Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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enero 2007 - Artículos

La guardería (milonga del también)

El tanto fue bastante berbenero, sí, pero ¿qué defensa no falla alguna vez? ¿Y qué equipo, por muy humilde que sea, no tiene en sus filas a dos o tres jugadores capaces de hacer pupa? Por consiguiente, habrá que recordarles a esos insoportables pelmazos que consideran inadmisible que el Atleti encaje goles y se ponen como basiliscos con los zagueros cuando se produce tal circunstancia (pero ovacionan al "Niño" si marra un penalti), que el adversario también juega y que los puntas y los medios también son responsables del resultado final. Además, el Atleti también empató en un despiste racinguista, ¿o no?

El equipo del Manzanares mantiene entre sus líneas una distancia que le impide el éxito en las segundas jugadas y dificulta su pressing sobre el rival; tiende a deslavazarse, por lo que casi nadie pasa el balón a un toque. Maniche y Luccin, desasistidos por Galleti y Jurado (dos guerrilleros individualistas), se las ven y se las desean para destruir y construir y los laterales no están precisamente en su mejor año. Aguirre carece de un buen lanzador de faltas y saques de esquina y es justo reconocer que los hombres de la vanguardia, (el uno, fotocopia de Van Basten y el otro, sucesor de Maradona) no acaban de rematar con la suficiente puntería.

Cualquiera puede ver estos defectos; entonces, ¿por qué no ocurre así? Un desbarajuste calculado reina en la entidad, y hace tiempo que las redacciones de los periódicos fueron tomadas por la gente con menos luces de la profesión (el 80% de todo lo que sale en los diarios deportivos es blablablá o mentira). Se trata de una colusión que hunde al Atleti, pues en vez de encontrar eficacia en sus despachos y una radiografía fiel de su estado en los periódicos, únicamente halla incompetencia y demagogia aquí y allá.

Un ejemplo. Si hemos de dar crédito a todo lo que emite el club y amplifican unos gacetilleros que desdeñaría Radio Macuto, el Atleti cuenta con un tándem llamado a marcar una época: Torres y Agüero, y con Mista (un jugador caro y mediocre, pero que gusta a los técnicos) y acaba de contratar a Diego da Silva (protofigura en ciernes), lo cual no obsta para que medite repescar a Arizmendi y tal vez a Manu del Moral. ¡Seis delanteros, de los cuales cinco son muy jóvenes aún, y eso sin contar el interés por alevines sauditas e infantiles oriundos del Río de la Plata! ¿Es que piensan montar una guardería? No, pero distraen a los aficionados con tales tejemanejes, especulaciones y cábalas más o menos fantasiosas.

Un inciso sobre Arizmendi. Ahora que el larguirucho regresa, se nos indica que el Atleti hace con ello ¡un gran negocio! Por Arizmendi pagó el Coruña millón y medio, y retorna a cambio de tres. O sea, la entidad rojiblanca apoquinará, por los cuatro meses que lleva fogueándose en el conjunto de Lendoiro, ¡250 millones de las antiguas pesetas! El cuatrimestre en la Universidad de Santiago (Arizmendi estudia) ha salido por una friolera. Pero no acaban aquí las inconcusas bondades de la operación. La venta con cláusula de recompra del canterano provocó una baja en el plantel que Gil Marín y García Pitarch suplieron con Mista, quien costó ¡cuatro millones y pico y cobra cinco o seis veces más que Arizmendi! Dicen que el chaval no tiene gol, pero ¿lo tiene Mista? El millón y medio de la diferencia más los cuatro millones y pico de Mista suman 6 kilitos que añadir a las deudas del Atleti (y seguro que Gil Marín garduñó un porcentaje en las transacciones). Menuda bicoca, ¿eh?

Por eso, la miserable futurología sin pies ni cabeza sólo sirve para engañar a los forofos, al tiempo que aplaza sine die la solución de los problemas del club, agravándolos. Y es una lástima, porque las vacilaciones del Madrid y del Barcelona y la grisura del Valencia, junto con sus escasas obligaciones competitivas, otorgaban al Atleti una oportunidad de convertirse en el outsider del campeonato. Otro chut a puerta semivacía que también se irá a la grada o, peor aún, al arco iris del porvenir.

