en

Este blog

Sindicación

Archivo

Actualidad

agosto 2014 - Artículos

  • Sorteo de la fase de grupos de la UEFA Champions League 2014/15


    El Atlético de Madrid, cabeza de serie gracias a su séptima posición en el ranking UEFA con 99.571 puntos se ha visto emparejado en el Grupo A con la Juventus, el Olympiacos y el Malmoe. Los cuatro equipos son los vigentes campeones de sus respectivos países.

    El calendario de partidos es el siguiente.

    16 de septiembre
    Olympiacos - Atlético de Madrid

    1 de octubre
    Atlético de Madrid - Juventus

    22 de octubre
    Atlético de Madrid - Malmö FF

    4 de noviembre
    Malmö FF - Atlético de Madrid

    26 de noviembre
    Atlético de Madrid - Olympiacos

    9 de diciembre
    Juventus - Atlético de Madrid

    Todos los partidos comenzarán a las 20:45.

  • El Atleti Supercampeón de España. Revista de prensa.

    ABC

    El Atlético manda en España

    • Un gol de Mandzukic nada más comenzar el partido le sirve al conjunto rojiblanco para ser supercampeón ante el Real Madrid

    Luismi Cámara / Madrid

    El Atlético de Madrid superó al Real Madrid en el marcador y en el césped en un partido que se llevó gracias a un gol de Mandzukic, pero en el que pudo marcar alguno más. El Real Madrid, sin Cristiano Ronaldo durante muchos minutos en el campo, tuvo alguna ocasión en el primer tiempo, pero luego se diluyó y no supo encontrar la portería de Moyá.

    Cristiano no jugó de inicio. Sorpresa. O no. Porque, pese a que parecía bastante recuperado de la sobrecarga en el bíceps femoral de su pierna izquierda que sufrió en la ida, el luso no está bien. No lo está porque no ha contado con la paciencia suficiente (ni la suya, ni la del encargado de confeccionar el equipo) para darse el tiempo necesario para recuperarse de la mejor forma posible. Es indiscutible que no hay nada más insano que el deporte profesional, y algunos especialistas ya han explicado que CR7 deberá convivir el resto de su carrera con la tendinitis rotuliana que le ha castigado especialmente en los últimos meses y con el dolor y las molestias que la lesión le produce. [Narración y estadísticas del Atlético-Real Madrid]

    Pero más allá de estos dolores, si Carlo Ancelotti llega a arriesgar poniendo a su estrella de partida hubiera mandado un mensaje a los rivales y al propio equipo que no era en principio el más adecuado. El Real Madrid cuenta con la, para muchos, mejor plantilla de su historia. Sin embargo, si Cristiano hubiera saltado desde el inicio en un título menor como éste –desde luego, muy por detrás de la importancia de la Liga, la Champions o del Mundialito de Clubes-, parecería que al Madrid le resulta imposible prescindir del luso con las suficientes garantías de éxito. El sustituto fue el habitual, James Rodríguez. Un jugador que costó 80 millones debería ser lo bastante bueno como para suplir la baja de cualquier compañero.

    El comienzo del partido provocó, sin embargo, que los madridistas se acordaran rápidamente de la falta de Cristiano –agitado y nervioso en el banquillo como un animal enjaulado-. De CR7 y de Ángel di María. El argentino tiene pie y medio fuera del club tras ser descartado horas antes del partido por Ancelotti, que perdía de golpe a dos de sus imprescindibles.

    En el otro bando, todo parecía más tranquilo, que no sosegado. Simeone no da respiro ni en los descansos. El Atlético no necesitaba marcar para convertirse en Supercampeón de España. El postrero gol de Raúl García en el Santiago Bernabéu permitía a los colchoneros afrontar la vuelta en casa con la tranquilidad de saber que no tenían que asumir ningún riesgo innecesario y que era el rival el que debía tomar la iniciativa si quería arrebatarles el título. El marcador inicial daba el triunfo a los de la orilla del Manzanares. Podían esperar a los blancos parapetados atrás, con la serenidad y la calma que les aporta la confianza en los automatismos defensivos que tienen interiorizados a fuego, que realizan con meridiana precisión y que son la base de sus éxitos. Los réditos de este óptimo comportamiento son evidentes desde que el Cholo tomó el mando del equipo.

