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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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agosto 2005 - Artículos

Agoreros: 1; Tontainas: 0 (30/08/2005)

“Hace falta un cerebro”. Eso es lo que afirma, refiriéndose al Atleti, uno de los comentaristas con menos cacumen —y ya es decir— del periodismo deportivo actual. Yo le recomendaría que se haga revisar el suyo, pues lo necesita con urgencia. 

Claro que durante el verano —se nota que el calor reblandece los sesos— hemos tenido la oportunidad de leer cosas bastante estupefacientes. Así, un análisis de la pretemporada colchonera bajo el título: “Números de Champions” (sic). O la enésima boutade de Cerezo: “Nos sobra gol”, pronto desmentida por la realidad, vampiresa sin entrañas a la que aborrecemos y nos paga con la misma moneda.


 

Por partes. A cualquiera que no sufra un déficit drástico de sus facultades psíquicas, los partidos preparatorios de julio y agosto disputados por el Atleti le habrán parecido mejores o peores, pero nunca brillantes. Ni los adversarios, ni los resultados, ni el juego ofrecido por el conjunto del Calderón autorizan el triunfalismo y las fanfarronadas profusamente vertidas de un tiempo a esta parte —y en una prosa de primero de EGB— por los gacetilleros del ramo. 

La espléndida pretemporada se compuso de nueve encuentros: dos contra equipos de tercera, dos contra equipos de segunda, dos contra equipos de la Premiere League (uno, clasificado para jugar la UEFA y otro que, a duras penas, había conseguido mantener la categoría), dos contra equipos de nuestro país, que obtuvieron en el curso anterior peor puesto incluso que el Atleti, y uno contra el segundo cuadro del campeonato portugués, el cual actuó sin sus mejores hombres al estar inmerso en la ronda previa de la Copa de Europa. ¿El balance? Cinco victorias, dos derrotas y dos empates. Trece tantos a favor y ocho en contra. Ergo, ni nos sobra gol —como dice el Tío Patrañas— , ni esos números, proyectados en el ejercicio entrante, nos conducirían derechitos al corazón de la Europa balompédica.

Sin embargo, los tontainas del lobby que protegen a Gil Marín y Cerezo exultan pues creen cercana la hora de la presunción y las ínfulas. Allá ellos. Sin embargo, se percibe en sus voces, junto con una seguridad vaniloca en el éxito, el rencor contra quienes juzgan que, con semejantes dirigentes será sumamente difícil que el club se yerga en lo porvenir —y si levantase la cabeza sería para agacharla otra vez, como ya sucedió hace diez años—. Los tontainas quieren, en desquite de tanta ilusión abortada, que los retrató como ilusos sin un átomo de sensatez, la piel de los que no se hicieron ninguna y nada tienen que reprocharse.

He aquí una frase debida al fecundo ingenio de un locutor de TV del que no podemos asegurar que haya perdido la chaveta porque quizá nunca estuvo en sus cabales. Eso sí, se trata de un infatigable agresor del sentido común y la gramática.  

“Los agoreros de turno, los que de forma simplista, chulesca y descreída repiten que siempre nos pasa lo mismo, no entienden que la ilusión nacía del legítimo derecho por redimirnos”.  

¿Nacía, en pretérito? ¿Es la realidad tan boyante como para situar en ella —y no en un deseo pueril— la fuente de la ilusión? (Nota al margen: se dice “derecho a” y no “derecho por”; gracias por nada.) A lo mejor los agoreros repiten que siempre nos pasa lo mismo porque siempre nos pasa lo mismo, pequeño detalle sin importancia que se le escapó al sagaz comentarista.

¿No huele a simbólica quema de herejes esta defensa a ultranza de la fe sin obras? ¿No apesta a revancha en feo estilo —literario y del otro— ese ataque a las pocas personas que aún se resisten a la chaladura general y no hallan incompatibles, todo lo contrario, el amor al club y la denuncia de sus lacras?

Tomaré la defensa de los agoreros descreídos, aunque nada chulos y poco simplistas, a los que ya da por refutados el contumaz tontaina. Ni el más acérrimo de los rojiblancos detractores de Gil Marín y Cerezo quiere que el Atlético de Madrid fracase, porque una cosa es la institución y otra sus eventuales mandatarios. (Son los Giles y Cerezos y sus valedores en los periódicos —entre los que figura el mentecato autor de la infeliz frase, quien todavía achaca a la intervención judicial los problemas del club— los que, al parecer, son incapaces de distinguir entre la entidad y quienes la okupan.) 

Empero a esas personas lúcidas no se les ocurriría confundir la ilusión con la ceguera ni la información con la propaganda. Y es la pura sensatez, con estribo en una amarga experiencia de 18 años, la que vaticina que el Atlético no logrará salir del pozo al que lo han arrojado sus pésimos administradores y la inútil compaña de los medios de comunicación. Además, tratándose del Atleti, la prudencia y el espíritu crítico son obligatorios y no merecen el insulto sino el aliento. 

Últimos ejemplos que confirman la inaudita torpeza de los tipos para quienes estar al frente del Atleti significa afrentarlo: el affaire Calvo y el no menos grave de las camisetas profanadas.

¿Se puede dar como noticia que un jugador ha fichado sin que tal haya sucedido o vaya a suceder? ¿Se puede admitir que el responsable del bulo siga en su puesto? ¿No se les debería caer la cara de vergüenza a los responsables de los periódicos que dieron alegre pábulo a dicha falsedad? ¿Quién es la garganta profunda del Atleti, Toni Muñoz, Gil Marín? ¿Quién es el jefe de los intoxicadores? ¿Cómo son impartidas las instrucciones y a cambio de qué —dineros o favores— se cumplen fielmente éstas? ¿Sería tan amable el optimista rabioso de despejar las anteriores incógnitas? 

Los críticos de cine aseguran que “Gigoló europeo” es un film homófobo, machista y que hace burla de los inválidos. Pues bien, el título de tan acreditada bazofia ensució la elástica del Atlético de Madrid en el match contra el conjunto de Víctor Muñoz. ¿Paga algún canon Cerezo para cubrir de basura la indumentaria del Atleti? ¿Tiene derecho a utilizarla para publicitar sus infames y estúpidas películas? ¿No serán esos anuncios, que producen vergüenza ajena, el sueldo del Tío Patrañas por sentarse en el