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mayo 2013 - Artículos

  • Radamel Falcao traspasado al Mónaco

    El AS Mónaco ha anunciado la contratación del delantero internacional colombiano del Atlético de Madrid Radamel Falcao García. El jugador ha firmado un contrato de cinco años con el equipo monegasco, recién ascendido a la Ligue 1. 

    Falcao se marcha tras ser pieza clave en los títulos de Europa League y Supercopa de Europa en 2012 y en la Copa del Rey de 2013. Ha disputado un total de 91 partidos con la rojiblanca (68 de Liga, 5 de Copa del Rey y 18 de competición europea) y ha celebrado en 70 ocasiones (52 en Liga, 2 en Copa del Rey y 16 en competición europea). Llegó como el traspaso más caro de la historia del Atlético de Madrid (el Oporto informó a la Bolsa de un monto de 40 millones de €) y, oficialmente, se marcha batiendo el récord del pase de Agüero al Manchester City. Aunque nunca ha estado claro el porcentaje de sus derechos que pertenecía a nuestro club y por tanto no está claro cuanta plusvalía se ha obtenido en esta operación.

    Enviado may 31 2013, 08:57 por SDHEditor con no comments
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  • Cien años del nacimiento de Don Vicente Calderón Pérez-Cavada

    Hoy 27 de Mayo los atléticos celebramos el centenario del nacimiento de don Vicente Calderón Pérez-Cavada y la Asociación Señales de Humo, que tiene entre sus principios fundamentales el de defender la esencia del Club Atlético de Madrid, quiere rendir un sentido homenaje al que fuera presidente del Club durante más de veintiún años y probablemente el dirigente con más méritos de la historia centenaria de nuestro Club.

    Nos gustaría que este reconocimiento hacia la figura de Vicente Calderón, al hombre que consiguió poner a su equipo y por ende a la ciudad que lleva su nombre entre los mejores clubes de Europa, sea correspondido con el merecido y pospuesto homenaje que el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid inició hace unos años, y que se materializaba en dar su nombre a la estación de la Red de Metro de Madrid que queda más cercana al estadio que lleva su nombre y cuya construcción fue uno de sus más importantes logros. Creemos que esta iniciativa, aparcada desde hace unos años, debería ser el justo reconocimiento de la ciudad hacia Don Vicente Calderón de la misma forma que se ha hecho con otros equipos de nuestra urbe.

    Desde esta Asociación invitamos a los actuales dirigentes de nuestro Club para que apoyen esta medida y para que se unan en el merecido homenaje que la figura de Don Vicente Calderón suscita entre todos los seguidores rojiblancos.

  • Liga Asobal, jornada 30. Cuatro Rayas 30 BM Atlético de Madrid 25

    Cuatro Rayas Valladolid Lamariano (Tomás,ps), Porras(4), Eilert (1), García Vega (4), Krivokapic (5), Megías (1), Alonso(6,2p), Ávila (2), Peciña (1), Fernando Hernández (4,2p), Bozovic(1p), César Pérez (1), Lacasa (-), Roberto Pérez (-) y Félix García(-).

    BM Atlético de Madrid Hombrados (Díaz, ps), SánchezMigallón (1), Kallman (-), García Parrondo (1), Jurkiewicz (4),Gojun (-), Balic (1), Romero (1), Lazarov (5), Eduard Fernández (1),Cañellas (2), Ferrer (4), Davis (-) y Aguinagalde (5).

    Parcial cada cinco minutos: 1-3, 5-5, 6-7, 9-8, 13-10 y 15-14(descanso); 16-17, 18-18, 21-21, 24-21, 27-23 y 30-25 (final).

    Árbitros: Alberto Hermoso del Amo y David Monjo Ortega(Federación madrileña). Excluyeron dos minutos a Megías (min.30),Alonso (min.35), del Cuatro Rayas, y a Kallman (min.5 y 7), SánchezMigallón (min.18), Aguinagalde (min.22), Jurkiewicz (min.44), Balic(min.45) del Atlético de Madrid.

    Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésima y últimajornada de Liga Asobal, disputado en el polideportivo Huerta del Reyante unos 3.000 espectadores.

  • Liga Asobal, jornada 29. BM Atlético de Madrid 32 Ademar León 26

    BM Atlético de Madrid Hombrados; Masachs (-), Aginagalde (3,1p), Kallman (7), Gojun (-), Jurkiewicz (2) y Balic (1) -equipo inicial- Antonio Díez (ps), Miguel Sánchez (-), Edu Fernández (1), Ferrer (3), Romero (4), Davis (-), Roberto García (2, 1p), Cañellas (3, 1p) y Lazarov (6, 1p)

    Ademar de León Asanin; Cabanas (-), Vrazalic (4, 1p), Nantes (7), Tatarintsev (3), Carrillo (1) y Vranjes (2) -equipo inicial- Malumbres (ps), Mario López (1), Carou (-), García Pichel (-), Piñeiro (2), Molina (-) y Golubobic (6, 1p)

    Marcador cada cinco minutos: 3-2, 7-3, 8-4, 11-7, 15-11 y 17-14 (Descanso) 20-17, 23-20, 25-21, 28-21, 31-23 y 32-26 (Final)

    Árbitros: Merino y Moyano. Excluyeron por dos minutos a Jurkiewicz por el Atlético de Madrid; y a Tatarintsev, Vranjes (2) por el Reale Ademar de León.

    Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésima novena jornada de la Liga ASOBAL disputado en el palacio de Vistalegre ante 4.856 espectadores.

  • Final Copa del Rey 2013. Galería fotográfica

    ABC

    El Mundo **

    El País

    Grada 360

    Enviado may 18 2013, 11:10 por SDHEditor con no comments
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  • Final Copa del Rey 2013. Revista de prensa

    ABC

    Final Copa del Rey: El Atlético de Simeone se corona en el Bernabéu

    josé manuel cuéllar / madrid
    Día 18/05/2013 - 10.39h
    Los rojiblancos, con mucho más corazón, remontaron un resultado adverso con un gran despliegue físico

    El fútbol es para valientes, para los que meten un gol y siguen, sin tonterías de guardar lo conseguido como si fuera oro. El Madrid marcó un gol y se retiró a los cuarteles de invierno. Le dejó la iniciativa, el campo y el balón al Atlético, hasta que marcó el equipo de Simeone, también porque en ese momento fue valiente. Quizás empujado por el sonrojo, el Madrid volvió a dar un paso adelante, y Ozil tiró al palo, más cerca de desequilibrar, de conseguir la gloria con el pecho descubierto que con la coraza puesta. Asunto de valientes al fin y al cabo.

    No es buena cosa que los grandes adquieran la costumbre de los equipos pequeños. Un grande ha de salir al campo y decir aquí estoy yo, como hizo el Madrid en los primeros compases del choque: Ozil se escoró al centro, se juntó con Modric y Alonso y todo fue blanco. Marcó CR en un córner, pero eso fue lo de menos, lo de más fue la sensación que dio: poderío, grandeza, ese aquí estoy yo, soy el Madrid y te voy a ganar.

