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julio 2017 - Artículos

  • Sentencia de muerte para el Vicente Calderón

    Por su interés reproducimos el artículo publicado en estoesatleti.es el pasado 14 de julio por el miembro de SdH Fran Estévez.

    PARTE XVII. EL FIN DEL ESTADIO QUE PAGARON LOS SOCIOS. Resulta gracioso leer, treinta años después, el Programa presentado por Jesús Gil y Gil, cuando en 1987 se convocaron Elecciones, por última vez en la Historia, quién nos lo iba a decir, en el Club Atlético de Madrid.

    Por ejemplo, dentro del plan de actuación, se afirma que no es posible en esos momentos que el Club se convierta en una Sociedad Anónima, porque no se puede pedir la participación del socio, por un lado, y por otro “ser administrados por once o veinte familias, convertidos en propietarios del Club, a sabiendas de que al desaparecer el auténtico vínculo del socio, el proyecto como empresa con ánimo de lucro, como toda S.A., fracasaría inmediatamente (…) a no ser que pretendan que los ingresos fuesen para los accionistas, y los gastos y los problemas para los socios”. Lo que entrecomillo es cita literal, se lo prometo.

    EL PROGRAMA ELECTORAL DE GIL ERA CONTRARIO A LA CONVERSIÓN EN SAD

    Hecha esta tristemente cómica introducción, hago constar que no me estoy saliendo del tema, porque el concepto de Sociedad Anónima y el Estadio Vicente Calderón estaban entrelazados, en el “programa vinculante” de Gil y, más concretamente en un “Anexo” en el que utilizaba los ejemplos del Tottenham Hotspur y del Estadio de Wembley, como una especie de “tierra prometida” a la que acudir. En el primer caso, Gil aludía al logro de haber conseguido recalificar los terrenos colindantes al estadio, desarrollar un proyecto inmobiliario y obtener así el patrimonio necesario para crear una S.A. y salir al Mercado. En el segundo, el ejemplo radicaba en la utilización del estadio para la celebración de todo tipo de espectáculos, bajo la gestión de una S.A., si bien se aclara que “serían los socios los que elegirían si nuestro Club transforma en Sociedad Anónima o no”.

    Dentro de esta flagrante contradicción, entre el rechazo frontal al Club convertido en S.A., y la defensa de dos maravillosísimos ejemplos del fútbol británico, gestionados ya entonces por sendas sociedades, nuestro Estadio figura, en el programa, como “un lugar de encuentro” que había que crear en sus bajos, con un restaurante, salas de juegos, de reuniones y abierto para todos los socios, incluyendo la sala de trofeos.

    Esas eran las promesas vinculantes. Y a continuación, por un puñado de votos de diferencia, que le dieron la victoria a Gil frente al Sr. Sánchez de León, llegó la realidad.

    EN 1989 SE PRODUCEN LOS PRIMEROS COQUETEOS DE GIL CON LEGUINA PARA EL CAMBIO DE ESTADIO

    Siendo justos, y sobre todo rigurosos con los hechos, fue cierto que los tan mencionados bajos del Calderón pasaron a ser utilizados de una forma más razonable que hasta entonces, que incluso se reformó el Estadio y se abrieron locales comerciales, restaurante, tiendas, más tarde el museo… Y que, durante algún tiempo, nada hacía presagiar que eran otros los planes que se iban desarrollando; hasta que un día, concretamente el 14/4/89, cuando aún no se habían cumplido dos años desde su llegada a la presidencia, El País publicó una noticia con un impactante titular: “Jesús Gil pide a la Comunidad que le haga una oferta por el Estadio Calderón”.

    Adentrarse en esa noticia, requiere mencionar a Joaquín Leguina, presidente socialista de la Comunidad de Madrid entre los años 1983 y 1995, quien por aquellos entonces andaba empeñado en la construcción de un Estadio de atletismo, en el barrio de Canillejas, con capacidad para 70.000 espectadores; faraónico proyecto que se iría recortando año tras año, para acabar convertido en el simulacro de estadio que conocimos como “La Peineta”, inaugurado el 6/9/94.

