Por su interés, reproducimos la entrevista que José Miguélez
realiza a Sergio Agüero en la edición del 7 de octubre del diario
Público
"Todos mis amigos del barrio están presos"
Kun,
kun, kun. El nuevo grito del Calderón. Agüero ganó a sus críticos.
Antes derrotó al hambre y la pobreza, superó una infancia muy dura
Foto: Público
JOSÉ MIGUÉLEZ - MADRID - 06/10/2007 21:09
Un
año contra la pared: sin la confianza de su entrenador, que le relegó
de fichaje estrella a secundario; sin el aprecio del fútbol, que le
gritó sobrevalorado; sin el guiño de la crítica, que le tildó de
capricho. Y un mes en el pedestal: con el técnico, los popes y los
periodistas cambiando precipitadamente de opinión, proclamándose del
Kun de toda la vida. Sergio Agüero (19 años, Buenos Aires) es, junto a
Messi, el jugador de moda. Hoy se cruzan. Messi es Maradona. Agüero es
Romario.
¿Sabe quién es Romario?
Un jugador muy importante de Brasil, muy bueno. Tampoco le he visto mucho. Pero yo hago mi propio juego.
¿No se miró en ningún espejo?
En
ninguno. De pequeño me gustaban Francescoli, luego Riquelme y luego
Tévez. Mis ídolos aún juegan. Y cuando empecé a fijarme en Tévez, noté
que mis movimientos se parecían. Cómo la aguantaba, la fuerza...
¿Ve fútbol o sólo lo juega?
Miro bastante. No veo partidos enteros, pero sí trozos.
No es lo habitual. A los de su edad le aburre el deporte que practican.
Hay
algunos casos. Pero a mí me gusta mirar. Aprender, fijarme en cómo
marcan, los espacios que dejan, prepararme para cuando sean rivales.
¿Luego sabrá cómo encarar a Puyol?
Sí,
pero si Puyol compra este periódico... Prefiero no avanzar nada. A
Milito le conozco más, pero a Puyol le he mirado en varios partidos y
sé cómo encararle. Y mis compañeros me han dado detalles. Vamos a ver
los primeros minutos. Es un buen defensor. Pero el Barça defiende muy
arriba y concede muchos mano a mano. De diez que me queden, uno o dos
le tendré que ganar. Y uno, convertir.
¿Y también hay truco para Valdés?
No,
el portero siempre está en la misma posición. El bueno va a volar y a
llegar. Hay que patear al arco. Puede salir al ángulo, al costado... A
veces la colocas y la pones donde quieres. Pero cuando tiras fuerte,
sólo que vaya al arco. Si alguien dice que pateó a un lugar concreto,
es mentira.
¿Duerme y vive distinto que el año pasado como dice Aguirre?
Siempre
fui de la misma manera. El primer año fue difícil. Siempre había algo
para decir que no funcionaba, pero tengo la conciencia tranquila.
Trataba de adaptarme y conocer la Liga. Este año, como el Mundial me
entregó confianza y juego bien, parezco otro. Pero siempre fui igual.
¿Descuidó su vida profesional?
Nunca.
Cumplía en los entrenamientos y en los partidos. Y no sólo jugaba,
también miraba. Gané experiencia observando. Mirando se aprende.
Entonces, ¿lo de su conducta fuera del campo fue una coartada para justificar su suplencia?
Bueno,
después de dos partidos malos, te trituran. Es normal. El jugador no
tiene que dar bola a lo que dicen. Sólo pensar en jugar, hacerlo bien,
que el equipo ande bien y te necesite.
Mire lo que le ha pasado a Ronaldinho, lo que dicen de él.
Ni me enteré. ¿Qué dicen de él?
Que sale y no se cuida. Ya no se acuerdan del futbolista.
Ah,
bueno, eso es lo que digo. Si juegas dos o tres partidos más o menos,
te van a disparar. Y en cuanto junte dos o tres partidos buenos, qué
van a decir. Si es de los mejores del mundo.
¿Pesa tres kilos menos que el año pasado o es una leyenda?
Tampoco
tanto. Estoy mejor, vengo del Mundial, partidos seguidos... No trabajo
más que antes. Hago los mismos entrenamientos. Pero como empiezo bien,
se dice que trabajo más.
Dice Aguirre que su diferencia es que ya asume su rol en el equipo. ¿Cuál es ese nuevo rol?
No
sé. Mi papel siempre ha sido hacer las cosas bien. Tratar de andar bien
para que el equipo ande bien. El papel que hice siempre. Nada más.
¿Qué le excita más un gol, un pase o un regate?
Me gusta regatear. Siempre es lindo el gol, el pase. Pero lo que más me gusta es regatear, es de lo que vivo.
¿Y eso de que regatea en función de la sombra del defensa?
Es
verdad. Lo descubrí este verano. Mucho sol. Una vez me llegó el
defensor justo cuando me venía pelota, vi su sombra y arranqué por el
otro lado. Me fui. Después comencé a hacerlo en los entrenamientos y
funcionaba.
