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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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septiembre 2003 - Artículos

Señor Manzano (29/09/2003)
Todos comprendemos que sólo llevamos 5 partidos de liga y que no hay que alarmarse. Que se cometen errores, que estamos fuera de forma, que aun no estamos rodados... Pero ¿no le dice nada que en 5 partidos hayamos metido un solo gol, y de falta? Todos sabemos que nos falta definir y que no tenemos "punch". Sr. Manzano, un equipo que aspira a estar entre los 4 primeros (quimeras) no puede jugar con un solo punta, al que además cosen a patadas. Si después de probar su sistema con un Rodrigo metido entre líneas y estorbando a Torres y centrocampistas, durante 5 partidos, con el lamentable resultado de un gol de falta, ¿no sería interesante probar a jugar con Nicolaidis  en punta, permitiendo la entrada de Torres desde atrás? ¿Es imprescindible que juegue Musampa mientras Nano está en el banquillo? Ya sabemos que usted trajo a Novo, pero ¿no es evidente que no está para jugar al fútbol? ¿Podría jugar Jorge o el Caño en su sitio? Ya sé que todos jugamos a ser entrenador pero es que a veces las cosas son tan evidentes que parece increíble que no se vean desde el banquillo.



Por Dios, Sr. Manzano. Debe cambiar su forma de pensar. ¿Por qué en el Mallorca jugaba con Ettoo y Pandiani y aquí juega sólo Torres. De verdad que es usted toda una incógnita. Ya no tiene crédito para casi nadie en el Calderón. Escuche a la grada. Total no tiene que perder porque no ha demostrado nada aquí. Esto no es el Mallorca o el Jaén. Le quedan tres partidos (realmente dos, pero no cuento con el partido de La Coruña, que espero al menos que no nos humillen demasiado)

Si juega con un solo punta y con dos interiores que no saben subir la banda y que no saben pasar el balón ¿cómo cree que vamos a marcar un gol?

Le pido por favor que recapacite. No me hace falta verle sonreír, tan solo quiero que adopte medidas antes de que esto se empiece a parecer al año del descenso.

Atentamente

Un Atlético cansado de aburrimiento

Día de partido (26/09/2003)

Ahí vamos otra vez, lanzados por las calles en nuestro coche de clase obrera, con las mil muescas de su fuselaje. Un antebrazo peludo asoma arrogante desde la ventanilla, convenientemente bajada para abrumar a los asustados conductores que, a nuestro paso, se hacen a un lado, entre reverencias y miedos, temerosos de que de nuestras llantas surjan groseros dientes de hierro, como en los carros de Ben-Hur. “Menudas pintas tenemos”, pienso para mí, mientras examino el inenarrable aspecto de Juancho con su listada camiseta de acetato y polyamida, pura memorabilia de la Copa del 96, sobre la que han caído cien lluvias de abril. A nuestro alrededor, las educadas gentes repiquetean con sus dedos sobre los elevalunas, pegan volantazos, remolonean en los semáforos. Parecemos ridículos, como nos lo parecen todos los que aman. Tarareamos una estrofa de Campeones. Algunas chicas, instaladas calladamente en los pulcros asientos de copiloto, desvían sus ojos de reproche. Y yo les sonrío, con esa mirada de asombro que ponen los antílopes en los zoos cuando los miran los niños. Y leemos en sus labios. Y procesamos su disgusto. “Aquí estamos”, venimos a decirles. Cualquier pareja o familia tipo podía antes disfrutar de las calles exhaustas, en su disfraz de sábado, de las tardes serenas, de los placeres hebdomadarios, en paz consigo y con su ocio. Bien, eso era antes. Ahora hemos llegado los de nuestra especie, a puro grito, y vamos a quedarnos un buen rato. A ver quién o qué nos echa. Mientras, mis ojos se clavan en el castigado horizonte, con sus penitenciales fajas de morado, sus matices de amostazado rojo, y la textura del prosciutto... un cielo de mierda, como una mortaja que recogiera las emanaciones sin descanso de la vida de aquí abajo, de la vida terrícola.

 


“Saca la bufanda, Chema, hazla tremolar. Hazla tremolar, Chema” grito mientras aporreo el claxon como el endemoniado tonto que soy. Tras sortear bufando las bocacalles tramposas, las glorietas traicioneras, enfilamos el Paseo de las Acacias no sin pánico. Con una elegante maniobra instalo el coche en triple fila junto a un monovolumen con pegatinas de padres responsabilizados y un Land Rover recién horneado. “Aquí está bien”, digo echando el seguro y acallando así el pequeño debate sobre la oportunidad del estacionamiento. Ya sólo resta cubrir con grandes zancadas el trecho que nos separa de nuestro querido Estadio, el sitio en donde he llorado y he reído y he soñado, y en el que me hice mayor para no dejar de ser niño. “Venga chavales” son las sencillas instrucciones de Juancho, y no hace falta que lo repita dos veces porque allí estamos, con el abono lanzando destellos metalizados en nuestros dientes desiguales. Siento el nudo característico en la tripa cuando trepo avasalladoramente por las escaleras, subiendo los peldaños de dos en dos, como si aquello se fuera a acabar (y quizá ya se acabó). Y bueno, qué quieren que les diga, cuando me asomo al campo, con sus luces poderosísimas, y veo sus rebosantes gradas, y hay ese olor a césped, y veo al Frente con las banderas... pues me dan ganas de llorar. No lo puedo remediar. Lo que viene a continuación viene aburriéndome desde hace años, pero aún así me instalo en mi asiento, mientras la gente me saluda calurosamente y las chicas (pocas) me hacen guiños apreciativos que yo agradezco con un escueto “Nos vemos a la salida”. Con mi barril de cerveza y mi bolsa XXL de anacardos, es el momento de estudiar qué pinta tiene el partido. Y este no puede empezar mejor, me digo a mí mismo.

La táctica es diabólicamente perversa. Brindo por nuestro coach, nuestro maestro de escuela, nuestro avezado alienista, intentando desentrañar la superestrategia que se les avecina a los otros cuando los chicos se despojan del chándal. Dadles su merecido. Ahí está Burgos, con sus brazotes de pinball, Santi poniendo su pausa y juego experto. García Calvo y Lequi no ofrecen dudas y Sergi está viviendo una segunda juventud, incorporándose al ataque con efectos deletéreos. La trampa es sin duda mucho más diabólica en la medular. Ahí el Valencia lo tiene crudo, amigos. Simeone, que parece un viejo coupé rojo, nuestro coche de soltero, que hoy tose en las cuestas y renquea en los badenes, y es adelantado por arrogantes Seicentos y Pandas y baratos Fiestas. Rivas, que en su momento no valía, pero que a la luz de otros campos y tras bregar en divisiones cafres es nuestro cerebro (y también, por qué no decirlo, por ser hijo de quien es). Va por ti chico. Ahí tienes, junto a ti, a esas alas infernales, dignas de todo crédito: Ortiz, y Paunovic, ese nuevo Peiró templado por la calima chicharrera y su aura de estrella golfamente yugoslava y sus goles en las Islas. Menudas alas, insinuando una pinza letal, como los griegos en la batalla de Maratón. Lo mejor está arriba, claro, con Rodrigo conduciendo la bola bonitamente y Torres. Ah, Torres, muchacho, chico, prepárate, te van a dar por todos lados, pero tú puedes. Demuéstrales lo que vales. Tú solo en punta puedes con esos partepiernas. Desde luego, la táctica era perfecta. Iban a caer uno tras otro en la trampa que se les había tendido. Este sí que sabe, amigos. Allí había zanjas, emboscadas, trampantojos, barricadas, mallas voladizas, túneles a ninguna parte que nos harían inexpugnables. En ese momento toqué el hombro de mi compañero y grité todo lo alto que pude.