    No aguantó hasta dicha inauguración el director general de Deportes de la CAM, Fernando de Andrés Pérez, quien ocupaba el cargo desde 1983, pero dimitió en 1990, no sin antes comenzar a firmar la Sentencia de muerte para el Estadio Vicente Calderón, en su palco y entre canapés, durante la disputa de un Atleti-Barça en el día de año nuevo de 1989, cuando comentó con Jesús Gil la posibilidad de ampliar el proyecto de La Peineta para que, en el futuro, pudiera ser utilizado por el Atleti. No era Gil y Gil muy de hacerse rogar, en estas cosas, y por eso se publicó esa noticia en El País, unos meses después. Quedó plantada la semilla.

    Y si la administración socialista de la CAM le dio la idea, el Gobierno español, también del PSOE, le allanó el camino legal para recuperar las ideas que había dejado en el aire, en su programa presidencial, en el que, como digo, los conceptos S.A. y Estadio Vicente Calderón estaban entrelazados y, sólo un año después, se publicó la Ley 10/1990 de 15 de octubre, del Deporte, que creó la figura de la Sociedad Anónima Deportiva, un fracaso estrepitoso que desembocó en la conversión de todos los clubes profesionales en SAD, con las sangrantes cuatro excepciones ya conocidas entre las cuales no estuvo el Atleti, porque así lo quiso Gil, el 30 de junio de 1992. Las condiciones en que ello ocurrió, ya han sido glosadas en este mismo medio, por otros queridos compañeros.

    Desde entonces, Gil y Gil (pagando un euro menos de lo que acaba de desembolsar el Santander para hacerse con el Popular) se convirtió en dueño absoluto de todo, Estadio incluido y, si en su programa él mismo había advertido de los peligros de que nuestro Club “fuese administrado por once o veinte familias”, tirar por la calle de en medio no le costó nada: bastaba con una sola familia, la suya.

    Con la posibilidad real ya en la cabeza desde el 89, como hemos visto, y sin tener la obligación de rendir cuentas ante nadie desde el 92, era cuestión de encontrar la oportunidad, mientras La Peineta era abandonada a su suerte y se convertía en un monumento a la cultura del pelotazo deportivo y del derroche de recursos públicos, sólo superado por La Cartuja sevillana.

    Jesús Gil falleció en 2004, sin ver culminada su idea, que entre otras cosas le habría liberado del engorro de rendir eterna pleitesía a D. Vicente Calderón (ya había lanzado varios globos sonda para cambiar la denominación de nuestro estadio, felizmente sin éxito) y, con la más que justificada sensación de haber pasado de Guatemala a Guatepeor, como de hecho también sucedió en Marbella (si es malo el creador de una trama, no te digo nada cómo son sus continuadores), el Ayuntamiento de Madrid, beneficiario de la cesión de La Peineta por la CAM, ya controlada por el PP, se lanzó en brazos de Gil Marín y Cerezo para recuperar aquél viejo esbozo de Leguina, de quien el alcalde Ruiz Gallardón siempre fue admirador.

    MADRID-RÍO Y EL PROYECTO DE MADRID OLÍMPIOC FACILITARON EL "ÁMBITO MAHOU-CALDERÓN"

    Con la doble excusa del Proyecto Madrid-Río y la intención de convertir Madrid en Villa Olímpica, el Ayuntamiento firmó con la SAD, y con Mahou, los ya famosos “Protocolo de Intenciones” de 30 de julio de 2.007 y “Convenio Patrimonial” de 12 de diciembre de 2008, en los que se refleja el compromiso de llevar a cabo una modificación puntual del Plan General, al tiempo que se liga la recalificación al traslado del club Atlético de Madrid, S.A.D. al estadio de La Peineta, comprometiéndose el Ayuntamiento a incorporar en una futura modificación del Plan General las determinaciones urbanísticas precisas para la transmisión del estadio de la CAM al club Atlético de Madrid, S.A.D.

