Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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febrero 2008 - Artículos

¡Dese prisa, doctor!

De la misma manera que el Atleti ya es parte de la historia del Bolton (que nunca había llegado tan lejos en Europa, el pobrecito), también pertenece al palmarés de una serie de conjuntos que alternan en la liga española los años interesantes e incluso meritorios con las temporadas de duelos y quebrantos. Y se me ocurre un eslogan para el próximo spot promocional de Gil Marín. En vez del estúpido y lacrimógeno "¿Papá, por qué somos del Atleti?", se podría filmar este otro guión: "Atlético de Madrid: se resucitan muertos". (Aunque una versión menos económica bien pudiera ser la siguiente: "¿Tiene usted problemas de juego y de resultados?, ¿la pelota no entra?, ¿la suerte le es esquiva?, ¿los árbitros se equivocan en contra suya?, ¿le falta confianza en sí mismo? No se preocupe. Enseguida lo visitará -o recibirá en su consulta- el Doctor Atleti". Curación garantizada. Si no recobra la salud, la fortuna y la alegría, le devolvemos el dinero".)

El último en beneficiarse del Terapéutico de Madrid fue el Osasuna, algunos de cuyos jovencísimos futbolistas (Vela, Sola, Juanfran, Azpilicueta…) alcanzaron el estrellato enviando al sepulcro a sus pares del once rival: Pernía, Perea, Eller, A. López… Lo sucedido se puede resumir en unas cuantas frases: hasta el minuto 26 del primer tiempo los azules no tiraron contra Ricardo (soberbio chut el de Forlán); hasta el minuto 10 de la segunda mitad, no elaboraron una jugada que mereciese tal nombre. En el rostro del estajanovista Abbiati cualquiera pudo apreciar durante todo el partido cómo se alternaban el estupor y la cólera. (La zaga sucumbió de tal guisa al pánico, que Aguirre tuvo que cambiar en el intermedio a dos de los cuatro componentes del tremendo colador. ¡Y todavía se quedó en el césped Perea, coautor obcecado de los tres goles del Osasuna!)

Y mientras todo indica que el Atleti le está calentando el sitio (el cuarto puesto) a cualquiera de los que vienen por detrás, los okupas y sus monigotes prodigan las fintas y las cortinas de humo para que sus cuerpos serranos y sus jetas de hormigón no salgan en el cartel de "Se busca". ¿Cuántas veces no habrá farfullado Cerezo con afectada incredulidad: "Para todos, incluida la prensa, el Atlético era un equipo maravilloso y fabuloso a principios de temporada, con jugadores de mucha calidad"? Pues lo ha vuelto a repetir. Cerezo se plagia a sí mismo sin ningún rubor. ¿Será Cerezo un holograma de Cerezo, o un robot con el disco duro sin actualizar?

García Pitarch, en cambio, no presume de equipo fabuloso sino de ¡equipo barato! Cléber Santana no costó 6 millones de euros (cantidad de la que fardaban los nuncios de Gil Marín en la prensa) sino sólo 2,5. Y por Fabiano Eller no se pagaron 3,5 millones sino uno y gracias. Alguien tendría que recordarle a García Pitarch dos cosas. Primera: las cifras oficiales u oficiosas que el club filtra a los obsecuentes y acríticos reporteros, para que éstos las difundan y los hinchas renueven el abono, ¡son la verdad revelada! Según el argumentario del club, el Atleti tiró la casa por la ventana en agosto (es una forma de hablar porque carece de casa y, por tanto, de ventanas), y se gastó 80 millones de euros en futbolistas. Es verdad que también vendió a varios de sus hombres, entre ellos a un rubito que…; en fin, para qué darle más vueltas. Pero, cara al cultivo de la ilusión de los ilusos, cara al aturdimiento generalizado, cara al camuflaje de dos operaciones que ponen ruinoso colofón al desastre deportivo y financiero del club: el traspaso de Torres y la liquidación del Manzanares, los 80 kilos no admiten discusión ni rebaja. ¿O acaso cree García Pitarch que nos endulzaría el sabor a cuerno quemado conocer que, en vez de 80, fueron 40 los millones invertidos en el nuevo fraude? (Cierto: las versiones de García Pitarch y de su jefe pudieran no ser incompatibles. Quizá Santana le costó 6 millones al Atleti, aunque los propietarios de los derechos del jugador únicamente recibieran dos y medio. En tal caso, adivinad el destino de la pasta sobrante.)

Segunda: la relación costo / rendimiento de Eller y Santana es muy onerosa para la entidad y lo seguiría siendo si tamaños ases del balón hubiesen venido gratis. ¡Ni siquiera compensaría que pagaran por jugar!

