octubre 2006 - Artículos
El Atlético
perdió la descomunal batalla de los
seis millones de euros, ¡qué le vamos a hacer! Y uno lo siente por los
jugadores y el preparador, quienes después del desastre de la ida bregaron de
lo lindo en vuelta. Pero fue como nadar durante kilómetros y kilómetros para
morir a dos metros de la tierra firme. Una vez más las cuentas de la lechera se
revelaron tan endebles como los castillos de naipes. Es el sino de este club
bajo los Giles y Cerezos. Con la plantilla sin cerrar, alineando a futbolistas
como Simeone, Sergi o Aguilera —pundonorosos pero envejecidos— y a jóvenes
muy verdes y apocados: Jorge, Nano o Arizmendi, el Atlético le deparó otra
noche amarga a sus forofos. Y bastante hizo con nivelar la eliminatoria y
parecer capaz de superar a su contrincante, pero no hay que insistir en la mala
suerte, ni siquiera en los errores del árbitro —que los hubo y gruesos—, o
de nuestros jugadores desde el punto fatídico, sino más bien debemos
preguntarnos qué ha hecho el club para abrir la minúscula poterna de cerradura
oxidada por la que pretendíamos acceder a Europa. En mi opinión, nada útil,
peor aún: cometer desatino tras desatino. Debió
confeccionar la plantilla a tiempo. Ayer, Ferrando no pudo disponer de Salva,
Luccin, Velasco y el “ocho” que, aseguran, aún resta por fichar. Debió
tentarse la ropa antes de pregonar un éxito fácil —Gil Marín y su colega se
figuraban en julio que la clasificación era pan comido—. Debió quitarle
hierro, después de la derrota de Villarreal, al presumible fracaso y no
instigar a sus voceros de los periódicos a que graznasen el fúnebre augurio de
que, sin esos seis millones, el club estaba poco menos que desahuciado. (Tal pánico
ya lo difundieron cuando el Alteti bajó de categoría y permaneció en Segunda,
pero la pretensión de que 1.000 millones de las antiguas pesetas son cruciales
para el porvenir de una entidad que debe más de 40.000 es una falacia.)
Sí,
Gil Marín y Cerezo han sido muy negligentes y muy demagogos, y por ello será
difícil que el fiasco de la Intertoto no alargue su ominosa sombra de ciprés
sobre lo que resta de temporada —¡y aún no ha comenzado a rodar el esférico!—.
Ya veremos cómo encara el equipo el match
de próximo sábado, que inaugura la Liga. El Atleti parte con varios handicap: la costumbre de caerse, la conciencia de que, por quinto año
consecutivo, el club no militará en Europa, el cansancio y la desilusión de
sus hombres —aquí el míster tendrá que trabajar con denuedo para
restablecer la moral del conjunto—, etc. Aunque su más pesado lastre son los
tahúres a los que, por un puñado de euros, no les importa jugarse el porvenir
del club en una timba playera. Han convertido al Atleti en un infecto garito.
O sea, que una cabellera digna de peluquería
de unos nueve o diez euros.
Repaso mentalmente el partido del martes y sólo
recuerdo con agrado las dos cosas que hicieron Torres e Ibagaza, en cuanto a
calidad. Lo demás, una lucha y un sacrificio que, en principio, no me
reconfortan en exceso, pues se supone, o al menos yo supongo, que han de darse
por descontados, aunque aquí parecen sonar a gloria bendita. Cierto es que
también se vio cierto orden táctico en defensa y se intentó jugar el balón
con sentido, aunque esto pocas veces se logró.
En resumen, por lo que al panorama
general toca, me quedé con la sensación de haber visto un partido discreto
aunque interesante y emocionante, que con los tiempos que corren, para nosotros,
hasta deja buen sabor de boca.
¿La eliminación es injusta/justa? En el
deporte, salvo graves errores o parcialismo descarado de los jueces -y
yo no los he visto, la verdad, en esta ocasión-, la justicia la pone siempre el
resultado. Lo demás son monsergas. ¿Que los penalties son un azar? Falso.
El azar no existe, es una invención cognitiva humana. Además, ¿quién
creía ayer, cuando se hubo de recurrir a esta suerte decisoria, que el Aleti
podía decantarla de su lado? Creo que nadie con un mínimo de juicio. La
diferencia técnica entre unos lanzadores y otros, más la existente en este
lance entre los porteros, auguraban un resultado semejante al que se produjo.
Seamos serios, no como los amos, de cuya chapucería e imprevisión puede haber
dependido en gran medida este resultado. Si lo pagaran ellos solos, no me dolería,
pero lo malo es que, como es evidente, lo pagaremos todos; mejor ddicho, ellos
no lo pagarán -aumentarán la dueda-, y nosotros lo sufriremos -como
seguidores-.