    De ahí surgió el “Ámbito Mahou-Vicente Calderón”, una vez incorporados los terrenos anejos de la empresa cervecera. Los proyectos urbanísticos ya conocidos fueron creados para que cuadraran las cuentas, dado que ninguno de los firmantes tenía la intención de desembolsar un solo euro. La venta de las viviendas a desarrollar en los terrenos de la Mahou y del Calderón deberían financiar la reconstrucción de La Peineta. Ello obligó a proyectar la construcción de grandes rascacielos en la zona; una especie de Manhattan concentrado en la denominada “La Puerta del Sur”.

    LAS SENTENCIAS DEL TSJ SUPUSIERON UN VARAPALO A LA RENTABILIDAD DE LA OPERACIÓN, PERO NO FRENARON LOS PLANES DE GIL MARÍN

    El problema es que dichos planes chocaban frontalmente con la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, concretamente con el artículo que establecía la prohibición de edificar una altura superior a tres plantas más ático, que acababa de ser introducido, mediante la Ley 3/2007, que modificó la anterior Ley 9/2001.

    Con la intención de defender la Legalidad y el Patrimonio del Club, se interpuso la Asociación Señales de Humo (me cabe el honor de haberles defendido profesionalmente) frente a las sucesivas aprobaciones, habiendo obtenido hasta cuatro sentencias estimatorias del Tribunal Superior de Justicia por las que ordenaron la nulidad. Ello ha desvirtuado completamente la operación, según estaba concebida, pero no ha frenado a los responsables de la SAD.

    EL CALDERÓN HA ESTADO EXPUESTO A AÑOS DE ABANDONO PREMEDITADO


    Durante todos estos años, la propiedad de la SAD prácticamente no ha tocado el Estadio Vicente Calderón, reduciendo su mantenimiento a la más mínima expresión y dejándolo morir lentamente sin reformarlo, con un nivel de limpieza tercermundista, tratando de crear una sensación de hastío e incomodidad que aumentase el deseo de cambio.

    Inicialmente, las instituciones dejaron de impulsar el proyecto tras el triple fracaso de Madrid como candidata olímpica, pero finalmente cedieron a la presión de la SAD, colaborando con su criterio absolutista de no contar jamás con la opinión de los supuestos “beneficiarios”. Pese al cambio político, aunque Ahora Madrid celebrase los éxitos judiciales de Señales de Humo antes de llegar al Ayuntamiento, los de Manuela Carmena acabaron siendo entusiastas colaboradores una vez habían logrado la alcaldía.

    Estaba en el programa de Gil, y no supimos verlo. El Tottenham, Wembley, las recalificaciones urbanísticas y las Sociedades que los controlaban, como ejemplos. Una Comunidad de Madrid que no sabe qué hacer con una obra faraónica e innecesaria. Una conversación en el palco, luego la oportunidad, la excusa del “sueño olímpico”, finalmente el miedo a indemnizaciones millonarias en caso de incumplimiento. Ha tardado 30 años en cumplirse, pero de la sentencia de muerte para el estadio Vicente Calderón estuvo ahí desde el principio. 