Euforia por decreto

(1)

Mientras el Madrid se descompone en sus factores primos, el Atleti va para campeón de Liga, triunfo inevitable al que coadyuvarán las recientes adquisiciones: ¡un zaguero de 30 años y un juvenil cedido a un conjunto portugués! Grandes socorros, quién osaría ponerlo en duda, sobre todo el del chaval. Es posible que Aguirre opte, ahora que cuenta con Fabiano Eller, por un dibujo con tres centrales. Eller es brasileño, pero también lo eran Rocha y Frascarelli; tocad madera. Juanma López ("Superlópez"), que tanto gustaba a un graderío sin gusto, nos aconseja que no le miremos el carné de identidad a Eller. Y pone el ejemplo de Donato. Pero Donato (un hombre de club, que aprendió el oficio sin prisa) llegó, procedente del Vasco de Gama, con 24 primaveras. Cuando cumplió las 30, el Difunto, juzgando que estaba ya mayor, se dijo: voy a engañar a Lendoiro. Y aquel todoterreno con acabado made in Brasil se fue al Coruña, donde cuajó sus mejores temporadas (ocho o nueve). Donato ha sido el único brasileño decente (amén de Juninho) que contrataron los Gil. ¡Y pensar que este club tuvo en sus filas a Ramiro, Vavá, Pereira, Leinvinha, Dirceu y Alemao! Pero el magnate mangante y sus esbirros felpudos siempre se las arreglaron para adquirir cracks de la talla de Rodrigo, Tilico, Moacir y los citados Rocha y Frascarelli.

Eller no es una torre, pero sí un futbolista canchero y sobre todo baratu, baratu, como Akalé, a quien avala García Pitarch. Akalé cuesta una pedrea de la Loto porque, según informan los desinformadores, el mercado francés ¡está por los suelos! Del mercado francés han salido Essien (36 millones de euros), Drogba (una cantidad similar) y Diarra (20 millones). Absolutas gangas, como puede constatar cualquier párvulo con aversión a la Aritmética. Akalé saldría casi gratis porque "el Auxerre necesita hacer caja" (¿para pagar el gas o la luz?), pero no ve puerta y tampoco es una criatura, aunque cuando se presume del plantel más joven, ¿qué mayor timbre de gloria que envejecerlo a base de medianías?

(2)

Mientras, "Garganta Profunda" reparte entre los pobres gominolas insípidas. Tragémoslas sin rechistar, eso sí: con un poco de agua porque saben a ricino rancio. "Maniche sabe que no va a haber una segunda oportunidad". Precisemos: una tercera, ya que no lo ha apartado del equipo. "Este es el año de la consolidación. En el próximo vamos a disfrutar todos". O sea, este año tampoco. Pero todo año que viene es inalcanzable por definición; Aquiles nunca atrapará a la tortuga. Dicho de otra manera: el año que viene Gil Marín profetizará de nuevo: "el año que viene…", sin que sus vanas promesas pierdan un gramo de lozanía. ¿Y no os hace gracia lo del "año de consolidación"? ¿Qué fueron los otros tunante? "Si no entrásemos en Europa sería como para que nos marcháramos todos". ¿Dónde hay que firmar? Pero apuesto a que, si el equipo no se clasifica para la UEFA, el único que no se larga es él. Y eso que el señorito bocazas hace sus piruetas verbales con red y colchón: ¡la UEFA!, qué gran objetivo, qué horizonte de gloria. Un sueño así sólo puede acabar en… siesta. "Nuestra ciudad deportiva será más grande que la del Real Madrid". "Qué será, será, whatever will be, will be..." He ahí a este imitador de Doris Day sobando el futuro trampa, cepo para ilusos. (El tío se hace fotografiar mirando la foto de una maqueta, y parece el alcalde pedáneo de un villorrio inaugurando un belén.)

"A día de hoy es muy difícil que haya un grave problema. Caímos en la Copa, pero nadie tosió". ¡El deterioro de las constantes vitales del club interpretado como síntoma de salud! Nadie tosió porque la afición está resignada y los periodistas son un hatajo de lacayos. Pero advertid que para "Garganta Profunda" lo decisivo no es fracasar sino la tos. Yo la tengo agarrada a los bronquios.

Tamagochi

No sé si los lectores de este blog tienen su idiota favorito dentro de la prensa antideportiva. Yo, lo confieso, hallo imposible decidirme por éste o por aquel, porque cuando estoy a punto de adoptar a alguien, se interpone otro más zoquete. Mi, digamos, tamagochi de esta semana es Indi, el indigente mental en grado severo que celebró a lo grande la derrota copera ante Osasuna:

“La afición tampoco se ha desesperado, ya que está viviendo tiempos de gloria…”

¿Qué cosa se representará por ‘gloria’ el brumoso cerebro del muy mequetrefe?