La respuesta del club a las últimas derrotas ha sido, pues, la ya clásica: los okupas piden y se conceden otra oportunidad. Y si la filtración del nuevo equipamiento del Atleti para la temporada 2008-2009 tenía como finalidad exclusiva darnos a entender (después de la homérica eliminación ante el Bolton) que Gil Marín (ahí se las den todas) ya trabaja imperturbable en el nuevo proyecto, era urgente rellenar las camisetas después del knock out en Pamplona. De ahí que haya aparecido una lista con ocho o nueve jugadores sentenciados, que serán sustituidos por otros ocho o nueve al final de la presente campaña. A "Garganta Profunda" no le importa que los abruptamente nominados pierdan la moral del todo viéndose en la picota. Él, a su manera, es un gran psicólogo y también un médico de fama: el torpe, el trapacero, el destructivo, Doctor Muerte.

(Enciclopedia de friquis o Friquipedia.) Este es el nombre que propongo para una sección de Señales de Humo. En realidad, se trataría de un concurso: "La tontería del año", abierto a los periodistas del deporte, lo quisieran o no. Se trataría de averiguar quién es el más bruto. Primeras candidaturas:

a) "Campeón del europeo sub-17 se ha hecho hueco". ¿Acaso se ha vaciado a sí mismo? Lo correcto es escribir: "…se ha hecho un hueco"; pero lo lindo del asunto es que además es mentira: Camacho, el campeón europeo, ha ido un par de veces con el primer equipo y sólo ha jugado unos minutos.

b) "…y los técnicos están contentos con Cléber Santana, pese a la opinión generalizada de que no es jugador para el Atlético, pero aún así podría irse". Quiso decir: "…pese a la opinión de la mayor parte de los aficionados…" Ahora bien, si complace a los técnicos, ¿por qué va a tener que irse?; ¿o van a someter la continuidad de Santana a plebiscito? (Nota bene: ‘aún’ sólo se acentúa cuando es sinónimo de ‘todavía’ y no cuando lo es de ‘incluso’ o de ‘ni siquiera’).

c) (Otra del mismo besugo): "Reyes, Eller, Zé y Seitaridis lideran la operación salida". Es como si un historiador de la revolución francesa anotara: "Luis XVI y María Antonieta lideran la subida al patíbulo". ¿No son Reyes, Eller, Zé , Zá y Zí sujetos pacientes de la operación? ¿Cómo diablos la van a liderar?

d) Un titular estupendo: "Domingo de Resurrección"... Lunes de morgue, no falla.

Desastre con tenores

No comenté el partido del Racing por la sencilla razón de que no lo vi. No comenté el partido del Athetic porque no quise que nadie pensara que prefiero que pierda mi equipo a dejar de tener razón. (Ojalá los hechos me obligaran a tragarme todos y cada uno de mis vaticinios –ni siquiera sé por que los llamo así–, los cuales son consecuencia no de un don especial sino de aplicar al análisis de lo que percibo una miaja de sentido común).

Tampoco comentaré el partido de vuelta contra los ingleses que, dándose por eliminados (deseando incluso ser eliminados, pero casi nunca tiene uno lo que quiere), dejaron en la caseta al Tío Vania y a otros dos o tres titulares. Y no lo comentaré porque lo sucedido se me antoja tan, tan, tan tan, pero tan obvio, que no me extrañaría que nadie lo viera. (El hincha rojiblanco es un ciego king size, sin que la completa pérdida de la visión le haya agudizado los otros sentidos.) Exigirles a De las Cuevas, a Jurado, a Santana, a Luís García, a Mista, a Antonio López, a Pernía, a Pablo, a Perea…, etc., etc., que jueguen un fútbol no ya de primer nivel, sino de segundo o tercero, es como pedirles a Cerezo y a Gil Marín una gestión inteligente y honesta del club: algo totalmente remoto de sus posibilidades.

Y si los idiotas que plagan la crítica deportiva no gastasen un cerebro con menos neuronas que la drosophila melanogáster (o mosca del vinagre), le habrían explicado a la gente cuando procedía que la plantilla hecha por García Pitarch, a instancias de su patrón, autorizaba cualquier cosa menos el burdo y necio repique de campanas en domingo de gloria con el que nos abrumaron durante el verano. ¿Y qué han logrado estos sacristanes reincidentes hasta hoy? Nada más que engañarse a sí mismos y al sufrido / mentecato / seguidor, el cual, gracias al cielo, no es como los forofos de los demás clubes. Porque, ¿quién como él se atrevería a vociferar el himno cuando sobrevienen las derrotas en alud? Pues para cuidar la voz, nada como la clara de huevo.

