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julio 2007 - Artículos

  • Los atléticos se manifiestan en favor del Calderón y en contra de la directiva

    Un mes después de la concentración en la Plaza de Neptuno, los seguidores rojiblancos se reunieron en su casa, el Estadio Vicente Calderón para expresar su repulsa a la directiva y a las operaciones que ésta viene preparando.

    La reunión se inició con la lectura de sendos manifiestos por parte de representantes de la organización y de la Plataforma Salvemos el Calderón. Posteriormente y siempre dentro de la más absoluta de las correciones, los asistentes entre distintos cánticos y consignas procedieron a rodear el Estadio Vicente Calderón.

    Lemas como "Vuestra deuda, nuestro estadio", "Gil y Cerezo culpables" y abundantísima documentación con datos casi irrefutables sobre los 20 años de gestión de la familia Gil acompañaron la marcha.

    Una vez terminada la vuelta al estadio se procedio a realizar un abrazo simbólico al mismo.como muestra del cariño y la pasión que estos aficionados sienten por este equipo campeón que a todos nos enamoró y que cada día va costando más reconocer.

  • 26 de Julio: Concentración pacífica en el Vicente Calderón


    El jueves 26 de Julo los aficionados del Atlético de Madrid está citados en el estadio Vicente Calderón para, mediante un abrazo simbólico, expresar su repulsa a la directiva actual y a sus últimas decisiones y reafirmar su compromiso y lealtad inquebrantable al escudo del oso, el madroño y las franjas rojiblancas.

        
    En el acto se dará una vuelta completa al estadio, respetando la regulación del tráfico y cualquier otra indicación de la Delegación del Gobierno. Al término de la vuelta se leerá un manifiesto en el fondo norte del estadio explicando la situación que se viene generado desde la apropiación indebida de las acciones de la Sociedad Anónima Deportiva. La duración prevista es de una hora aproximadamente y se actuará bajo el lema de 20 AÑOS Y 30 DIAS DE GILISMO, NI UNO MÁS.

     

     

  • El Atlético ficha con el dinero de Martinsa, David Rich y un empresario de la comunicación

    Los cerca de 40 millones de euros que se ha gastado ya el Atlético de Madrid para reforzar la plantilla de cara a la temporada 2007/08 proceden del ladrillo. Según indican fuentes financieras, el club rojiblanco ha ingresado este dinero de la venta de unos derechos sobre los terrenos adquiridos en Alcorcón (Madrid) para la construcción de la ciudad deportiva y de inmuebles. Los compradores han sido Martinsa, el polémico multimillonario David Rich y un importante empresario de la comunicación.
       
    Ante la delicada situación financiera del club del Manzanares, la familia Gil, principal accionista, y Enrique Cerezo, presidente, repitieron con los terrenos que el Ayuntamiento de Alcorcón les regaló hace dos años la misma operación inmobiliaria que hicieron sobre el espacio donde se asienta el Vicente Calderón.

    La historia tiene su origen a principios de 2005, cuando el Atlético de Madrid vendió a RTM Desarrollos Inmobiliarios, una sociedad participada por Martinsa, Angria (propiedad de Lalo Azcona), Caja Madrid y David Rich, derechos sobre el 15% de la empresa que desarrollaría en un futuro la urbanización de los terrenos donde está ahora el estadio de fútbol una vez que el Ayuntamiento de la capital recalificase la zona para uso residencial.

    El ejercicio de estos derechos, por los que el club percibió por adelantado 33,9 millones de euros, vencía en diciembre del pasado año y ante el retraso en la recalificación del Vicente Calderón el plazo tuvo que ampliarse hasta diciembre de 2008. La operación sigue parada por las diferencias de valoración entre el Atlético de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, para quien esos terrenos valen poco más de 120 millones de euros, la mitad de lo que pide el club.

    esquema de esta transacción se ha repetido, pero esta vez sobre las hasta 140 hectáreas que el club colchonero ha recibido del Ayuntamiento de Alcorcón para construir en la zona norte de este municipio la futura Ciudad Depotiva. La entidad deportiva, que anunció inversiones de 100 millones de euros en Alcorcón, ha vendido hasta el 40% de los derechos sobre los terrenos urbanizables (hasta 1,4 millones de metros cuadrados, de los que entre 55.000 y 95.000 son edificables).