“…y un accidente lo tiene cualquiera”.

¡Llama ‘accidente’ a lo que ha sido una constante desde que el Atleti volvió a Primera!

“Estamos viviendo una Liga tranquila y siempre en posiciones europeas. Podemos acabar la primera vuelta con 35 puntos y hasta con aspiraciones de título”.

Poderosos ronquidos los que emite al soñar este zombi.

Pero lo mejor es cuando te das el homenaje de ver en los medios de comunicación los acontecimientos que se suceden en el Real Madrid”.

Ya los quisieras, mentecato, para un día de fiesta.

Es una realimentación moral…”

Se nota que todo lo que aprendió en la escuela sobre moral fue en la hora del bocadillo.

“…que te permite soñar con que la justicia futbolera existe”.

Claro que existe (la futbolera y la otra); por eso ajusta cuentas con el Atleti de los mangantes y con los mangantes mismos.

“…Ahora vemos al Atlético en la sección de cultura, de acontecimientos sociales, educación...”

Para cultura y educación las que demuestra en sus comentarios semejante elemento. Por lo que toca a los acontecimientos sociales, seguro que tiene en la cabeza el Memoerial, uno de los más estúpidos y bochornosos que vieron los siglos.

Valdebebas es el cataclismo por excelencia y Ramón Calderón se ha convertido en nuestro ídolo. Que dure muchos años”.

Con Ramón Calderón o sin Ramón Calderón, el Madrid siempre estará en mejores manos que el Atleti bajo los Giles, cuyo desgobierno pronto cumplirá dos décadas. Y Valdebebas es una ciudad deportiva, propiedad del Real Madrid; Alcorcón, un puñado de parcelas a subastar antes de que a nadie se le ocurra poner un ladrillo.

El Vicente Calderón es un balsa de aceite y un modelo a seguir”.

¡Balsa de aceite el Mar Muerto! ¡Así los quiere Gil! ¿Cobra este pollino ex cátedra sólo de su empresa a final de mes?

 

 

 

Hip

¡Hip!

Vimos los descartes del Osasuna y no dábamos crédito: Raúl García, Juanfran, Webó, Cuellar… ¿Pero no eran titulares? Y otra pregunta más desazonadora: ¿acaso no podrían jugar algunos de los suplentes rojillos en el gran Atleti actual?

La crítica al uso, tan valetudinaria como de costumbre, acometió contra Aguirre, pero lo cierto es que el "Vasco" no tiene fuerzas suficientes para afrontar dos competiciones y la Copa ya no es un torneo importante, se mire como se mire. Si no sacó a Agüero hasta el segundo periodo, es porque lo reserva para la Liga. Además, utilizar al magullado "Kun" más de 45 minutos entrañaba no poca irresponsabilidad. En cuanto al otro nombre santo y seña de los plumíferos implumes, Jurado, es un futbolista ya no de patio de colegio sino de jardín de infancia. Todo lo que no sea la acción de los cuatro recortes y las tres bicicletas se le antoja vulgar y no lo emprende. Hay jugadores orgánicos y jugadores desorganizados. La ex joya del Madrid figura en la última categoría. Como tampoco le sobra la clase, está de más en el once colchonero, al igual que Mista, cuya titularidad exigen los que confunden la propaganda con la información.

Yo, en cambio, le reprocho a Aguirre la insistencia en poner al senil Pernía de "tres". Es peor defensa que Antonio López y no se desdobla con la suficiente agilidad. Su flojera y sus despistes son muy onerosos para una zaga que no termina de asentarse. Dicen que Pernía es dueño de un disparo demoledor; pues que juegue de "diez".

Y por último, Torres. Protagonista excelso contra los vigueses, sólo dio una a derechas en el Reyno de Navarra: el contraataque en la primera mitad, que habría concluido en gol si Galleti no hubiese desamparado el centro del área. Pero Galleti es tan cabra loca como Aguilera.

Del arbitrario Muñiz y del uniforme del Atleti no hablaré porque sólo se me ocurren improperios.

Los alcohólicos se embriagan con una caña de cerveza. Al club del Manzanares le sucede con la Copa: dos sorbitos, y a casa en taxi. ¡Hip!