¡Tío Vania, selección!

Juran los imbéciles que nos desinforman que la UEFA no da dinero pero sí prestigio (sic). Pues ayer el prestigiado fue el Bolton, conjunto de los de debajo del montón que se encamina con paso firme a Segunda y que vendió en diciembre a su único delantero útil. Ayer pudo con un Atlético que ofreció un espectáculo congénere del que solían montar Manolita Chen y el Bombero Torero. Actuó como coreógrafo Abbiati, que concedió a los ingleses una segunda oportunidad en cada jugada en la que intervino. (Alguien –su echadora de cartas– le anunció que lo iba a pasar muy mal porque los otros eran altos, fuertes y animosos, y él se lo tragó con la fe del carbonero, prohibiéndose blocar la pelota. No contento con ello, escenificó una medrana, una colitis aguda, que no se correspondía con la capacidad del adversario, tan inofensivo como un hámster).

El árbitro participó del show cortando un pase de Iván Campo (cosa punto menos que imposible para Cléber). Reyes y Simao ofrecieron su ya clásica comedia de errores a pierna cambiada y, para colmo, hubo un número con un protagonista destacadísimo: la espléndida velocidad punta de Mista, a quien enviaron un balón en profundidad perfectamente apto para reumáticos, él estiró la pierna (en el buen sentido) y alcanzó el esférico, pero los rivales se le echaron encima y… Viendo tamaño alarde, uno de los astutos locutores exclamó: "¡Claro, tiene otras condiciones!". Propongo vender al ex del Valencia con el siguiente reclamo: "Se ofrece delantero con otras condiciones". Seguro que pican el Milán o la Juve.

Entre los comentaristas, había un guiri al que le dio por sostener lo difícil que es jugar contra el Bolton, un once que se le atraganta ¡incluso al Arsenal! La derrota del Atleti, que iba de azul, fue celebrada por unos tipos vestidos de rojo y blanco y se produjo como consecuencia de un gol en el que el cuero mordió las canillas de Pablo y de Cléber. En fin, agradezco a la organización que lo dispusiera todo para la carcajada a mandíbula batiente.

Pero no robemos protagonismo al tío Vania. Cierto, está para jugar el campeonato de fútbol sala de viejas glorias que patrocina Telemadrid. ¡Cómo será el Bolton que el más zoquete de los defensas del Real de los noventa juega allí de mítico mediocentro! y ¡cómo será el Atleti que convirtió al tío Vania en una mezcla de Steven Gerrard y Carlos Dunga!

¿Lo del "Kun"? Bastó que saltara al césped para que la chirigota se transformase en un partido de balompié (malo, pero partido). Luego, no sé lo que pasó. Agüero escupe contra la hierba (gesto rutinario que hoy se ve mucho), el linier se chiva, el referee acude y el jugador se va… a las duchas. Yo apostaría a que no hubo mala intención por parte de Agüero (era un lance anodino y el match iba empatado). No obstante, es increíble la rapidez con la que está creciendo la mala reputación de un futbolista maravilloso y de buen carácter.

El respeto según Don Vito

Pues no, Agüero no se lesionó como indica un periódico. Fue lesionado, lo cual no se produjo a consecuencia de una entrada (según pretende su lesionador), sino de un pisotón alevoso y por la espalda, mientras el balón estaba en la otra punta del ataque. Tampoco fue un lance desafortunado del juego sino el típico recadito del defensa matasiete que se sabe inmune. Ya después del derbi, "El País" publicó una excelente fotografía con un mendaz, falsísimo, pie de foto: "Sergio Ramos forcejea con Agüero por la posesión de la pelota". ¡Forcejeo, qué gracia! Eran cuatro faltas en una: el brazo extendido de Ramos contra el rostro de Agüero, una rodilla del central blanco contra la parte posterior de la pierna derecha de su rival y la canilla izquierda alrededor de la cadera del "Kun"… La jugada terminó con los dos hombres por el césped, el merengue agarrado a un brazo del rojiblanco como a una tabla salvavidas, y la sanción (o premio) a tamaño brío secante consistió en una simple cartulina amarilla.

Ítem más: la fama de tramposo de Agüero proviene de que metió un gol con la mano; en cambio Raúl y Messi, que también consiguieron tantos así, son como Maradona: vicarios de Dios en la Tierra, además de deportistas ejemplares.