– ¿Es que alguien me va a explicar qué coño es todo esto? ¿Qué pretende este hijodelagranputa? ¿Esto qué es? Venga ya, ahora en serio. Ohhhhh...

Lo demás ya lo saben ustedes. Enfrente estaba La Naranja Mecánica, y de verdad son druggos, de blanco y negro. Les faltaba el bombín y el alargador de pestañas y un bastón para patearnos como sólo ellos saben. Ánimo Albelda, ¿cómo pudiste nunca llegar tan lejos con tan poco? Ahí lo tenéis, dando estopa, discriminando así los ataques peligrosos de las coreografías de recreo. Y Baraja, con su cabeza exigua de romano, practicando kárate psíquico, y Aimar, centelleando entre las tarascadas, y ...

Siempre se puede contar con la afición para animar el cotarro. Esta gente no me falla. No faltó el que llamó gilipollas a los del Frente cuando tiraron la bengala; no faltó el que llamó pesetero a Sergi. Tampoco el que abucheó a Baraja cuando tocaba la pelota, ni el que apuntó que Torres se estaba “amariconando”. Quién sabe, a lo mejor nuestro hándicap es, por fin y después de todo, la mariconería. No les quitaré la razón. Quizá la lleven. No se oyó decir nada del palco. Asido a mi mejor mueca de circunstancias, contemplativa, me abrí paso a trompicones entre la parroquia. Esta nada ya lo abarca todo.

Huraño, arranqué con un runrún de dióxido y me incorporé al tránsito. A lo lejos, un ambulancia ladraba en su elemental idioma, pero yo sólo la oía decir atleti atleti atleti atleti atleti atleti atleti atleti...
Posted: 26 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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Los sotanos del Calderón (25/09/2003)

Íbamos "algo más de media", el fondo sur lleno, el norte se puede decir que también, el lateral bajo, algo en los fondo del primer anfiteatro, menos de la mitad de la tribuna, los habituales en los corners y algunos "piraos" en el los segundos anfiteatros.

 


Salían los nuestros y parecía estuviese el campo lleno. No éramos la mejor afición del mundo, entonces, erramos la afición del Atleti. Se oía al Frente cantar ¡y como cantaba! Joder, cada partido sacaban algo nuevo, inventaban, ponían letras molonas a canciones de siempre, se reían de los vikis, coreaban el nombre de los nuestros con canciones que quedaban como dios y hacían surgir una sonrisa. Los jugadores se volvían y saludaban con la mano. Algunos, celosos de no escuchar su nombre, inclinaban la cabeza, clavaban la mirada en el césped, aun con esperanzas de oír su nombre, de que una nueva creación coreada hiciese retumbar su nombre en el estadio...pero no ¡Aun no se lo había ganado! Debía ganárselo como otros lo habían hecho, y ésos, se sentían queridos por sus hinchas y tras levantar tímidamente la mano devolviendo con un saludo el saludo de la grada, corrían en un breve pero intenso sprint, lleno de nervio y ganas de comerse el balón.

A veces íbamos al Cuernabeu y nos partíamos el culo cuando oíamos a los tontos de ultra sur adecuar nuestras canciones a su full, letras que no pegaban ni con cola, rimas que no rimaban, silabas que se salían de la estrofa... y estamos orgullos de nosotros , de los nuestros, de nuestra afición, que aun no era la mejor del mundo. Dos horas después, también estábamos orgullosos de los nuestros que se habían dejado las pelotas por defender sus colores ante los fuleros y ante la caradura del arbitro de turno.

Y no llenábamos el campo, ni se salían los abonos, ni estábamos todo el santo día con la frasecita de los mejores del mundo, pero arropábamos al equipo, le animábamos, le acompañábamos, estábamos con él y él con nosotros. Éramos del Atleti y si teníamos que silbar silbamos, pero eran las menos.

De pronto el campo se llenó. Cojonudo nos dijimos. Con mas atléticos pues cojonudo, mas fuerza, mas unión, mas grandes... ¡qué chasco!

El Frente de pronto se calló, y así sigue. La grada se pobló, pero es una grada muerta, sin sangre, adormecida, aborregada, que no sabe donde va, ni que quiere. Comenzaron los derribos sistemáticos y entre los Giles y la abulia atlética aquello se fue descomponiendo, hasta llegar a ser, por fin, la mejor afición del mundo.

La mejor afición del mundo mundial, la afición galáctica, la afición soñada. ¡Si señor!

La pesadilla se hizo realidad y en pozo de la segunda la afición movía banderas, hacia unos tifos de cine y daba un colorido a la cosa fenomenal. Un día, un buen día, algunos se volvieron hacia el palco, jugando contra el Tenerife y Gaspar, ese lateral derecho que juega ahora en la revolución de Cerezo, se comió dos chicharros y perdimos el partido y a Gil le dio un ataque de bilirrubina porque algunos de la grada se habían vuelto contra el Cesar. En un rápido reflejo se encargo de recordar que esos desagradecidos habían sido subvencionados por el y "los nuevos atléticos que habían descubierto su fe rojiblanca cuando se cayeron del caballo" se revolvieron en sus nuevos asientos de plástico, rojos y blancos, y tirando las pipas al suelo recriminaron a los niñatos del fondo sur su incoherencia y falta de respeto hacia el Salvador del Manzanares.

No contentos con un año en la mierda repetimos un año mas, tras ser humillados por media España. Y gracias a eso recibimos de la cadena SER el galardon soñado: "La mejor afición del Sistema Solar" Porque no saltó al césped y arranco las porterías, porque no arranco de cuajo los asientos, porque no llenó de tomates el césped, porque no arrincono a los delincuentes sentenciados por la Justicia cuando abandonaban el Coliseo montados en sus carros caros y porque le reían las gracias al Vizconde Atlético de Brunete y su lacayo Tontete Manolete Los abonados daban la vuelta al Calderón y lo cola llegaba hasta Pirámides y cuando saltaba el equipo aunque se hubiese arrastrado por el fango la semana anterior la grada investida y rojiblanca se levantaba de sus asientos y dedicaban una ovación del tres. Oye, hay clases en esto de amar al Atleti.

Mientras, por los sótanos del estadio, esos que asoman sus ventanucos enrejados a las cloacas del Manzanares, la sangre histórica de este club, en su tiempo querido por todos, envidiado, admirado por todos, la savia colchonera, se mezclaba con el agua turbia y maloliente del rió que nos da nombre. Allí en esos sótanos, se juntaban los administradores judiciales con los chatarreros que pesaban en sus balanzas los trofeos oxidados, los representantes con los ojeadores, y junto con todos ellos los hijos de la Bestia que veían en Canal Satélite los partidos del Trampas. Y así día a día, partido a partido, el Atlético de Aviación, el Atleti de Madrid, el Atlético, El Aleti, se desangraba en silencio, a la vez que por los altavoces del estadio se escuchaba "Sex boom" y "¡A trabajar!", los chicos comían pizza, esos se fumaban medio kilo, aquellos se ponían ciegos, y los de mas allá se metían un bocata de calamares grasientos del Alegría.