 

Un ocho y un diez

El triunfo contra el Celta (en cuyo feudo ha ganado hasta el apuntador) ha teñido de previsible euforia las crónicas y los comentarios de los voceros de Gil Marín, habitualmente lacrimógenos y fatalistas. De pronto, el Atleti parece capaz de las más altas empresas. Sin embargo, yo no me haría demasiadas ilusiones; únicamente me haría alguna si, en la directiva colchonera, amén de ignorantes y especuladores, hubiese personas con visión. Y digo visión porque la cortedad de la plantilla y el escaso rendimiento de algunos de los titulares aconsejan fichar ahora, no cerrar los ojos o mirar para otro lado.


Los últimos partidos han puesto de relieve las virtudes y los defectos de este Atleti. Para el centro de la zaga, Aguirre ha encontrado un jugador importante en Zé Castro. Tiene colocación y sangre fría, es fuerte y sabe jugar. En el medio del campo, Luccin y Maniche comienzan a entenderse. El primero destaca por su condición física y, al lado del portugués, se siente más respaldado y actúa más tranquilo. Y en la delantera, los dos hombres más importantes del conjunto: Torres y Agüero, han formado sociedad (ambos pueden hacer de extremos o de mediapuntas, pasar y definir, tal y como demanda el exigente balompié de hoy.)


Ahora bien, ¿qué pasa con los interiores? Ni Jurado ni Galleti merecen la titularidad que les regaló la mala suerte de otros coéquipiers. El primero vive de la presunción de talento (no en vano es un ex del Madrid) y el segundo se vacía, pero estropea muchas jugadas. Como es sumamente improbable que Maxi y Petrov regresen en su mejor forma (o la alcancen de aquí al final del campeonato) y como la juventud e inexperiencia de Miguel tampoco constituyen una garantía, lo suyo sería adquirir un ocho y un diez. El  primero debería ser polivalente, a fin de que Aguirre pueda utilizarlo en otra demarcación cuando se recupere Maxi; y convendría que el segundo atesorase verdadera calidad, rapidez y disparo.


El diestro Elano Blumer es un jugador bastante activo, técnico y maduro, dentro de su juventud. No posee una estatura y un vigor descomunales, pero es fibroso y cubre mucho campo. Por lo que se refiere al zurdo, no me pronunciaré (suenan Wagner y Carvalho.) No conozco a Wagner y sólo he visto a Carvalho un par de veces. Me pareció menos veloz que el búlgaro, pero tiene más cabeza y chuta.


Dos futbolistas contrastados reforzarían las posibilidades del club esta temporada y dejarían para la próxima la tarea de conferir profundidad al plantel, una vez salgan del mismo Gabi, Galleti, el propio Petrov, Jurado, Valera, Mista, Costinha… (Notad que el club contrató a todos esos cracks durante los dos últimos veranos. Para que luego diga Aguirre que el mercado invernal es muy traicionero.)

El relámpago

Salieron los jugones que reclamaba la crítica. Y los jugones no vieron la pelota durante los primeros 45 minutos. Suerte que detrás estaba Zé Castro, en plan líbero a la antigua usanza, aunque los envíos del portugués tropezasen con Galleti y con la mala costumbre de sus compañeros consistente en esperar el balón. (Paradoja: el hombre más lento del equipo fue el más rápido a la hora de juzgar y decidir.) Después, los jugones tampoco jugaron mucho, aunque intervinieron más. Hubo un momento en que coincidieron sobre el césped los muy amados y exigidos por los comentaristas: Mista, Jurado y Gabi. Y el Atleti no pudo con el farolillo rojo y principal candidato a descender. Ni siquiera cuando, a consecuencia de la fatiga, los tarraconenses se descompusieron un ápice, hubo una superioridad ostensible del equipo local. A Jurado le gusta hacer de Rui Costa, pero no tiene su cuerpo, ni su habilidad, ni su disparo. Galleti, queda dicho, es un polvorilla alborotador, nada lúcido e impreciso. Mista peca de bronco y lento; Pernía y Antonio López están grises, desangelados, con smog en las neuronas y óxido en las piernas.

Así pues, ¿cómo iba a jugar bien el Atleti con la cantidad de futbolistas del montón que había en el campo? (Y Torres en una de esas noches en las que le da como vergüenza ser alguien y no quiere desentonar del resto; hizo tres cosas muy buenas y también media docena de absurdeces).