  • Calendario Liga 2017-2018

    Jornada 1, 20/08/2017
    Girona FC - Atlético de Madrid

    Jornada 2, 27/08/2017
    UD Las Palmas - Atlético de Madrid

    Jornada 3, 10/09/2017
    Valencia - Atlético de Madrid

    Jornada 4, 17/09/2017
    Atlético de Madrid - Málaga

    Jornada 5, 20/09/2017
    Athletic Club - Atlético de Madrid

    Jornada 6, 24/09/2017
    Atlético de Madrid - Sevilla

    Jornada 7, 01/10/2017
    Leganés - Atlético de Madrid

    Jornada 8, 15/10/2017
    Atlético de Madrid - Barcelona

    Jornada 9, 22/10/2017
    Celta - Atlético de Madrid

    Jornada 10, 29/10/2017
    Atlético de Madrid - Villarreal

    Jornada 11, 05/11/2017
    Deportivo - Atlético de Madrid

    Jornada 12, 19/11/2017
    Atlético de Madrid - R Madrid

    Jornada 13, 26/11/2017
    Levante - Atlético de Madrid

    Jornada 14, 03/12/2017
    Atlético de Madrid - Real Sociedad

    Jornada 15, 10/12/2017
    Betis - Atlético de Madrid

    Jornada 16, 17/12/2017
    Atlético de Madrid - Alavés

    Jornada 17, 20/12/2017
    Espanyol - Atlético de Madrid

    Jornada 18, 07/01/2018
    Atlético de Madrid - Getafe

    Jornada 19, 14/01/2018
    SD Eibar - Atlético de Madrid

    Jornada 20, 21/01/2018
    Atlético de Madrid - Girona FC

    Jornada 21, 28/01/2018
    Atlético de Madrid - UD Las Palmas

    Jornada 22, 04/02/2018
    Atlético de Madrid - Valencia

    Jornada 23, 11/02/2018
    Málaga - Atlético de Madrid

    Jornada 24, 18/02/2018
    Atlético de Madrid - Athletic Club

    Jornada 25, 25/02/2018
    Sevilla - Atlético de Madrid

    Jornada 26, 28/02/2018
    Atlético de Madrid - Leganés

    Jornada 27, 04/03/2018
    Barcelona - Atlético de Madrid

    Jornada 28, 11/03/2018
    Atlético de Madrid - Celta

    Jornada 29, 18/03/2018
    Villarreal - Atlético de Madrid

    Jornada 30, 01/04/2018
    Atlético de Madrid - Deportivo

    Jornada 31, 08/04/2018
    R Madrid - Atlético de Madrid

    Jornada 32, 15/04/2018
    Atlético de Madrid - Levante

    Jornada 33, 18/04/2018
    Real Sociedad - Atlético de Madrid

    Jornada 34, 22/04/2018
    Atlético de Madrid - Betis

    Jornada 35, 29/04/2018
    Alavés - Atlético de Madrid

    Jornada 36, 06/05/2018
    Atlético de Madrid - Espanyol

    Jornada 37, 13/05/2018
    Getafe - Atlético de Madrid

    Jornada 38, 20/05/2018
    Atlético de Madrid - SD Eibar

    Enviado jul 20 2017, 01:30 por SDHEditor con no comments
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  • ASdH presenta demanda contra el planeamiento urbanístico de La Peineta

    Con fecha de hoy, lunes 10 de julio, la Asociación Señales de Humo ha formulado demanda contencioso administrativa frente a la aprobación definitiva de la Modificación Puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid relativa al Área de Ordenación Especial 00.08 “Parque Olímpico-Sector Oeste” y el Área de Planeamiento Específico 20.14 “Estadio de la Peineta”. Distrito de San Blas-Canillejas, dictada por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid.

    ASdH en definitiva, impugna la modificación puntual del sector donde hoy se ejecutan los trabajos de edificación del denominado Estadio Wanda Metropolitano y sus aledaños.

    La demanda ha recaído en la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ya ha dictaminado a favor de otras demandas de la Asociación Señales de Humo, concretamente en el ámbito Mahou-Calderón.

    El principal motivo para presentar la demanda es, como ya lo ha sido en muchas otras ocasiones, el cumplimiento del mandato estatutario que obliga a ASdH a trabajar para que todas las actuaciones en que esté involucrado el Club Atlético de Madrid SAD estén sometidas a la más estricta legalidad. Dados los antecedentes de los rectores y propietarios mayoritarios ilegítimos del Club, Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, involucrados a lo largo de los últimos años en diversas irregularidades, entendemos que es necesario, en la medida de nuestras posibilidades, someter al necesario control de legalidad todo lo que promueven. En este caso se somete a idéntico control a las administraciones actuantes, Ayuntamiento y Comunidad de Madrid.

    La demanda, que pide la nulidad radical del planeamiento, se basa en los siguientes motivos, que exponemos de forma sucinta y sin entrar aquí en mayores consideraciones de tipo jurídico:

    Primero -
    Nulidad del planeamiento por desviación de poder.

    Segundo
    - Nulidad del planeamiento por desafectación de sistemas generales en interés privado.

