Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Lloviendo sobre mojado

1) ¡Alirón!

La propaganda radiofónica ululó durante siete días con sus siete noches: "¡El Atleti ante su mayor reto europeo!". Estas cosas suelen enojar a los seguidores rojiblancos, que intuyen en ellas un sutil menosprecio hacia el club, pero si se fijan bien es casi halagüeña esa visión de una entidad canija en lucha por ser "Miss Andorra", si la comparamos con el mero terror que siembran en el ánimo de los forofos los okupas del Atleti, quienes le han cogido el gusto a disfrazarse durante la pretemporada de hombres del saco. Con el nuevo abono, y hasta que concluye el periodo de fichajes, Gil Marín y Cerezo regalan ahora a su público el sudor frío del gladiador del Circo Máximo, para quien la derrota a menudo significaba la muerte. La derrota conduce al abismo por el camino más corto posible, al igual que la victoria comunica directamente con el esplendor, pues esos nigromantes chapuceros no renuncian a disolver en la miseria actual unas gotas de porvenires fastuosos, estadios flamantes, ciudades deportivas que se dilatan hasta el horizonte, plantillas repletas de cracks...

Pero un equipo que depende de un triunfo para sobrevivir está kaput. Y si se salva del primer zarpazo del destino, lo más probable es que no logre esquivar el segundo o el tercero. Ahora bien, el Atleti ha perdido y ganado varios partidos decisivos en las últimas pretemporadas: Intertontos, rondas previas de la UEFA y de la Champions…, sin que ninguno de ellos decidiera nada. De ahí que el lobo, disfrazado de griego este año y de alemán el anterior, ya no atemorice a nadie. Todas esas contiendas a vida o muerte tienen un segundo punto en común: se disputan en agosto. Es lo que tiene fracasar en la campaña precedente: mientras los clubes competitivos juegan las auténticas finales en mayo, el Atleti riñe la suya, que es de latón, cuando la gente aún está de vacaciones. Ya es la tercera que gana, si incluimos la inolvidable tarde contra el Bistrita. ¡Alirón! (Pero ay de quien escupa sobre los dos cuartos puestos consecutivos en la Liga, de los que presume el club, pues, si no me equivoco, son ex aequo ¡la cuarta y la quinta mejores clasificaciones del Atleti en el casi cuarto de siglo que viene durando la era Gil!)

2.) Dejà vu

Los okupas del Atleti también han ideado para consumo de las masas adictas al escalofrío veraniego otras clases de calamidad, singularmente una: la de perder al fenómeno y medio del equipo, combinada –un refinamiento no del todo original, admitámoslo– con la posibilidad humillante de adquirir algún despojo del Madrid. Varios fueron los jugadores merengues por los que, según la prensa aleccionada por los okupas, se habría interesado el Atleti durante las últimas semanas. Al final, el nombre que resonó con más fuerza y verosimilitud fue el de un tal Miguel Torres, con mucho el peor futbolista de los vecinos; lo reconozco: aquí los okupas rozaron la genialidad sádica. Hubiese sido muy fuerte, después de haber exportado al Torres bueno, desembarazar a Florentino del Torres malo.

Un repaso a la historia reciente de esos trasvases enseña que el merengue rebotado jamás triunfa en el Atleti. La afición suele darle más importancia a la procedencia del jugador que a su calidad; se conduce tan irracionalmente como los que rechazan la carne de cerdo por considerar que el animal está maldito o es impuro. Pero una racionalización de la fobia nos indicaría que el hombre que no vale para el Madrid tampoco y con mayor motivo vale para el Atleti, porque si no triunfó cuando las condiciones eran idóneas (los arbitrajes, los compañeros, la propaganda…), menos lo hará en un club desfibrado, mustio, espectral, como el Atleti.