No obstante, un relámpago cruzó el vaivén enloquecido de la segunda mitad, porque el chiquitín volvió a frotar la lámpara maravillosa y demostró ante los que creen que sólo vale (y con reparos) para el área que fuera también es peligroso. Sin embargo, su estupendo contragolpe fue a morir en las botas de Galleti, el futbolista trajín, y el anunciado terremoto de grado siete en la escala de Richter se quedó en ligero temblor de tierra.

Es verdad que Agüero pifió dos remates que no se le pueden ir a un crack, pero él todavía no es un crack sino su ardiente promesa.

Seguramente ocurre que a uno lo tenemos más visto que al otro, pero, así como Torres nos sorprende cuando marca, Agüero nos sorprende cuando falla. Hay en el "Kun" la promesa de muchos goles y en Torres, ¡ay!, el temor de que no vaya a marcarlos nunca, al menos en la cantidad suficiente. (Me lo dice a veces Plácido Guerra: "la diferencia entre Torres y Raúl es que el segundo supo pactar desde el principio con sus defectos y el primero vive todavía regañado con sus virtudes".) En fin, ¿qué queréis?, veo calentar juntos a Torres (al que aún no he retirado mi ilusión, mi cariño lo tendrá siempre) y a Agüero y pienso: es imposible no ganar. Luego llega el humilde Nastic y me desengaña. Acaso la próxima vez…

Sobriflecos de 2006

Eufóricos con el cuarto lugar que provisionalmente ocupa el once del Manzanares (verdadero hito en la historia del club),  los necios conjurados afirman que 2006 acabó estupendamente y que, a consecuencia de la “indudable mejora de la plantilla en los últimos años”, las peñas rojiblancas inundan el mundo mundial. El Atleti “está de moda”, el Atleti “se globaliza”,  “el Madrid nos mira con el rabillo del ojo”, etc., etc. Cuando le hagan la autopsia al Atleti, no habrá aficionado al balompié que no sea colchonero. (Es la conclusión extraíble de la profecía de un imbécil: “cuanto peor le vayan las cosas a este club, más apoyo recibirá”.)

Pero 2006, pese al triunfalismo que respiran los cantamañanas, contuvo pocas noticias buenas para el Atleti. Una fue la desaparición del fútbol de Telemadrid, más que nada porque dejamos de escuchar a Agustín y a Ruiz, ¡vaya par de lumbreras! Estaba ya uno harto, sobre todo, del magisterio del hombre que contrató a Frascareli, Filipauskas, Prodan, Nimny, Fortune, Lardín, Paunovic y tanto paquete o medianía cuyo nombre resulta piadoso omitir. (Pero ¿qué se puede esperar de quien auguró la eclosión de Valera, el triunfo de Murcia y la titularidad de Zahínos?)

Otra nueva interesante: la adquisición de Agüero, extraña por el sigilo con el que se obró y la clase del chaval. El resto, ya digo, fueron malas, muy malas, noticias. Por ejemplo, los necios se conjuraron para que Torres se marchase del Atleti. Como el vacío ocasionado por la ausencia de crítica y de información lo disimulan toneladas de insensateces, rumores y falsedades, unos le mendigan al “Niño” que se quede, y otros hacen votos para que se vaya de una jodida vez. Esta desmesura en el trato con los profesionales, muy del gusto de Gil, la calcan los medios de comunicación, que hallan más útil mantener en vilo a los aficionados que contarles lo que sucede.

Recuerdo que el Difundo exultó en una oportunidad: “¡No cambio a Kiko por Ronaldo!” Acababa de ganar la Liga y le ofrecieron al as brasileño; demostrando que no sabía un carajo de fútbol y que no estaba dispuesto a aprender ni jota (hay tipos de una pieza), él prefirió quedarse con Kiko, cuyo fichaje ambicionaba el Barcelona. El delantero de Cádiz pasó poco después de sublime artista a mozo de cuadras no apto ni para barrer las deyecciones de Imperioso.

El amor / odio mola más que el análisis. Así, cuando Torres juega bien, el Atleti no le sirve; y, cuando no tiene su noche, quien no sirve para el Atleti es él. Pero tanto los idólatras incondicionales como los detractores furibundos trabajan al dictado del club (¿por un estipendio?), y el club quiere desprenderse de Torres a toda costa. De modo que los primeros remachan un clavo: el ariete se irá, y nos hace un favor cada vez que se pone la camiseta rojiblanca, y los segundos insisten en que está ya muy visto y sería ventajoso venderlo ahora.