Por lo que al futuro se refiere, el equipo
sigue produciéndome sensaciones no demasiado estimulantes. Dependemos
casi por entero de dos jugadores, lo que quedó más que patente en el penalty y
después de la salida de Ibagaza. Y, si bien es cierto que Luccin y quizá
Velasco pueden mejorar el equipo, sigo viendo poca seguridad por el centro de la
defensa y en la porteria, escasa calidad en los mediocentros defensivos, mas
sobre todo el vacío atacante más absoluto en las bandas.
¡Ah!, se me olvidaba. Jorge hizo lo que cabía
esperar. Por tanto, ninguna sensación especial, y ni tan siquiera algún
reproche al respecto (es un tema que ya me aburre, el de este chiquito). Y al
chaval, Arizmendi, no le carguemos muertos que no ha matado. Que lo manden donde
pueda jugar minutos suficientes para madurar, pues dejarlo aquí sería su
condena, muy probablemente.
Hace cuatro años, el 30 de mayo de 2000,
consumado el descenso, el Marca publicó una carta al Director, donde explicaba
que la afición estaba dividida. Y donde propugnaba refundar el Atletico Aviación,
punto de origen de nuestra más brillante historia.
Hoy no me cabe ninguna duda ya de ese
enfrentamiento histerico. Nos echamos la culpa unos a otros de la quiebra del
club, de quien ha hecho más para evitarlo, y de quien quiere un mejor
futuro...pero en realidad casi nadie da el primer paso para mejorar, para
empezar a andar. Incluso parece la partición de una herencia, heredamos el
atletico de Gil.
Ahora mismo, os lo digo muy claro y no exagero
un apice, ni lo utlizo de forma intencionada, la opción que me consta se
baraja desde el Consejo de Administración es vender el Calderón, para
solucionar la deuda contraida en los ultimos cuatro años y proporcionar
plusvalias suficientes para aceptar la transferencia de las acciones. Acciones
de una sociedad que por unico valor tendría su plantilla y su afición. Cien años
despues, lo mismo.
Consciente de esta realidad desde principio de
año he luchado por evitarlo. Esta esquizofrenia atletica, me alcanzó de lleno
sabedor de que cualquier solución pasa por sacar a los Gil del Club, que ya no
valian medias tintas. Hasta el punto de pedir cordura, mientras reclamaba
justicia desesperadamente. Mientras planeaba la ultima batalla, intentaba estar
presente en el armisticio.
Y he llegado a la conclusión de que todos
debemos perder algo en esta guerra. Debemos renunciar a aquello que consideremos
imprescindible para conseguir el objetivo, esto es: LA UNION.
He cambiado ciertamente mi vida y la de mi
familia por defender la única manera viable de sacar adelante el atleti: UNION,
COMUNION, juntarnos. Todo mi esfuerzo personal se ha volcado en consensurar
criterios, sentando a la mesa a los comensales más dispares e incluso
enfrentados. Intentar fumar la pipa de la paz, he fracasado una y otra vez, pero
también hemos tenido avances. AA es la base para conseguir un relevo desde
gente atletica solvente, pero necesitará la ayuda de todos: los medios, las
administraciones, las peñas, el frente, señales de humo, TODOS, PORQUE EL
ATLETICO ESTA MUY MAL. SI TUVIERA UN SOLO CORAZON COMO GIL, SU DESTINO SERIA EL
MISMO. Pero el atletico tiene muchos corazones impulsando sangre rojiblanca. Y
mientras uno lata, habrá vida.
No es el momento de analizar curriculum, ni de
ser el más duro de ningún sitio, ni de reclamar nuestro atleti. Es el momento
de tender la mano pensando que te la van a dar, sea así o no. Aun te quedará
otra mano para luchar. Todos hemos visto estos 17 años, y sólo depende de la
perspectiva para que nuestro analisis sea uno u otro. Pero existe una realidad
objetiva que os he intentado contar una y mil veces. O nos juntamos para
defender el atleti o esto será el principio de un éxodo que puede acabar con
todos en el infierno.
Yo no voy a renunciar a mi forma de luchar,
mezcla de diplomático servicial y guerrillero hostigador de conciencias. Pues
nadie me podrá demostrar que ese no es el camino. Lo es mientras el actual
Consejo no admita que ellos no son la solución al problema que ellos crearon. Y
que deben también perder algo por este nuevo atleti. Pueden quedarse con el
honor, defender el nombre de los que ya no estan aqui, pero no es posible seguir
exprimiendo la vaca.
El teclado, como el papel, lo admite todo. Pero
la grada no es este foro, y allí se respiran otros sentimientos, en gran parte
debido a la escasa y distorsionada información. Respetemos a la gente atlética,
su dolor verdadero, pues ha desaparecido su referencia de dos decadas.
Respetemos todas las manifestaciones sobre lo más importante que es el atleti y
su futuro. No queramos dar lecciones de atlético a nadie. Pensemos que todos
colaboran por un mejor futuro con su forma de vivir el atleti. Y quizás entre
todos seamos capaces de renacer de nuestras cenizas.