A la postre, la tormenta de lo peor (o sea, la intensamente deseada, por los okupas, fuga de Agüero) no descargó, y entonces salieron Gil, Cerezo y sus mariachis, como los hechiceros de las tribus, a presumir de haber logrado aplacar la cólera de los dioses. Sin embargo, lo sucedido durante la canícula, por muy bochornoso que se antoje, tiene precedentes. Haga el lector un poco de memoria. Por ejemplo, la traca final: el traspaso de Heitinga, no es de ningún modo un hito. Peor fue cuando a pocas horas del cierre del mercado largaron a Vieri, el mejor ariete de la Liga, sin traer a nadie para sustituirlo. (Y la grada tan feliz: "¡Vieri, Vieri, va fan culo!", gritaban a modo de exorcismo los hinchas, antes de sufrir un ataque de amnesia y de que les acometiera el telele del "¡Que bote Jesús Gil!". En efecto, hay cosas peores que la ola).

Tampoco es una novedad el hecho de desinvertir o invertir cantidades ridículas justo cuando aumenta el caudal de las fuentes de ingresos: en vida del Difunto, y para afrontar una Copa de Europa, el equipo fichó un central de madera: el rumano Prodan; un medio despistado, tristón y algo gafe: el checo Bejbl; y procedió a la permuta de Penev por Esnaider.

¿El sablazo de los 20 euros a la afición? Es verdad: la UEFA considera que las rondas preliminares también son Champions. Pese a ello, los okupas sacan del paquete el game de la previa y fuerzan al abonado a pasar por caja. Le debían una del año pasado (aquel partido en el Manzanares contra el PSV a puerta cerrada); y, en vez de pagársela, ¡se la cobran otra vez! Pero el consumidor colchonero siempre permitió que los okupas lo expropiasen, estafasen y ninguneasen. Ya va siendo hora de reconocer que la docilidad ovejuna de la masa rojiblanca y la absoluta falta de escrúpulos de los dirigentes del club guardan entre sí una relación de causa a efecto. La primera constituye un acicate para la segunda, peor aún, le plantea un desafío: hallar el límite de lo que puede aguantar el sufridor. (¡Y luego hay quien sostiene completamente en serio que los okupas buscan otra clase de aficionado! ¡Pero si les va de maravilla con ésta!)

¿Que no puede ser que los jugadores vengan por una cantidad y se vayan por otra inferior? No seamos ingenuos; quizá estas operaciones, a buen seguro desventajosas para el Atleti, no sean fruto de una pobre capacidad de negociación. Las comisiones o mordidas funcionan tanto para comprar como para vender. Pero mientras a cada compra le es aplicado un sobrecoste, una especie de gravamen oculto pesa sobre cada venta; de ahí que el club ingrese menos de lo que gasta. A tan loable contabilidad obedece la por algunos denominada "deuda histórica", estrictamente coetánea de los Gil.

Más contenciosos. ¿Las localidades sucias? Bueno, ¿alguien ha tenido la idea de exigir en una pancarta: "¡Guarros, limpiad los asientos!"? No padre. Por suerte ningún hincha rival ha dado en llamar a los parroquianos del Calderón, además de ‘indios’ y ‘colchoneros’, los del culo tiznao. Me extraña que el marketing del club no haya incorporado esta inconfundible seña de identidad a las campañas de la Sra. Rushmore; será que los okupas piensan que la roña de los asientos estimula el alquiler de almohadillas.

¿El desprecio de Telemadrid? ¡Pse! Hombre, hubiese sido prudente poner una cláusula en el papel firmado con Tele-Espe donde se especificase que, en caso de no incluir la citada cadena en su programación el amistoso o la pachanga, el club se reservaría el derecho a negociar la retrasmisión del amistoso o la pachanga con cualquier otra caja tonta. Pero para Gil Marín eso son minucias. Largo tiempo ordeñando el club, tiene por costumbre ignorar a la vaca.