    El Atlético, es sabido, tuvo sus fantasmas habituales en esos primeros minutos, esos fantasmas que le derrite las piernas en cuanto ve la camiseta blanca enfrente. Se olvidó de todo lo que fuera jugar. Se preocupó principalmente de perseguir gente, no de imponer su fútbol, aunque es cierto que le faltan los elementos talentosos que tiene el Madrid. Pero como ha venido siendo hábito, mal hábito en el Real de los últimos tiempos, fue marcar el gol y todos dieron dos pasos atrás, con esa malsana intención que le han inculcado de «nos cerramos y a salir a la contra». El error de Múnich, de Barcelona, de Dortmund...

    Fue verlo el Atlético y en ese mismo momento, justo en ese instante, fue como si le quitaran la venda de los ojos, como si se alejara la pesadilla de catorce años. Vio espacio por delante, la posibilidad de encontrar a Falcao, a Diego Costa, la constancia de que podía encontrarse a sí mismo. Y fue tanto por el repliegue blanco como por la conciencia adquirida del Cholo: hay que pelear, luchar, nada es imposible.

    Así empató el Atlético, sin desmoronarse como había hecho en tantos y tantos encuentros frente a los blancos. Si Cristiano había mandado en el primer trecho del encuentro, omnipresente, poderoso, atacando, defendiendo, goleando, Falcao se hizo con el partido luego. Una gran jugada suya, quitándose de encima a Albiol y a un desafortunado Khedira, dio opción a un desmarque de Diego Costa y su posterior tiro abajo que hizo pupa al Real.

    Mucha madera

    Y vuelta a empezar, vuelta a encontrar a Modric, capitán general. Cuando se asociaron el croata y Ozil, el Atlético volvió al nacimiento del choque, con problemas en cada jugada. Le salvó el palo pero, visto lo visto, la valentía repartida por minutos, lo que marcaba el luminoso era más que justo aun con el palo del genial alemán.

    El desenlace del partido se jugaría en dos aspectos: el físico y los palos. El Madrid metió tres más una ocasión de Ozil a lo Cardeñosa, de esas que es más difícil fallarla que meterla. Dominó más el Madrid, muy decidido, haciendo valer su mayor talento y asociándose mucho en el medio campo.

    Pero el Atlético aguantaba, entero físicamente, sin derrumbarse, muy enérgico y apoyado en una gran organización donde todos eran solidarios para aguantar el mayor juego del rival, que amenazaba cada vez más.

    De pronto, el Madrid se paró, fundidos todos, sin pulmones. A partir de ahí el encuentro se cambió en su balanza. El Atlético, más compacto y solidario, empezó a imponer su físico y cuando llegó la prórroga el choque estaba en el lado rojiblanco mientras el Madrid se partía hasta que Miranda marcó el gol del triunfo.

    http://www.abc.es/deportes/futbol/20130518/abci-atletico-copa-201305180015.html

    As

    El Atlético reina en la Copa

    El Madrid se adelantó con un gol de cabeza de Cristiano. Empató Diego Costa. Los blancos estrellaron tres balones en los postes y Miranda decidió en la prórroga. Cristiano vio la roja.

    18 de mayo de 2013 0:35h

    Durante la Guerra Civil, en plena hambruna de la ciudad de Madrid, la estatua de Neptuno amaneció un día con un cartel colgado del cuello: “Dadme de comer o quitadme el tenedor”. Anoche, el Atlético alimentó a su dios después de catorce años sin victorias en los derbis, después de catorce años de decepciones petrificadas. Anoche, el Atlético fue fiel a su leyenda de equipo imprevisible, digno y, sobre todo, grande. La Copa es suya, merecidamente, y a falta de saber si su triunfo abrirá una nueva época en el Atlético algo es seguro: cerrará el oscuro tránsito de Mourinho por el Real Madrid.

    Fue un espectáculo hermoso, por emocionante, y la alegría del Atlético y de su afición se compensa con la liberación que asaltará al madridismo, una vez se enjugue las lágrimas y cicatricen las heridas. El futuro es igual de esperanzador para el campeón y para el subcampeón.

    La final fue de combustión lenta, pero segura. El juego de la primera parte fue un esfuerzo penoso y sólo a ratos glorioso. Más que conducir un balón, los jugadores parecían arrastrar la bola de los presidiarios. La presión sobre los hombros alcanzaba a sus tobillos y, a pesar del frustrante retorcimiento, no había quien les hiciera un reproche. Hasta que se impone la redondez de la pelota, las finales son al mismo tiempo un examen para ingenieros y acróbatas. Hay que memorizar lo estudiado y conservar el equilibrio, morder y templar. Lo habitual es que los equipos, impolutamente mecanizados por sus entrenadores, se anulen. La intriga es saber quién sacará al balón de la fábrica de robots.

    Las ideas iniciales, no obstante, parecían claras. El Atlético rascaba como si el partido fuera un cupón con premio, de los que se ganan frotando el canto de la moneda. El Madrid era el Madrid en el Bernabéu. Serenísimo en el gesto y aupado, poco a poco, por su superioridad en el mediocampo, tan rebosante que Khedira, relevo de Di María en la titularidad, se movía muchas veces por los territorios del extremo derecho.

    A los diez minutos el Atlético ya comenzaba a recibir pésimas noticias. El partido mostraba el perfil de un derbi convencional, de los que se repiten en los últimos catorce años. El Madrid le arrinconaba sin necesidad de esgrimir argumentos sensacionales, con la simple rutina de un talento superior: tiro de Cristiano taponado por algún pie maltrecho y un córner que fue ensayo de uno mejor.

    Y a los trece minutos, marcó Cristiano. Özil sacó un segundo saque de esquina y su compañero buscó la pelota con más interés que ningún defensa, decidido en el desmarque y fabuloso en el salto, tan prolongado y tan alto su brinco, que hubiera dado tiempo a hacerle un retrato a carboncillo. Godín, sin embargo, se limitó a dibujar una cara de guardián burlado.

    El reloj, primer aliado del Atlético, desertaba en dirección a los cuarteles del Real Madrid. La noche cerrada y fría se transformaba de pronto en día de la marmota, el derbi convertido en bucle, buenos días excursionistas.

    Costó aceptar que lo sucedido no era tan bueno para el Madrid ni tan malo para el Atlético. La mayor parte de las veces marcar temprano distrae a los madridistas, retenidos por la confianza y por la proverbial prudencia de su entrenador. Por el contrario, su rival tenía tiempo para recuperarse del golpe recibido, para restañar las heridas morales y para comprender que estar herido es mucho mejor que estar muerto. El optimismo no depende de las razones objetivas, sino de la recia voluntad.

    Tras la conmoción del Atlético llegó su rabia, cocinada durante catorce años. A base de darse cabezazos contra un equipo más alto, más fuerte y más técnico, los rojiblancos encontraron dos caminos, ni uno más: Arda o Diego Costa. El turco proponía la vía legal, la del fútbol, y el brasileño esa y todas las demás: insistir, pegar, trabar, cachear… también jugar.

    Sin embargo, para llevarnos la contraria, el empate descubrió otro sendero. Falcao, al que muchos dan por inocuo lejos del área, se zafó de Albiol en una maniobra en la proximidad del mediocampo. Tras librarse de su marcaje con una sutileza insospechada, envió un pase mortífero a Diego Costa, de los que tienen el gol marcado en el GPS. Su compañero hizo el resto, que no era poco. Primero miró la pelota para no pisarla, como si en lugar de un balón le hubieran lanzado un ratón, uno simpático. Después chutó con absoluta precisión, raso y cruzado. Diego López llegó a acariciar el cuero, pero sólo para hacer mayor su tortura.

