A parte de nuestra historia plagada de títulos (Ligas, Copas, Recopa, Europa League e Intercontinental) y de nuestra espléndida afición, el atlético se ha reafirmado a lo largo de su trayectoria como el eterno y gran rival del Real Madrid.
En los años 50, con Ben Barek, Silva, Carlson, Escudero, etc. ganamos dos ligas y goleamos al Madrid en Chamartín (hoy Santiago Bernabeu) y en el viejo Metropolitano.
Al principio de los 60, Di Stefano, decía en Marca "Nuestro gran adversario es el atlético" era verdad, dirimimos con el Madrid una semifinal de la copa de Europa con desempate en Zaragoza, entonces no valían doble los goles fuera de casa porque si hubieran valido les habríamos eliminado. En esa época también les ganamos dos finales de copa en el propio estadio Bernabeu a los mismísimo Di Stefano, Puskas y Gento.
Con la llegada de Vicente Calderón, que fueron nuestros años gloriosos, ganamos 4 Ligas, 5 Copas y la Intercontinental, acompañados estos éxitos de goleadas inolvidables al "Madrid ye-ye", de los Pirri, Amancio, etc. Como aquella del 4-0 en semifinales de Copa o aquella otra en la que nos proclamamos campeones de liga venciendo al Madrid en su propio estadio.
En los primeros años de Jesús Gil (antes de que utilizara el club para sus aventuras políticas, hecho que nos costó la intervención y el descenso a Segunda División) recuerdo la goleada en el Bernabeu con el atlético de Menoti y Futre; también la Copa de 1991, en el campo del Madrid, donde ganamos 0-2 con Luís Aragonés en el banquillo.
Recuerdo aquel día , el equipo se hospedaba en un hotel en la calle Príncipe de Vergara, yo estaba allí con Patxi Ferreira, Luís se acercó a nosotros y dijo "usted ,Ferreira al autobús y dirigiéndose luego a mi me aseguró, tranquilo a las 12 en Neptuno, que esta noche nos vamos a comer todos los merengues". Ese era el espíritu, salíamos a ganar convencidos y claro, ganábamos.
Eso es lo que ahora nos falta, el espíritu, el animo y el sentirnos grandes. Ya no están con nosotros ni el presidente Calderón, ni Luís Aragonés, ni aquel colosal argentino llamado Griffa que afirmaba "yo solo me basto para ganar al Madrid".
Hoy en día tenemos un presidente que le gusta caer simpático a todos, rivales, árbitros y prensa, a costa del sufrimiento de los suyos, jamás se enfrenta con nadie. Y que decir del Consejero Delegado siempre a la sombra como si estuviese escondido.
Siempre hemos sido mas pobres que el Madrid, a principios de los 80 nuestro presupuesto eran cuatro veces menos que el de nuestro eterno rival, entonces ganábamos, ¿por qué ahora no?
Porque desde arriba se transmite conformismo, falta de autoridad y un absoluto desconocimiento en lo que respecta a la política de fichajes. ¿Cómo se autoriza desde las mas altas instancias que un jugador como Forlan, este permanentemente ninguneando al club que le paga, diciendo cosas como que escucha ofertas de otros clubes y en le césped dando un espectáculo de desinterés y de falta de entusiasmo?.
En 2010 hemos ganado dos títulos, por fin una generación atlética ha vivido y visto una celebración en Neptuno. Todos esperábamos que ello supusiera el salir definitivamente del pesimismo de estos últimos catorce años. Ojalá me equivoque, pero me temo que nos es así. ¿Han sido estos títulos solo un somnífero para olvidarnos de la vergüenza y humillaciones vividas?. Con la hilaridad permanente, el conformismo y el "buenismo" de nuestros dignatarios perdemos el respeto que a lo largo de nuestra historia nos hemos ganado a pulso.
Si nosotros aceptamos ya que somos iguales que el Villareal, el Sevilla y el Valencia, doblándoles en títulos nacionales e internacionales, estamos pisoteando nuestra historia.
El atlético volverá a ser grande cuando el club pase a manos de sus auténticos propietarios, sus socios como el Madrid y el Barcelona.
Gabriel Camuñas