¿Qué tienen estas tres peripecias en común? ¿Qué permiten concluir estas historias sin conexión aparente? Que Agüero es un jugador grande en un equipo canijo. Por eso los De Coz y los Ramos lo pueden cocear y tumbar sin miedo a la sanción, por eso aquella artería del "Kun" merece repulsa y no universal aplauso. El mensaje implícito es: chaval cambia de club. ("Vente con nosotros, que en el Atleti no serás nunca nadie", le dijo una vez Amancio a Torres).

En este imperio del cinismo, los comentaristas colchoneros (que son como los otros o peores) instan a los okupas a defender a sus futbolistas y se quejan de que la entidad del Manzanares no sea más respetada por los árbitros (aunque algunos incorregibles estetas plantean las cosas desde un punto de vista que quiere ser más amplio y hablan de defender el fútbol arte.) En mi libro "El Rojo y el Blanco" critiqué acerbamente la noción de ‘respeto’ por su afinidad con la ilustrada por don Vito Corleone en "El Padrino". "No me respetas" equivalía en aquel film a decir "no me temes y no me tributas una pleitesía acorde con mi rango y poderío". ¿Qué ocurre? Que los lobbies alrededor de los clubes con hinchadas más numerosas promueven incesantemente el respeto al… Padrino. Por eso jugar en el Madrid o en el Barça es tan ventajoso. Nadie imagina a Guti o a Xavi vilmente agredidos por un De Coz. Y al revés, los Pujol, los Ramos y demás zagueros expeditivos (pero que militan en clubes de postín) siempre parecerán heroicos por mucha leña que repartan. En el fútbol español, héroe es todo villano que actúa en el bando fuerte y villano, todo héroe que milita en el bando débil. Los héroes oficiales nunca derriban a sus adversarios sino que forcejean con ellos, cuando engañan al árbitro es por inspiración divina y de su espíritu de lucha y de su carácter emana una suerte de derecho a propasarse con los oponentes. (Incluso para los artistas de las instituciones poderosas hay una considerable exención reglamentaria. En su día, Zidane, Roberto Carlos o Figo lesionaron de gravedad a rivales, sin que se tomara contra los citados cracks medida disciplinaria alguna dentro o fuera de los terrenos de juego.)

Lo que no les cabe en la cabeza a los comentaristas deportivos es que los bienes a defender no son el arte o el respeto more siciliano, sino la justicia y la deportividad. Hay en el reglamento suficientes artículos e inequívocamente redactados como para proteger a cualquier jugador de los desafueros y triquiñuelas de sus rivales. Y los comités deberían actuar de oficio cuando al árbitro le pase desapercibida la brutalidad (o la falsedad) de un mal deportista, en vez de inhibirse como si estuvieran comprados o temieran al Padrino, a sus leguleyos y nuncios. De otro modo siempre ganará Corleone, aunque no descartéis que tal sea el anhelo de la mayoría.

Partidos por el eje

Pese al forcejeo del final, pese a los ¡uy! y a los ¡ay! de última hora, pese al ardoroso despliegue de Forlán y al talento de Agüero (que llegó a disfrazarse de zurdo nato para nuestro asombro y nuestra delicia), la cosa terminó como recelábamos muchos (entre ellos los miles de seguidores que desoyeron la dócil convocatoria de las peñas: 11 + 50.000). Porque el Atleti no había salido vivo de Mestalla sino mediomuerto, y aunque el Valencia de hoy parece ese pez que da las últimas boqueadas antes de que lo metan en el frigorífico del buque, traía una ventaja muy superior a lo proclamado por los videntes cegatos, ventaja que ni el falso crack Joaquín ni el cancerígeno defensor Helguera fueron capaces de dilapidar. (Undiano también influyó lo suyo, nadie lo dude.)

Vistas las cosas a ras de césped, lo que le pasa al equipo de Aguirre no es un problema de falta de coraje o de ausencia de garra y compromiso, aunque es verdad que da síntomas de fatiga y comienzan a insinuarse en su ánimo las primeras arrugas de la desmoralización. (Me remito a la segunda parte contra el Madrid, en la que sólo el "Kun" inquietó a Casillas, y al encuentro contra el Mallorca: en el Ono Estadi, Varela y Jonás impusieron su vigor y arrollaron a sus respectivos pares.)

Ahora bien, ¿a quién pueden sorprender estas flaquezas? Era algo que se veía venir. En el medio del campo, el Atleti ha perdido a Maniche (el mejor de los que actuaba en la zona) y los otros o son lentos (Raúl García, Motta, Cléber) o poco orgánicos (Simao, Luís García, Jurado o Reyes).