    El reloj, arrepentido por su deserción, regresó a la muñeca del Atlético. Todo lo que fuera seguir con vida favorecía a los rojiblancos e impacientaba al Madrid. Después de catorce años de penurias, llegar al descanso con empate era una victoria anímica, y más aún visto el último arreón madridista: tiro al palo de Özil y taconazo de Ramos dentro del área, que no conectó con nadie, pero que bien pudo hacerlo.

    El partido que salió de los vestuarios fue uno distinto, maravillosamente diferente, extraordinariamente enloquecido. El Madrid se adentraba en su terreno favorito, el de la heroica, y el Atlético penetraba en un universo desconocido, pero igual de apasionante: por vez primera en muchísimo tiempo se sentía en situación de tumbar a su terrible enemigo.

    Los palos, en los minutos siguientes, siguieron reforzando esa sensación de euforia atlética. Lo que en otras noches hubiera desatado el pánico de jugadores y afición, se entendió anoche como una señal de la buena fortuna. Para el Madrid, ya se puede imaginar, era justo lo contrario. El favorito, acostumbrado a terminar sus aventuras en beso, se desconcertó muchísimo ante la resistencia del destino. No era para menos. En el minuto 60, una incursión de Cristiano se saldó, en menos de cinco segundos, con un tiro al palo de Benzema y con un rechace bajo palos de Juanfran, después de que Özil se hubiera abierto un claro en el bosque.

    El tercer palo, siete minutos después, también tuvo a Cristiano como protagonista. En esta ocasión, su lanzamiento de falta apostó más por la intención que por la fuerza: su tiro, rasito y delicado, se estrelló contra el palo después de cruzar bajo los pies de la barrera saltarina.

    Cristiano no fue el único que se desquició por aquello. Mourinho provocó su expulsión por unas protestas sin más justificación que la impotencia y la cobardía. El Atlético cabalgó entonces sobre la ola resultante para poner contra las cuerdas a su adversario en los últimos minutos del partido. Cuando el árbitro pitó el final, el fondo vestido de blanco resopló al unísono. El Atlético volvía a ganar sin ponerse por delante.

    El Madrid entró con tres cambios a la prórroga: Arbeloa, Di María e Higuaín por Coentrao, Modric y Benzema. Quizá lo hizo para asustar, para recordar que su arsenal es infinito. Sin embargo, el Atlético ya estaba enardecido. Y más que eso: en el tiempo de los calambres, los jugadores de Simeone continuaban corriendo como búfalos en estampida. En el minuto 94, Diego Costa disfrutó de una doble oportunidad que le paró dos veces Diego López, primero a Diego y luego a Costa. El fuego se propagaba por todo el campo. El aire era gelatina. Cuatro minutos después, marcó Miranda. Koke centró desde la banda derecha y el central brasileño calcó el gol de Pantic al Barça en 1996, de cabeza, casi en las barbas del portero. Courtois salvó a su equipo poco después al rechazar un balón empalmado por Higuaín. La suerte volvía a agitar su bufanda rojiblanca. Y seguiría cantando oé, oé, oé.

    En la segunda mitad de la prórroga, Courtois terminó de forjar su condición de héroe de la final. Cuando Özil cantaba el gol, bendecido por una asistencia de Di María, el portero belga se desplegó como un mapa para rendir homenaje a las mejores paradas de Casillas, ese campeón del mundo que ahora habita en el banquillo.

    Lo siguiente fue una reyerta comprimida en cinco minutos de pasión y angustia. Cristiano fue expulsado por patear a Gabi, los banquillos se enredaron en una trifulca y Courtois recibió el impacto de un objeto lanzado desde la grada. En ese instante la reflexión se hizo coincidente: estos son los vientos que ha sembrado Mourinho. Después, el Madrid reclamó un penalti sin razón y el Atlético agotó el tiempo para comenzar uno nuevo, con Copa y sin traumas, despejado de nubes y malos recuerdos. Catorce años esperando este momento. Catorce años agazapado en busca de la victoria más dulce. Caviar para Neptuno. Puro Atleti.

    http://futbol.as.com/futbol/2013/05/17/copa_del_rey/1368815519_028050.html

    El Mundo

    Por esto eran del Atleti

    •     Destierra 14 años de complejos sin ganar al vecino mientras el proyecto de Mourinho se despide de mala manera
    •     Los blancos se toparon con tres palos y dos paradones de Courtois, pero el Atlético también supo jugar alrededor de un Arda gigante
    •     Históricamente es la cuarta Copa que gana el Atlético en el Bernabéu

    Ángel González | Madrid
    Actualizado sábado 18/05/2013 00:43 horas

    Anuncio típico y tópico: '¿Papá, por qué somos del Atleti?' Y ya responderán con pruebas visibles: 'Por cosas como ésta, hijo'. Esta 'Décima' particular sabe a revancha y a gloria bendita a la hinchada rojiblanca, mayores y niños. Qué pedazo de Copa a pulso, desterrando 14 años de complejos sin ganar al vecino, en casa ajena, con el sufrimiento de su ADN y ratos de escaso peligro, pero siempre poniendo más energía que el de enfrente. Que se lo pregunten a Arda después de la firma de figurón que selló en el Bernabéu. El Real Madrid arrancó dominante un cuarto de hora, marcó de cabeza CR y se echó atrás hasta que le empataron cuando Falcao anudó la cintura de Albiol en el medio y lanzó a Diego Costa hacia el empate. La segunda parte fue más blanca en peligro neto, con dos palos que sumar al de la primera, pese a que Cristiano estaba desquiciado con Clos Gómez y con el mundo. Terminó expulsado por soltar la pierna arriba sobre Gabi, de mal perder ya en la segunda parte de la prórroga. Roja. El Atlético mereció el segundo de Miranda, con más coraje y más fe, y enterró esa tara psicológica que le impedía noquear al verdugo.

    Los 'cholitos' saben jugar finales, tres de tres, por mentalidad. Y esta corona retrata la diferencia entre un proyecto que sigue curso y otro que muere con los síntomas de tanto ambiente enrarecido por su técnico José Mourinho. En el Atlético de Simeone todos se vaciaron, desde sus primeras figuras, un Arda imperial, a Falcao -aún sin su alimento del gol-, o secundarios como Gabi, Koke, Miranda y compañía, echaron lo que tienen. Por el vecino, se pueden destacar los trazos de Modric, el orgullo de Ramos y los brochazos sin rematar de Özil. La pegada que todo lo sana falló y Benzema, primero, e Higuaín, después, volverán a ser acusados. Xabi Alonso maniobró sin depósito, con el vício de enquistarse entre los centrales. Khedira pareció siempre fuera de sitio y torpe y, sobre todo, el macho alfa Cristiano estuvo peleado con Clos Gómez y nunca voló en su velocidad de crucero pese al gol de cabeza. Los dos laterales -Coentrao y Essien- cumplieron y poco más, más que Albiol, el rescatado por el exilio de Pepe en la grada. El equipo de Mou acabó desesperado, epílogo feo del proyecto, de mala manera. Y el paisano, Copa que juega en el Bernabéu, título que disfruta. Cuatro de cuatro en su hemeroteca.
    Gol de Cristiano y parón blanco

    Simeone salió con lo anunciado, para qué sirven las adivinanzas. Lo que tiene es lo que pone, aunque alguien se acuerde de Adrián. Al otro lado, Modric por Di María, con lo que Özil volvió a partir desde la derecha, otra vez con su panorámica bizca, un ojo medio tapado. Pepe ni se vistió pese a la escasez de centrales por la lesión de Varane. Albiol, resucitado por los castigos de Mou, fue el hombre débil de los blancos en una noche de cuchillos largos. No se comprende tanta 'cárcel' para Pepe, otrora pretoriano fidelísimo -tres partidos sin vestirse- por salir en defensa de Casillas. Las cosas de Mou.