Para esa canalla, las calamidades del Atleti son producto de su misterioso destino de Pupas o culpa de tal o cual futbolista o preparador, jamás de los dirigentes. Y así, hay rabiosos y achulados ilusos (son los peores), que acusan a Aguirre de jugar con la ilusión de la hinchada (cuando deja en el banquillo al “Kun”), como si los Gil y sus cómplices no la hubiesen pateado a mansalva durante casi dos décadas, al igual que un niño sádico la cabeza de una muñeca pepona. Pero, claro, es más fácil insolentarse contra el débil que plantarle cara al poderoso. (Más fácil y más lucrativo, pues si el valiente y juicioso comentarista Ribagorda no mintiera ni se engallara contra el indefenso entrenador, no cobraría del papel donde coloca sus insulsas memeces.)

Frente al mister aguafiestas de turno, las técnicas ilusionistas, consistentes en anunciar la llegada de un jugador que de inmediato firma por otra entidad, suscitan unánimes elogios. ¿Cuántos cracks atados y bien atados hemos perdido en 2006? ¿Media docena? Ya no van a la realidad ni de visita.

En 2006, pudimos ver cómo los incidentes provocados por los tradicionales gamberros y las pancartas injuriosas merecían la pasividad de los seguratas del club. (Qué raro, porque en otras ocasiones, cuando lo que se lee en los pasquines incomoda a Gil Marín, acuden veloces y heroicos, como los bomberos al fuego.) Pero la prensa deportiva (perdón por el sarcasmo) optó por desentenderse. En cambio, le prestó indignada cobertura al desaire de las peñas para con Álvaro Albarracín en la última expedición de Copa. (Las peñas no invitaron a cenar al afable anciano que Gil Marín y Cerezo largan a provincias para que represente a la entidad. Pobre hombre, el frío que pasa por esos palcos en invierno, mientras sus jefes se quedan en Madrid, bien abrigaditos.) Pero los perros, que sólo mueven la cola a una señal del amo, ladran lo suyo para acallar las escasas voces discrepantes.

Permitidme que intercale una pequeña historia real a propósito de la censura en el inocente reino del deporte. Un diario de Madrid publicó no hace muchas semanas unas declaraciones de Minguella, en las que éste acusaba a Laporta de presionar a los diarios catalanes para que expulsasen a los redactores no muy afines a la actual directiva del Barça. Me consta que el director del periódico que acogió esta denuncia imprescindible (¿qué sería de nosotros sin la libertad de prensa?) recibía frecuentes llamadas de Florentino Pérez, quien desde el otro lado de la línea telefónica impartía doctrina, consignas y órdenes o se quejaba de tal o cual reportero u opinante. De hecho Florentino logró que uno de los dos medios de Madrid que rivalizan por analfabetizar a las masas del Foro despidiera a los encargados de la sección merengue. ¿Su crimen? No ser del Real. ¿Purga ideológica o limpieza de sangre?)

En el ejercicio que expiró arreciaron las argucias para despojar al Atleti de su único patrimonio tangible: el estadio. Me opuse, me opongo y me opondré a que el ayuntamiento de Madrid trate con Gil Marín y Cerezo; y lo hago, lo hice y lo haré en virtud de dos principios que pertenecen más a la micropolítica que a la ética. El primero: las ciudades no fueron levantadas para que los clubes de fútbol dispongan de ellas a su capricho; el segundo: una institución pública no puede negociar con quienes han saqueado el Atleti.

Por lo demás, 2006 también fue el año en que le impusieron al equipo el uniforme de payaso. Y nadie lo indultó de otra condena: vivir en el futuro (ese no lugar que contiene el fin de todo y de todos). Pero los que llaman ilusión a una facultad incompatible con la vista y el raciocinio, los sujetos cuyo modus vivendi es la propaganda, los urdidores de memoeriales y los inventores de una prosperidad indistinguible de la miseria, preparan sin duda las próximas indignidades. Les sugiero ésta: conceder, a título póstumo, la insignia de oro y brillantes del club al caballo de Gil. Ya en su día el único que descendió a los Infiernos fue el genio de Valdeolivas; los demás tuvimos que contentarnos con bajar a Segunda. ¿Qué perifollo o girnalda le pondrán al próximo fracaso?