O sea que cuando el otoño nuble el cielo se acabó el Kun.
No, de noche, no. La luz del estadio también hace sombras.
¿Qué prefiere el balón al pie o al espacio?
Me gustan los dos. El riesgo es que a veces vienen por detrás y te pegan. Pero me gusta más al pie.
¿Le dicen que no sabe jugar sin la pelota, que hasta que recibe no aporta demasiado?
Mucho,
pero de chico. Desde Independiente insisten que trabaje sin balón. De
chico es cuando puedes aprender, ahora no. Todos tenemos que correr.
Pero también atacar. Bueno, a mí se me olvidaba; terminaba una jugada y
volvía caminando. Casi todos los técnicos me decían, trata de correr.
Ahora lo hago, pero a veces me olvido. No en cada ataque, pero más o
menos ya vuelvo rápido a defender.
¿El año pasado, tras una
patada de Cannavaro, le dijo: la pelota, lo redondo es la pelota... ¿Es
descaro o la única forma de sobrevivir?
Los defensas van
fuerte para intimidar. Piensan que a los 18 años, con dos patadas te
vas a achicar. ‘Este ya no quiere más la pelota". Pero a mí que me
peguen, quiero la pelota. Tengo que escenificar que no me arrugo. Si me
dan, les digo ven a por otra. Los defensas juegan a medir tu miedo.
¿Cuándo pasó hambre por última vez?
Con
13 años. Empecé a comer bien, bien a los 15, cuando me agarró la
empresa que me representa. Antes fui con lo justo, lo que alcanzaba. A
veces no teníamos, me acuerdo, y tomábamos mate cocido con pan. Al
menos para llenarte algo. Había días que mi padre o mi hermano no
tenían para comprar de comer, y dormíamos deseando que al día siguiente
en el trabajo se pudiera sacar algo.
¿Recuerda su infancia muy dura o es ahora en el contraste cuando se da cuenta de que lo pasó tan mal?
Sí.
Yo era chiquito. Los que lo pasaban mal eran mi vieja y mi viejo. A
veces no comían ellos para que comiéramos nosotros. Se me quedó
grabado. Es de lo que me acordé el otro día en una radio. No lloré por
cruzarme con mi padre, fue porque se me pasaron rápido por la cabeza
los días jodidos. Ahora que estoy jugando bien, se me vienen las cosas
que me pasaban de chico.
¿Era dura la vida en el barrio?
Sí. Era jodido. Mucho robo, una zona complicada. Se pasaba muy mal. Hasta que el club me sacó de ahí.
¿Tuvo tentaciones de pasarse al lado malo? Atracar, delinquir...
Bueno.
De todos los amigos que tuve, no creo que ninguno esté en su casa.
Están todos presos. Recuerdo al que siempre estaba conmigo. Nos fuimos
alejando. Y me enteré de que está en la cárcel. Al principio me dije,
qué raro, pero no lo es. Ahora me doy cuenta de que esa vida era
jodida. Si no salgo de allí, no sé que habría pasado conmigo. Me
rescató la pelota.
Le debe la vida a quién le regaló una.
Sí,
o sea, a mi viejo. Los primeros reyes que recuerdo fueron una pelota.
En el barrio no había muchos chicos con una, buscábamos prestadas. Pedí
una pelota y cuando me levanté, estaba allí. No la soltaba. Hasta que
un día, jugando, la tiré para no sé dónde y no la volví a ver. Así es
la vida en los barrios. Lo que sale fuera deja de ser tuyo. Las llaman
villas. Son casas de chapa, todas juntas y con pasillos. Y en medio se
forma como un cuadrado, con una cancha dentro, o dos. Sólo juegan los
que son de ahí. Salvo en campeonatos, que vienen de otros barrios. Y se
arman kilombos bárbaros.
Qué distintas las tentaciones de hoy: mujeres, excesos, amigos.
No.
Te das cuenta de quiénes se acercan y quiénes te quieren. Yo tengo tres
amigos, los de siempre. Y no va a haber otros. Vendrán más, pero no
amigos-amigos. No los voy a considerar así.
¿Le dieron ganas de irse el año pasado?
No.
No era lo que esperaba, pero los compañeros me hablaban. Maxi me decía,
‘estate tranquilo que el primer año siempre es jodido. Y al otro vas a
andar bien". Pero al principio, sí, yo me decía: en cuanto tenga dos o
tres días libres me voy a ver a mis amigos.
¿No es un tópico entonces lo de la adaptación del primer año?
Qué
sé yo. Son pensamientos raros. Empecé bien, luego regular. Me decían
que era el tema de estar lejos de la familia, de los amigos, que esto
es distinto, muchas cosas. Y me lo creí.
¿Pagaría un viaje a los ultras si le amenazan con pitarle?
¿Que si pagaría? Eso no existe.
En Argentina el chantaje de los ultras sí es común.
En
Independiente, jamás me fueron a decir nada. Nunca. Se encargaba el
presidente. Le dijimos que se encargara de los ultras. Y nosotros, a
jugar.