    El Madrid arrancó a más revoluciones con Modric y las correrías de Özil, mientras Cristiano cogía temperatura y se ofuscaba con Clos Gómez por algunas faltas no pitadas. Claro que, al cuarto de hora, conectó un cabezazo de los suyos a la primera que se deshizo de Godín en un forcejeo por ganar la posición en un córners sacado por el alemán. La testa del cíclope emergió y la estampo próxima al palo derecho de Courtois, imposible. El noveno en su cuenta contra el vecino. A partir de ahí, más presión rojiblanca, Gabi de estajanovista y la clase de Arda -control, acelerón, frenazo, pausa y toque, todo en uno- obligó al rival a recular demasiados metros, a reservar lo que no era suyo. Porque el Atlético también levó anclas con los guerreos de Diego Costa y Falcao. El Madrid no aprovechó su especialidad con más espacios. Al revés, retrocedió con la defensa cada vez más cerca de su portería. Xabi, lejos de su jerarquía, no tiró 10 metros adelante y se enrocó entre los dos centrales. Mal síntoma para su equipo, anticipo del empate.

    El Atlético encontró la fe en un contragolpeo con Falcao de lanzadera especial. El delantero bailó en el centro a Albiol y, tras anudarle una corbata, la dirigió perfecta para la estampida en ventaja de Diego Costa, que la recetó cruzada y seca con la potencia suficiente para que la manopla de Diego López se venciera. Los blancos respondieron con más control operativo y dos ocasiones seguidas. En la primera, se equivocó Ramos con una 'frivolité' de taconazo para devolverla a Cristiano, lo más fácil hubiese sido controlar y engatillar suelto en el punto de penalti. Pero aún más claro fue el zurdazo del Özil al palo en una maniobra por la frontal. No rentabilizó que los de Simeone estaban más pendientes de una posible falta sobre Cristiano que de taponar su disparo.

    El tercer palo, de Cristiano

    Más turbo blanco a la vuelta, pero el Atlético aguantó el envite. Nervios, luchas y equilibrios, la batalla del metro a metro. Hubo una fantástica jugada entre Falcao con apertura de Arda hacia Gabi, cuyo centro lo remató tal y como llegó Filipe Luis de empalme. Agua. El partido se volvió una locura en un doble remate blanco con origen en una porfía de Cristiano sobre la línea y pase mortal. Benzema estampó el segundo poste con un estupendo primer remate. El rebote le cayó a Özil que, con un amague de filibustero, tiró a dos atléticos al suelo y fusiló con la mala suerte de que Gabi estaba de portero. Eso sí, Arda mantenía su espíritu indomable, incansable y malabarista del acelero y freno y la saco jugada, limpia y linda. Mientras, Benzema se inventó una falta en la frontal algo quisquillosa. Cristiano estampó de libre directo el tercer palo blanco. Astuto, la raseó al otro lado de un Courtois vendido, intuyendo el salto a tapar al unísono de la barrera.

    Ruido de sables. Otra vuelta a la táctica de guerrillas y más agresividad rojiblanca. Ninguno de los entrenadores refrescó sus piezas en un tablero cada vez más bronco, de pelo en pecho y valentía, pero sin llegar al juego brusco. El árbitro echó a Mourinho, que lo buscó por protestar airadamente en una falta señalada de Benzema sobre Mario que no fue. El portugués tenía más variables y artillería en su banquillo pero no movió ficha. Su equipo, poniendo más peligro, abusó de más pelotazos de la cuenta. Y Cristiano, destemplado, dejó una coz suelta a Juanfran y empezó a merecer varias dosis de 'trankimazid'. Se acabó el tiempo reglamentario con los últimos arreones del Manzanares, con el cerco sobre Diego López.

    Prórroga: Triple cambio NBA blanco y más juego rojiblanco

    Mourinho no refrescó a su tropa en 90 minutos, pero sacó tres piezas de golpe para los 30 extras. Al estilo NBA y desde la grada. Di María, Higuaín y Arbeloa por Benzema, Coentrao y Modric. Emoción, toda la que que quieran, y más fútbol del grupo de Simeone. El Atlético erró su primer abordaje en una contra con una precisa combinación de Falcao y un balón al espacio de Koke. La jugada terminó mal en Diego Costa por dos veces en las barbas de Diego López. Hasta que a Koke le costó un par de centros -el primero de córner- encontrar una testa rematadora. El central Miranda se anticipó al primer palo al portero gallego y gol. La recompensa a más fe, 2-1, pero quedaba mucha prórroga. Su pareja Godín estuvo a punto de condenarse en una pifia-resbalón en el despeje. Higuaín, tal y como le había llovido, empalmó a quemarropa a cinco metros, pero el balón se topó con el cuerpo de Courtois, milagrero.

    El francés, aún más en plan felino, blindó la Copa para amargura de un Özil que llegaba libre al segundo palo después de una triangulación de vértigo. Allí se acabó la cuenta de ocasiones de un Real que cierra un trienio convulso de Mourinho. Se jugó casi nada en la segundo actro de la prórroga, se acumularon los incidentes, alguna bronca de banquillos y hasta un objeto impactó en el portero rojiblanco. Tirar de oficio. Como las tres Copas anteriores que disputó en Chamarín, el Atlético volvió a levantar el título, el cuarto en el Bernabéu, su póquer más revanchista.

    http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2013/05/17/futbol/1368815790.html

    Mundo Deportivo

    1-2: La 'décima' fue del Atlético

    •     Los colchoneros lograron su cuarta Copa en el Bernabéu, el décimo titulo del KO, gracias a goles de Diego Costa y Miranda.
    •     Mou y Cristiano fueron justamente expulsados y el equipo blanco dio una penosa imagen, no supieron perder.
    •     Los merengues estrellaron tres balones en el poste y Courtois fue el héroe, mientras Diego López 'cantó'

    Francesc Aguilar 18/05/2013 08:32

    El Atlético de Madrid logró la décima Copa del Rey. Lo hizo en el Santiago Bernabéu por cuarta vez. Le ganó a un Real Madrid con el que no podía hacía 14 años. Fue la final soñada para una afición rojiblanca que llevaba mucho tiempo esperando una noche así. El equipo blanco vivió una especie de segundo 'centenariazo' como el sufrido ante el Deportivo aunque esta vez con un mal perder impropio de un gran equipo. Mourinho y Cristiano Ronaldo, sus dos banderas del último proyecto fueron expulsados por Clos.

    Mou buscó su expulsión con la misma táctica que el día del clásico de Champions en que Pepe le dio una patada a Alves. Protestó como un poseso hasta que Clos no tuvo más remedio que amonestarle primero y expulsarle después. Esa acción sacó de quicio a los suyos que acabaron por perder la compostura, protestándolo todo y casi llegando a las manos con sus eternos rivales.