Luego, el estadio se vaciaba, la derrota en el videomarcador se veía desde la M-30, la masa abandonaba el estadio, ni tomaban la última, "me piro" "me largo" "no se si vendré" "llámame" el hastío en la voz, la patada a los botes, la mano sobre el hombro del chaval que empezaba a no entender, las excusas, los análisis, los post, la envidia...

A él le daba igual. Se extrañó de encontrar a nadie a la salida. Eso le llamaba la atención porque le sudaban las manos cuando bajaba por el ascensor desde el palco, creyendo que allí fuera le estaban esperando. Levanto el teléfono de nácar y aviso a los suyos que se iba y les apremio para que se dieran prisa porque podía haber problemas a la salida con la chusma encrespada. Pero no. Salió y el hombrecillo le abrió la puerta y le dijo algo que no entendió, algo manido, repetido muchas veces en noches como esa. No había nadie. Nadie. A lo lejos, uno con una bandera, borracho, gritaba mirando hacia el techo del túnel. Se ajusto la bufanda beige en un gesto característico, mientras esperaba al coche. Uno pasó y levanto los ojos, pero no le dijo nada, no le insulto, ni siquiera la mirada decía nada. Parecía la mirada de un muerto viviente, como la de esos tipejos que llaman zombies y que salen en las películas. Pasó ante su oronda figura, pero nada, no le escupió, ni le recriminó, nada, solo cambió la mirada, la bajó al suelo mientras caminaba, un paso tras otro, la bufanda enrollada en la muñeca, la camiseta colchonera con el nombre grabado detrás, la de ése que vendimos la temporada pasada.

Cuando se iba vio que se apagaban las luces del estadio, todas menos las de los sótanos, esos con ventanucos enrejados y desde los que se ve el río, en el que mezclaba la sangre con el agua.

Forza
Posted: 25 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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Cien días para el Sr. Manzano (25/09/2003)
Estimado entrenador: En la página web "Señales de humo" recomendaba a los opinantes que a ud se le debía conceder un plazo de cien días, antes de opinar sobre su labor al frente del equipo.

 

Yo hubiera respetado dicho plazo, siempre que ud hubiera hecho las cosas con arreglo a una mínima lógica para, a partir de ahí, esperar a que los jugadores asimilen el sistema de juego que quiera imponer.

¿Qué ha sucedido?. Se ha puesto nervioso con las derrotas y ha comenzado una huida hacia delante, a base de cambiar jugadores. Pero unos cambios fuera de toda razón, cuando recurre a jugadores colectivamente reconocidos como inútiles por los Atléticos o muy verdes para jugar en estos momentos en nuestro equipo.

A Santi Y A Gaspar (¡Dios mío, que sufrimiento verlos dar patadas, empujones y dejando huecos inmensos en defensa!) hemos intentado largarlos del equipo en las últimas tres temporadas, sin que ningún equipo los fiche.

A Paunovic (sin casta ni recursos ni para salir de la presión de los contrarios, ni para crear juego), también lo hemos querido "votar", con los mismos resultados que con Santi.

Diego Rivas y Ortiz: ¿Quiénes son para ser titulares en el Atlético de Madrid?.

¿Ud no ha fichado a Ibagaza, Musampa, Nano, Novo, Nicolaidis…?. ¿No tiene en su nómina a Movilla, jugador con mayor o menor calidad pero creativo para el centro del campo?. ¿No tiene a Javi Moreno, mejor o peor jugador, pero delantero nato para que ayude a Torres?.

Ponga a estos jugadores partido tras partido ya que, al ser buenos jugadores, con el tiempo de los cien días, llegaran a asimilar su sistema.

¿Por qué está solo, solo, solo Fernando frente a los duros defensas contrarios?.

¿Por qué no hay apoyos entre los jugadores para crear jugadas, como sucede en los demás equipos?.

¿Por qué en el Madrid y en otros equipos los dos laterales se convierten permanentemente en delanteros, y el equipo ataca con cinco o seis jugadores, cuando nosotros los hacemos solo con el chaval?.

¿Por qué exige a Simeone la creatividad del juego, cuando lo suyo es romper, recuperar y arengar a los compañeros?.

¿Por qué no se dispara a puerta alguna que otra vez desde fuera del área?.

¿Por qué juegan muchas veces pegados a la banda dos o tres de nuestro jugadores rodeados de contrarios, empeñándose en salir por allí con el balón, cuando lo sencillo es enviar la bola atrás o abrir al centro?.

Etc, etc, etc… y disculpas por no respetar el plazo que prometí.

Atentamente:

Modesto de Cantabria.

Patatas con vinagre (25/09/2003)
Nada que hacer: la situación del Atlético está perfectamente subnormalizada. ¿O es que pensaban ustedes que el alud de embustes veraniego iba a sobrevivir al comienzo de la Liga? El Atlético existe y parece alguien dos meses al año: los que median entre el final de un torneo y el inicio de otro. ¡Y hay que oír las bravatas y los "esta vez sí", mediante los cuales algunos periodistas —perdón, vendedores de ilusiones— entierran con pompa fúnebre al sentido común durante julio y agosto! Tozudos inhumadores de la verdad, esos tontainas (y los filocolchoneros son los peores) le hacen un daño terrible al equipo.

 

Porque el Atlético está condenado a la realidad, y todo lo que sea vivir de espaldas a la realidad agrava sus males y pudiera acelerar su fin.

En cierta ocasión, Lord Byron y una amiga suya pudiente entraron a almorzar en uno de los mejores restaurantes de Londres. Byron, que estaba sin blanca —como de costumbre—, ojeó despacio el apetitoso menú y, cuando el camarero preguntó: "¿el señor desea…?", dijo con un tono de voz perfectamente natural: "Patatas con vinagre". Su acompañante, entre escandalizada y divertida, protestó: "¡Patatas con vinagre. Pero si yo invito!". "Ya lo sé —repuso el poeta—, pero mañana te irás y yo regresaré al tabernucho donde como a diario. Si ahora devorase esa suculenta pularda o ese exquisito pudding, ¿con qué ánimo me atendría de nuevo a mi habitual dieta de patatas con vinagre?".

Pues bien, a la afición del Atlético la atiborran de langosta y pastel de trufas, únicamente para subrayar su bochornosa indigencia. Y cuando termina el breve e imaginario festín —pues sólo ocurre en las mentes de los necios propagandistas—, vuelve al ayuno desmoralizada y de peor humor.

No sé a ustedes, pero a mí, siempre que pienso en las patatas con vinagre, se me hace la boca agua.

Torres (24/09/2003)
Leyendo y escuchando la información deportiva, uno recuerda a menudo el aforismo de Cioran: "Pagamos un alto precio por no ser ni ciegos ni sordos". Como nos hemos resignado a que dicha información nos la sirvan meros forofos con carné de prensa —y en el gremio abundan los indocumentados para quienes la gramática y el matiz son dos severas imposibilidades—, los futbolistas aparecen ante nosotros divididos en dos categorías: paquetes y genios. Raúl es un genio, aunque hay días en que parece un paquete. Torres es un paquete, si bien alguna vez se traviste de geniecito.

 

Esta dramática pendularidad en el juicio únicamente es propia de personas incapaces de toda reflexión. (De ahí que los comentaristas más populares sean también los más atolondrados.)

Como me preocupa el futuro de Torres —aún soy del Atlético, aunque les confesaré que me estoy quitando—, voy a ensayar una crítica del fútbol de esa promesa que corre grave peligro de malograrse.