    Esta campaña no parece que vayan a cambiar demasiado las cosas. Desde que empezó la pretemporada, el conjunto rojiblanco sólo había encajado dos goles en ocho partidos, uno en la goleada (1-5) al Wolfsburgo y el otro en la ida de esta Supercopa. Así, la victoria siempre está más cercana, porque basta con un arranque de calidad de alguno de los miembros de su compensada plantilla para inclinar cualquier duelo de su lado.

    Pero el Atlético no esperó. Salió a dar miedo, como si necesitara una goleada rápida. Y ahí es todavía más eficaz, porque no da tiempo a la víctima de protegerse. Para cuando se quiere cubrir la cara ya se ha llevado un croché que le ha dejado casi noqueado sin apenas haber comenzado el combate.

    Mandzukic golpea

    Para cuando el Real Madrid llegó al partido, Mandzukic ya había asustado en el primer minuto, aprovechando un fallo blanco en el pase en el centro del campo. En la jugada siguiente, había batido de tiro cruzado a Casillas, tras ganar el croata y Griezmann las dos disputas aéreas consecutivas a los despistados Varane y Sergio Ramos.

    Aún le duró un buen rato más el despiste a los merengues. Un tiro de Bale al que respondió Moyá con eficacia supuso el despertar ofensivo blanco. Había pasado ya casi media hora. El galés y James dispusieron de varias ocasiones para igualar antes del descanso pero se quedaron en buenos pero infructuosos intentos.

    Mientras el Madrid buscaba el empate, Raúl García pudo sentenciar gracias al fantástico trabajo de estrategia atlético y a la frustrante e irritante desconcentración, al borde de la desidia, de los madridistas en las jugadas a balón parado. Antes del descanso, el pamplonés remató un saque de esquina sólo en el centro del área, pero su cabezazo se marchó por encima del larguero. Tras la vuelta de los vestuarios, otro testarazo de García en una falta acabó golpeando en el larguero y botando junto a la línea de gol. Casillas sacó la mano para evitar el posterior remate a bocajarro de Mandzukic.

    Cristiano no bastó

    ‘La Bestia’ ya no aguantaba más y Carletto decidió soltarla. Cristiano no parecía la solución porque el problema tenía más que ver con la elaboración del juego y con los desajustes defensivos. Por eso el Atlético era mejor. Los nuevos miembros de la familia colchonera se han adaptado al equipo, mientras que no se sabe si en los merengues son los fichajes los que se están ajustando al sistema o es el sistema el que está variando para acomodarse a las incorporaciones. Mientras los blancos se intentaban aclarar, los del ‘Mono’ Burgos (Simeone había sido expulsado en la primera mitad y fue el exportero el que tuvo que ejercer de titular en el banquillo) castigaban cada error del adversario. En cada fallo, en cada despiste, aparecía un colchonero para recuperar y picar. Koke y Griezmann se quedaron a centímetros de asestar el golpe definitivo en la mandíbula del Madrid.

    No hizo falta, porque los locales volvieron a dejar a cero su portería, la premisa necesaria para alcanzar el objetivo final. No hacía falta más. Pero el Atlético ya había hecho más. De hecho, poco más podía hacer. De golpe, se vengó de la derrota en la final de la Champions, rompió con una racha sin ganar al eterno rival en el Calderón que ya duraba desde la temporada 1998-99 y logró su segunda Supercopa, la que le confirma como el mandamás del fútbol español.

    http://www.abc.es/deportes/futbol/20140823/abci-atletico-supercampeon-realmadrid-201408230024.html

    As

    El Atlético ganó porque sigue siendo él

    Alfredo Relaño

    23 de agosto de 2014 1:45h

    El Atlético se lleva la Supercopa con todo el merecimiento, enterrando de paso el fantasma del minuto 93, que se asomó anoche cuando un balón peinó el flequillo de Sergio Ramos. El Atlético ganó porque sigue igual. Ha perdido jugadores esenciales, pero se sostiene en su idea, mantiene los hombres de la sala de máquinas y Moyá y Mandzukic, que suplen a dos estrellas, han demostrado seguridad y firmeza. Mandzukic, con su gol y con su lucha, se ha convertido de un día para otro en un ídolo de la afición. Pero el verdadero ídolo sigue siendo Simeone, que, por cierto, ayer se excedió.