    Al Madrid no le salió bien nada de toda la filosofía de Mou porque hasta Diego López, que fue decisivo en una doble parada ante Diego Costa, acabó 'cantando' en el gol definitivo de Mirando, en el 2-1. Florentino debería cesar a Mou esta misma noche, que ya no se volviera a sentar en el banquillo del Bernabéu, aunque eso puede ser facilitado por la Federación que deberá sancionar con dureza a Mourinho por su comportamiento y expulsión. Quedan dos jornadas de Liga y fue roja. Por si faltaba algo, ni Mourinho ni Cristiano Ronaldo acompañaron al resto del equipo en la visita al palco antes de que el Atlético recibiera el trofeo. Una nueva vergüenza porque el Madrid lleva en su título Real y le dieron plantón a Juan Carlos.

    Sin Pepe

    Mourinho cumplió a medias con sus teóricas amenazas. Iker Casillas empezó el partido en el banquillo, mientras que Pepe ni siquiera fue convocado y debió verlo desde la grada. No hay duda de que el técnico quiso ‘morir matando’. Simeone, por su parte, pareció empeñado en demostrar que el Real Madrid era el favorito y puso en liza un ‘once’ y un esquema de equipo pequeño, demasiado atrás y defensivo para la calidad que tiene su ataque demoledor (Falcao-Diego Costa).

    La primera parte fue tan emocionante, como mala a nivel futbolístico. Real Madrid y Atlético se hincharon a perder balones sin que mediara siquiera presión del rival.Tanto Mourinho como Simeone sacrificaron hombres para nutrir de ‘peloteros’ el medio campo en busca de mantener el balón. Mou puso a Modric y no a De María, el 'Cholo' alineó a un fallón Mario Suárez, dejando en el banquillo al portugués Tiago.

    En realidad el Atlético jugaba con un ‘4-1-4-1’ y Falcao, el único punta rojiblanco, hasta tapaba lo que podía a Xabi Alonso. Pero esa teórica superioridad saltaba por los aires porque los madridistas se encontraban, una y otra vez, con balones que ni siquiera presionaban y les llegaban a sus pies. Así llegó la jugada del 1-0 que pudo ser decisiva. Mario Suárez falló en el medio campo, el Real Madrid forzó un saque de esquina y allí surgió la pillería y calidad de CR7. Cristiano se sacó de encima a Godín para elevarse en el aire y conectar un cabezazo majestuoso. Esa misma jugada la hizo Héctor Moreno ante el mismo Real Madrid y el árbitro pitó falta. En la final fue un golazo.

    No se había cumplido ni el primer cuarto de hora de partido y el Real Madrid parecía que iba a proseguir con facilidad su racha de triunfos ante los colchoneros. No se veía a un Atleti capaz de reaccionar. Pero los blancos cometieron un error inesperado: se echaron para atrás y, sobre todo, Modric, el verdadero motor desequilibrante, retrasó unos metros su posición. Eso le dio oxígeno a los rojiblancos.

    El Atlético reaccionó con un buen tiro de Gabi, fuerte pero alto. Pero empezaron a aparecer Falcao y Diego Costa. El brasileño protagonizó un centro-chut que casi sorprende a Diego López. Se echaba de menos, eso sí, al portugués Tiago, Arda Turan estaba demasiado solo. Por parte madridista, les fallaba el apoyo de Benzema a CR7 y de Özil.

    Genio Falcao

    El ‘Tigre’ acababa de recibir un patadón de Sergio Ramos y el colombiano, cuando recibe ‘cera’, le sucede como a Hugo Sánchez, se crece. Así, poco después, Radamel le hizo un ‘siete’ a Albiol, le toreó con el balón en los pies, se fue también de Khedira y le dio un pase la hueco a Diego Costa que ya corría. Sergio Ramos no pudo atraparle y Diego batió al portero madridista con un tiro ajustado a la base del poste. Era el 1-1 que equilibraba las fuerzas en una primera parte para olvidar. Era el octavo gol de Diego Costa en la presente Copa del Rey.

    Mesut Özil, muy desaparecido en la banda, dio muestras de su clase con un enorme tiro que casi rompe el poste de la portería de Courtois (42’). Fue la única ocasión de gol del Real Madrid, además del tanto de CR7. Poco botín atacante de los blancos, aunque tampoco los colchoneros crearon mucho más peligro.

    Al descanso se llegó con un 1-1 que hacía justicia la igualdad entre dos equipos que apenas crearon fútbol, que vivieron de las genialidades de Cristiano Ronaldo y de Radamel Falcao. Uno metió un tanto, el otro fabricó el de Diego Costa con una jugada personal magistral.

    Sin cambios

    El descanso no cambió nada. Ni Mou ni Simeone relevaron a ningún jugador ni buscaron otra táctica. La única pequeña diferencia es que el Atlético adelantó un poquito sus líneas, no espero tan atrás. La ‘patada a seguir’ fue el recurso más habitual en los dos conjuntos. Sólo en una ocasión en que Filipe Luis se quedó solo fue capaz de lanzar un tirito inocente que Diego López paró sin problema (49’). El Atlético casi marca en una jugada de estrategia que Miranda no fue capaz de rematar dentro del área tras un fallo clamoroso de Coentrao (52’). El partido seguía sin control de nadie. El cuadro de Simeone era algo más vertical. Coentrao vio la tarjeta amarilla por frenar a la desperada a Diego Costa que se iba como una flecha. Le salvó de la roja no ser último defensor.

    Dos palos más

    El Real Madrid necesitó, otra vez, de Cristiano Ronaldo para reaccionar. Llevaba unos minutos en que Modric volvía a ser el hombre que desequilibraba, jugando en su puesto de media punta. CR7 profundizó pro la izquierda, el balón salió fuera, Clos Gómez dejó seguir y el balón llegó a Benzema que remató al poste. Era la segunda madera de los blancos. El esférico fue controlado por Özil pero su fuerte chut fue despejado bajo los palos, oportunamente, por Juanfran. El gol hubiera sido ilegal, pero fue increíble que la jugada no acabara con el balón traspasando la línea de meta. Se cumplía el minuto 62. Era sintomático ver a Falcao gritando a sus compañeros que fueran arriba y a Simeone echándoles para atrás.

    Y volvió a aparecer la clase de Cristiano Ronaldo. Eso sí, llegó propiciada por una decisión discutible de Clos que pitó una falta discutible de Godín. CR7 casi rompe el balón por la fuerza que imprimió a su tiro que fue…¡al poste otra vez! Era el tercer remate a la madera de los blancos. Y, encima, Essen desperdició el rebote al llegarle a su pie izquierdo. Su disparo fue alto. (68’).

    Mou, expulsado

    El partido vivió su momento culminante cuando Clos Gómez amonestó y expulsó a Mourinho por sus gestos de protesta y sus quejas al cuarto árbitro y al propio colegiado (77’). El técnico portugués buscó descaradamente su expulsión repitiendo la misma táctica que en Champions el día de la patada de Pepe a Alves con Wolfgang Stark de colegiado. De esta manera, Mou casi garantiza que no se volverá a sentar en el banquillo del Bernabéu. Casi podría irse este sábado a Londres y hacerse cargo ya del Chelsea, su seguro nuevo destino. Su etapa en el Real Madrid vivió un nuevo episodio muy triste.Su actitud fue contagiosa, sobre todo para CR7 que llegó a darle una patada por detrás a Juanfran sin mediar balón. Clos no se atrevió a expulsarle. Estuvo al nivel de su técnico porque encima, protestó, fingiendo y pidiendo amonestación para el rojiblanco. El portugués debió ver tres amarillas en los 90 minutos de juego. En el descuento casi marca Gabi en un centro envenenado que tuvo de premio una cartulina amarilla para CR7…¡por protestar!