    Tercero - Nulidad del planeamiento por errónea clasificación del suelo. Vulneración del art. 14.2 de la ley 9/2001 del suelo de la Comunidad de Madrid.

    Cuarto - Nulidad por vulneración del art. 36.6 c) de la ley 9/2001. Relativo a la ejecución de menos plazas de aparcamiento en la parcela del estadio de las que marca la ley.

    Quinto - Nulidad por vulneración del art. 67.2 de la ley 9/2001 relativo a la compensación de dotaciones.

    Sexto - Falta de justificación del cumplimiento de las determinaciones establecidas por la Ley del Ruido 37/2003.

    Séptimo - Nulidad de pleno derecho del planeamiento aprobado por omisión en el procedimiento de aprobación de un informe sobre impacto de género.

    Desde la Asociación Señales de Humo consideramos que la situación provocada por los ilícitos que, a nuestro modo de ver, mantiene el planeamiento impugnado, imputables tanto al Ayuntamiento como a la propia SAD, somete a los aficionados del Atleti a un patente estado de indefensión e inseguridad, del que ya hemos venido advirtiendo a lo largo de todos estos años.

    Asimismo, entendemos que todas estas irregularidades incidirán en la futura emisión de licencia para la puesta en marcha del denominado Estadio Wanda Metropolitano, cuya paralización solicitaremos en tanto no se solventen aquéllas y, en consecuencia, instamos al Club a que adopte las previsiones que considere oportunas ante la eventual falta de autorización de dicha puesta en funcionamiento para la próxima temporada, dado que aún cuenta en propiedad con el Estadio Vicente Calderón en perfecto estado de uso y ello, sin perjuicio de las acciones que pudiera formular, si lo tuviera a bien, contra el Ayuntamiento de Madrid, ante el nuevo escenario provocado por la demanda promovida por Señales de Humo y en cumplimiento de lo regulado en el Convenio Patrimonial de 12 de diciembre de 2008.

  • El inédito caso del consejero delegado condenado por estafar a su propio club

    Por su interés reproducimos el artículo publicado en estoesatleti.es el pasado 28 de junio por el miembro de SdH Jesús Martínez.

    PARTE VI. EL HIJO DEL PATRIARCA. Miguel Ángel Gil Marín, mayor de edad, sin antecedentes penales, hijo de Jesús Gil veterinario de profesión, fue nombrado en noviembre de 1992 Director General del Atlético de Madrid. La mala situación económico-financiera por la que venía atravesando el club como asociación se vio agravada en la sociedad por la inexistencia de desembolso efectivo del capital social, salvo en una mínima parte. Ello determinó que, de acuerdo Jesús Gil y Miguel Ángel Gil, fueran desarrolladas, hasta la intervención judicial, tareas de maquillaje de la contabilidad, en las que no consta se involucrara Enrique Cerezo, a fin de evitar que apareciera como el patrimonio estaba por debajo del 50 por ciento del capital social, lo que legalmente hubiera implicado una causa de disolución”.

    De esta forma presentaba el Tribunal Supremo en sociedad a Miguel Ángel Gil, en su sentencia de 4 de junio de 2004. Resulta curioso que esa sentencia sea casi equidistante en el tiempo entre 1992 y 2017. Veinticinco años que contemplan a Gil Marín como alto mandatario del Club, ya sea como Director General, bajo la sombra tiránica y estentórea de su padre, ya como Consejero Delegado -simultaneó ambos cargos durante años-, volando libre entre fondos de inversión mendesianos y la figura burlesca de Enrique Cerezo, como partner in rhyme de su proyecto empresarial denominado Atleti. Sí, efectivamente, lo de rhyme es una llamada desesperada por si queda algo de justicia poética en la sala. En realidad, es su partner in crime, su cómplice.

    Desde noviembre de 1992 hasta el 29 de diciembre de 2005, Gil Marín es Director General del Club, simultaneando en los últimos años tal cargo con el de Consejero Delegado, en el cual permanece en la actualidad. En estos años su gestión ha sido un cúmulo de despropósitos, pero no hablaremos de ellos aquí. No incidiremos en la lacra que supone al Club la regencia de Gil Marín. Queremos abundar en otra cuestión que, de haberse contemplado por las autoridades deportivas y los órganos rectores del Club, hubiera apartado inmediatamente del cargo a aquél.