    En cuanto al Madrid, empezó a perder el partido cuando descartó a Di María, la pieza sobre la que resolvió sus confusiones el curso pasado. La llegada de James ha costado esta baja, baja grave. James es un jugador extraordinario, pero ahora Ancelotti tendrá que encajar de nuevo las cosas. Y si lo tiene que hacer bajo la condición, expresa o tácita, de mantener a Benzema pase lo que pase, le va a costar. Porque encajar a James pide tres medios tras él y sólo dos delanteros por delante. Y James es demasiado bueno, no sólo demasiado caro, como para desperdiciarlo. Ayer, Ancelotti fue injusto con él.

    El Madrid ya no hará su colección de seis títulos. Tiene un grupo de jugadores de calidad estratosférica, pero de nuevo tiene que empezar a hacer un equipo. Lo que tiene le basta para golear a más de la mitad de la tabla de Primera División, pero no para ganarle al Atlético. El Atlético no es el Sevilla, decía yo el otro día. El Atlético es el campeón de Liga y ahora el de la Supercopa. Tantos años sin ganarle al Madrid empiezan a quedar atrás. Ya hasta ha ganado al Madrid con Casillas. Hay que felicitarse por este Atlético que ha irrumpido en la monotonía del pleito constante entre el Madrid y el Barça.

    http://opinion.as.com/opinion/2014/08/23/portada/1408751133_903655.html

    El Confidencial

    JAMES Y KROOS, ÚNICAS BAZAS BLANCAS

    Un pelotazo y dos toques bastaron para que un buen Atlético se llevara la Supercopa

    José Félix Díaz

    Un pelotazo de Moyá, un toque de Griezmann y un perfecto remate de Mandzukic a los noventa segundos del pitido inicial de Fernández Borbalán bastaron para que el Atlético levantara la Supercopa de España ante un lento y triste Real Madrid, con jugadores lejos de su mejor forma como Varane, Ramos o Xabi Alonso y un Cristiano Ronaldo que vio los primeros cuarenta y cinco minutos en el banquillo y los segundos como invitado de lujo en el palco y mostrando que no estaban, ni de lejos, recuperado para jugar.

    El Atlético en este doble enfrentamiento ha demostrado que tiene las ideas mucho más claras que su vecino y enemigo. Saben a qué juegan pese a la innecesaria sobreactuación de su entrenador. Y es que los jugadores parecen tener las cosas más claras que el técnico y saben meter la intensidad justa a los partidos. Ancelotti y los suyos andan todavía pensando cómo encajar a todas las estrellas con un sentido táctico, algo que no ha logrado.

    La concesión inicial del Real Madrid condicionó el resto del partido y, a la larga, sirvió para que el Atlético celebrara un nuevo título y en la cara del vecino. El gol de Mandzukic, tras fallo de un horrible Varane y de Sergio Ramos todavía en modo veraniego, permitió al Atlético llevar al partido a donde le interesaba, especialmente durante la primera media hora. Los de Simeone vieron cómo de repente, en el primer minuto de juego, la historia cambiaba por completo. De los tempraneros goles madridistas de las últimas décadas, a un tanto que ponía por delante al Atlético con aficionados buscando su sitio en la grada.

    El cambio de panorama llevó a los rojiblancos a sentirse cómodos, sin encontrar apenas oposición en un Real Madrid frío, fuera de sitio y mostrando una debilidad defensiva que debería preocupar y mucho a Ancelotti. Esa tan comentada intensidad atlética bastaba para que el equipo local se sintiera dominador ante un conjunto blanco sin apenas fútbol ni velocidad para sorprender al rival. La presión del centro rojiblanco bastaba para frenar los tímidos ataques madridistas. Al Atlético no le preocupaba atacar. No tenía necesidad.

    El dibujo no cambio hasta que James y Kroos decidieron dar un paso, buscar la pelota. El alemán repartiendo juego y haciendo algo tan sencillo como dar el balón al espacio libre, buscando y encontrando al compañero mejor colocado. El colombiano dio un recital de movilidad y de tener una pierna izquierda privilegiada. No tuvo puntería en las tres claras ocasiones que tuvo, pero mostró que hay jugador, que hay calidad detrás de esos 80 millones de euros que ha costado.

    Los últimos quince minutos de la primera parte fueron blancos. Con Benzema en el limbo y Bale sin espacio para poner la máquina en marcha, Carvajal se convirtió en el mejor socio de Kroos, el alemán que tiene ojos a los lados. Y es que el canterano se ha convertido en el único argumento para sorprender con un cambio de ritmo, con velocidad. No hay más. Al menos por ahora. James en dos ocasiones y Bale la tuvieron pero no acertaron para enviar el balón entre los tres palos, como tampoco lo hizo Raúl García en el último minuto. Antes, Modric enganchó un par de balones sueltos que se encontró en el borde del área. Poco más.

