Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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La piedra filosofal

Hay quien opina, de buena fe o porque le gusta sentar la cabeza (en un cojín), que "Twistface" es un mal gestor; lo cual equivale a suponer que Al Capone era una especie de hostelero poco pulcro, cuyo principal defecto consistía en que aguaba el whisky. Pero el quid del formidable negocio, que puso en marcha el fundador de la dinastía y prosigue viento en popa con su vástago, reside precisamente en vender fracaso al precio de éxito. Se trata de una alquimia inversa: la de transmutar el oro en hierro y cobrar por la operación. Y al igual que en el caso de la alquimia genuina, también hay aquí una piedra filosofal: la propaganda. ¿Qué se ha perseguido a través de la propaganda? La resignación masoquista de los seguidores colchoneros. En el fondo (aunque ya no lo disimulan), lo que siempre ambicionaron los Gil y sus acólitos, secuaces o cómplices es que la afición del Atlético se abrazara al icono del "Pupas": al infortunio, a la derrota, al fracaso, a la perenne decepción. El retrato robot del perfecto hincha del club, distribuido por la entidad a través de todo cuanto hacen o dicen los empleados de Gil Marín, es el de alguien predispuesto a las desgracias (pero sólo a ellas), todo corazón (o sea, sin ningún cerebro), que cree porque es absurdo, y que, en su fuero interno, disfruta con los males del club, de los que espera no verse desprovisto jamás. Drogadicto de ilusiones machacadas por la realidad, ya no sabría vivir sin una dosis de catástrofe. Esta incondicionalidad del seguidor atlético debería ser suficiente para que no desertase, ni se le ocurriera protestar o conducirse como los aficionados de otros clubes. A la luz de tan diabólica estrategia (y dejo al criterio del lector aquilatar hasta qué punto ha tenido éxito), el eslogan de los disidentes "Otro año, otro timo", sólo merece una indignada denuncia, por contrario al espíritu del club. Y hay comisarios del pueblo que, cuando la gente sensata lo esgrime, replican: "Eso sólo lo diría un madridista".

De ahí que en el sardónico carpe diem de Garci-Pitarch haya poca invitación al disfrute y mucho ajo y agua. Recuerda, le susurra al forofo, que no eres más que un mísero pecador que, para ganarse el cielo, necesita nuevas calamidades.

Como el futuro es ayer, el club alquila un cuartucho en el Calderón a los incondicionales que deseen guardar allí sus cenizas. No quisiera parecer macabro, pero estos vivos ya se la han jugado a los muertos de Marbella, que no pueden descansar en paz porque el Difundo, pignorando el cementerio, los privatizó. (Ahora son de alguna caja de ahorros.) En justicia, ellos serían los primeros a quienes habría que inhumar junto al lago de Ruiz Gallardón.

Leo en el periódico: "El Ayuntamiento mantiene a delincuentes al frente de la funeraria". Y trata con otros delincuentes para expulsar al Atlético de Madrid a las tinieblas exteriores. No es raro que también el eslogan de los okupas sea: "¡Podemos!". Pertrechados con él, a qué no se atreverán.

Comentarios

Madder ha opinado:

Ver en el mismo párrafo aparecer a la funeraría y a nuestro club me temo que puede ser algo más que una coincidencia de esta columna.

# julio 25, 2008 6:31