Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Orgullo de padre

 

Así pues, "el Atleti de las mil caras" (según la fórmula de un jeta que cobra a tanto el embuste), las mil muy duras y poco favorecedoras, no ha tardado en volver a mostrar la única reconocible a lo largo y ancho del último cuarto de siglo, modelada como una máscara mortuoria por la familia Gil y sus secuaces: la de un conjunto fondón y desmoralizado, capaz de ahorcarse de un pelo, torpe en lo táctico, mediocre en lo técnico, sin hechuras, sin forma, repleto de jugadores ineptos y faltos de luces (añada el lector a la retahíla lo que guste).

Siempre opiné que, si hubiera 15.000 auténticos aficionados al fútbol colchoneros, ninguno de los problemas que padece la institución bajo el execrable gilato habría revestido la gravedad presente, pues la estética hubiese suplido el déficit de ética y de política. La exigencia de un buen espectáculo deportivo habría imposibilitado o entorpecido los manejos de los granujas. Para mí es un misterio por qué las personas que pagan una entrada o un abono para acceder al Calderón se resignan a ver los bodrios que preparan cada año giles y cerezos.

Rebuscando entre las docenas de escritos abandonados a la mitad, hallo este “Orgullo de padre” que hace unas semanas perfilé. Ha necesitado muy poca corrección y añadidura. Dice así:

Asumamos que hay más padres futboleros que madres. Pues bien, el de Raúl García opinará que su hijo debe ser titular en vez de Tiago y que Quique la tiene tomada con él y por eso a veces lo alinea de ocho o de diez, como si quisiese que fracasara. El de Mario no habrá visto con buenos ojos que su retoño haya sido preterido gran parte de la temporada para que Assunçao o Tiago usurpasen la camiseta. El de Fran Mérida se habrá preguntado qué injusta decisión del técnico pudo relegar a su vástago, cuando Simao tampoco era gran cosa y sus saques de esquina morían a la altura de la cadera del primer defensor oponente; ahora también se hará cruces con la crónica suplencia del ex del Arsenal, en beneficio de Koke. El de Domínguez se subirá por las paredes con sólo mencionarle a Godín; el autor de los días de Valera (en estrecha complicidad con la madre del jugador) lo hallará más rubio y apuesto que Ujfalusi, etc. Los mayores de los futbolistas extranjeros mencionados también tienen su corazoncito, pero residen muy lejos y hasta aquí sólo nos llegan los débiles ecos de sus amargas censuras, cuando Quique pone a otros en lugar de su adorada progenie. Pues bien, todos tienen razón y ninguno la tiene. Salvo honrosas excepciones, el mejor jugador del Atleti es el que calienta el banquillo, sobre todo si es de la cantera, que ha forjado en los despachos algún número uno del ojeo y el adiestramiento. La cantera es el B, que anda por la mitad de la tabla en el Grupo Primero de Segunda B (no sin haberlas pasado canutas durante casi todo el ejercicio) y también las otras secciones, las cuales, salvo los alevines, no sólo van detrás de las del detestado vecino sino que vegetan en posiciones indecorosas. Los cedidos trotan por el mundo sin que nos llegue la más liviana noticia de sus proezas (últimamente había hecho algo Cedric, decían). Negros o blancos, altos o bajos, fornidos o escuchimizados, militan aquí o allá pero sin pena ni gloria. Imagino lo que dirán sus padres.

Sin embargo, estoy seguro de que todos los agraviados papás coincidirán en un juicio: ¡Que mi chiquitín no juegue y lo haga Perea! Yo creo que la alineación sistemática de semejante no futbolista (malísimo cuando defiende y pésimo cuando pasa el balón) es la piedra de toque de cualquier entrenador que se precie. Que pone a Perea, no sabe y punto. Que no lo pone, a lo mejor entiende algo de fútbol.