    La segunda mitad se inició con Simeone en la grada y con un Atlético mucho más metido en el partido, con ganas de sentenciar. Raúl García, el mejor en los dos partidos, se encontró con el palo y con una mano salvadora de Casillas para evitar la sentencia. La escena se repitió en el 54 y en el 57. Pérdida de balón y ocasión del Atlético. La receta era clara y más sin Kroos en el campo. Ni la entrada de Ronaldo sirvió para que el Real Madrid cambiara el panorama. Un disparo lejano del portugués, alguna aparición de Bale y poco más. Nula capacidad de sorpresa y escasa respuesta ante el mejor saber estar del Atlético. Y es que el Atlético terminó creando el peligro que el Real Madrid fue incapaz de llevar a la portería de Moyá durante toda la segunda parte.

    http://www.elconfidencial.com/deportes/futbol/2014-08-22/un-pelotazo-y-dos-toques-bastaron-para-que-un-buen-atletico-se-llevara-la-supercopa_179829/

    El Mundo

    El Atlético está intacto

    • Derrota al Madrid y logra el título gracias a un gol en el minuto 2
    • Mario Mandzukic marca y somete a la defensa rival

    ORFEO SUÁREZ Madrid
    Actualizado: 23/08/2014 00:46 horas

    Lo mejor para el Atlético no es una Supercopa más. Tampoco el cumplimiento de venganza alguna después de Lisboa. Aquello no lo curan ni cuarenta Supercopas para la familia rojiblanca. No es nada de eso. Lo mejor es la sensación de que continúa donde estaba, a pesar de la pérdida de futbolistas. Empieza la Liga y, por si alguien lo dudaba, el campeón deja claro por qué lo fue, por qué lo es.

    Al sofisticado Madrid lo desbarató lo más simple: el balón largo del portero. A cada envío de costa a costa de Moyá, respondió con inseguridad, sin tener muy claro los roles, quién debía ir al despeje, lo que provocó que el Atlético encontrara opciones en la segunda jugada. Es un argumento tan primitivo como el propio fútbol, donde todo vuelve. El primer gol, cuando no se habían jugado siquiera dos minutos, influyó en que la defensa del Madrid reaccionara como infantiles a cada intento posterior. La desnudó. Varane falló en el primer despeje y Sergio Ramos en el siguiente, a mitad de camino entre Griezmann, que ganó el balón, y Mandzukic, autor del tanto. El croata marcó como un ariete clásico: duro y cruzado.

    Antes del gol, en ese escasísimo tiempo, el Atlético ya había llegado otras dos veces al área de Casillas, que juega con el rostro de quien no es feliz. Al menos en el campo. Fue un arranque a fuego, como le gustan a Simeone, expulsado después por protestar y dar dos collejas al cuarto árbitro. Conviene poner autocontrol a tanta emotividad. Lo contrario es pasar del entrenador, un gran entrenador, por cierto, a la caricatura. El Cholo acabó la temporada pasada, en Lisboa, fuera de sí, desatado sobre el césped, y ha empezado la actual muy cargadito. El año es largo. Cuidado.

    Los equipos y sus entrenadores se conocen tanto que el Madrid no podía darse por sorprendido. La empanada con la que saltó al Calderón, pues, hay que ponerla en su haber. El Atlético volvió a repetir su salida en la segunda mitad y el fruto, tras una jugada a balón parado, fue un remate al larguero de Raúl García. Casillas se anticipó al segundo, de Madzukic. Es un aspecto, pues, que Ancelotti debe corregir.

    Cristiano por Kroos

    De la misma forma que sale con la presión alta y un ritmo frenético, el Atlético se repliega en cuanto consigue su objetivo. Fue sólo entonces cuando el Madrid pudo combinar en los tres cuartos y filtrar balones. James Rodríguez, titular en lugar de Cristiano, fue el beneficiario. Forzó lo mejor de Moyá y entregó a Bale tras un excepecional control orientado. El galés se habilitó para el remate con un regate eléctrico, pero el disparo salió fuera. Fueron minutos de acoso, los mejores para el Madrid, con un rival que defendía demasiado cerca de su portero.

