Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Triángulo de las Bermudas

Los parásitos tejen su red de incompetencias y bribonadas, okupan el centro geométrico y funcional del club. Los equipos que improvisan (con una mordida para ellos por cada fichaje, que si no de qué) son, como era de presumir, endebles y perdedores. Los comentaristas no saben una palabra de fútbol, pero, por si acaso, jamás la toman con los okupas, que, gracias a ellos, sobreviven a todos los bluff y hacen pingües negocios con las calamidades del Atleti. (Aprovecho la oportunidad para decirle al idiota resabiado que acusa a los jugadores de no ser conscientes de lo mucho que representa la entidad —el tal FJ Díaz, sin ir más lejos—, que los futbolistas la defienden mucho mejor que él y los mendrugos de la prensa especializada que rivalizan con él en servilismo. ¡Así los quiere Gil! Si hubo un jugador del Atleti en Anoeta que hizo el ridículo fue Perea, el hombre más voluntarioso y entregado del mundo mundial y uno de los practicantes del balompié más torpes de que guardo memoria.)

Por último, la afición (entre nosotros, la peor de España y parte del extranjero) se cruza de brazos y calla dócil, sumisa, borreguil (o borre-gil, como prefiráis); sólo abre la boca para bostezar o para increpar al último mono, olvidándose de los primates que, a toda prisa y por los atajos, conducen al clan hacia el despeñadero. Dirigentes, críticos e hinchas: un triángulo tan fatídico como el de las Bermudas, que se tragará al Atleti sin dejar rastro del club.

(De récord.) No hay marca que el cuadro del Calderón no pueda superar, si se lo propone. Considerad si no el brillante registro de haber visitado Anoeta 14 veces para cosechar 12 derrotas y dos igualadas. ¡El peor conjunto que ha visitado el coqueto estadio donostiarra! Nadal dice que tarde o temprano perderá un partido en tierra batida. Gil Marín y Cerezo, que algún día ganaremos en San Sebastián. El tenista colecciona copas; los dos compinches, bestias negras, en casa y a domicilio.

(La escuadra y el cartabón.) No me irrita que Torres falle goles cantados, sino que chute mal, más aún, que su postura a la hora de golpear el balón sea, a menudo, completamente defectuosa. Hace un par de semanas, vimos una foto de Ronaldo, en el instante supremo de rematar a puerta. Aunque era imposible comprobar el resultado de su disparo, intuimos que sería casi milagroso que no hubiera terminado en gol. (Sorprende lo cerca del mentón que llega a situarse la rodilla diestra en pleno chut.) Torres no se dobla nunca hacia delante ni utiliza el empeine o, más bien, la zona del empeine contigua al tobillo. Suele tirar con el interior del pie, demasiadas veces con su canto o borde inferior.

(Indocta cháchara.) Quienes especulan con reforzar al Atleti a base de De la Peña, Angelito y un nueve tanque no tienen ni pajolera idea. Para que De la Peña y el goleador que surgiría de la Premier (¿gratis, o es que los pichichis ingleses no cuestan dinero?) pudiesen jugar, habría que prescindir de Torres y de Agüero. "Lo Pelat" es viejo, pequeño y feble desde el punto de vista táctico. En cuanto al killer del área, háganle caso a Luis Aragonés: el nueve del Atleti es Torres. Saldría más barato ponerle un profesor de tiro (¿por qué no Pantic?) y prohibirle bajar del medio del campo, para que no malgaste fuerzas.

¿Comprar a Raúl García? Sí, pero a condición de que no sea una nueva fantasmada, miserable especialidad de Giles y Cerezos. Ah, y yo traería a Alves en vez de a Ángel. ¿Que valdría una fortuna? Hagan caja vendiendo a Galleti, Seitaridis, Perea, Jurado, Mista, Pernía, Petrov…

(Diana cazadora.) El año pasado Florentino amagó el plante y el recurso a la justicia ordinaria; éste, los esbirros del Real han puesto precio a la cabeza de un árbitro. Distintas estratagemas conducentes al mismo fin. Porque a esos redomados granujas no les importa tanto Turienzo como sus colegas de profesión. He ahí un mensaje que hasta el más obtuso captaría: ¿acaso quieres acabar en el centro de una diana, muchacho? ¡No, por favor!

