Desde Señales de Humo, queremos expresar nuestra decepción y rechazo más patente al esperpento vivido hoy en la Asamblea General de la Real Federación Española de Fútbol, un organismo que, si bien de naturaleza privada, resulta ser de utilidad pública con competencias delegadas del Consejo Superior de Deporte, por lo cual, su gestión ha de rendir cuentas al Gobierno y, por ende, a toda la ciudadanía.
Hoy hemos asistido a un burdo espectáculo de clientelismo, donde un desafiante Rubiales se ha permitido el lujo de darse una sesión de baño y masaje en olor de una multitud adocenada, aborregada, vendida por un plato de callos de lata caducada. Rubiales ha arremetido contra lo que él denomina falso feminismo, contra los medios, contra distintas personalidades del mundo de la política, abusando de una egolatría desmedida y de una evidente falta de respeto no sólo por la verdad, sino por el propio Protocolo de Actuación ante la Violencia Sexual de la Federación que él mismo aprobó.
La gestión de Luis Rubiales al frente de la Federación tiene demasiadas sombras, sospechas e indicios de groseras manipulaciones, falsedades, tráfico de influencias, corruptelas y adulteración de las competiciones. De todo ello dará buena cuenta la justicia, pues no en vano está siendo investigado por sus actuaciones presuntamente delictivas.
Lo que nadie esperaba es que Luis Rubiales fuera a dar muestras en público, a los ojos del mundo entero, sin cortarse lo más mínimo por muy preso de la euforia que estuviera, desde un palco pleno de personalidades, de su grotesco, zafio, inapropiado y misógino proceder. No es necesario a estas alturas entrar en más detalles.
Hoy todos somos Jennifer Hermoso.
Hoy todos rechazamos que se convierta a la víctima en verduga y al acosador en víctima. Hoy todos exigimos que se adopten medidas contra la burda falacia y manipulación de la realidad de los acontecimientos acaecidos en torno al lamentablemente ya famoso beso. Hoy todos reclamamos respeto para una mujer que ha sido puesta en el foco de manera injusta por el reprobable hecho de haber recibido un beso en la boca forzado, indeseado, profundamente desagradable y penal y moralmente reprochable. Un beso de la máxima autoridad del fútbol español. Un beso de su jefe envuelto en una posición claramente dominante. Un beso asqueroso que recibió con disgusto, resignación e impotencia, como ella misma declaró al manifestar que no le gustó y que qué podía hacer. Un beso presuntamente criminal, mientras Jenni no diga lo contrario. Un beso que no solo socavó su libertad sexual, sino que echó por tierra la imagen del fútbol español y del propio país.
Desde el primer comunicado de la Federación hasta la intervención hoy de su indigno presidente, todo han sido repulsivas falsedades por las cuales deberían “rodar cabezas”, pues es evidente que la del presunto acosador sexual no es suficiente. Sobran todas las de aquellos que le han apoyado en esta escalada de burdas mentiras.
Y esto nos lleva, tras el esperpento vivido hace unas horas en la Ciudad del Fútbol de las Rozas, a preguntarnos abochornados en manos de quiénes está el fútbol español. A hacernos cruces respecto de cómo la red clientelar montada por la Federación secuestra voluntades y dignidades. A sorprendernos con la atronadora ovación recibida por un personaje infame, que convierte en todos sus mullidores en cómplices y cooperadores necesarios de sus reprobables actos. No nos sorprende, en cualquier caso.
También queremos poner de manifiesto que todo esto es extensible a aquellos que abrazan la gestión de Luis Rubiales, en especial no son dignos de seguir en sus cargos los seleccionadores que hoy aplaudían su intervención entusiasmados, Luis de la Fuente y especialmente Jorge Vilda, ajeno a la solidaridad y lealtad que todo entrenador debe mostrar a sus jugadoras.
Señales de Humo apoyará cualquier actuación de la Fiscalía, Inspección y Jurisdicción laboral, así como del Consejo Superior de Deportes y el Tribunal Administrativo del Deporte, tendente a exigir responsabilidades penales, laborales y administrativas a Luis Rubiales, que concluyan en su salida, a título de ignominia, de la poltrona de la Federación Española de Fútbol. Y exigimos que todos estos organismos hagan que se cumplan las leyes sin miramientos.
Sobre el futbol español. Si la propia Asamblea no es capaz de reprochar a Rubiales su actitud, es sintomático. Por ello debe ser convocada a petición del 20 % de sus miembros para retratar el honor de cada uno. En ello se afana ASdH, dando traslado de la iniciativa a FASFE para que se promueva dicha Asamblea y sea el propio fútbol el que impida perpetuar el espíritu de Rubiales con las decisiones que se han pretendido tomar hoy. Todo ello según el artículo 27.2 de los Estatutos vigentes.
Por último, queremos pedir a los dirigentes del Club Atlético de Madrid SAD, nuestro Club, que se planteen repescar a Jennifer Hermoso actualmente en las filas del Pachuca mexicano, si es que resulta posible por la aceptación de Jenni, no sólo por su evidente calidad acreditada a lo largo de su carrera -y en el propio Atleti- y en especial en el pasado Mundial femenino, siendo pues no sólo una oportunidad deportiva única, sino también para que pueda pasear por los campos de España esa calidad y a la afición española le sea posible brindarle las muestras de cariño y solidaridad que sin duda merece.
Nuestras Campeonas no merecen que su prodigioso hito pase a un segundo plano al haberse centrado toda la atención de estos días en el nefasto Rubiales y su presunto atentado a la libertad sexual de Jennifer Hermoso. Sin desmerecer a ninguna, hoy no se habla del virtuosismo de Aitana, de con qué facilidad arma la pierna Salma, del liderazgo en el medio de Teresa o del derroche de energía de Olga. No se habla del mérito de las 23 guerreras y de las que se quedaron fuera porque prefirieron sacrificarse por una justa causa. De ellas también es este mundial.
En espera de cómo transcurran los acontecimientos, solo cabe concluir insistiendo en que, desde esta asociación de aficionados del Club Atlético de Madrid, mostramos todo nuestro apoyo, solidaridad, admiración y cariño a Jennifer Hermoso, deseando que la verdad prevalezca hasta conseguir echar a Luis Rubiales y sus secuaces del fútbol español.
Señales de Humo.