    El conjunto de Ancelotti, en cambio, se desconfiguró cuando su entrenador quiso afilarlo un poco más. Después del descanso, en el campo no apareció Kroos, sino Cristiano. Suplente por precaución, dadas las molestias que le obligaron a retirarse en la ida, entró por la necesidad de voltear el resultado. El elegido, sin embargo, no fue un delantero, sino un centrocampista. Sin Kroos, el Madrid perdió equilibrio y permitió que el Atlético encontrara campo libre para sus transiciones. El técnico italiano lo intentó corregir con la entrada de Isco para sentar a James y volver a disponer de tres centrocampistas naturales. Qué menos. De poco le sirvió. Quizás en su cabeza estaba el futbolista que tanto le ofreció en ese lugar, pero que, el día anterior, dio por perdido. Es Di María, a un paso de marcharse del Madrid.

    Raúl García, que había fallado un remate franco, al final de la primera mitad, volvió a disponer de opciones. El navarro es un futbolista difícil de clasificar. No se trata de un delantero clásico, pero tiene cuerpo de delantero y tiene gol, con cabeza de centrocampista. La combinación da mucho de sí. Desde la segunda línea, es una mina, sobre todo si un tanque como Mandzukic fija a los centrales y le deja espacio en el semicírculo del área.

    En la segunda mitad, el Atlético ya no volvió a acularse como en la primera. Habría sido suicida. El Cholo, además, se reservó cambios para romper el ritmo del desenlace y frenar el partido. Dio las instrucciones como pudo desde la grada, sin parar de caminar por donde le dejaban, de un lado a otro. Según el reglamento, no debía estar en ese lugar. Esos cambios son los que le faltaron en Lisboa, en una final marcada por la temeraria alineación y la lesión posterior de Diego Costa. Sergio Ramos tuvo un remate en el tiempo añadido y prácticamente en el mismo lugar para repetir la historia, pero esta vez quiso más a los rojiblancos.

    http://www.elmundo.es/deportes/2014/08/23/53f7c822268e3e571e8b457a.html

    Olé

    Súper Madrid

    Maxi Friggieri

    ¿El Real? No, el Atlético, que le ganó 1-0 al Merengue en el Vicente Calderón y se quedó con la Supercopa de España. Mandzukic hizo el gol al minuto y luego el Colchonero aguantó. Cholo campeón, otra vez.

    En la final de la Champions 2013/14, la corona se escapó en tiempo cumplido. Dolió, sí. Pero de eso se aprende. Y se aprendió. El Atlético Madrid supo cómo jugarle al Real Madrid, le empató sobre la hora en la ida en el Bernabéu y le ganó 1-0 en la vuelta en un Vicente Calderón que se tomó revancha. Mandzukic hizo el único gol en el arranque, la visita erró muchas, el Cholo fue expulsado y a la final no le faltó nada. Solo Di María, que no jugó porque se va. El Súper Madrid no está vestido de blanco ni de galácticos. Es el Colchonero.

    Se hablaba de un duelo de estilos, del defensivo del Atlético, con garra y ayuda para la marca y el contragolpe como emblema; contra el ofensivo del Real, con posesión, toque e individualidades por doquier. Sin embargo, la estantería se cayó de entrada. Porque el Colchonero tardó apenas 81 segundos en romper teorías: bombazo de Moya, la peleó arriba Mandzukic, Griezmann la peinó y el croata la metió contra el palo para hacer el gol más rápido en finales de Supercopa de España. Golpazo para los de blanco...

    Luego sí, como se esperaba, el Real fue posesión, territorio y jugadas de gol. Pero la mala puntería (James erró tres, Modric una, Bale otra) y una gran atajada de Moya bajaron el grito de las nubes. En medio de todo eso, el Cholo se llevó un rato del protagonismo, al ser expulsado, casi agarrarse con el cuarto árbitro y pedir que el Vicente Calderón arda. Terminó en la tribuna y el Mono Burgos a cargo. El otro entrenador, Ancelotti, tuvo que llamar a su salvador y al ST salió con Cristiano Ronaldo en cancha (una sobrecarga muscular lo puso en duda, por eso fue suplente). Sin embargo, casi sufre como en el inicio del PT: Raúl García anticipó en una pelota parada, el travesaño negó el 2-0 y Casillas metió un manotazo que salvó a medio Madrid.