Torres tiene virtudes, casi todas en bruto, o sea: por pulir. Es rápido, es alto, tiene reprisse, es atrevido y ningún zote con el balón en los pies.

Ahora bien, por el momento —y lo recalco, por el momento—, sucede con Torres lo siguiente:

1) Suele confundir el "tula" —tú la ligas— con el fútbol. Su vicio es "ganar la posición" —como se dice en el baloncesto— para luego tirarse y que el árbitro cobre falta. (Empero la prensa antideportiva, en vez de censurar la burda estratagema, se la aplaude. "¡Qué listo es! ¡Qué astuto! ¡Cómo saca petróleo!". Los jugadores farsantes no sólo actúan con deslealtad hacia el adversario y estafan al espectador. También confiesan su ineptitud para desbordar o rematar. Nunca vi dejarse caer en el área a Ronaldo o a Romario.)

2) No sabe chutar: su técnica de disparo es menos que mediocre. Que tire los penaltis en el Atlético y que incluso el genial Sáez le haya confiado la tarea de lanzar uno en la Selección, constituye un alarde de inconsciencia por su parte y de ignorancia por la de sus entrenadores.

3) Se trata más de un jugador desequilibrado que desequilibrante. No tiene suficiente dominio sobre el balón. Es poco económico con la pelota: derrocha el juego; esto es: estropea infinidad de combinaciones, emprende maniobras descabelladas, pierde el balón en sitios muy comprometedores...

4) Acostumbra a enzarzarse con los rivales en sordas peleas en las que no tiene nada que ganar y sí mucho que perder. Una cosa es no rehuir el choque ni volverle la espalda al rival y otra muy diferente vengarse de los contrarios. Torres se está convirtiendo en un jugador bronco y sucio para con los defensas que lo marcan. Aunque sólo fuese por sentido común, debería cambiar de actitud. Muchas de las patadas que recibe tienen como único móvil el ajustes de cuentas.

5) Propende al tremendismo —como Dani el del Betis, como Darío Silva, sin llegar a los excesos de tan consumados comediantes—. Juega para la grada, que es lo contrario de lo que debe hacer un verdadero crack, o un profesional que no trabaje en el circo. Peor aún: juega para el populacho de la grada, que en la prensa del ramo tiene amplia representación. Ellos lo malcrían. Reeduquémoslo nosotros.

Sobre el artículo de Severino Lorences (24/09/2003)

Me parece oportuno, aunque reconozco que lo considero así más por su procedencia que por sus términos, que tal vez de otra pluma lo hubiera creído oportunista.

No podemos negar que el jugador del Atleti que en los últimos años está acaparando más análisis, comentarios, elogios y críticas es Fernando Torres. Todo eso vertido sobre alguien que, efectivamente, todavía no es nadie dentro del mundo del fútbol, da mucho que pensar.


En primer lugar, tenemos su atípica llegada al primer equipo. Con edad de juvenil, saltando todos los pasos que se suponía que debía dar, su acoplamiento al fútbol profesional a través de los equipos filiales, su integración en las estructuras del club de manera escalonada, en fin, todo lo que se hubiera considerado normal y es habitual para el resto de los futbolistas. Es cierto que venía respaldado por una brillante actuación en su categoría y, sobre todo, en la selección española, pero no tiene nada que ver el nivel de competición, exigencia, responsabilidad y fuerza de estos dos estamentos futbolísticos.

Antes de su debut con el primer equipo, Torres es objeto de un seguimiento especial por parte de los medios de comunicación, junto a otros compañeros de selección, algo novedoso, tal vez mera coincidencia, pero dentro de una estrategia de dichos medios para buscar nuevas referencias en su parrilla informativa, dado el agotamiento cada vez más contrastado de los iconos deportivos estudiados ya hasta la saciedad. Los éxitos de las categorías inferiores empiezan a tener eco por la capacidad de ilusión que transmiten para el futuro.

Y en un momento delicado para el club rojiblanco, cuando curiosamente por primera vez en la historia -al menos reciente- la afición conoce el nombre y las hazañas de un jugador juvenil, se le aúpa al escalón más alto del club y se produce su debut en el estadio del Albacete. Se le implica en una misión casi imposible, como era el ascenso a primera a falta de tres jornadas y teniendo que restar cuatro puntos a los equipos que nos precedían. La lectura de este episodio parece clara: hay que transmitir ilusión como sea, hay que dar algún atisbo de futuro. La suerte le acompaña, marca el gol de la victoria cuando parecía imposible hacerlo y desde ese momento empieza a instalarse en el corazón de todos los atléticos.

Y no es para menos, por fin parece que forjamos una estrella que se identifica con el sentimiento atlético y forma parte de nuestro patrimonio. Eso después de años erráticos y miserias deportivas, después del sufrimiento más aciago, el escarnio y la humillación a la que nuestros dirigentes han llevado al club, es la mejor noticia que podemos tener, el mejor soplo de aire puro que nos pueden ofrecer en esos momentos.

Desde entonces, han pasado ya más de dos años salpicados de todo tipo de rumores sobre su continuidad, su traspaso a otro club, su presencia en la selección absoluta, su crecimiento personal y futbolístico, sus comparaciones con otros jugadores, etc. Todo esto no ha hecho más que elevar a la categoría de mito su figura, como el autor novel que escribe una gran obra y arrasa en las listas de venta, empezando a ser el objeto de deseo de los críticos literarios, de las tertulias de café y de los lectores ávidos de conocer su nueva obra, después de devorar contumazmente la primera. Se le reconoce un buen estilo, un buen manejo de los recursos, una gran soltura con el vocabulario, una redacción audaz, en definitiva, es una promesa en firme, sólida, pero veremos si su segundo libro es tan bueno como el primero.

Torres es un proyecto de futuro. Esa es la frase más escuchada cada vez que no tiene su día, que las cosas no salen como se las propone, que sus piernas no se mueven al ritmo de su cabeza y de su corazón, cada vez que pierde una nueva batalla contra sí mismo.

Hay que darle tiempo y confianza. Creemos en él y sentimos la necesidad de protegerle, de que sienta nuestro cariño y apoyo, de que nada le distraiga de su formación, de su carrera hacia el éxito. Su apodo El Niño, dice mucho de ello, pues nos hace tener un criterio paternalista, con todo lo que eso lleva consigo de carga emocional y con lo difícil que resulta poner sus errores al mismo nivel que sus aciertos.

Torres es un genio. Efectivamente, es un jugador espectacular para su edad, capaz de medirse a quienes le llevan años por delante en experiencia, trabajo, dedicación y aprendizaje. En ese sentido, sí lo es, tal vez lo que más empiece a preocuparnos es que la genialidad no sea más que un efecto de la edad y no aumente de manera gradual sus posibilidades en la proporción que se le intuía. También como buen genio, es un incomprendido, porque no es igual que los demás, es imposible que no existan recelos, envidias y ganas de rebatirle en muchos de los que le rodean, porque cualquiera que destaca en una profesión suele tener un ejército de gañanes empeñados en situarle a su nivel, incluso entre sus mismos compañeros. El empollón de la clase suele tener pocos amigos y algunos de los que considera como tales lo son de forma muy interesada.

