A FONDO REYES: EL JUGADOR MÁS SILBADO DE ESPAÑA
DB.- ¿Le hace gracia ser suplente? Hace poco emitieron unas imágenes suyas en el banquillo ‘tronchándose’ de risa...
-La gente está muy pendiente de mí, pero tampoco me importa mucho. Yo soy un chico alegre, y lo voy a ser siempre, ya esté jugando o esté en el banquillo. Mi carácter es el que es y va a seguir siendo el mismo porque...
DB.- ¿Qué? Diga lo que iba a decir...
-Que aunque me diga la gente que no ría, yo me voy a seguir riendo.
DB.- ¿Piensa que hay orquestada una campaña contra usted?
-Más que campaña es una obsesión que tienen algunos conmigo, pero no les hago caso porque yo me dedico a jugar. Al fin y al cabo esto es un deporte y el oficio que tenemos es el de jugar al fútbol.
DB.- ¿Su sensación es que cae simpático a la gente?
-No lo sé, pero tampoco me importa mucho porque lo que me importa es la opinión de la gente que tengo alrededor, no de los que están fuera de mi entorno. Estos, que hablen lo que quieran porque, repito, lo que me importa es lo que hablan las personas con las que me junto.
DB.- La afición de su equipo, en el propio Calderón, le está silbando, ¿por qué cree que es?
-No lo sé y no me importa. Llevo ya muchas temporadas jugando en Primera División y si me importara ahora que me pitasen sería que no he aprendido nada en todo este tiempo. Lo mío es salir a jugar y lo demás me da igual... no me importa si me pitan o me aplauden porque yo intento hacer mi trabajo y nada más.
DB.- Imagino que lo que sí le dolería es que el primer día que se enfundó la elástica rojiblanca, en su presentación veraniega, ya escuchó reproches e insultos de algunos colchoneros...
-Tampoco pasó nada.
DB.- Nunca pasa nada, ¿ni aunque le acusen a gritos de madridista?
-En uno de los últimos partidos en el Calderón escuché cuando salí que la grada cantaba eso de “¡madridista el que no bote!”. Era por mí, pero bueno, qué le voy a hacer. Estas cosas me las tengo que tomar bien y por eso me río tanto, porque son una parte más del fútbol.
DB.- De ser silbado, abucheado, pitado, usted sabe mucho, podría hasta escribir un libro...
-La verdad es que me pitan mucho... también el el campo del Betis, en el del Recreativo, en el de Osasuna...
DB.- Pare, pare, y vaya explicando caso por caso...
-Está claro que en el campo del Betis me pitan por ser sevillista. En el campo del Recre porque le mandé a Segunda jugando con el Sevilla estando por medio una acción polémica con Pernía, ahora compañero mío aquí en el Atlético. En Pamplona también me pitan cada vez que voy porque recuerdan cosas de mi época de sevillista.
DB.- Y no olvide que el estadio Bernabéu, en la primera jornada de Liga, también fue silbado...
-No, no creo que me pitaran mucho, aunque los ultras cantaba lo de “¡Reyes nos dio la Liga!”. En ese partido esperaba más pitos para mí por haber fichado por el Atlético, pero no, la gente en general se portó bien conmigo porque creo que hubo muchos que no me pitaron. La afición del Madrid no se tomó tan mal que me fuera al Atlético.
DB.- ¿Considera usted que es un jugador odiado?
-No, para nada. Algunos aficionados me habrán cogido manía, pero sólo algunos porque yo no me considero un jugador que levante odio.
DB.- Vamos a dar la vuelta al asunto, ¿hay algún campo en el que Reyes sea bien recibido?
-Sí, en el Sánchez Pizjuán. Es un campo en el que me gusta jugar porque la gente está siempre conmigo.
DB.- Y en Inglaterra, ¿qué?
-Ni una vez escuché un pito contra mí en dos temporadas y media. Tu público está siempre contigo.
DB.- Es otra filosofía.
-Allí la afición es de otra manera. Para mí son los mejores aficionados del mundo porque puedes ir perdiendo 0-3 que ellos siguen animándote. Tu público está siempre contigo y por eso siempre que tengo una ocasión pública para ello felicito a los aficionados ingleses.
DB.- La afición del Atlético pasa por ser de las más fieles y sufridoras...
-Que sepan todos que yo en el Atlético estoy contento y cómodo. Juegue más o menos, pase lo que pase en la grada cuando salgo, con más o menos silbidos hacia mí, yo estoy súper feliz en este club.
DB.- Le está perjudicando ese sambenito que tiene de juerguista, de amante de la noche madrileña...
-Que digan lo que quieran de mí; yo estoy tranquilo y sereno. Lo que está claro es que soy joven y algo tengo que salir, pero yo no salgo todos los días, ni tan siquiera todas las semanas. Yo salgo cuando puedo, una vez al mes o así... si eso es ser juerguista... pero que me llamen lo que quieran.
DB.- Quizá le acusen esas malas lenguas porque le tienen envidia, ¿no?
