Por su interés reproducimos el siguiente artículo de Rubén Uría publicado en Eurosport.
Chesterton sostenía que "el periodismo consiste en decir 'Lord Jones ha muerto' a gente que no sabía que Lord Jones estaba vivo". Al hilo de esa reflexión, hoy las páginas interiores de los diarios deportivos contienen las fotos de la tradicional cena de Navidad del Atlético de Madrid. Lo que era una copa de champán ha derivado, con el paso de los años, en un ágape. Es una noche para compartir anécdotas, para establecer contactos y para sintonizar con todas aquellos pasajeros del palco que tienen "mano" en el club. El tema es "by the face" para los periodistas, porque la cuenta corre a cargo de los socios que, paradojas de la vida, pagan religiosamente su abono pero no tienen derecho a un detallito en forma de vino español. La cena es costumbre en Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Betis o Zaragoza. Los clubes invitan a los periodistas que ellos quieren y tienen en más alta consideración y los periodistas que así lo desean, acuden en representación de sus medios. En el caso del Atlético, los anfitriones tienen un componente diferenciatorio respecto a otros clubes y Sociedades Anónimas Deportivas. Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín, actuales gestores colchoneros, comparten los mismos rasgos que sus homónimos en otros clubes españoles, pero se diferencian de casi todos en varias cuestiones fundamentales. A saber: Ambos fueron declarados delincuentes prescritos por apropiación indebida del club que dirigen, como reza una condena del Tribunal Supremo. Cerezo fue cooperador necesario y Gil Marín en su día, condenado por simulación de contrato. Los dos llegaron al club gracias al finado Gil padre, que convirtió el club en Sociedad Anónima, a través de una deuda que los tribunales desmontaron y tacharon de ficticia. Lo mejor de todo, al margen de la deuda astronómica de la gestión de Gil Marín y el refutado productor de cine, es que Gil padre y Cerezo se hicieron con el Atleti sin poner el dinero para comprar el club. Es decir, que son los dueños ilegítimos de un club que no les debía pertenecer, que venden un estadio que pagaron los socios y que, con el dinero de los socios y abonados, invitan a cenar a los periodistas, para deslizar informaciones interesadas o limar posibles asperezas. Porque, ahí está lo mejor del asunto, los canapés saben mejor con una excusa institucional. Lo más divertido de la fotografía de la cena de marras es que la gran mayoría de periodistas allí presente conoce, de primera mano, la delincuencia prescrita de los dos tipos que mandan descorchar el cava que ellos se van a beber a la salud del Atleti. Pero no pasa nada. Y si pasa, se le saluda.
No deja de ser curioso que los que se llenan la boca para pedir "juego limpio" y clubes saneados, se sientan a compartir risas y filetes con los dirigentes menos limpios de la historia rojiblanca. La farsa farisáica se completa con los parlamentos del productor de "Desde que amanece, apetece". Don Enrique, fiel a su estilo, dispara el precio del pan en su alocución: "Simao se va porque nadie le ha hecho una oferta" (quien lo entienda, que lo compre); "Ojalá que al Kun le hicieran las mismas faltas que a Messi, porque la Real no le hizo ninguna" (sin comentarios); "Creo en los milagros, se hará justicia y el Aris empatará con el Rosenborg" (de nota). El fin de fiesta llega con un discurso bizcochón para esos periodistas que forman parte de la gran familia de Cerezo, que descubre su gran vocación oculta: "Yo soy periodista, como vosotros. Soy un compañero, no de carrera, pero lo cierto es que estoy todo el día en los medios; mañana, tarde y noche; en televisiones, radios y periódicos. Desde el club siempre intentamos que la Prensa sea nuestra amiga, aunque no siempre lo conseguimos. Desde la Dirección queremos agradecer el trabajao diario de los periodistas, porque con ellos el Atlético se hace más grande". Cualquier día, visto cómo funciona el tinglado, Cerezo verá cumplido su sueño y firmará las crónicas de su equipo. Y por supuesto, hará la información de los balances económicos de su club. Todo sea en aras de un periodismo libre, sano, comprometido y veraz. No sería justo decir que todos los periodistas que acudieron a la dichosa cena tienen algo de qué avergonzarse, pero tampoco se puede obviar que muchos deberían plantearse en qué momento cambiaron la defensa de la verdad por un estómago más lleno. Estos los tienen claro: Para qué informar acerca de las tropelías brutales y salvajes de unos dirigentes, si se lo pasan "bomba" con ellos en aguas ibicencas. A bordo de un yate y con el sol pegándote en la cara, por lo visto, se tiene una perspectiva muy independiente a la hora de informar.
Al grano. Es complicado criticar la gestión de quien te agasaja si eres amigo del buen comer y del mejor beber. Recuerdo que en la Facultad de Ciencias de la Información nos explicaban que un periodista tenía la obligación de manejar fuentes y tener contactos, pero también hacían hincapié en que la independencia está directamente relacionada con la capacidad del periodista para mantener la distancia con los protagonistas. A propósito de la cena de Blas he comentado la jugada con varios periodistas, sin micrófono delante, por supuesto. Omitiré los nombres, pero haré públicos sus testimonios: Unos me han dicho que no es incompatible cenar con un presidente un día y pegarle un "palo" si uno lo cree oportuno; otros han sido más crudos porque para ellos, si el periodista no figura, no existe; y si no pasa por el aro, pierde los derechos adquiridos a la hora de pedir entrevistas y pone en peligro su trabajo; rematan con la justificación abierta y sin rubor, de "ya sabes cómo funciona esto Uría". Otros son firmes y dicen que "una cosa no tiene nada que ver con la otra". Y una minoría confiesa que se trata de un "gañotazo" incómodo, simplemente se trata de "la comida del año". Me quedo con esta última reflexión: Fue la "comida" de todos los años.
Rubén Uría / Eurosport en TWITTER y en FACEBOOK
Posdata: Un fuerte abrazo para José Antonio Morales, al que desde aquí deseo su más pronta recuperación. Este mundo necesita más gente de bien. Pronto abandonará el Ramón y Cajal y su familia y los que le queremos, seremos más felices. Ánimo.
URL de la noticia: http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/17606/