    Prórroga

    El tiempo suplementario empezó con una oportunidad de oro para Diego Costa que, sólo ante Diego López, no fue capaz de superar al portero gallego en dos remates. El sustituto de Iker Casillas estuvo soberbio en esas dos paradas, salvó a su equipo. Por el contrario, Diego López no fue capaz de evitar que Miranda se le adelantara de cabeza para superar su salida y marcara el 2-1 (99’). Diego López dejó en mal lugar a Mou que había dicho que prefería a López antes que a Casillas por “su mejor juego aéreo”. El centro de Coke fue muy bueno, medio gol. Ese tanto marcó la prórroga. Recordó al de Pantic, también en la prórroga en 1996, en la última Copa que logró el Atlético en Zaragoza.

    El Real Madrid pudo lograr el empate en una oportunidad de Higuaín, pero Courtois confirmó que sí, que aunque no acostumbre a estar fino ante los blancos, es un porterazo. Su parada evitó el 2-2 y desesperó a los merengues. El 2-1 seguía al final de la primera parte de la prolongación. El Real Madrid ya selo jugó todo por el todo y jugó con sólo tres defensas. La entrada en la prolongación de Di María, Arbeloa e Higuaín por Modric, Coentrao y Benzema no logró darle mucha más fuerza al equipo. Lo fiaron todo al juego directo. Ya les dio lo mismo perder por dos que por tres, se fueron en busca de la igualada como fuera, desesperadamente.

    Y la volvió a tener Mesut Özil, pero Courtois hizo una parada que equivalía a un título, una mano que se recordará durante años. Fue una parada al estilo de Casillas, para más INRI. Era el minuto 108.

    El epílogo del partido fue penoso. Cristiano Ronaldo fue expulsado por agredir a Gabi con una patada en la cara, tras haber hecho una dura falta el rojiblanco. Mientras, Courtois fue alcanzado en la cabeza por un objeto lanzado desde la grada. Y para que no faltara nada, Pepe (que no estaba en el acata) se encaró con el banquillo colchonero Y casi se produce una tanga entre ambos equipos. Diego Costa aprovechó la coyuntura y le soltó una ‘caricia’ a Pepe. Una vergüenza todo.

    El partido acabó con el justo 2-1 para el Atlético que acababa con la pesadilla rojiblanca, de 14 años sin conocer la victoria ante el real Madrid. Y lo hicieron en el Bernabéu, el campo de su eterno rival.

    http://www.mundodeportivo.com/20130517/futbol/copa-del-rey/final-atletico-real-madrid_54374186192.html

    El País

    La Décima era del Atlético

    • Miranda rompe con un gol en la prórroga una racha de 14 años de derrotas ante el Real Madrid
    • Mourinho, Cristiano y Gabi, expulsados de una final que acabó en combustión

    José Sámano Madrid 18 MAY 2013 - 09:13 CET413

    Una final chata en lo artístico entronizó al Atlético en el santuario de su eterno rival, donde cerró 14 años de desaires en los derbis. No pudo elegir mejor día para no perpetuar la afrenta. Con la Copa en su poder, de paso dejó al Madrid con un ataque de nervios, expulsados Mourinho y Cristiano, fuera de sí. Un reflejo de estos tres cursos tan volcánicos y de escaso botín. En lo futbolístico, el Atlético estuvo por debajo hasta la prórroga. Los picos del partido fueron del Madrid, que se dio de bruces con los postes hasta en tres ocasiones. Los rojiblancos aguantaron como pudieron, llevaron el duelo a la prórroga y por cuarta vez conquistaron el trofeo en Chamartín. Una Copa que ya es la Décima, la que buscaba el Madrid en Europa, que cerró la temporada sin éxitos y con mucho ruido, demasiado.

    De entrada, cada cual hizo sus concesiones en un partido sin grandes episodios. Partió con flojera el Atlético, contenido en el claustro, incapaz de dar dos toques y, por tanto, desenchufado de Diego Costa y Falcao. El encuentro era de Özil, de Modric, de Alonso, de un Madrid autoritario y gobernante. Para los rojiblancos era el método de evitar una contra del adversario, que domina esa partitura como nadie. Un formato colchonero que evidenció su sensación de inferioridad. Realista el Atlético, al Madrid no le hizo falta un contragolpe. Un córner ejecutado por Özil y Cristiano por encima de todos. El portugués, en vuelo, cabeceó a la red. Pese a dar síntomas toda la noche de no estar en plenitud física, resulta imparable cuando pilla pista y no son pocos los goles relevantes que ha marcado sin techo.

    Ya es rutina de este Madrid negociar cada gol a favor. Las ventajas le maquillan, se refugia más cerca de su portero y apuesta con cazar al rival con espacios al frente. No le importa despertar al contrario, que se ve con la pelota y se estira por inercia. Lejos de dar otra banderilla al vecino, los madridistas quisieron ahorrar el tanto a favor. La respuesta del Atlético fue más bien plana. Sus centrocampistas no tienen fantasía, están más dispuestos al combate y el balón no circula a sus pies. Al igual que el Madrid, el Atlético se niega las bandas, exclusiva de sus laterales. Su camino es largo, colgarse del tendal de Diego Costa, la diana de todos para que el brasileño, con su corpachón, acueste la pelota. Si al menos conquista una falta sus compañeros tiran serpentinas. De ninguna sacó provecho Koke, el especialista en los lanzamientos, hasta llegada la prórroga, cuando Miranda puso a Neptuno en pie.

    Si el Madrid había cazado el gol sin una contra por el medio, el grupo de Simeone también lo hizo de forma aún más inopinada: por el suelo y con maniobra exquisita de Falcao. El colombiano, que se ha ganado su reputación en las áreas, se fue del perímetro para escoltar el balón en medio campo, donde el Atlético solo tuvo barbecho toda la jornada. Con Albiol a su espalda, el Tigre se revolvió son sutileza, sacó de rueda a sus marcadores y trenzó una asistencia estupenda para Diego Costa, que batió al Madrid con un disparo cruzado. Un empate como consecuencia de una propuesta ajena al repertorio colchonero: Falcao apareció como el centrocampista que no es y no tiene su equipo y, por una vez, alguien citó a Costa por vía terrestre.

    La igualada retocó de nuevo los papeles. Volvió el primer Atlético, el más contemplativo, y el Madrid inicial, con el mando. Con mucho más cesto, con más medios, cuesta entender que los blancos tengan esa tendencia a racanear cuando se adelantan. Les bastó otro paso al frente y que Essien perdiera protagonismo con el balón para acongojar de nuevo a su oponente. De su dominio antes del descanso casi saca partido Özil, que se fue a la ducha con un remate al poste izquierdo de Courtois. Antes, el Madrid había dado carrete al Atlético, el único que tuvo hasta la traca del periodo final.