¿Y aquí ocurre igual?
Yo aquí no sé nada.
Lo sabrán los más grandes. Llevo poco. Cuando sea más grande, me
enteraré. Ahora no sé nada. Y prefiero no meterme.
Torres dijo que no se iría del Atleti sin ganar un título. ¿Por qué hay que fiarse de usted?
Yo
estoy bien acá, quiero quedarme, pero qué se yo. Sí digo que me siento
acá como en mi club. Siento a la gente, que me quiere como la de
Independiente. Me siento como si hubiera salido de la cantera. Y además
no me gusta ir a otro equipo, y a otro, y a otro. Prefiero uno. Si es
el Atleti, mejor, y después volver a Argentina.
¿Por qué se es de Independiente?
Porque desde chico, desde los nueve años, iba a la cancha. Estás todo el día en la cancha y te haces.
¿Y por qué cree que alguien es del Atleti cuando al lado está el Madrid, que gana más, luce más?
La
verdad es que no lo sé. No sé por qué hay más hinchas del Atleti que
del Madrid. Yo no veo en la calle a ninguno que me diga que es del
Madrid. Creo... Acá en Majadahonda, por lo menos, y en Madrid.
Pues hay muchos más del Madrid.
¿Sí?
¿Y dónde se meten? Yo creo que por el tema de que tienen un campo
bonito, están sentaditos y no dicen ni ahhh. Qué se yo. La verdad es
que ni sé. El campo del Atleti en cambio ruge. Aunque estés parado te
alienta.
Veo que ya se ha hecho antimadridista.
Sí, eso es sagrado. Ya, desde ahora.
¿Tuvo usted la culpa del segundo gol del Madrid?
¿Qué gol? ¿El de Sneijder? ¿Yo? ¿Por qué?
Porque tenía que tapar a Sneijder.
No.
Yo tenía que ir afuera. Me paré ahí para salir a la contra. Me paré y
le empecé a decir a Guti que era un malo, que la iba a errar. Tiró un
tiro libre y la pegó en el travesaño. Y dije, no, tengo que hacer algo
que la va a meter dentro. Y empecé así, ‘que lo vas a errar".
¿O sea que no estaba distraído?
No,
estaba tratando de distraerle a él. Y me fui alejando. Pensaba que si
pegaba en la barrera podía salir a la contra rápido. Nunca me imaginé
que iba a pasar a Sneijder. Ni vi que estaba ahí. Qué se yo. Tampoco le
pegó muy bien. Fue un gol normal.
Le iba a decir que si le molestó que el entrenador le culpara del gol, pero me temo que ni lo sabe.
¿Quién
me echó la culpa? ¿El entrenador? No me lo dijo a mí. Me acabo de
enterar. Creo que me lo tenía que haber dicho a mí. Bueno, son cosas
que pasan. No fue culpa mía. El que arma la barrera y todo es el
arquero.
¿La vaselina ante Casillas le pasó factura?
No.
Nadie me dijo nada. Lo único mi viejo, que por qué no le pegué abajo.
Son cosas que decides en el momento. Nadie me criticó por eso. No sé si
la prensa, pero me da igual.
¿Aceptaría que un entrenador le limitara su talento? No regatee...
No
me van a cambiar. Por ahora nadie me ha dicho que no puedo regatear, ni
tirar. Si me lo dice no me va a gustar. Ahí es donde empiezan los
errores de un técnico con sus jugadores. Pero a mí nunca me dijeron
nada. Si me dice un técnico eso, le voy a decir que voy a seguir
jugando de la misma manera. Si me quiere, me quiere.
¿Le molestan las comparaciones con Messi?
Sí.
Porque somos distintos. Muy pocas cosas tenemos parecidas, ni sé
cuáles. Messi es Messi, Agüero es Agüero y Torres es Torres.
¿Le echa de menos?
Le
echo de menos en muchas cosas. Se sentaba al lado mío. Pero se fue y ya
está. Se fue para que el club esté mejor y sea cada vez más grande.
¿Y echa de menos un pasador?
No,
nunca tuve un pasador. Desde Independiente. Ahora en la selección voy a
jugar con Riquelme. Siempre jugué como en el Atleti. Nunca tuve un
asistidor. Me acostumbré así, a buscarme la vida por mi cuenta. Es
mejor que te asistan, porque te van a dejar mano a mano con el arquero.
Y eso es lo mejor para nosotros. Pero bueno, son decisiones del club,
del técnico.
¿Se hizo ilusiones con Riquelme?
Bueno,
sí. Y estaba en el Mundial, y cuando decían que venía, obviamente
estaba contento. ¡Viene Román! Sabemos la clase de jugador que es.
Pensaba: "me va a dar muchos pases, si es que juego". Todavía no había
vuelto del Mundial. Después, de un día para otro, ya no.
¿Por qué tiene tan mala fama?
Pues que se la quiten. Le conozco y siempre fue igual. Simpático y un buen compañero.
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