    James fue la manija en el primer tiempo y parecía que con CR7 iban a formar un ataque de elite. Pero no. Raúl García, el más peligroso en el loca, siguió inquietando a Iker. Koke casi se viste de Ronaldo con un teledirigido. Griezmann se apuró en un mano a mano. Y hasta por momento, el tiki tiki fue rojiblanco. Sí. Así pasó el tiempo y el Atlético demostró mucho: aprendió la lección de la final de la Champions 2013/14, donde el Real se lo empató en el final y luego lo goleó. Ramos, héroe en Lisboa, se lo perdió a los 47'. Flojo lo de Bale, medio tiempo de James, Cristiano a media pierna... Y Di María viéndolo por TV porque su futuro está en el United. Nostalgia post Angel.

    Papá en finales. El Colchonero descorchó otro título para su palmarés (llegó a 32, contando locales e internacionales) y el segundo con el título de Supercopa de España. Pero cuenta con torneos antecesores a éste, como la Copa de Campeones 1939/40, la Copa Presidente de la Federación Española de Fútbol 174 y la Copa Eva Duarte 1951. Pero eso no es todo. Porque fue la octava final ante el Real y ganó seis de ellas: a la reciente se le suman 5 Copa del Rey. Es decir, el historia quedó 6-2 en definiciones. Papá Madrid.

    "Nuestro objetivo es el tercer puesto", avisó Simeone en la previa. Mentira. Le ganó al Real, dio la vuelta y sumó su quinta estrella desde que tomó la batuta del Colchonero. Le cambió la historia al club. Así arrancó una nueva temporada, que sigue con el primer partido en la defensa de la corona de la Liga, el lunes contra el Rayo. Pero este viernes es momento de festejar.

    http://www.ole.com.ar/futbol-internacional/espana/Madrid-super_0_1198080493.html

    El País

    El Atlético fue más auténtico que el Madrid

    • El conjunto rojiblanco impone su alto voltaje y vence con gol de Mandzukic ante un Madrid sin respuesta

    José Sámano

    Tres meses después del varapalo de la final de la Champions, el Atlético se tomó una pequeña revancha. Lo hizo por su mayor cuajo, porque ni aquel tremendo azote le ha hecho maquillarse de otro modo. El equipo ha decidido no regatearse a sí mismo y se mantiene al auténtico Atlético, el que ha vuelto a la cima en los últimos años. El Madrid tiene otra filosofía y ni en la máxima cumbre europea se resiste a cambiar de traje. También le gusta reinar en el mercado y al club se lanza a por las excelencias de cada verano sin que le importe si encajan o no en el sistema anterior. Eso es cosa del técnico de paso. Por ello, un torneo como la Supercopa le llegó sin todos los deberes hechos, demasiado pronto. Se lo hizo pagar el cuadro de Simeone, más definido, tras otro derbi muy ajustado, resuelto en el primer minuto por un gol de Mandzukic. No importa que fuera un torneo de rango menor, la gente del Calderón lo festejó a lo grande, de nuevo se ve con galones para afrontar otra gran temporada. El Madrid tiene piezas, le queda el mecano.

    El Atlético es un conjunto de autor, Simeone, que se somete a las tácticas mercantiles del club, pero ficha y vende para ser lo mismo. El formato deportivo es cosa suya y es indiscutible. El Madrid es un equipo de jugadores donde prevalece la política presidencial, a la que se tiene que adaptar el técnico de turno le vaya el molde o no. Un modelo institucional en el que tienen galas los mejores de cada momento a costa de que otros pierden la vez ya sea porque están muy vistos (Di María) o porque se han dejado ver demasiado poco (Isco, Illarramendi). El entrenador asiste como espectador al mercadeo y luego su reto es camaleónico, ajustar las piezas que le dan. Dos maneras que a ambos han producido éxitos bien recientes, pero que favorecen a los rojiblancos en los inicios de curso.

    Con unos u otros, el Atlético juega en largo, provoca que sus arietes, Costa, Mandzukic o el que llegue, empotren a los centrales adversarios, no le interesa la posesión, le van los duelos selváticos y encuentra pepitas de oro en las jugadas de estrategia. El Madrid está obligado a buscarse cada temporada. En la última, Ancelotti dio con la tecla cuando invirtió en Di María, en detrimento de Isco, que llegó, al igual que Illarramendi, como una inminente nacionalización con dos buenas y costosas promesas. Lo mismo dio que el equipo alzara la Copa y dejará de soñar con una "décima" monumental. A Florentino Pérez le gusta actuar en el mercado a lo grande, sea o no necesario. Así que ahora su técnico se ha quedado sin el impulso de los dos jóvenes españoles, especialmente Isco, tapados por James y Kroos, aún más caros, pero con mayor escaparate internacional. Y, sobre todo, el técnico italiano se ha quedado sin el Fideo argentino, con quien había logrado enhebrar al campeón de Europa, ni convocado para el Calderón por su inminente salida.

