Hoy me dedicaré a responder a algunos de los comentarios que últimamente ponen epílogo a mis artículos (ánimo, que discrepar es bueno). Lo haré en orden inverso a su aparición.
No he dicho que Torres en su mejor partido sea nadie (quien eso afirma que lea bien la columna). "Los arriba citados" es un plural que abarca a los cinco incompetentes titulares que actúan en el Atleti de ahora: Seitaridis, Perea, Luccin, Costinha y Petrov. A Luccin le faltan personalidad y oficio (necesita un jefe al lado, ¿Maniche?); Perea no sabe jugar al fútbol; Costinha sólo rinde cuando se limita a barrer y su alineación presupone quitar a un delantero; Seitaridis (hoy por hoy) ni juega ni corta, peor aún: es un flan con chantilly; y Petrov no dista mucho del pelagatos pirotécnico que vimos la temporada anterior (Alves se lo pasa de maravilla cada vez que se enfrentan).
En cuanto a Galleti añadiré que su empeño en hacer jugadas de uno contra uno (o contra dos), ¡cuando el adversario estaba en inferioridad numérica!, constituía un desatino, porque lo suyo era mover la pelota con velocidad en busca del compañero libre de marcaje.
Es verdad que el Sevilla tampoco cuajó una actuación redonda (ni el Valencia en la segunda jornada), y eso es lo preocupante. Hay equipos que, con independencia de la forma en la que estén o de lo buenos que sean, saltan al césped del Calderón confiados en que basta con esperar a que el Atleti se ponga la soga al cuello y le dé un taconazo al taburete. El Sevilla no tiene cracks, aunque Navas y Alves conformen quizá la mejor banda derecha del campeonato, pero es un conjunto lleno de jugadores que saben lo que hacen. El día que aprenda a defender sin dar patadas, será aun mejor, aunque difícilmente alcanzará la excelencia sin un par de figuras de primer orden.
En cuanto a lo oportuno que resulta silbar a Pablo, a las pruebas me remito: actúa nervioso y por eso incurre en errores infantiles. Además, seamos serios: la gente que nunca le perdonará a Pablo el crimen tan feo que dicen que cometió lleva dos décadas haciendo la vista gorda ante la demolición piedra por piedra de la entidad para la que trabaja Pablo. Demasiadas ínfulas en asuntos de etiqueta y muy poco coraje en los decisivos.
Las cláusulas de rescisión de Torres y Agüero han sido también motivo de controversia. Mi tesis: si a Torres y Agüero les han fijado unas cantidades que los ponen a tiro de los grandes del fútbol continental, ello se debe a que Gil Marín no quiere un Atleti grande. Decir que a Torres le apetecerían otras experiencias equivale a confesar que en el Atleti no las vivirá nunca. Una conclusión se impone: el nuestro es un club del tres al cuarto. (De ahí que la escenificación del juntos para siempre un año más me recordara la incongruencia de una boda por todo lo alto en la que sirviesen vino de tetrabrick.)
Y en cuanto a Agüero, no me extrañaría que hubiese sido el Independiente el que impuso una cláusula de rescisión tan modesta, pues le conviene que Gil Marín se deshaga del chaval. Sea como fuere, la confusa, chapucera, errática y turbia política del máximo accionista del Atleti únicamente vale para sembrar incertidumbre con respecto a la entidad.
Un lector irónico me aconseja fichar por el As o el Marca para llevar la sección del Atleti, porque, según él, eso haría felices a los madridistas. Ay amigo, si mis comentarios propiciasen la dicha de los merengues, hace tiempo que algún director me hubiera propuesto algo semejante a lo que tú sugieres, porque los periódicos que mencionas sólo piensan en blanco. Ahora bien, ellos no ignoran lo que pueden esperar de mí: una redacción decente, el respeto más estricto por los hechos, una ausencia radical de bulos, rumores, consignas y demás subproductos, todo ello para disgusto terrible de los bribones que okupan el Atleti. Ah, me olvidaba: algún gangoso dejaría de intoxicar, y, que no te quepa la menor duda, son los tipos como el aludido los que hacen felices al Real Madrid.
Otro visitante de mi blog me acusa de ser poco objetivo porque me emperro en criticar por criticar. Para él Mista y Jurado no son tan malos. El asunto es que tendrían que ser bastante buenos (si no, ¿para qué los contrataron?) Ahora bien, ¿lo son? Mista no es un zote, pero se mueve con lentitud y torpeza corporal. Resulta inútil enviarle un balón profundo porque no lo alcanza. Si acepta la suplencia, puede ser útil para según qué partidos y según qué momentos. En cuanto a Jurado, la operación entera estuvo ribeteada de pormenores humillantes para el Atleti; pero dejando a un lado esos nimios detalles que, como en el caso del calzón y la camiseta disparejos que ofendió a la vista en Bilbao, hablan de un club más verazmente que todos los spots publicitarios, percibo un dilema: si el jugador destaca, se lo llevará el Madrid y si no, se lo quedará el Atleti. ¿Dónde está el beneficio para el club del Manzanares?
He aquí un reproche que me formulan: soy demasiado catastrofista. ¡Ira de dios, es que el Atleti vive inmerso en una auténtica catástrofe! ¿Cuándo os daréis cuenta? ¿Qué tiene que pasar para que despertéis de una puñetera vez? ¿No os bastan con los dos años en Segunda, los siete sin ir a Europa, la venta clandestina y a cachos del Calderón, la deuda colosal o el ridículo en los terrenos de juego? Me reclamáis paciencia porque hay nueve caras nuevas en la plantilla. ¡Si todos los años las hay y el que viene también las habrá! ¿De quién es la culpa? ¿Quién ficha por fichar o para redondear negocietes? ¿Quién ha convertido al club en el paraíso de los representantes y de los especuladores? Y, por ceñirnos a lo más reciente, ¿quién cambió la buena forma al principio de la temporada (esencial para empezar bien la competición) por un plato de lentejas chinas?
Dicho lo cual, quisiera aclarar un extremo con relación al mister. Quienes han leído mis cosas este verano habrán constatado lo bien que hablé del "Vasco" desde que firmó por el club. No lo niego: me molestó que no sacara al "Kun" de titular contra el Valencia, aunque, en vista del rendimiento ofrecido por el dúo de oro contra los sevillanos, he de admitir que tenía razón. Y cuando el domingo quite a Agüero contra el Madrid, no protestaré. (Para que jueguen juntos Torres y Agüero, la medular colchonera ha de poseer un empaque del que en la actualidad carece.)
Siempre he defendido a los entrenadores contra los críticos. Desde que el Atleti volvió a Primera, sólo hablé mal de Manzano (un cantamañanas) y de Murcia (tremendista personaje que escupió en la camiseta del club poniéndosela a Vara, a Moreno, a Rufino y a todo el que pasaba por allí. (Por cierto, ¿alguien me puede informar sobre el paradero del protomesías del fútbol que atiende por Marqués?)
Pero Aguirre ha heredado esquemas y vicios que lastran al once colchonero. Contra el Sevilla (y si insisto en este match es porque me pareció definitorio) en determinadas fases del primer tiempo pude ver a Maxi, Torres, Agüero y Petrov formando una línea de cuatro… ¡en vanguardia!, mientras Costinha y Luccin se escondían detrás de sus marcadores. Así, ¿quién diantre iba a tejer el juego?
Señores míos: el proyecto paciencia ya dura 20 años. En realidad se llama resignación y cada día que pasa nos acerca más al sepulcro.