¿Y el refuerzo de María Villota? Puede parecer una noticia basura (aunque los risueños locutores de la SER que despacharon el asunto de Heitinga en un abrir y cerrar de ojos, consagraron nada menos que cinco minutos a la mujer que siente una motivación "bestial" (¡sic!), ante la perspectiva de conducir un bólido en el que ponga "Te quiero Atleti, loló-loló"), pero tampoco contiene un adarme de primicia. ¿No fanfarroneó Gil con poder comprar la escudería Brabham?

Por último, ¿es García Pitarch el peor secretario técnico de la Historia? Si nos atenemos a las pruebas, no más que Toni Muñoz, M.A. Ruiz, Futre o Rubén Cano, anteriores inquilinos del puesto. Todos estos grandes profesionales encararon su cometido con la disciplina y circunspección de unos ejecutivos hechos y derechos. En lo que Pitarch aventaja a sus colegas es en la mezcla de chulería y victimismo, en el tono borde y suficiente pero a la par de hipocritona contrición con el que trata de justificarse y exonerar a sus jefes. Esta frase suya, por ejemplo, es antológica: "Si de algo me arrepiento es de haber fichado a Luis García" (¡sic). ¡Luego está muy ufano de haber hecho lo propio con Mista, Zé Castro, Eller, Diego Costa, Santana, Reyes o los uruguayos no name que contrató ayer mismo! Pero García Pitarch no es más que una anécdota que los avispados defensores de Gil Marín y Cerezo quieren transformar en categoría.

3.) Vampiros

Sí, es lo mucho que joden y lo tan seguido. Había que deshacerse de Fernando Torres, enajenar el estadio y clasificarse para la Copa de Europa para que el dinero y el poderío afluyeran a la institución, pero el dinero ha ido a parar, como siempre, a la cartera de Gil Marín, que lo devora como el carbón las máquinas de vapor de los trenes, las antiguas cafeteras de grato recuerdo. Y en cuanto al poderío, los okupas lo disimulan muy bien porque nada se asemeja más a la impotencia. Pero los medios de comunicación los defienden y amparan, ¿por qué será?

Quizá nos ilumine lo dicho por un ideólogo del Madrid a propósito del Atleti. "Donde antaño había fraude, caos, egoísmo y enemistad generalizada, ahora hay decencia, ortodoxia financiera, amor a los colores y respeto ajeno" (¡sic!). Bienvenido al club de los bribones, que también lo es de la comedia. Este caradura no está mal informado; lo que ocurre es que, gracias a Gil y a Cerezo, el Atleti se ha convertido en una sección del Real Madrid, la que, con sus perseverantes fracasos, contribuye al éxito de las otras. Gil y Cerezo constituyen dos enemigos acérrimos del club cuyo accionariado usurpan, la quinta columna que envilece, desmoraliza y destruye la institución, y son más granujas porque se entrenan full time. No descansan ni los domingos ni las fiestas de guardar; tampoco es que trabajen en sentido estricto; su labor consiste más bien en maquinar negocietes enmarañados y apestosos. La deuda por ellos creada es un colosal tanque de sangre conectado por una intrincada red de venas y capilares con sus bancos. Y claro, el Atleti está exangüe por culpa de estos dráculas y siempre lo estará. ¡Estaca y ajo!

Comentarios

Javidelugo ha opinado:

La verdad es que el panorama tras las vacaciones no vuelve a diferir mucho de lo que esta ílegítima directiva nos tiene acostumbrados: la de una institución exhausta que malvive en un estercolero lleno de ladrones.

Supongo que habrá leído el artículo que Rubén Uría publicó en Eurosport bajo el título de "Giles y Cerezos". Hace un retrato bastante aproximado de lo que es la realidad del club.

Lo que me ha sorprendido fue que comentase un detalle sobre el gran José Eulogio Gárate que todavía lo dignifica más como persona: ha dado de baja su abono.

Si no lo ha leído todavía échele un vistazo:

es.eurosport.yahoo.com/.../3682

Saludos.

# septiembre 5, 2009 10:12