    Por la ruta de costumbre con Simeone, el Atlético, que se conoce de memoria el libreto, no tardó un minuto en dar una estocada. Griezmann y Mandzukic parecieron llevar toda la vida con el Cholo. Disputaron con bravura un pelotazo de su nuevo portero y el croata ventiló a Casillas con su remate raso. El Atlético en estado puro. El Madrid, con sus centrales en Babia, llegó tarde a una escena que debería conocer de memoria. No está Costa, pero con Mandzukic tampoco habrá sosiego para los que defiendan contra los colchoneros. Otro guerrillero que no elude el cuerpo a cuerpo ni a tiros.

    Para equipos como el rojiblanco, un gol es la Luna. Le cuesta tomar ventajas, en administrarlas tiene maestría. En el primer acto propuso un partido gástrico para el Madrid, un partido de embrollos, sin ritmo, de falta en falta y de bronca en bronca. Se sumó Simeone, que acabó expulsado tras dar la lata al cuarto árbitro y a todo el séquito por entender su parsimonia en admitir el regreso al juego de Juanfran tras sufrir un encontronazo con Coentrão. Le alteró aún más que sin el lateral, James, en posición dudosa, despertara al Madrid con un remate desviado por Moyà. Una acción significativa.

    Sin Cristiano de entrada, el colombiano partió como lo que no es, de extremo. Es un futbolista central, porque tiene un extenso catálogo para asistir y para oler la red rival. Como le pasara con Isco hace un año, Ancelotti tendrá que dar con su pócima. El italiano sabe que el equipo tiene tendencia a descoserse por el poco apego de los tres atacantes a remar a sus espaldas y quiere un dique con tres centrocampistas. El encuentro del Calderón le permitió comprobar que lo mejor de James está por el balcón del área, por ahí la gran amenaza madridista, con varios remates picantes y un pase a Bale que no fue gol por un dedo. Con James en el sitio de James, el Madrid hizo lo mejor. A su rueda creció Benzema, al que le gusta asociarse, y Carvajal, insistente y preciso por su banda.

    A la crecida del Madrid respondió mejor el Atlético en el segundo tiempo, cuando tuvo otra soltura y no se limitó al bloqueo defensivo. Más intrépido el equipo, se animó Griezmann y gente como Raúl García y Koke se descolgaron como saben y pusieron en Jaque a Casillas. Al Madrid, inferior en ese tramo, no le ayudaron los cambios de Ancelotti, que tiró de CR e Isco por dos grandes fichajes del verano, Kroos y James. Sorprendió la retirada del sudamericano, el más activo y agitador de los suyos. A falta de Di María, el Madrid se jugó el título con la nómina de la pasada temporada. Sin un grupo coral, esta vez no encontró un solista para el alivio. El mes de mayo dictará sentencia, pero en agosto, el Atlético juega a ciegas, tiene la lección mil veces repetida. El Madrid debe ajustar otra artística superproducción. Dos retos apasionantes y como punto de partida un primer gran campeón: un Atlético genuino, el que ha ganado ya dos de las tres finales que ha disputado con el Madrid. Cayó en la más grandiosa, pero ahí sigue con su manual.

    http://deportes.elpais.com/deportes/2014/08/22/actualidad/1408733762_925197.html

  • El Atleti Supercampeón de España. Galería fotográfica

    AS

    Marca

    El Mundo

    El País

    La Razón


AVISO LEGAL - Esta web pertenece a la ASDH, sin relación directa alguna con la sociedad Club Atlético de Madrid SAD. El uso de cualquier marca propiedad de la última se hace de modo nominativo y en ningún caso con fines comerciales o de intento de confusión de marcas. Así mismo SDH no se responsabiliza de las opiniones de sus colaboradores, foristas, etc...

Ofrecido por Community Server (Non-Commercial Edition) Football Supporters International Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español Asóciate al Atlético Club de Socios a través de Señales