Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

Recursos Sindicaciones

Enigma poco enigmático

Como en el deporte antideportivo de hoy todo vale, la victoria del Atleti en el Nou Camp ha pasado por una hazaña de grueso calibre.
Fue un buen triunfo ante un equipo demediado por las bajas. Ganar al Barcelona tiene mérito, pero prevalecer sobre un Barcelona sin E’too, Ronaldinho, Xavi, Belleti, Edmilson, etc. (y al que el infortunio privó de Messi toda la segunda parte) no es ninguna heroicidad, se mire como se mire.
Es más, el Atleti -avant match- era el favorito para todo el que sabe un poco de fútbol.
Y lo era por varias razones: ha recuperado la autoestima, posee una forma física envidiable -herencia del Virrey, no me cansaré de repetirlo-  y está mucho más descansado que la mayoría de sus rivales. (Era previsible que el Barça acusara dos contratiempos: por un lado, la fatiga y la decepción de la derrota en la Copa; por otro, la ausencia de la mayoría de sus figuras.)

Los analistas, siempre reacios a utilizar el cerebro,  hablan de un Atlético colosal, exclusivo producto de un entrenador formidable. (El anterior coach era la peste bubónica.) Démosle a Murcia lo que es de Murcia, pero recordemos también que, el año en que llegó Rikjaard al Barça, la primera vuelta del conjunto culé fue terrible y la gente pedía cabezas. No se las dieron -pese al enojo mayúsculo de la crítica hooligan- y el equipo blaugrana se recobró durante la segunda mitad de la Liga. Ahora es uno de los principales cuadros del Viejo Continente.

Para concluir, me gustaría aportar mi granito de arena a la resolución de la madre de todos los misterios: ¿por qué el Atleti se crece contra el Barcelona? Porque, aunque sólo sea por un día, es el equipo de Madrid y siente en torno suyo el círculo protector de la ciudad. Además, los árbitros, cuando el adversario son los culés, unas veces le dan y otras le quitan: el arbitraje es más imparcial.
Empero, cuando el oponente viste de blanco, la urbe se congrega alrededor del conjunto del Bernabéu y los colegiados secundan el anhelo de la afición más numerosa. El fenómeno no es de hoy, aunque lo ha agravado la torpe e inicua administración de los Gil.

Siento no disponer de hipótesis sobrenaturales o fantásticas.


Comentarios

Aún no ha hecho nadie ningún comentario. Escribe alguno y sé el primero :P