Pero un genio no tiene por qué estar condenado a la incomprensión. Ahí está su personalidad, su capacidad de liderazgo, sus habilidades naturales para ganarse el respeto de los que le rodean. Y eso es por lo que más debe luchar en estos momentos, que no es más que por hacerse persona. Cuando sepa dar ese paso que le afiance, mejorará como futbolista mucho más de lo que imaginamos. Por la sencilla razón de que no tiene límites si se lo propone, porque si es capaz de conocer sus defectos y sus carencias, hará una virtud de cada una de sus buenas condiciones.

Posted: 24 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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Replica a Severino Lorences (24/09/2003)
En la medida de mis modestas posibilidades quiero dejar constancia de lo desafortunada que me parece la opinión del Sr. Lorences en su columna dedicada a Torres.

 

Para comenzar, permítame un consejo Sr. Lorences, no haga caso ni escuche o lea tanta información -mejor sería decir des-información- deportiva, sabiendo el nivel tan paupérrimo que exhibe ésta en nuestro país, donde a veces no se sabe si se lee un periódico deportivo o una revista del corazón; pero aparte de eso, mi admirado compañero de foro, en lo que estamos de acuerdo como bien expone en la primera parte de su reflexión es en el inexistente juicio y conocimiento de la inmensa mayoría de los periodistas deportivos, por lo que observo que cae en una contradicción al juzgar a Torres por todo lo que está acaeciendo en esa prensa deportiva que tan bien ha descrito en la frase "Esta dramática pendularidad en el juicio únicamente es propia de personas incapaces de toda reflexión", por lo que considero que un juicio sobre Torres en estos momentos es cuando menos precipitado, por no querer pensar en cosas peores de los motivos que han originado esta "caza de brujas" por parte de la prensa con un chico de 19 años, que recordémoslo, además de ganar todo en las categorías menores, fue en su debut en 1ª División, dato importantísimo, mayor goleador español, por delante de figuras contrastadas como Raúl, Diego Tristán, Alfonso u otros reputados goleadores españoles, lo que no es un mal debut, verdad.

Pero en una cosa si que estamos de acuerdo, es que es un jugador extraordinario, pero evidentemente yo no veo los defectos que dice que tiene, ni mucho menos, aunque no niego que es un jugador que está en clara progresión ¿qué jugador no lo está con 19 años?.

En su punto 1º nos dice que tiene propensión al teatro tirándose más de la cuenta y yo le respondo con un no rotundo. Suelo mirar los partidos de Torres con lupa y siempre tiene un mínimo de dos defensas pegándole por todos lados e intentando derribarle, es más, alguna vez el chico ha intentado tirar medio trastabillado por intentar meter gol en vez de dejarse caer. No, la verdad es que no considero a Torres un delantero que se deje caer como los Rubio o Futre que hemos tenido en el Atleti en otros años.

En su 2º punto habla del chut de Torres, ahí estoy en parte de acuerdo con usted, debe mejorarlo, pero lo de los penaltis me parece totalmente injusto y oportunista, ya que todo esto ha venido como consecuencia del penalti fallado con la selección española. Pues bien, Torres ha tirado todos los penaltis en las categorías inferiores de la selección, incluso uno de ellos nos ha dado una eurocopa. ¿Hay que crucificar a un jugador por fallar un penalti? Francamente, no escuché a ningún medio decir nada de Raúl cuando falló un penalti muchísimo más importante ante Francia en la última Eurocopa, únicamente la cantinela de que sólo los fallan los que los tiran. Creo que plantear esto es seguir el juego a la prensa, ni más ni menos.

Su 3º punto ya si que roza el absurdo en mi opinión, ¡Torres un jugador desequilibrado! Por favor, yo creo que lo que está desequilibrado es el equipo: sin ningún delantero centro nato que aprovechase el genial juego de desmarque de Torres; sin ningún mediapunta que le surta de balones medianamente decentes, ya ni hablo de pases de gol; con un centro del campo inexistente que no hace más que mandarle balonazos al pecho estando de espaldas a la portería y con dos o tres defensas detrás de él, que pueden estar tranquilos porque no hace falta que marquen a ningún otro jugador del Atleti porque ninguno más crea peligro. Además, pocas combinaciones puede estropear con los que tiene al lado y si pierde balones es cerca del corner, hasta donde tiene que ir para zafarse algo de las defensas, y más de una vez, y de dos y de tres, por cierto, ha metido gol teniendo que fabricarse él sólo la jugada debido a la nulidad de sus compañeros para crear juego de ataque.

El punto 4º me deja estupefacto (empiezo a entender ahora más lo del Síndrome de Estocolmo). Si un delantero no es valiente y luchador ante gañanes como Pablo Alfaro, por poner sólo un ejemplo, te tienes que ir a casa llorando porque para esto no sirves. Y caray, don Severino, llamar ajuste de cuentas a devolver una cuando te llevan pegando todo el partido ante la mirada complaciente del árbitro es algo exagerado. Lo que si creo es que debería ser más discreto, pero todo el que haya jugado al fútbol sabe que si no te haces respetar, y más ante la cantidad de percherones que pululan por el fútbol español, te comen, literalmente hablando.

El punto 5 se lo he contestado en parte en el punto anterior. Del resto, no le comprendo, ¿qué es jugar para el populacho de la grada?. Acaso meter goles, irse de los contrarios, adornarse de vez en cuando, no digo que no ¿es malo?. Y para quién tiene que jugar Torres sino para esa grada que paga resignadamente y tiene la ilusión de ver algo que no sea un montón de rocines corriendo de un lado para otro sin dar un pase decente en todo un partido. Sr. Lorences, deje a la grada del Atleti que se divierta viendo jugar a Torres porque llevamos mucho tiempo ayunos de un jugador de su calidad.

Por lo demás, no me queda más que felicitarle por la calidad de sus escritos, que siempre leo, y rogarle que se prodigue más por estas páginas, que todos se lo agradeceremos.
Un cordial saludo.

PD: Por cierto, no me creo eso de que se está quitando del Atleti, es sencillamente imposible. Se lo dice alguien que lo ha intentado.

Posted: 24 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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Me duele el Atleti (23/09/2003)
Del aspecto deportivo no merece la pena ni hablar, para qué, creo que en este foro se ha dicho todo ya.
Del aspecto judicial, la única vía factible de salvación de lo que queda, cada vez tengo menos confianza. Mucha sentencias, muchos juicios pero la realidad es que el apropiador campa por sus respetos, no solo en el fútbol, sino en todos las facetas en que interviene ( baste como ejemplo lo que ha tardado en cargarse al “pantojo” en cuento se reveló en Marbella ).

 

Cada vez que ha visto cerca en presidio, ¡qué curioso! Le dan amagos de infarto, etc. En el fondo no es más que un cobarde. Pero tras una larga y dilatada carrera criminal, apenas ha pasado un rato en la cárcel. España va bien ( jodida creo yo ).

Pero lo más desalentador para mí no fue el resultado o el juego del equipo, al que por desgracia estamos más que acostumbrados, ni perder la cuarta posición histórica en la liga, que no será la última que perdamos, lo más desalentador es comprobar que partido tras partido la autodenominada mejor afición de España se va a casa sin rechistar, esperando al próximo escarnio.

Qué envidia de aficiones como las del propio Valencia, que impide a su actual presidente ni hablar en la presentación del equipo, o la del Barça, que hasta que no echó a pañoladas a Gaspart no paró.