Todos los que han alineado a Perea, junto con el secretario técnico que lo trujo (el bueno de Toni Muñoz), no sólo perjudicaron al equipo, sino que inculcaron en el espectador del Manzanares una lección perversa: para ser titular en el Atleti de hoy no hace falta un mínimo de comprensión del juego; basta con correr y cruzarse aparatosamente. Esa unánime confianza en el colombiano acostumbró a un público nada selecto (el del Atleti, la mejor afición de España y, no obstante, la peor de Europa) a que el pase al contrario, el patadón sin rumbo, la pifia y el despiste son normales y hasta dignos de aplauso. Por eso, cuando los centrocampistas del Atleti rifan el cuero, no hacen sino seguir el ejemplo de Perea, y cuando los exteriores abusan de la pelota hasta que la pierden, fingen rechazar al principio el método de Perea para después reconciliarse con él más y mejor. Forlán o Diego Costa se dejan aconsejar por Perea, y no digamos Valera o Domínguez. Cuál no será su influjo que, si no actúa, los demás siguen fieles a su patrón (el ridículo contra el Hércules fue, no cabe duda, un emocionado homenaje a Perea). Y hay una jugada preferida de este equipo que simboliza hasta qué punto Perea es su mentor balompédico. Esa en virtud de la cual el medio que lleva la pelota suelta un globo hacia el único hombre que se divisa en vanguardia, quién a la sazón aparece escoltado por los dos centrales enemigos. Es toda una especialidad de la casa, bloody Perea.

Pues bien, un Atleti medianamente competitivo debería ser organizado no alrededor de un fichaje sino de una baja: la de Perea, uno de los peores centrales que he visto en mi vida, y no excluyo a Ruiz, a Balbino, al denostado Pablo, a los tunantes brasileños cuyo nombre es piadoso omitir, o al lucero del alba (que ahora es la estación espacial).

Pero, claro, no sólo Perea debería ser traspasado o recompensado con la carta de libertad; sus émulos también han creado escuela. Las últimas victorias, empates y derrotas ratifican algo ya probado múltiples veces. Siete de los titulares rojiblancos no valen para hacer fuerte y competitivo al Atleti (o sólo valen para que el Atleti luche de poder a poder con el gran Zaragoza de los Braulio, Sinama, Gabi y otros cracks de igual o parecido fuste), y dos de los otros cuatro sobran. Dejo a la sagacidad del lector casar los nombres y los rostros.

Tres síntomas de que el Atleti camina con poderosa zancada hacia su extinción: 1º) El homenaje a Luis Aragonés no llenó un céntrico cine con 800 butacas. 2º) Las firmas contra la directiva, después de lo que ha caído, andan en torno a las 18.000. 3º) Luis Amaranto Perea está a punto de convertirse en el jugador extranjero que más partidos ha disputado con el Atlético de Madrid. (De los tres, el único verdaderamente desalentador es el tercero, que nadie se llame a engaño.)

 

 

Comentarios

Javidelugo ha opinado:

Parece un chiste malo que el mediocre y honrado Perea se vaya a convertir en el extranjero con más partidos en el club, desbancando al mítico Jorge Bernardo Griffa, el cuál recuerda Luís Aragonés que no sólo contribuyó a varios títulos (1 Liga, 3 Copas y 1 Recopa), sino que en palabras de Zapatones ".. y Griffa nos enseñó a ganar."

Por otro lado el cluz de los dos okupas va forjando (tiempo han tenido) nuevos "mitos". Estas "leyendas" del estilo de Perea dan muestra del nivel que ha tenido el Atético duante muchos años.  Es el Atlético de Torrente, de los dos títulos europeos del año pasado (una Europa League contra esa potencia europea llamada Fulham/homónimo del Rayo en Londres, y una Supercopa contra el Inter post Mourinho en descomposición)

Una Europa League que no tiene el prestigio de la vieja UEFA, porque ahora los cuatro mejores van a la Champions y antes no.

Pero el caso es vender la moto y embaucar a la gente, que también pone mucho de su parte.

El ruido de que hacen dos títulos (cómo si fuese la Liga y la Champions), las máquinas arañan La Peineta, promesas de dos nuevos Agüeros... y a seguir parasitando-okupando el club otro medio cuarto de siglo.

Okupación que podría verse interrumpida si los jeques de Dubai pusiesen los ojos en Atlético y no en el Getafe. Cuentan que les enseñaron las cuentas del Atlético y no quisieron saber nada.

Saludos.

# abril 26, 2011 8:36