Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Partidos por el eje

Pese al forcejeo del final, pese a los ¡uy! y a los ¡ay! de última hora, pese al ardoroso despliegue de Forlán y al talento de Agüero (que llegó a disfrazarse de zurdo nato para nuestro asombro y nuestra delicia), la cosa terminó como recelábamos muchos (entre ellos los miles de seguidores que desoyeron la dócil convocatoria de las peñas: 11 + 50.000). Porque el Atleti no había salido vivo de Mestalla sino mediomuerto, y aunque el Valencia de hoy parece ese pez que da las últimas boqueadas antes de que lo metan en el frigorífico del buque, traía una ventaja muy superior a lo proclamado por los videntes cegatos, ventaja que ni el falso crack Joaquín ni el cancerígeno defensor Helguera fueron capaces de dilapidar. (Undiano también influyó lo suyo, nadie lo dude.)

Vistas las cosas a ras de césped, lo que le pasa al equipo de Aguirre no es un problema de falta de coraje o de ausencia de garra y compromiso, aunque es verdad que da síntomas de fatiga y comienzan a insinuarse en su ánimo las primeras arrugas de la desmoralización. (Me remito a la segunda parte contra el Madrid, en la que sólo el "Kun" inquietó a Casillas, y al encuentro contra el Mallorca: en el Ono Estadi, Varela y Jonás impusieron su vigor y arrollaron a sus respectivos pares.)

Ahora bien, ¿a quién pueden sorprender estas flaquezas? Era algo que se veía venir. En el medio del campo, el Atleti ha perdido a Maniche (el mejor de los que actuaba en la zona) y los otros o son lentos (Raúl García, Motta, Cléber) o poco orgánicos (Simao, Luís García, Jurado o Reyes).

Simao sabe jugar al fútbol pero es un fideo; posee buen toque y visión, pero también un cuerpo incompatible con una gran liga. ¿Es que no aprendió el club de la experiencia de Juninho? Luís García es un segundo delantero al que ponen de interior. Sin embargo, resulta obvio que le van más las jugadas cortas porque tiende al barullo, a la complicación innecesaria, y le arrebatan el esférico con facilidad. Sitúenlo delante (cuando haya que suplir a Forlán o Agüero) o en la grada.

Vamos ahora con el vilipendiado Reyes. ¿Se escaquea, según la conocida imputación de quienes no le perdonan que el año pasado prefiriese el Madrid al Atleti? (Lo único que deseaba Reyes era no volver a Londres y le daba igual el equipo que lo contratase.) No, Reyes no se escaquea; lo que ocurre es que siempre fue un jugador irregular, de ánimo y palmito frágiles, que, por cada buena acción, juntaba seis o siete malas. Cierto: este año la proporción ha empeorado, pero tal vez la culpa no la tenga sólo el chaval. Y Motta es un guardia de tráfico a la antigua, un poste asaz quebradizo. (Los del Barça no son como Ferguson —el dadivoso manager del Manchester— y no regalan hombres útiles.)

Así pues, los problemas originados por la falta de equilibrio general, la corta clase técnica de los zagueros y la corta clase física de los centrocampistas (los grandes no son dinámicos y los pequeños no son fuertes) habían sido disimulados durante el primer tercio de la temporada gracias a una buena forma prematura: el legado ponzoñoso de la Inter-tontos. (Ya dije después de la goleada al Zaragoza que probablemente estábamos viendo al mejor Atleti posible.)

Aquel bullicio ha dado paso a una falta de productividad ofensiva y a un decaimiento innegables. Y aquí es donde trasparece en todo su siniestro fulgor una política de contrataciones aventurera, comisionista y demagógica. Para que la afición no echara de menos a Torres, los okupas dieron en incorporar a la plantilla rojiblanca a varios futbolistas más famosos que consagrados, más populares que resolutivos, los cuales cobran mucho (para no hablar de lo que han costado algunos de ellos) y hacen poco. Pero dicha política, lejos de haber sido denunciada por esa caterva de estúpidos terminales que hemos convenido en llamar "periodistas deportivos" (con diferencia los humanoides más brutos del Viejo Continente), fue respaldada con alborozo, más aun: saludada con rugiente entusiasmo. (No informan; actúan como ganchos de los timadores; tal es su única profesión conocida. Una lista provisional de tales calamidades —o esbirros de "Calam"— la ofrece "El Eterno Aprendiz" en su última colaboración.)

Ahora anda por ahí Cerezo rezongando que al Atleti le faltan tres o cuatros futbolistas de primer nivel. No, hombre no, le sobran el presidente, el consejero-delegado y García Pitarch.

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(Última hora.) Por alusiones, dejaremos que intervenga el director deportivo del Atleti. Esta va por los calamitosos: "Ahora es fácil discutir y criticar, pero en verano no mostrasteis discusión (¡sic!) posible cuando hicimos cada una de las presentaciones de los nuevos fichajes. No me ha defraudado ninguno y las decisiones que se tengan que tomar sobre ellos (sic) llegarán en junio", apuntó antes de centrarse en el caso de Reyes y Luis García, blanco de las últimas críticas: "Son dos grandísimos jugadores y no conozco a una sola persona a la que no le gustara su fichaje, en el caso de Luis (García) su contratación obtuvo la unanimidad de todo el mundo, ningún aficionado o periodista estuvo en contra". Es paladino que no habría decisiones que tomar en junio si los fichajes no hubiesen defraudado. Aunque a lo mejor la cosa entraña más cínica desvergüenza de la que suponemos, y Pitarch nos quiere dar a entender que ya se sabía que eran mediocres y que en junio los despedirán para enrolar a otros de similar competencia.

¿Y esta otra para quién será? "Me parece muy desproporcionado todo lo que ha sucedido. Es incomprensible crear una crisis artificial a partir de uno o dos comentarios totalmente infundados, que no entiendo de donde los han podido filtrar (¡sic!), porque fuentes del club hay muy pocas y entre ellas no hay ninguna que pueda decir algo distinto a lo que yo estoy diciendo ahora mismo". ¡Ay amigo, qué poco conoces a tu jefe! But off course, el gran filtrador de los infundados comentarios (¿acaso te fuiste de la lengua delante suyo?) es Garganta Profunda, alias Twistface, alias Calam, alias Gil Marín, que les haría la cama hasta a sus seres queridos. Ahora sois tú, García Pitarch, y Aguirre los que estáis en el ojo del huracán, mientras él, muerto de miedo, se escurre hacia el Porsche, las pastillas, la M-30, el rentable mañana…

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