    El comprador ha vuelto a ser RTM, un consorcio participado por Martínsa, inmobiliaria de Fernando Martín, ex presidente del Real Madrid. También están en su capital Caja Madrid, una sociedad de inversión de un importante directivo del sector de la comunicación y David Rich, un multimillonario estadounidense de origen judío nacionalizado español en 1981 y que estuvo implicado en numerosos presuntos casos de corrupción. Rich, que huyó a principios de los ochenta a Suiza desde Estados Unidos donde fue acusado de graves delitos fiscales, fue indultado en 2000 por Bill Clinton por sus supuestas aportaciones al partido del ex presidente.

    El problema para el Atlético de Madrid, que atraviesa una grave crisis financiera (150 millones de euros de deuda) es que el desarrollo de la Ciudad Deportiva también está parado, como el del Vicente Calderón. Pese a la firma del protocolo de intenciones con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la ciudad del sur de la capital, lo cierto es que el convenio no tiene todavía el visto bueno oficial, ya que ni tan siquiera se han aprobado los informes sectoriales ni la parcelación de la zona. Esta demora podría retrasar la construcción de la zona deportiva hasta al menos 2009.

    URL de la noticia: http://www.bolsacinco.com/070719075430B5_atletico_ficha_dinero_martinsa_david_rich_empresario.htm

  • Señales de Humo exige la paralización de cualquier acuerdo sobre el Vicente Calderón

    En relación con la información publicada en el diario ABC sobre la marcha de las negociaciones conducentes al derribo del estadio del Atlético de Madrid desde la Asociación Señales de Humo deseamos explicitar lo siguiente:
     
    Primero -  La venta del estadio Vicente Calderón que Cerezo y la familia Gil venían persiguiendo en secreto hasta que fue destapada por diferentes colectivos atléticos, sería un paso de pésimas consecuencias para el club como ya se ha denunciado. Lo conocido hoy completa la amenaza que profirió en sede municipal en mayo del 2003 el propio Miguel Ángel Gil: "venderemos a Torres y el Calderón aunque tengamos que ir al campo con tanquetas".

    Segundo -  Cerezo y la familia Gil deben comprender que el control que ejercen sobre el Club Atlético de Madrid proviene de un delito de apropiación indebida cometido por Jesús Gil y Gil. Cuyo autentico perfil se ha puesto de manifiesto durante el último año en Marbella.

    Tercero -  Las instituciones madrileñas deben comprender que cualquier intento de promover el éxodo de la afición colchonera lejos de la ribera del Manzanares sin su asentimiento será contestado por esta. Antes de las pasadas elecciones confiamos en la palabra dada por las concejales: Dª Pilar Martínez y Dª Ana Botella. Queremos comprender que incluso dentro del equipo municipal también pueden existir desavenencias y no se nos ha mentido.

    Cuarto - Respecto a los próximos pasos a dar, y vista la inminente amenaza que supone esta reanudación de unas negociaciones que creíamos enterradas, anunciamos nuestro pleno apoyo a aquellas iniciativas que desde la legalidad se opongan a la misma. En este sentido, estaremos presentes en las concentraciones que conmemoran la fecha en que Jesús Gil y Gil cercenó la democracia en la entidad rojiblanca. El próximo jueves 26 de julio a las 20:30 en el estadio Vicente Calderón: 20 AÑOS Y UN MES DE GILISMO, NI UNO MÁS. POR EL BIEN DEL ATLETI.

    Quinto - La Asociación intentará desde sus recursos recuperar las ya astronómicas cifras cuyos intereses siguen acumulándose y superan ya los 60 millones de euros, que adeudan Cerezo y la familia Gil a las arcas del club. Cantidad que deben empezar a reembolsar a la mayor brevedad posible, y que seguro ayudará a aliviar la deriva económica y deportiva que va de fracaso en fracaso. Cantidades que llenan sus bolsillos mientras venden primero a Torres y ahora nuestro estadio. Confiamos en la firmeza de la fiscalía anticorrupción ante este nuevo saqueo de las arcas del Atlético y cuyo último informe de 18 de abril de 2007 calificaba penalmente los delitos cometidos por Cerezo y varios miembros de la familia Gil.