Pero aquí se anda discutiendo todavía si el sujeto es responsable o no de la situación. Si alguien se acuerda, en la temporada de los famosos play off ( creo que fue la 85 – 86 ) el equipo de los Uralde, Julio Salinas, Elduayen, etc. Quedó 7º, no entrando por tanto en el play off por el título, que jugaban los 6 primeros, y se consideró un fracaso extraordinario, se tachó de golfos a Carrascosa, Calderón ( ya muy enfermo ), etc. Y se montó un follón de cuidado el día del último partido, que perdimos contra el Barça.

Pues si entonces se pudo hacer, si el día del Tenerife en casa, la primera temporada en segunda, se le acojonó, ¿qué pasa ahora? ¿que no sabemos mas que hacer fogatas?.

De verdad que me duele el alma mientras escribo esto, pero creo que definitivamente hemos perdido la última oportunidad de salvar 100 años de un sentimiento. Estamos asistiendo, probablemente, a la última generación de atléticos que pasará a la historia como los que no dijeron nada mientras un descerebrado acababa con lo que sus padres y abuelos habían hecho grande contra viento y marea.

Por último una recomendación, no sería mal momento para admirar el esfuerzo y el amor a sus colores de una afición que está luchando contra todo y contra todos por salvar a su equipo, me refiero a la del Real Oviedo. Quizás no estemos tan lejos de la situación de ese histórico club como nosotros pensamos.
Un abrazo para todos los hermanos rojiblancos.

Posted: 23 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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Por si alguien creía que no podía ser peor (23/09/2003)
Se comentó después del partido contra el Osasuna que era difícil ir a peor, pero tenemos un equipo que es capaz de convencernos cada semana de lo contrario.
Reconozco que me ilusionó mucho Manzano cuando firmó con el Atleti, pero en estos momentos no hace más que dar la razón a Luis una y otra vez; al menos nos está sirviendo para comprender el calvario que pasó Aragonés el año pasado como entrenador. Su objetivo era más modesto y quizás más ajustado a la realidad, pero lo cumplió a pesar de todo, así que veremos este año cuál será el objetivo real al que tenemos que aspirar. No vale de nada decir que la culpa real de nuestro fracaso deportivo hay que encontrarla en los despachos, donde se acumula, tras largos años, un polvo que hace irrespirable la atmósfera del club. Y mientras ese olor a rancio y deshecho no se airee como es debido, poco podemos esperar de cara al futuro. La contaminación está destruyendo no sólo ya la capa de ozono que nos permita seguir respirando, sino todas las capas de la atmósfera atlética. Las voces se alzan y después se callan. Una y otra vez, chocando contra un muro, como el agua amansada en los puertos. Es un vaivén que me recuerda cuál es el camino que no podremos abandonar. Aún algunos piensan que eso debilitará poco a poco el muro, pero como en las mejores películas de la Serie B, es un muro de energía intracósmica que se fortalece con los propios golpes. A diferencia de otros años, esta vez no me he dejado llevar por la ilusión, por más que lo he intentado. Mis esfuerzos han sido en vano y encima sólo he conseguido sentirme mal conmigo mismo, por traicionarme de esta manera tan vil y mirarme al espejo y sentirme pesimista. Y es que, aunque parezca al contrario, esto desgasta más que la utopía o el optimismo. Al equipo le falta un poco de todo. Quien dice un poco, dice mucho, pero da lo mismo entrar a definir graduaciones subjetivas, lo que importa es que eso que de lo que carecemos es una especie de virus que contagia todo y nos deja tan debilitados que no sabemos a dónde nos puede llevar, o a lo peor se intuyen los efectos devastadores de una enfermedad mal curada. Parece que las piezas no están mal del todo, pero el muñeco no funciona, no dice papá ni mamá cuando se le aprieta la barriga, ni ríe cuando le abrazamos. Sólo es apariencia. Pero esto no tiene garantía de seis meses siquiera, no se puede devolver, los problemas de no pedir factura cuando se compra, por ahorrarse el IVA y emplear dinero negro.
Posted: 23 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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Atlético de Madrid vs. Atlético de Gil (22/09/2003)
Desde hace ya varios años el Atlético de Madrid juega el partido más importante de la temporada contra su homónimo, el de Gil. Es un “match” a cara de perro, del que sólo puede resultar la derrota o la victoria total de uno de los bandos antagónicos. El de Madrid era un Atlético que siempre aspiraba a ganar títulos (los consiguiera o no), con casta y orgullo, arropado por una numerosa afición entendida, fiel y animadora como pocas. El atletista era conocido por su defensa a ultranza de los colores rojiblancos, mientras que el gilista lo es por la cutrez que lo asemeja a su líder incuestionable, del que toma el nombre.


Durante los años 60 y 70 el Atlético de Madrid se consolidó como gran equipo europeo, manteniendo una constante pugna futbolística con su “eterno rival” de la capìtal de España, conocido (con razón o sin ella) como “el equipo del régimen”. Desde la posguerra hasta mediados de los años 50, el “Atleti” fue el equipo madrileño que consiguió más títulos de liga. A partir de los ochenta comenzó una lenta decadencia (con algún epìsodio aislado de la perdida grandeza), por razones que no hacen ahora al caso, que finalizó con la llegada a la presidencia en 1987 de la persona que más daño ha causado a la antigua imagen del Atlético de Madrid.

Desde ese momento hasta la fecha actual se hizo por su parte el mayor esfuerzo posible para poner el club al exclusivo servicio de sus intereses personales, en buena parte delictivos, como quedó demostrado en la sentencia de 14 de febrero de 2003. Algunas de sus primeras palabras tras su elección fueron que “por fin, conmigo, los atléticos van a comer caviar”, desconociendo que –en lo futbolístico, se supone- los “colchoneros” habían disfrutado del beluga con equipos de los que formaban parte los mejores jugadores nacionales y extranjeros. Nada menos que Gabilondo, Aparicio, Marcel Domingo, Ben Barek, Carlson, Silva, Escudero, Juncosa, Peiró, Vavá, Mendoza, Collar, Adelardo, Luis, Gárate, Ayala, Leivinha, Pereira, Dirceu, Alemao… habían deleitado durante años a la “parroquia” rojiblanca.

Tras la entronización del “gilismo” en el Atlético, se fue produciendo un giro radical en el seno del club, que afectó también a sus seguidores. Para muchos atletistas, el club “del oso y el madroño” dejó de ser el suyo, en algún caso porque fueron directamente expulsados por el nuevo “timonel” (como Enrique Sánchez de León y sus compañeros de candidatura “derrotada”) y en otros porque no podían seguir identificándose con un club de fútbol dirigido por una persona de las características de Gil y Gil. Algunos aficionados en absoluto partidarios de sus métodos pensaron que Gil sería, como Cabeza, una pesadilla pasajera, y continuaron con los abonos y las ilusiones intactos, y una buena parte de otros seguidores abrazaron con fervor el ideario gilista de la chabacanería, el insulto, la amenaza y la calumnia como instrumentos de expresión habitual.

El aficionado del Atleti se sabía parte de un club “de campanillas”. Era un aficionado ganador, y no se conformaba jamás con un equipo mediocre. El aficionado del Atleti de Gil está cortado por el patrón de su jefe. Es antipático, prepotente, retorcido. Como su equipo no gana, su única aspiración es que pierda “el otro”, con lo que sufre aún más, porque “el otro” pierde poco. Es más “anti” que “pro”, de los de “ciego yo, pero tuerto tú”.