    Pero para ello volvamos a la sentencia de 2004, esa a la que los medios prestaron nula atención y las instituciones público deportivas obviaron descaradamente. Esa sentencia condena a Miguel Ángel Gil a 18 meses de prisión por un delito de estafa por simulación de contrato, de estafa al propio Atlético de Madrid. La condena por delitos patrimoniales lleva aparejada la inhabilitación para ejercer como administrador de una sociedad mercantil. Así lo dice tanto la legislación mercantil como la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, además de los propios Estatutos del Club en su art. 22:

    No podrán ser Consejeros las personas que se encuentren incursas en alguna de las prohibiciones legalmente establecidas, especialmente en la Ley de Sociedades de Capital y en la Ley del Deporte”

    Y la Ley de Sociedades de Capital dice:

    Artículo 213. Prohibiciones.

    1. No pueden ser administradores los menores de edad no emancipados, los judicialmente incapacitados, las personas inhabilitadas conforme a la Ley Concursal mientras no haya concluido el período de inhabilitación fijado en la sentencia de calificación del concurso y los condenados por delitos contra la libertad, contra el patrimonio o contra el orden socioeconómico, contra la seguridad colectiva, contra la Administración de Justicia o por cualquier clase de falsedad, así como aquéllos que por razón de su cargo no puedan ejercer el comercio.

    Y aun yendo más allá:

    Artículo 224. Supuestos especiales de cese de administradores de la sociedad anónima.

    1. Los administradores que estuviesen incursos en cualquiera de las prohibiciones legales deberán ser inmediatamente destituidos, a solicitud de cualquier accionista, sin perjuicio de la responsabilidad en que puedan incurrir por su conducta desleal.

    Yo no quiero aburrirles con un exceso de normativa, pero considero que esta información resulta transcendente para el aficionado atlético. Nadie puede explicar por qué Gil Marín se ha perpetuado ilegítimamente en el cargo de Consejero Delegado, tras haber sido condenado en firme, en el año 2004, por un delito contra el patrimonio, nada menos que del propio Club que dirige y administra.

    Obviamente, la complicidad de las instituciones públicas deportivas y del propio Consejo de Administración del Club han propiciado este desaguisado, todos han hecho oídos sordos, han sucumbido bajo el poder de los intereses creados y han convalidado esta ilegalidad manifiesta, este bochorno permanente, a pesar de que, una pequeña parte de los accionistas minoritarios, representados por Señales de Humo, vienen instando en cada Junta General, de manera infructuosa, la inmediata destitución del Consejero Delegado ilegítimo.

    Capítulo aparte merece la remuneración ilícita también, hasta el año 2015, del Consejero Delegado. En estos años se ha levantado millones de euros otra vez en contra de leyes mercantiles y los propios estatutos del Club, que necesitaron una remodelación para legalizar la situación, aunque no con efectos retroactivos, lógicamente.

    Podría inundarles de más normativa para acreditar que Gil Marín ha estado cobrando ilegalmente. No merece la pena. Quizás los tribunales entren en ello próximamente. El objeto de este artículo ya está cumplido. Espero que, de ahora en adelante, el seguidor atlético que haya podido acceder a estas líneas, conozca a ciencia cierta los antecedentes de quien rige el Club de sus amores y saque sus propias conclusiones. No nos hemos inventado nada.

    El aficionado atlético es consumidor de una marca privada donde el ilegítimo Consejero Delegado hace y deshace a su antojo. Lejos quedaron los tiempos de Club. El hincha no cuenta sino para pagar y animar. El clientelismo poblará las gradas del Wanda Metropolitano como lo ha venido haciendo en el Vicente Calderón desde hace 25 años. Y todo esto en claro quebrantamiento de la legalidad vigente desde que se apropiaron delictivamente del Club. Al menos, considérenlo.


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