Las patadas en el culo de Turienzo constituyen una advertencia para sus restantes colegas. Pero, como hoy no existe solución de continuidad entre la hipocresía y el cinismo, lo mejor es repartir los papeles. Así, mientras los matones le hacen mobing a Turienzo y Mijatovic lo lincha, Calderón, Raúl y Casillas ¡defienden a los árbitros! A la luz de estos hechos y como no vamos a poner en tela de juicio el vetusto y acrisolado lema: "El Madrid siempre ha sido un club señor", empiezo a contemplar de otro modo el incidente que le costó al Atleti un tanto, en su último enfrentamiento con el Real Madrid. Helguera estaba mejor situado que Daudén; vio el fuera de juego de Perea y lo pitó, en beneficio del espectáculo y de la limpieza del torneo.

(Messidona.) El gol de Messi al Getafe fue estupendo, pero, a mi juicio (no sé lo que opinarán otros aficionados), peor que el de Maradona a Inglaterra en el segundo mundial de México. Menos arduo, ergo menos hermoso. Inglaterra no dio tantas facilidades como el "Geta". Messi sortea a dos contrarios en la divisoria y luego se lanza por una tierra de nadie (huera de enemigos) hacia la frontal; allí, con un simple quiebro y la correspondiente aceleración, se deshace de los tres defensores que, en vez de escalonarse, lo esperaban en línea. (Cayeron como los bolos de un bowling, los pobres.) Luego, desborda al portero y remata a puerta vacía. Creo que el gran mérito de esa jugada está en el inicio y en la conclusión. Al "Pelusa", en cambio, los ingleses le salieron al paso de uno en uno, sin darle respiro. Su insuperable eslalon, que días después repitió con algún regate menos contra Bélgica (curiosamente de este golazo no se habla nunca), fue una acción magnífica de principio a fin.

(Sin gas.) El motor del Barça ratea y los culés pueden perder la liga. Y todo por culpa de las pachangas caniculares, las giras, los mundialitos, las supercopitas y los amistosos, en suma: por culpa de las payasadas. La forma es un estado de gracia sumamente lábil. Y sin forma, el talento es un boxeador que golpea al aire.

(Semifinal.)¡Por fin, un auténtico match de fútbol! Un Manchester-Milán digno de felice recordación. Una lucha de poder a poder, emocionante, bella, con hundimientos y resurrecciones, con espectaculares jugadas y pifias, con cuatro goles preciosos (el primero fue una cantada de Dida.) Yo me quedo con Kaká y Rooney y no con Cristiano Ronaldo (traslada la pelota espléndidamente, pero es muy chupón y pirotécnico.) Para los cronistas embusteros, el Manchester, pletórico de generosidad y fe en la victoria, fue el héroe, y el Milán, un villano mezquino y gazapón. Nada más estúpido e infundado. Los transalpinos no permitieron que el error de su guardameta los desconcertase y defendieron su suerte con astucia, aplomo y técnica. Es una pena que el Milán haya dejado de interesarle a Berlusconi (un Gil de primera división; en efecto, Gil nunca pasó de ser un Berlusconi de cuarta categoría). Que su cabeza está en otra cosa lo prueba el hecho de que haya negligido refrescar un buen once al que siempre le faltó un palmo para alcanzar la altura de la temible squadra que forjó Sacchi. Maldini, Gatusso, Ambrosini, Pirlo (¡y todavía anda por ahí Cafú!) merecían una vejez más plácida. Los rossoneri, por pura fatiga, regalaron en los últimos tiempos un par de Copas de Europa, pero hace años que Berlusconi amortizó el Milán.

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