Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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El garito

¿Debe o no alinear Luis a Torres en el intrascendente partido contra la Arabia Saudita? No es fácil decidirse por una opción u otra, aunque el seleccionador haya elegido la segunda sin vacilar. ¿Razones para que el "Niño" jugase al menos un tiempo? Está en racha y no conviene que se enfríe; además, el aliciente de quedar Pichichi es un poderoso estímulo para un chaval como él. ¿Razones para que no juegue? Evitar que el cansancio se acumule en sus músculos y en su cerebro y eludir el riesgo de lesión. Yo le daría 45 minutos, pero también me convence el criterio de Luis.

Hablando de Torres. Cerezo y Gil Marín son como el poli bueno y el poli malo, aunque quizá fuera más riguroso hablar aquí del forajido bueno y del malo. (No obstante, creo que me equivoco cuando me refiero a Gil Marín y Cerezo como si pesaran lo mismo los dos. Desengañaos, Cerezo no es más que el ministro portavoz del otro; eso sí, con licencia para las grandes palabras hueras de hechos que las respalden. Pero en el Atleti es el hijo del Difunto el que deshace a voluntad.)

Cerezo declara que los seguidores rojiblancos no tienen por qué echarse a temblar cada vez que Torres marca un gol en Alemania. Es inútil que grite hasta quedarse afónico; a los aficionados la camisa no les llega al cuerpo. La oferta al "Niño" para que prorrogue su contrato con el Atleti (sólo por una temporada más y con una sensible rebaja de la cláusula de rescisión), que demostraría el interés del club por el jugador, es en realidad, por su cicatería, otra invitación a que se vaya.

Tanto intriga en la sombra el bandido malo para que Torres se quite de en medio, que hasta los aspirantes al sillón de fatuo en jefe (perdón, presidente) del Madrid blasonan de llevar en su candidatura al "Niño". Al final, los simplones hinchas del Atleti se conformarán con que no se fugue al Real, peligro imaginario del que nos salvará el tunante de Gil Marín vendiéndolo a un conjunto italiano o inglés. Se las sabe todas ese prócer, todas menos organizar un club que no parezca una cutre casa de apuestas.

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