    Sexto - Hacemos un llamamiento a toda la afición del Atlético, a todos sus colectivos, para que acudan en ayuda de su Club y entre todos podamos expulsar a la familia Gil para siempre.

  • La afición cansada


    Tenemos los atléticos unas vacaciones futbolísticas diminutas, y no lo digo sólo por la Intertoto que nos acecha sino por la serie de protestas organizadas por los distintos colectivos rojiblancos hastiados ya de una forma de gestionar el patrimonio económico y sentimental de millones de personas como si de un cortijo ineficiente se tratara. El aficionado colchonero ha dicho basta y está siendo un verano calentito.
        
    Después de muchos años seguidos de padecimientos en torno a un equipo, hasta hace no demasiado considerado altivo y generoso, pero que merced a una gestión lamentable hace tiempo que no da alegrías, parece que se esta dando estas últimas semanas una reacción por parte de la afición que sólo los más antiguos socios colchoneros recordaban, aquellos que han visto como en plena dictadura de Franco los aficionados rojiblancos consiguieron echar a golpe de manifestación al Marqués de la Florida, a la sazón presidente del Atleti, por lo que por aquel entonces se consideraba una vergonzosa clasificación: un octavo puesto.

    Pues bien parece que la que parecía eterna paciencia del aficionado colchonero, se ha colmado y ha decidido decir basta. Además, a las pésimas últimas temporadas del equipo se ha unido la inexplicable venta del mejor jugador y símbolo de lo que siempre ha sido el Atleti, y que parece que nos quisieran hacer olvidar, y la cada vez mayor sospecha de que el Calderón será el próximo objetivo en el afán de descapitalización del club de Cerezo y Gil Marín. En esta ocasión además las iras no van dirigidas hacia el entrenador, los jugadores, el director técnico, los árbitros o el empedrado, esta vez van dirigidas contra los responsables de todo esto que no son otros que Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín.

    Estas protestas que se substancian en una gran bajada del número de abonados, y manifestaciones de aficionados como la del pasado 26 de junio en Neptuno o la ya convocada del próximo 26 de julio en el Vicente Calderón, no sabemos como acabarán, pero lo que si sabemos es que la afición del Atleti ha despertado de su letargo y que cuando la mejor afición del mundo despierta, es capaz de lograr imposibles y quien piense que no, que le pregunte al Marqués de la Florida.
  • Pues sí. Al final, se nos fue.

    Mira que lo sabíamos. Mira que estaba claro, que los intuíamos, que nos lo habían dicho. Mira que se veía venir, que era lógico, que quizás fuera hasta bueno para él. Mira que estábamos preparados, y resignados, y hasta convencidos, si me apuran. Mira que no nos pilló de sorpresa, mira que era algo que veníamos hablando. Mira que la prensa especuló con ello verano tras verano, mira que nos habían dicho veces que fuentes solventes confirmaban el interés de los mejores clubs de Europa. Mira que lo dijeron en los informativos, mira que lo juraron y perjuraron los periodistas más afamados, aunque luego no sucediera y sus palabras quedaran sin respuesta, sin castigo, sin consecuencias. Mira que la grada lo barruntaba, mira que él mismo tenía cara de que las cosas no podían seguir así, de que no podía aguantar más. Mira que nos lo advirtieron, mira que se decía en los mentideros de la villa y corte, mira que no lo habían desmentido desde hace tiempo. Mira, en fin, que estaba clarísimo. Pues ni así.