-No lo sé. Cada uno dice lo que viene en gana, pero algo tendrá que ver que se diga tanto que los futbolistas ganamos mucho dinero, que tenemos muchos coches, que tenemos las chicas que queremos...
DB.- Además, usted ya es padre desde hace poco, por lo que hará mucha vida en casa...
-Por supuesto que sí, tengo que estar mucho con mi nene y mi novia. Ser padre es lo más grande que me ha pasado. Ni debutar en Primera ni jugar en un Mundial tiene comparación con ser padre. Al ser cesárea no pude estar en el parto, pero rápido tuve al nene en mis brazos.
DB.- Dinero, coches y chicas. ¿Cuántos coches tiene usted?
-Es verdad que yo tengo unos cuantos coches, pero el que llama la atención es uno, el Mercedes CLR, que por España hay muy pocos por lo caros que son. Como mucho habrá dos o tres iguales.
DB.- ¿Es espinosa su relación con Javier Aguirre?
-No, no es difícil, aunque está claro que él tiene una manera de ser y yo otra diferente. Cuando hay pensamientos distintos pueden chocar, pero él es el que manda y yo tengo que obedecer lo que diga porque seguro que cree que es lo mejor para el equipo.
DB.- La suya tampoco fue una relación muy fluida con Fabio Capello, ¿verdad?
-Daba la impresión de ser, como yo digo, un ‘hijoputa’, queriendo decir muy serio, pero no, no lo era porque tratando con él resultaba cercano. Lo importante de Capello es que podías hablar con él, que es algo muy importante para los jugadores.
DB.- ¿Quién tiene menos sentido del humor, Wenger, Capello o Aguirre?
-Creo que Wenger, que es muy serio, pero sin embargo es de los mejores entrenadores del mundo.
DB.- ¿Por qué lo dice?
-Porque he trabajado con él y puedo asegurárselo. Es un entrenador ejemplar en todos los sentidos... entrenamientos, táctica... No se puede explicar con palabras, para comprender su capacidad hay que trabajar con él.
DB.- Por sus experiencias, ¿usted se fía de los entrenadores?
-Sí, hay que llevarse bien con ellos.
DB.- Pero ellos, generalizando, han diluido al auténtico Reyes-extremo, aquel con 16 años.
-Yo era extremo y ahora soy interior. Parece que no, pero es muy diferente porque los extremos son para atacar y los interiores tienen que defender muchísimo. Últimamente, yo defiendo más que ataco, pero este es el fútbol de ahora.
DB.- ¿Qué balance hace de su paso por el Arsenal?
-Pues que no me arrepiento y que quedé satisfecho y contento. Ir a Inglaterra con 20 años me sirvió para madurar muchísimo en esta profesión... mejoré en lo defensivo y en la concentración durante los partidos.
DB.- Su ex compañero Henry está fracasando en el Barça, ¿lo entiende?
-Henry es muy buena persona, y por eso es de los mejores compañeros que he tenido en mi carrera. Pese a ser un crack no mira por encima del hombro a nadie. A mí me ayudó, y no sé lo que le está pasando, pero cuando se adapte lo va a hacer muy bien porque no está acabado. Para mí Henry es, junto a Ronaldo, el mejor delantero del mundo.
DB.- ¿Qué es más feo en Inglaterra, el clima o el idioma?
-Las dos cosas. Llueve muchísimo en Londres y eso para mí era jodido, y del inglés... yo tenía un traductor conmigo todo el día, y entre él y la novia no tuve problemas por allí.
DB.- Pero, ¿usted salía o iba de casa al entreno y del entreno a casa?
-Sí, salía. Hay muchas cosas que ver en Londres, pero es para ir y volver porque en una semana allí las has visto. Yo en Londres echaba mucho de menos mi Utrera.
DB.- ¿Qué tiene Utrera que no tenga Londres?
-El clima y la sonrisa de la gente, que puede estar mal, pero en Utrera el personal siempre tiene la sonrisa en la cara.
DB.- Por eso se volvió para aquí. ¿Qué destaca de su paso por el Real Madrid?
-Que gané una Liga. Fue una temporada redonda porque regresé a España fichado por el Real Madrid y terminamos ganando la Liga.
DB.- Al final, ¿considera que se portó bien el club con usted despidiéndole?
-Quizá en el momento eso me molestó porque consideré que no se portaron como debían de haberse portado. Pero ahora prefiero mirar hacia adelante y recordar sólo del pasado los buenos amigos que tengo.
DB.- ¿A quiénes se refiere?
-A muchos... a Sergio Ramos, a Cannavaro... A ellos, a los amigos, les deseo lo mejor.
DB.- ¿Les desea que ganen la Liga?
-A mí no me importa que el Real Madrid gane la Liga. Yo no soy antimadridista, ni antibético, ni antinada. Y a los amigos les deseo lo mejor. De las plantillas que se juegan la Liga, las del Real Madrid, el Barcelona y el Villarreal, en la que tengo más amigos es en la del Madrid, y a ellos les deseo lo mejor, pero eso no quiere decir que yo quiera que el Madrid gane la Liga.
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