    Un Madrid sin premio de consolación cierra así un trienio infructuosamente tormentoso

    El mejor Madrid irrumpió tras el descanso, cuando ya no cambió de marcha. Se sintió acuciado por la necesidad y donde antes hubo pisadas de gente como Essien o Khedira, comenzaron a dejar huella Özil -demasiado alejado en la orilla derecha-, Modric, Benzema, Cristiano. Ahí es donde el equipo marca las diferencias. El conjunto de Mourinho cogió el partido por el pecho y solo el infortunio mantuvo a los rojiblancos en el duelo, incapaces con el balón y a merced sin él. Otras dos veces se estrelló el Madrid en los palos. Primero en una doble ocasión. Tras una jugada de Cristiano por la izquierda, Benzema remató al muro de la portería, el rechace le cayó a Özil que amagó a Courtois, al que sacó de escena, y su zurdazo lo frenó Juanfran con la rodilla bajo el larguero. El Madrid no tenía respuesta, conducía el encuentro en la periferia del gol. Máxime cuando Godín hizo descarrilar a Benzema en el balcón del área. Una falta y Cristiano por el medio. Un nudo en la afición del Manzanares. El portugués se estrelló con el mismo poste que antes Benzema.

    El Atlético, con sosiego y Simeone de ancla, sí cree en sí mismo

    No había noticias rojiblancas, el partido no tenía ida y vuelta, así que la final entró en una fase emotiva: el empeño del Madrid frente a la resistencia del Atlético. El reto entró en combustión. Los blancos, contrariados por los malos guiños de la ruleta, frustrados; los atléticos, con el colmillo apretado, de enredo en enredo para sobrevivir. Lo consiguió, logró meter el choque en un laberinto, prendió la mecha y brindó por la prórroga con tres saques de esquina finales, con Mourinho ya expulsado y Cristiano desquiciado, al borde de la expulsión hasta que se la ganó a un suspiro del final. Ambos, sin tregua, llegaron exhaustos al tiempo añadido. Y con una curiosa imagen: Iker Casillas como repartidor de chubasqueros y como director de coro en el corrillo de sus compañeros, tiesos la mayoría. De golpe, Di María, Higuaín y Arbeloa parecía que iban a refrescar al Madrid. El Cholo, de forma sorprendente, mantuvo el molde intacto. Lo que parecía una temeridad fue un acierto en toda regla. El Atlético más castigado fue, por una vez en la final, mejor que el Madrid más fresco. Si a los de Simeone les había dado vidilla su carácter, ahora era cuestión del depósito. Diego Costa estuvo a un dedo del 1-2, pero lo evitó con una doble parada Diego López. Como luego lo haría Courtois ante Higuaín y Özil. El partido tuvo un cambio de guardia hasta que Miranda llevó al Atlético a la gloria. A la cumbre en una noche inolvidable para los suyos: fiesta mayor en casa de un vecino con más galones. Un Madrid sin premio de consolación que cierra así un trienio infructuosamente tormentoso. Así acabó anoche, neurótico. Toca otro proyecto. El enésimo. En la otra orilla, por unas horas, días, verán el infinito. El Atlético, desde un escalón inferior, con sosiego y Simeone de ancla, sí cree en sí mismo. Se lo ha ganado.

    http://deportes.elpais.com/deportes/2013/05/17/actualidad/1368786951_099364.html

    Olé

    El rey es el Cholo

    En el alargue, el Atlético de Simeone le ganó la final de la Copa al poderoso Real y cortó una racha de 14 años sin victorias en el derby madrileño. La última copa del Aleti había sido con el técnico argentino en cancha. Histórico.

    Diego Pablo Simeone lo hizo. Con él en cancha, Atlético Madrid había conseguido su última Copa del Rey en 1996 y ahora, como técnico, cada vez deja más consolidada su condición de ídolo colchonero. Ni más ni menos que el Santiago Bernabéu, la casa blanca, su equipo derrotó 2-1 en la prórroga al poderoso Real y cortó una racha de 14 años sin triunfos en el derby madrileño. El Cholo, derechito a los libros tras su tercer título en España.

    El antecedente, extrañamente, era favorable al Atlético. Las tres finales que habían disputado entre ambos en cancha del Real habían sido para el Colchonero. Pero eran tiempos en los que la billetera no imponía tanta diferencia entre un equipo y otro. Y de entrada el local puso condiciones: Cristiano Ronaldo adelantó a los suyos con un gran cabezazo. Todo cuesta arriba.

    Pero el Aleti se dio cuenta que el partido sólo era equiparable con ganas más que con fútbol. Y lo hizo. Falcao armó un jugadón y Diego Costa (goleador del torneo con ocho) no lo desaprovechó y puso el empate. Luego fue apretar los dientes y aguantar. El Real creció e inclinó la cancha (tuvo tres tiros en los palos) pero cuando tuvo puntería apareció el arquero Courtois, héroe, para imponerse a la lógica. Tanto Mourinho como Ronaldo, símbolos del Madrid hundido, terminaron expulsados.

    Y tras mucho aguantar, el Atlético puso el último esfuerzo en la prórroga y logró el gol que valió un título, de Miranda, que anticipó a todos de cabeza. Ni los ingresos de Higuaín y Di María pudieron torcer la historia, que ya estaba teñida de rojo y blanco. No alcanzan los elogios para el equipo de Simeone (el Mono Burgos, Cata Díaz y Emiliano Insúa son también parte del título), el débil que bajó al poderoso.

    Tras conseguir la Europa League y la Supercopa europea, el técnico argentino volvió a levantar una copa y, de paso, terminó con una racha de 43 partidos oficiales que acumulaba el Merengue sin derrotas como local. El rey sos vos Cholo.

    http://www.ole.com.ar/futbol-internacional/espana/Cholo-racha_0_920908139.html

    Público

    Madrid es colchonera

    El Atlético de Madrid gana la Copa al vencer por primera vez en 14 años al Real Madrid en una final con muy poco juego y mucha garra. Los blancos acaban crispados con Mourinho y Cristiano expulsados. El técnico luso finiquita su ciclo con un fracaso

    EDUARDO ORTEGA Madrid 17/05/2013 00:16 Actualizado: 18/05/2013 01:11

    Una final es una final, que diría alguno. No sabe el Atlético ganarle ni un partido al Madrid pero una final es distinta. Lo saben los rojiblancos, que se han hecho especialistas en los últimos años en ganarlas. Lo saben los blancos que, como en 2002 ante el Depor, se vieron probablemente con todo de cara y volvieron a hundirse. Como hace 21 años, en la última Copa que ganaron los colchoneros a los merengues en el Bernabéu. ASÍ TE LO CONTAMOS EN

    El duelo, reñido a más no poder, tuvo de casi todo menos juego. El Atlético tiró del oficio del que se apropia el Madrid en cada derbi de los últimos 14 años para ganarles a los blancos por vez primera en casi una década y media. Y qué victoria. El Madrid acaba una de sus peores temporadas de la historia. Un fracaso con ninguno de los dos títulos grandes y también sin una Copa que hubiera cerrado el año de una manera ciertamente digna. El fracaso de Mourinho, que acaba de la peor manera posible el que seguramente será su penúltimo partido como local en el Bernabéu.