    Ayer vimos a Torres con la camiseta del Liverpool y se nos quedó cara de haber visto a nuestra ex–novia de la mano de otro, nos entró ese escalofrío hondo y sordo que te deja helado. Lo sabíamos, lo teníamos claro y hasta nos parecía lo mejor para él, pero nada. La imagen de Torres en otro estadio, con otra camiseta, hablando de un futuro lejos del Atleti tuvo en el que suscribe más impacto del que esperaba. Y eso que uno, escéptico, cínico y casi marmóreo estos últimos tiempos lo tenía asumido. Uno pensaba que era bueno para el chaval, que no se le podía exigir más aguante y más respeto por los suyos. Que tendría que elegir y habría elegido lo correcto. Que si el que suscribe fuera su amigo o su hermano le habría aconsejado lo mismo. Pero nada. Ni así.

    Se ha ido Torres y muchos, más de los que se lo esperaban, nos hemos quedado con cara de tontos. Yo, el primero. Tristes, más de lo que uno hubiera esperado por la simple marcha de un simple futbolista. Vacíos, más de lo que uno se hubiera esperado por la simple pérdida de un simple símbolo de un simple pasatiempo. La sensación no es que se haya ido un gran jugador de fútbol, sino que se ha ido lo último que nos quedaba. Se ha ido Torres y al verle vestido de otros se nos ha quedado cara de ver cómo se cae al río la única medalla de oro que ganamos en los juegos escolares. La cara que se te queda al ver cómo se va por el desagüe el décimo premiado. La cara que se te queda cuando te explota en la cara la bota de vino. Cara de tonto, de tonto triste, de tonto que no entiende por qué le pasan a él las cosas.

    Se ha ido Torres y no nos explicamos cómo han podido dejarle marchar, pero todos sabemos por qué lo han hecho. Torres, el símbolo de un club, en eslabón que ligaba a una afición en horas bajas a un pasado brillante, se ha marchado y en el club van y dicen que si quiere volver tiene las puertas abiertas. Algunos, los que no nos explicamos que los que tengan las puertas abiertas sean los directivos, lo llevamos mal. Llevamos mal ver a Cerezo leyendo torpemente los folios que le ha escrito el responsable de prensa, diciendo obviedades que sonrojarían a un becario. Llevamos mal que el supuestamente máximo responsable del Club y máximo accionista se vaya de vacaciones cuando ocurre algo así, por más que nos hayamos acostumbrado a verle escurrir el bulto. Llevamos mal que vendan a Torres y que lo hagan un par de días después de cobrar los abonos, así, como para evitar represalias económicas de la afición, que al fin y al cabo si la afición les interesa por algo es por el parné que les pueda reportar. Llevamos mal que nos cuenten que van a hacer por fin un equipo campeón, como si no fuera lo que merecemos, como si no fuera lo que nos corresponde, a lo que deberíamos estar habituados. Llevamos mal que directiva y prensa elaboren discursos de club pequeño que vende a sus estrellas para que así puedan evolucionar, reproduciendo las palabras de equipos que antes nos vendían sus jugadores consagrados y ahora nos miran por encima del hombro. Llevamos mal que se despida al jugador que más ha representado en los últimos años de la historia del club de esta manera, por lo bajini, a primera hora de la mañana, en una rueda de prensa restringida. Llevamos mal que aquél que se supone nos representa en público, para nuestro sonrojo, insista en dar a Torres una camiseta del equipo del que le han echado a fuerza de hacer mal las cosas, incomodando al chaval en el día que se tiene que presentar con otro equipo, a las pocas horas. Llevamos mal que no dejen a la gente decir lo que piensa, que oculten cobardemente a la afición sus propios actos. Llevamos mal que vendan a Torres para hacer caja y afrontar las deudas que nos inundan por causa de su nefasta gestión y que nos cuenten que la decisión fue suya y sólo suya.

