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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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noviembre 2005 - Artículos

Vara de medir (02/11/2005)
Lo referían en la escuela los maestros de mi niñez: el metro patrón es una barra de platino e iridio depositada en la Oficina de pesas y medidas de París. Siempre me pregunté qué color tendría ese tesoro que no costaba imaginar en una urna inaccesible, pero ahora sospecho que es el amarillo porque, al menos en cuestiones de fútbol, pocos conjuntos te miden como el Villarreal. Organizado, animoso, fuerte y con dos figuras: Riquelme y Forlán, el conjunto levantino pone una aduana que rara vez sobrepasan los cuadros menores, como el Atleti de hogaño.

Y puesto que ha transcurrido la cuarta parte de la Liga y nos visitó el metro patrón, ya sabemos lo que medimos.  Los fichajes.  Kezman es un estricto merodeador del área. Fuera, una máquina de perder balones; ahora bien, dentro tampoco es un killer. Mediocre cabeceador, pifia bastantes remates con el pie. Un nueve que sólo vale para empujar el cuero a la malla ha de ser un verdadero as en dicha faceta, del nivel de Trezeguet o Inzaghi, pero el serbio dista bastante de los citados. Petrov. Creí, tras sus actuaciones ante el Zaragoza y el Barça, que tenía más repertorio y oficio del que ha demostrado en los últimos encuentros. No marca un gol así lo maten y sus acelerones semejan fuegos fatuos; alborota pero no concreta. El público —que suele confundir lo efectista con lo efectivo— está enamorado del búlgaro y aplaude hasta sus saques de banda. ¿Un falso crack? No me extrañaría. Zahínos. Es ordenado y trabajador, cualidades hoy por hoy suficientes para ser titular en el Atlético, síntoma indubitable de la pequeñez del equipo. Gabi. Alterna detalles de calidad con errores incomprensibles. Me temo que no llegue a gran cosa y que, al final, nos salga un Guti, tipo de cuasifigura al que la crítica idolatra y los entrenadores, con razón, postergan.  Maxi.  Denuedo, disparo y cierto oportunismo pendiente aún de confirmación. Galleti. Apenas interviene. En fin… La base.   Cada partido que pasa me gusta más Pablo y menos Perea. El colombiano sigue veloz, pero con la pelota en los pies transmite  inseguridad. (Se nota que aprendió a jugar tarde.) Leo Franco es de toda confianza e interpreta el contragolpe mejor incluso que los medios y los extremos (otro signo nada alentador). Antonio López debe mejorar como defensa. ¿Y Torres? Después de sus tantos con la selección, ¿quién no esperaba el afianzamiento del ídolo rojiblanco? No se ha producido pero, aun así, ¿cuál de los recién llegados es mejor que él?  El entrenador.  No se puede culpar a Bianchi porque han puesto a sus órdenes una plantilla descabalada, escasa de efectivos en algunas demarcaciones, con profusión de futbolistas semibobos y poco experimentados, etc. Además, la incorporación de Petrov y Kezman le impide introducir en el once titular a Ibagaza. El Caño aportaría astucia, claridad de ideas y toque, pero ¿a cuál de los dos magníficos fichajes envidia de media Europa dejas en el banquillo? Ambos tienen muy malas pulgas y gozan del cartel de intocables. (Yo sacrificaría al yugoslavo, porque de nada sirve jactarse de alinear a dos o tres delanteros si éstos no reciben suficientes balones o desperdician los que reciben.)  Y etc.  Por si fuera poco, el club parece regido por los hermanos Tonetti y, a su alrededor, el interés, la ignorancia y la chaladura han levantado un circo estable. Era una temporada que se anunció como la del regreso a la elite, y se está quedando en un capítulo más de la larga agonía que otros toman por convalecencia.