar abajo o desviar a su izquierda, girando el cuello. Al final cabecea con la tapa de los sesos. En su pifia le sale un globo perfecto, espectacular. Un churro, vamos.”

 

Voy a dar al lector unos segundos para que contenga a duras penas la náusea o estalle en calurosos aplausos (que “palomares y palomas” hay muchos en esto del fútbol).

 

Ya.

 

Es sorprendente. Miro en las páginas interiores del periódico y compruebo como ni tan siquiera la empresa que le paga sustenta sus disparates, ya que la página quince se ilustra con cuatro fotos, cuatro, recreando el gran gol (sí Palomar, gran gol) de Torres.

 

El resto de los medios tampoco ven el churro por ningún lado, e incluso Kiko en El Rondo seleccionó el tanto entre los cinco mejores de la jornada, destacando “el perfecto giro de cuello” del Niño. Pero claro, qué sabrá de estas cosas un zote balompédico como Kiko frente al archiconocido exjugador y lumbrera periodística Roberto Palomar.

 

¿Cómo vi yo el tanto, y como yo doscientos más? Les cuento. Torres ganó la espalada a Gonzalo (que no es tarea fácil), salta con gran coordinación y, dada la lejanía del arco, conecta impulsando todo su cuerpo un potente testarazo que se convierte en imparable para Viera. Ni más ni menos.

 

Señor Palomar: Torres golpea con fuerza el cuero porque es la mejor opción para marcar. ¿A qué imbécil se le podía ocurrir picar el balón o simplemente desviarlo estando a diez metros de la portería? Por lo visto, a uno.

 

Señor Palomar: ¿No va a organizar su periódico próximamente ninguna expedición al Polo Sur, esas que tanto le gustan? Creo que los aficionados al deporte de aventura y los aficionados al fútbol iban a agradecer por igual su aparición / desaparición.

 

Mientras tanto no le voy a decir que calladito está más guapo (la madre Naturaleza no atiende a silencios). Calladito y a miles de kilómetros, sencillamente, es usted más digerible.

 

Victor Hegelman.

 

 

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