El aficionado del Atlético de Madrid se enorgullecía de que sus jugadore acudieran a la selección nacional, como ocurría masivamente en los años 60 y 70 (Peiró, Collar, Rivilla, Calleja, Glaría, Adelardo, Luis, Ufarte, Capón, Gárate, Irureta…) más que nada porque eso significaba que se tenía un gran equipo. Los buenos jugadores juegan en sus selecciones, y la mayoría de los del Atleti son españoles. Por contra, el aficionado del Atlético de Gil no quiere que los jugadores “colchoneros” vistan la elástica “rojilla” (si de izquierdas, “rojigualda” si de derechas) por frustrantes razones, como la de no compartir equipo con Raúl, que por culpa de Gil dejó de ser del nuestro.

El partido entre ambos Atléticos se decanta claramente del bando gilista. Ganan por goleada. Por activa o por pasiva, son mayoría entre los espectadores del Calderón, entre los foristas de Señales de Humo, entre los accionistas del club. Han dejado al Atleti que no lo reconoce “ni la madre que lo parió”. Como a su capitán, les animan interese torticeros. Pero eso sí, no tienen ni idea de jugar al fútbol, no saben de la misa la media ni son capaces de comprender los deseos de regeneración que espolean a los aficionados del Atlético… de Madrid. Que se vayan preparando.

Pizarro

Posted: 22 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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La pesadilla continua (22/09/2003)
Que mala cara tiene la cosa este año,.....y van no se cuantos ya, he perdido la cuenta. Al acabar el partido de ayer contra el Valencia, Rafa, un buen amigo que ocupa una localidad justo detrás mío, atlético de verdadero sentimiento, se quedó uno ratito sentado con la mirada puesta en el campo donde ya no había jugadores, ni balón, ni nada. Tras unos instantes se levantó, tomo aire, suspiró y mirándome con una sonrisilla irónica exclamó: "Es que este equipo no es de nuestra Liga".


Aun, día a día, me resisto a admitir el supuesto status actual que se atribuye a mi Atleti, inconscientemente me revelo contra la idea no solo de ser un equipo segundón, entendiendo por segundón el que queda segundo detrás del primero, sino el ser mera comparsa, la cla de un espectáculo donde otros, cada vez mas numerosos, tienen el papel protagonista.

Pero a lo mejor mi amigo Rafa, que en el fondo también se revela, tiene toda la razón, aunque me joda. Vivimos de la ilusión y el orgullo de viejas hazañas. Tenemos implantado el chip con el romántico recuerdo de lo que fue, de lo que pudo ser, y ni fue, ni es. De chaval, acosado permanentemente por la pérfida mayoría madridista, ni en la peor de mis pesadillas pude haber imaginado una situación como esta. Mas bien al revez, soñaba con días de grandes glorias, victorias y triunfos que hicieran justicia y recompensaran tanto amor a unos colores, tanta pasión. Pero la moneda del destino tenia cruz por los 2 lados. Resultado, esta agonía que se prolonga temporada tras temporada.

A mi amigo Rafa le digo que la culpa es del "Virus". Ese que alguna mente perversa ha inoculado en el vestuario del Calderón y que afecta a todo el que por allí habita. Iluso de mi, siempre había creído que aunque una gestión directiva fuera nefasta y tuviera consecuencias muy negativas, por encima estaban los profesionales; ellos eran como la luz del faro que guía la nave a puerto y lo libra de la tormenta. No hacia falta que fueran muchos, siquiera uno podía ser suficiente. Pero aquí los que llegan, de estas tierras o de lejanas, no se libran de su impío ataque. Los síntomas son bien conocidos y una vez manifestados casi siempre irreversibles; repentinamente sufren ataques paranoicos y amnésicos; olvidan todo aquello por lo que han destacado en otros lugares, incluso sus principios mas sagrados. Sin ir mas lejos, un caso que presenta unos tintes verdaderamente preocupantes es el de nuestro nuevo mister. Licenciado universitario, psicólogo el, con titulo Nacional de entrenador de Fútbol. Una persona de esta formación puede considerar muy oportuno condenar al ostracismo a un jugador como Movilla, el mejor sin lugar a dudas de la última pretemporada. Conjeturo que debe entender que esta plantilla desborda calidad por los 4 costados. Sin embargo si a esto le unimos el que hace titular a Santiago Denia, el diagnóstico no ofrece dudas. Contagiado y sin posibilidades de curación.

De lo que lamentablemente me he convencido es de que la llamada Mejor Afición definitiva e irremediablemente ha claudicado. Uno pocos pitos al final del enésimo bochorno, esta vez televisado para que toda España, parte de Europa y el mundo corrobore una vez mas lo que hoy somos, y todos a casita que aquí no pasa nada. Si la sostenibilidad económica de los Clubes modernos pasa por la Mercadotecnia y el poder Mediático, nos estamos hipotecando hasta las cejas. Tan solo un loco puede hacerse del Atleti viendo lo que se le ofrece. Y la masa social, salvo algunos rebeldes que se suelen dar cita en este rincón del desahogo, se encuentra totalmente desactivada, la anhelada revolución que libere al Club de la estirpe que lo desangra a día de hoy se ve muy lejana. Otro gallo nos hubiera cantado si la misma audacia que ha empleado la familia Gil en estos menesteres la hubieran aplicado a los logros deportivos.

El domingo próximo el Barça, .....a lo mejor hasta ganamos. Me despido de Rafa deseando que tengamos la oportunidad de disfrutar de mejores noches. En realidad no creo lo que le digo; es muy tarde, me esperan en casa mi mujer y mi hija, y no quiero aumentar ni su amargura ni la MIA, por que para nuestra desgracia las cosas en el fondo no cambian,.... al final siempre vuelve Freddy Cruger y nos recuerda que la pesadilla continua.
Pesadillas e insomnio en lugar de sueños y sueño (18/09/2003)
Al ver hoy la foto del día, me ha venido a la mente la gran diferencia que hay entre este doliente Aleti de nuestros días y ese de la foto, con el que me introduje en la afición por el fútbol y la pasión por el Aleti.


Cuántas ensoñaciones de triunfos mayores, capaces de igualar al menos el truculento historial victorioso de los vecinos mandones alimentaron aquellos magníficos jugadores grabados por esa instantanea. Aquellas dos copas del llamado generalísimo seguidas, más la Recopa, me ilusionaban con poder ir un día de la mano de mi padre o abrazado a él a recibir a un Aleti campeón de Europa a Barajas. Lamentablemente, años más tarde, lloré de amargura aquella final hoy convertida en agridulce recuerdo -agria por el resultado, pero dulce por todo lo que la precedió y por lo que hoy, retrospectivamente, significa.

Cuántas noches, acojonado por la expectativa de un día enfrentado a las jodidas mates o física o al oso cavernario de latín, sólo conseguía conciliar el sueño recordando goles y jugadas de mi Aleti en el Manzanares o en la pequeña pantalla del televisor.

Hoy, las ensoñaciones colchoneras han sido sustituidas por la pesadilla de las deudas, los tribunales, las declaraciones fuera de tono y lugar, los fichajes truculentos y equipos que arrastran mis queridos colores por cualquier campucho de mala muerte.

Si intento conciliar el sueño, bloqueado por alguna seria preocupación, no tengo apenas imágenes que llevarme a la mente. ¡Tengo ya tan desgastadas por vistas y revistas las jugadas del Niño!

Hace tres semanas, me fui a la cama feliz, pensando que ahora tendría nuevos materiales. ¡Llegaba Ibagaza! Pero de nuevo los dueños de las pesadillas me han robado también el sueño.