    El problema es que no es lo único que llevamos mal. Porque, en otras circunstancias, la marcha de un jugador emblemático hubiera sido traumática, y triste, y problemática, e incluso vergonzosa. Pero en esta situación es aún peor. Torres, el último símbolo de la grandeza del equipo, se va en el momento más bajo de la historia del club. Se va cuando ya no somos ni la sombra de lo que fuimos, y cuando aspiramos a ser un tercio de la mitad de un cuarto de lo que deberíamos. Se va cuando la gente está más desanimada que nunca, harta de años de timos y disgustos y bochornos. Se va cuando la imagen del club está en sus mínimos históricos, caricaturizada por torrentes y richardnúñezes y cerezos y gilmarines. Se va cuando delante de nosotros aparece una estepa desierta y cuando, al mirar atrás, vemos veinte años de sonrojo y pérdida de identidad. Se va Torres y con él se va la ilusión de ver a uno de los nuestros defendiendo lo nuestro. Se va Torres y nos dejan un equipo de mercenarios que no tienen ni idea de lo que este club es, fue y debería ser, sin referencias para forofos, niños y coleccionistas de cromos. Se marcha Torres y el jugador que más temporadas seguidas lleva en la plantilla debe ser Luccin, lo que dice mucho de en qué situación nos quedamos.

    Y a todo esto, ¿y Torres? Pues, qué quieren que les diga, yo le entiendo estupendamente. Cansado de jugar en un equipo de patanes, de soportar la carga histórica de un colectivo que no sólo no se ha mostrado dispuesto a compartirla sino que le ha usado de parapeto, Torres ha hecho lo que debía hacer. Harto de tirar de un carro lleno de tipos mirando cómo sudaba, harto de reclamar medidas a una directiva más entretenida en eludir sus obligaciones con acreedores, hacienda y justicia que en hacer un proyecto deportivo, Torres se ha ido a otro sitio. Hastiado de ver cómo la prensa le atizaba sin motivo y como una parte de la afición reclamaba su cabeza cada vez que el portero de turno despejaba mal de puños, se acentuaba la sequía o subía el Euribor, Torres ha preferido buscar fortuna en un club con un proyecto deportivo a largo plazo no basado exclusivamente en comisiones y traspasos sino en estabilidad, títulos y seriedad. Lo normal. De sobra ha demostrado su fidelidad a los colores, a la memoria y a la afición pero, aún así, hay quien aprovecha y lanza aún un dardito al que se ha ido más tarde de lo que a él le hubiera gustado, qué cosas pasan.

    Ante su nueva etapa, sólo nos queda desearle suerte y darle las gracias. Suerte en lo que le espera, gracias por todo lo que nos ha dado. Por hacernos felices muchas veces, por hacernos pensar que no todo estaba perdido a pesar de los pesares. Por correr con las ganas que le pondríamos nosotros, por decir una y otra vez que él es del Atleti antes que nada. Por celebrar los goles besándose el escudo y haciendo el arquero, por hacer siempre declaraciones tan cabales y tan racionales, por callar bocas sin faltar al respeto a nadie. Por no rechazar la desproporcionada responsabilidad de mantener viva la llama de la esperanza en una afición vapuleada. Por mantener la ilusión de los niños que son del Atleti en estos días complicados, por ahorrarnos tantas y tantas explicaciones sobre por qué se es de un equipo que no da más que motivos para bajarse en marcha de su tren. Por dejarnos claro con su expresión que él siente lo mismo que nosotros cuando nos meten un ignominioso 0-6 mientras el presidente del club se monda de risa en el palco. Por meter esos golazos, por hacer esas arrancadas dejando sentadas a las defensas, por marcar de todos los colores y formas posibles a todos los equipos posibles, por enseñarse siempre, también para tirar penaltis bajo la mirada de miles de ojos deseosos de que los fallara. Por decir que el día más feliz de su vida deportiva fue cuando, tras fallar un penalti, un estadio entero coreó su nombre, resumiendo así lo que era este equipo y esta grada.

    Por lo que a mi respecta, nada me alegraría más que el triunfo de Torres. Hasta ahora Torres se ha encargado él solito de despejar dudas, así que es lo que espero ahora. Iremos a Liverpool a verle, eso está claro, y quizás volvamos de allí con la lagrimita que provoca el ver de nuevo lo que fuimos y lo que parece que no volveremos a ser en un tiempo. Y es que por culpa de este chaval con pecas ahora también seguiremos al Liverpool, nos alegraremos con sus victorias y criticaremos a los árbitros de la Premier. Lo que nos faltaba ya.


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