    Las imprecisiones y la irregularidad reinaron un choque en el que ninguno acertaba a hacer medio despeje decente, a bajar el balón o a conseguir  apenas cuatro pases seguidos. Un partido en el que apenas aparecían Cristiano, Falcao, Özil o Arda. Eso no evitó que el inicio fuera el de siempre. Nada que no hubiéramos visto en la mayoría de los últimos diez o doce derbis. Nervios e inseguridad en el Atlético y puñetazo del Madrid en la mandíbula colchonera en los primeros minutos. Golpe bajo a un Simeone que hasta entonces había contenido a los suyos en su campo. Cristiano se elevaba al cuarto de hora en el área pequeña ante la pasividad rojiblanca en un córner y remataba a placer. El Madrid se pensó seguramente entonces que ya lo tenía hecho y se echó atrás, cometiendo el pecado de siempre desde que Mourinho ordena.

    Rojiblancos y merengues se cambiaron los papeles tras el tempranero tanto. Los colchoneros a la ofensiva, con poca precisión y sin rastro de las cabezas pensantes; los blancos a la espera de un contraataque que zanjara el duelo por la vía rápida. Dio el Madrid la gris versión de toda la temporada. Llegando a arreones, con mucha dificultad y pocas ideas para atacar en estático ante la bien colocada defensa colchonera. Con Modric en punta y Özil en una banda, el alemán acabó disipándose como en Dortmund. Y aguantando en defensa, sujetados por Diego López, Ramos y a ratos por un Albiol que, como se presumía, sustituyó a Varane. Mourinho no sólo cumplió lo prometido sino que llevó la humillación a su antiguo protegido -Pepe- hasta el extremo de dejarlo en la grada.

    Ante la amenaza de un segundo zarpazo que dejara tocado y casi hundido al Atlético, Falcao tiró de genio donde no le toca. El colombiano dejó a Albiol a los pies de los caballos en la medular y montó un contraataque maravilloso, con un pase al hueco milimétrico para Diego Costa. El pichichi de la Copa no perdonó. Dio dos zancadas y batió por bajo al cancerbero blanco, que rozó el cuero, con un disparo cruzado.
    El Madrid se perdió en la crispación

    A partir de ahí los colchoneros ya no soltaron el partido. Le echaron más coraje y garra y desquiciaron al Madrid. La crispación acabó apoderándose de los blancos, impotentes tras dos postes y un gol cantado que sacaba Juanfran bajo palos, y de Mourinho, que acabó expulsado. El luso se fue cabreadísimo y bufando al cuarto árbitro. La segunda parte fue bajando en intensidad y calidad conforme avanzaban los minutos y el desgaste físico. Y en los últimos latigazos el Madrid de verdad sintió que perdía la Copa, encerrado por el Atlético.

    El Atlético le echó más coraje y garra y desquició al Real Madrid

    Los merengues acabaron perdidos en la maraña defensiva colchonera, haciendo cada uno la guerra por su lado. Acabaron los blancos crispados, con un Cristiano más apagado de lo habitual, protestando demasiado al árbitro, y sin apenas peligro más allá del gol y un poste. El Atlético aprovechó la confusión del Madrid para subirse definitivamente a sus barbas en la prórroga y le asestó el golpe mortal. Miranda remató solo en el primer palo en un fallo garrafal en cadena de toda la defensa blanca y los colchoneros cerraron ahí el partido, porque Özil no acertó a marcar en un remate a placer que Courtois sacó de milagro.

    Los de Mourinho ya no tuvieron más respuesta porque ya no se jugó más. La final se perdió entre protestas, faltas, simulaciones, melés y barullos varios en las que Cristiano acabó expulsado. Madrid es hoy rojiblanca por primera vez en 14 años. "Alguna vez tendrá que acabar esto", se había acostumbrado a recitar Enrique Cerezo. El presidente rojiblanco siempre lo supo. La Décima no era del Madrid, era del Atlético.

    http://www.publico.es/deportes/455579/madrid-es-colchonera

    Enviado may 18 2013, 11:10 por SDHEditor con no comments
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  • Liga Asobal, jornada 28. FC Barcelona 35 BM Atlético de Madrid 26

    FC Barcelona Saric; Stranovsky (4,2p), Raúl Entrerríos (6), Victor Tomás (2), Sorhaindo (2), Jermenyr, Gurbindo (3) -siete inicial-; Sterbik (ps); Aguirrezabalaga (2), Noddesbo (4), Montoro (1), Morros (1), Rocas (5,1p), Sarmiento (4), Ariño y Balaguer (1).

    BM Atlético de Madrid Dahl;  Miguel Sánchez (2,1p), Ángel Romero, Jurkiewicz (4), Balic (1), Lazarov (7,1p) -siete inicial-; Hombrados (ps); Gojun, Edu Fernández (1), Ferrer (1), Cañellas (4,1p) y Davis (4).

    Marcador: 3-0; 8-2, 11-4, 14-5, 16-7, 17-11 (descanso); 19-14, 24-17, 26-20, 29-21, 33-23 y 35-26.

    Cancha: Palau Blaugiara. Unos 3.500 espectadores.

  • Copa del Rey balonmano, final. Naturhouse La Rioja 28 BM Atlético de Madrid 38


    Naturhouse La Rioja Jorge Martínez (p), Petrus (8), Mindegia (1), Víctor Hugo (4), Cuartero (2), Curuvija, Capote (1), Aguinagalde (p), Arrieta (2), Miralles (1), Ajo (1), Tioumentsev (2), Paván (5), Silva (1) y Bozalongo.

    BM Atlético de Madrid Hombrados (p), Källman (3), Aguinagalde (8), Jukiewicz (8), Masachs (2), Balic (2), Lazarov (4), Rogne (p), Sánchez (1), Eduard Fernández, Álvaro Ferrer (1), Ángel Romero, David Davis, Cañellas (7) y Gojun (2).

    Marcador
    3-2, 4-6, 7-8, 9-12, 12-14, 15-18 (descanso), 17-21, 19-26, 20-29, 22-32, 25-36 y 28-38 (final).

    Árbitros
    Muro San José y Alfonso Rodríguez. Excluyeron por dos minutos a Petrus (2 veces), Paván y Capote del Naturhouse; y a Källman, Cañellas, Jurkiewicz y Balic, del Atlético de Madrid.

    Incidencias
    Tres mil ochocientos espectadores en el Palacio de los Deportes de La Rioja. Julen Aguinagalde, del Atlético de Madrid, fue elegido mejor jugador de la final.

  • Copa del Rey Balonmano, semifinal. BM Atlético de Madrid 31 FC Barcelona 28


    BM Atlético de Madrid Hombrados; Kallman (4), Balic (1), Gojun (1), Jurkiewicz (4), Masachs (2), Aguinagalde (6) -de salida-; Lazarov (6,1p), Cañellas (6,3p), Ferrer, Davis, Romerom (1) y Fernández.

    FC Barcelona Sterbik; V. Tomas (7), Sarmiento (3), Montoro (2), Aguirrezabalaga, Noddesbo (4), Stranovsky -equipo inicial; Jermenyr, Morros, Rocxas (2,1p), Entrerríos (2), Gurbindo (3), Juanín García (1), Sorhaindo y Rutenka (3,1p).

    Cancha: Palacio de los Deportes de Logroño. Lleno: 3.800 espectadores.

    Marcador: 3-2, 5-2, 6-4, 8-6, 11-7, 14-8 (descanso); 18-13, 21-17, 24-20, 26-22, 28-23 y 31-28.


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