Y así llevo una larga temporada, buscando sustitutos para mis sueños y mi sueño. Pero, la verdad, no los encuentro.

En fin, a ver si el sábado en la grada del Manzanares consigo llevarme algo conmigo para ayudarme a conciliar el cada vez más esquivo sueño y para poder soñar una noche de estas con lo que hoy se me antoja vedado.

Saludos colchonero
Posted: 18 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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Derribos Arias (17/09/2003)
Tenía dos filas detrás a un pavo que se pasaba todo el puñetero partido : ¡¿Por que sacas a Junhino?! ¡¿Junhino es una mierda?! ¡Vete a tomar por culo Junhino! ¡Junhino enano!..." y asi se pasaba todo el partido dando la murga, erre que erre con el tema. Y eso que era la epoca en la que Junhino jugaba de puta madre, antes de que el cuchillo de Salgado le segara la hierba bajos sus pies. El caso es que el tio la tenia cogida con el brasileño y nos daba tal paliza que al final la grada se contagió y se crearon dos frentes, los que le daban la razón y los que no le tragabamos y por no oirle dabamos dinero. Eso si, de tanto oirle, la gente hacia un marcaje a Juno que cuando fallaba lago ya esaba el sector anti dando gritos y reclamando la razón de sus estupidos argumentos.


Luego la tomó con Geli y te juro que se paso todo un partido con la monserga, "¡Cambia a Geli...!Geli eres un paquete...! ¡Geli eres una puta mierda... !Pero... ¡¡¡cambiale...!!!" y asi dale que te pego, que hasta la gente se partia por la bajini, no fuera el tio encima a encararse con la peña y acabar a tortas, de lo que era pero que muy capaz.

El tema es que el colega de turno se cargaba a media plantilla un partido si y otro tambien. Yo entonces estaba abonado en ese sector, primer anfiteatro sur, y aunque ahi se veia de cine el futbol desde ahi y encima jugabamos bien, ganabamos partidos y hasta habia espectaculo un buen dia me largue del abono y me subi al segundo anfiteatro lejos de esa zona por no oirle bufar cotra todo bicho viviente -claro a Gil ni nombrarle-

Lo curiosos del caso, es que un dia me encuentro con un colega y le pregunto por el bocazas y me dice que cuando se fue Junhino se paso media temporada diciendo que Juno era la hostia, que era bueno de cojones y que el Atleti es una puta mierda por dejar escapar ese pedazo de jugador. Para mearse, vamos.

Esta es una tendencia de la grada del Calderón. Y pasó con Juno, pasó con Geli, pasó con Caminero, pasó con Valerón y hasta pasó con Pantic en su segundo año, que recuerdo como el mismo publico que le adoraba haciendo reverencias, le silbaba al año siguiente por no meterlas todas de falta por la escuadra. Pasó desgraciadamente con Kiko al que injustamente se le despidió y volverá a pasar con Torres.

Y pasará con Torres mucho antes de lo que pensamos y creemos. Ya huele a movida, ya se intuye que si el pelito, que si esto y que si lo otro. Ya saldrá el tarugo de turno en la grada y comenzará con la letanía.
(Bueno mucho antes quedará muerto en el camino Novo y junto a él Mussampa y como cadaver invitado Cholo Simeone)

Pura fustración, puro desencanto, pura equivocación. Se equivocan de equipo. Han errado el tiro y el color de la camiseta. En el fondo se equivocaron de estadio. ¡Con lo que disfrutarian éstos en el Bernabeu! Para que se harían del Aleti, me pregunto. Con lo bien que se lo pasarian con los fichajes galácticos, con lo que ellos disfrutarian con las victorias merengues, en buena armonia, comiendo bocatas y tomando sin alcohol en la Castellana ¿Para que puñetas se hicieron del Aleti? ¿Que quieren, ganar 7- 2 todos los partidos? ¿Que pretenden ganar Champions y Ligas como churros? Eso es en la acera de enfrente, oiga, sin entrar ahora por que las ganan.

Yo les animo. Cambiaros de equipo. No sufrais. No os lleveis esos disgustos. Nosotros somos grandes por otros motivos. pero no trateis de cambiarnos, somos asi. Y en gente como vosotros construye su imperio y sus mentiras, los gilitos.


Torres aguantara en el Aleti hasta que la mafia lo venda y ese dia será el dia que la grada se revuelva contra el niño, cuando la mayoria, influenciada por los "Derribos Arias", es decir ese prototipo de tipo gritón e indocuementado sentado tres filas mas atras, al que solo se le oye poner verde a todo dios, triunfe con sus tesis demoledoras. Porque, si hace un año cualquier cosa del niño valia, ahora ya no, ahora tiene que hacer la jugada del Depor todos los partidos, y nada de teñirse el pelo o ponerse un piercing, no jodas con gilipolleces. Además debe ser devoto y fiel colchonero, meterlas todas, y aunque le breen, da lo mismo, tiene que demostrar lo crack que es, y si no que le vendan. Y si le silbamos que se joda que para eso gana una pasta.

Y cuando el runrun de Derribos Arias llegue a los oidos del palco, cuando el murmullo derribador sobrevuele las orejas de los gilitos, ese dia, Torres estara fuera del Aleti, y el Aleti bajara un peldaño mas en la escalera que le lleva al infierno, pero al temido, al verdadero, ese que nos impregna cada dia con su esencia: la mediocridad. Eso si, hasta que los giles no oigan el runrun desaprovatorio, no se atreveran ni a oir hablar de vender a Torres. El momento se acerca.

Eso si, Derribos se lamentará, una vez se haya ido. "¡Que bueno era!" Y de Gil ni acordarse. ¡Menos mal que está ahi sentado para salvarnos! ¡Con él estamos seguros!

Posted: 17 sep 2003, 12:00 por SDHEditor | con 1 comment(s)
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La extraña paradoja (16/09/2003)
Siempre he dicho que me hice del Atleti porque mi madre me parió rebelde, inconformista, con deseos de cambiar el mundo y con la sana intuición de que además era posible cambiarlo. Siempre me gustó preguntarme el porqué de las cosas y nunca acepté dogmas de fe.El espíritu colchonero era una forma contestataria de plantar cara a la vida y decir: Aquí estoy yo. Nunca han podido conmigo los vientos, por fuertes que hayan soplado. He tenido el convencimiento de que ese pin rojiblanco que llevo prendido en el corazón me hacía diferente a los blancos blanquísimo nuclear de la acera de enfrente. Ellos, desde siempre, pueden sentarse a esperar a ver qué es lo que les trae la vida.

 

Ahora me encuentro extraño y raro en este cuerpo social que llamamos masa atlética.O he cambiado yo o ha cambiado la mayoría. Quizás sea yo el equivocado y ya no se lleven esos aires de Garibaldi para plantar cara al ladrillo diario.

Ahora se lleva el verlas venir. Resignación y a ver que pasa. Ya no nos diferenciamos en nada a nadie. No tenemos sangre en las venas, sólo horchata. Después de 17 años de dictadura y de dos años bajo tierra nos contentamos con muy poco. Hablo con algunos y me dicen que se contentan con no desaparecer.

Sin duda un equipo muere cuando muere su afición. A la nuestra la mantienen cuatro o cinco quijotes. Sin duda no ganarán para disgustos y se les tachará de utópicos.

Vayan preparando la unción de los enfermos.

Saludos rojiblancos.

Posted: 16 sep 2003, 12:00 por SDHEditor
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