Simao sabe jugar al fútbol pero es un fideo; posee buen toque y visión, pero también un cuerpo incompatible con una gran liga. ¿Es que no aprendió el club de la experiencia de Juninho? Luís García es un segundo delantero al que ponen de interior. Sin embargo, resulta obvio que le van más las jugadas cortas porque tiende al barullo, a la complicación innecesaria, y le arrebatan el esférico con facilidad. Sitúenlo delante (cuando haya que suplir a Forlán o Agüero) o en la grada.

Vamos ahora con el vilipendiado Reyes. ¿Se escaquea, según la conocida imputación de quienes no le perdonan que el año pasado prefiriese el Madrid al Atleti? (Lo único que deseaba Reyes era no volver a Londres y le daba igual el equipo que lo contratase.) No, Reyes no se escaquea; lo que ocurre es que siempre fue un jugador irregular, de ánimo y palmito frágiles, que, por cada buena acción, juntaba seis o siete malas. Cierto: este año la proporción ha empeorado, pero tal vez la culpa no la tenga sólo el chaval. Y Motta es un guardia de tráfico a la antigua, un poste asaz quebradizo. (Los del Barça no son como Ferguson —el dadivoso manager del Manchester— y no regalan hombres útiles.)

Así pues, los problemas originados por la falta de equilibrio general, la corta clase técnica de los zagueros y la corta clase física de los centrocampistas (los grandes no son dinámicos y los pequeños no son fuertes) habían sido disimulados durante el primer tercio de la temporada gracias a una buena forma prematura: el legado ponzoñoso de la Inter-tontos. (Ya dije después de la goleada al Zaragoza que probablemente estábamos viendo al mejor Atleti posible.)

Aquel bullicio ha dado paso a una falta de productividad ofensiva y a un decaimiento innegables. Y aquí es donde trasparece en todo su siniestro fulgor una política de contrataciones aventurera, comisionista y demagógica. Para que la afición no echara de menos a Torres, los okupas dieron en incorporar a la plantilla rojiblanca a varios futbolistas más famosos que consagrados, más populares que resolutivos, los cuales cobran mucho (para no hablar de lo que han costado algunos de ellos) y hacen poco. Pero dicha política, lejos de haber sido denunciada por esa caterva de estúpidos terminales que hemos convenido en llamar "periodistas deportivos" (con diferencia los humanoides más brutos del Viejo Continente), fue respaldada con alborozo, más aun: saludada con rugiente entusiasmo. (No informan; actúan como ganchos de los timadores; tal es su única profesión conocida. Una lista provisional de tales calamidades —o esbirros de "Calam"— la ofrece "El Eterno Aprendiz" en su última colaboración.)

Ahora anda por ahí Cerezo rezongando que al Atleti le faltan tres o cuatros futbolistas de primer nivel. No, hombre no, le sobran el presidente, el consejero-delegado y García Pitarch.

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(Última hora.) Por alusiones, dejaremos que intervenga el director deportivo del Atleti. Esta va por los calamitosos: "Ahora es fácil discutir y criticar, pero en verano no mostrasteis discusión (¡sic!) posible cuando hicimos cada una de las presentaciones de los nuevos fichajes. No me ha defraudado ninguno y las decisiones que se tengan que tomar sobre ellos (sic) llegarán en junio", apuntó antes de centrarse en el caso de Reyes y Luis García, blanco de las últimas críticas: "Son dos grandísimos jugadores y no conozco a una sola persona a la que no le gustara su fichaje, en el caso de Luis (García) su contratación obtuvo la unanimidad de todo el mundo, ningún aficionado o periodista estuvo en contra". Es paladino que no habría decisiones que tomar en junio si los fichajes no hubiesen defraudado. Aunque a lo mejor la cosa entraña más cínica desvergüenza de la que suponemos, y Pitarch nos quiere dar a entender que ya se sabía que eran mediocres y que en junio los despedirán para enrolar a otros de similar competencia.

¿Y esta otra para quién será? "Me parece muy desproporcionado todo lo que ha sucedido. Es incomprensible crear una crisis artificial a partir de uno o dos comentarios totalmente infundados, que no entiendo de donde los han podido filtrar (¡sic!), porque fuentes del club hay muy pocas y entre ellas no hay ninguna que pueda decir algo distinto a lo que yo estoy diciendo ahora mismo". ¡Ay amigo, qué poco conoces a tu jefe! But off course, el gran filtrador de los infundados comentarios (¿acaso te fuiste de la lengua delante suyo?) es Garganta Profunda, alias Twistface, alias Calam, alias Gil Marín, que les haría la cama hasta a sus seres queridos. Ahora sois tú, García Pitarch, y Aguirre los que estáis en el ojo del huracán, mientras él, muerto de miedo, se escurre hacia el Porsche, las pastillas, la M-30, el rentable mañana…