Si alguien es más atlético que los demás,
que lo diga ahora.
1) Los
prolegómenos. Los ríos de tinta empleados para convencernos de que el Madrid y
el Atlético, cuando contienden hoy, juegan un partido de la máxima rivalidad
son tan caudalosos como perfectamente inútiles: los aficionados que entienden
un poco de fútbol no se dejan engañar por semejantes tácticas de la
mercadotecnia, que constituyen una especie de “sopa boba” de escaso valor
nutritivo. Era casi imposible que el Atlético sin Torres doblegase al Madrid,
salvo que el Madrid tuviese un día muy aciago. Lo cierto y verdad es que, sin
su “nueve” —que aún no es más que una promesa—, el Atlético bregaría
a estas alturas de la temporada por no bajar a Segunda. La plantilla es mediocre
y el coach —cuya ineptitud va a ser
recompensada con una temporada más al frente del equipo— ha marginado a
varios de sus hombres más aprovechables (Movilla, Contra, el propio Novo…) y
premiado con la titularidad a voluntariosos ceros
a la izquierda: Gaspar, Aguilera, De los Santos… (Sobre la institución
nada añadiré a lo profusamente dicho desde que colaboro en esta página.) El sábado
por la mañana conversé con un amigo colchonero sobre el inminente match.
Llegamos a una conclusión: puesto que la victoria era punto menos que
impensable, lo mejor para el club era perder, y perder por paliza, perder como
el año pasado. (Los dos creemos que la gente del Calderón sólo despertará de
su sueño de eras —hecho de embustes y resignada abulia—, si las derrotas se
suceden como las tracas de un castillo de fuegos artificiales. Ya que el club
está salvado del descenso, lo más útil para su supervivencia no es acabar en
tal o cual plaza, al objeto de volver a Europa el año próximo, sino
coleccionar resultados adversos.) “Lo que no quiero bajo ningún concepto es
el empate” —remachó mi amigo— porque las tablas beneficiarían a Manzano
y a los golfos belitres que nos desgobiernan”.
2) El
acontecimiento. Ustedes habrán tenido ocasión de leer y escuchar a los
portavoces del lobby merengue. Según esa banda tontainómana —consumen chaladura
con la misma fruición con que otros le dan al porro—, el sábado se habría
impuesto el legendario carácter del Real que siempre sale a relucir en los
trances apurados. (Es un extraño género de carácter ese que se manifiesta una
jornada sí y dos no, que aparece contra el Atleti y desaparece contra el Mónaco
o el Zaragoza.)
En
realidad, el Madrid de ahora es un equipo de casados cuarentones y con barriga,
pero el sábado a las diez se enfrentaba a un conjunto de solteros sin
compromiso que no le dan una patada a un bote. (El carácter futbolístico está
en las piernas y no en el resultado que es donde lo indagan esos próceres
de la causa merengue.)
El carácter,
la noche de autos, corrió por cuenta del referee
que —como en docenas de derbis pretéritos, presentes y futuros— falsificó,
falsifica y falsificará el resultado del encuentro a beneficio de los
merengues.
En una
entrevista, que concedí hace ya algún tiempo al As, afirmé: “El poder del
Real Madrid envilece el campeonato”, pero el torpe —o astuto, vaya usted a
saber— transcriptor de la frase y monaguillo blanco puso en mi boca otra muy
diferente: “El Madrid envilece el fútbol”, con lo cual el sentido de la
aseveración queda desvirtuado, pues más parece una salida de tono propia de un
anti envidiosillo y tuerto por el
rencor que el producto de la evidencia arrojada por el moroso transcurrir de
innumerables ligas. En efecto, para todo el que no sea blanco del alma y necio
de meninges, es un hecho probado que el Madrid salta al césped con el riñón
bien cubierto de puntos. En este ejercicio la víctima de tan injusto y
antideportivo hándicap será el Valencia, pero la cosa no va con él; va con el
Madrid a cuya victoria son adictos demasiados forofos.
Pues
bien, perdió el Atleti, pero no como hubiésemos firmado
mi amigo y quien esto escribe sino al torticero modo que faculta a los Giles y
Manzanos para comandar el disgusto de la modorra gente del Calderón.
El robo, innegable, ofuscará a
los seguidores colchoneros, y así el inaplazable ajuste de cuentas de la afición
con los sujetos que arruinan la entidad y sus valedores en los diarios quedará
para el siguiente proyecto.
Sí,
perdió el Atlético, resucitó el Madrid, y ganaron Gil y Manzano. Disculpen si
no me felicito por el desenlace de tan épica jornada.
No señor, ya no.
No me pidan que sea optimista ni dar
oportunidades a los jugadores que vienen y no conocemos o que por desgracia
conocemos muy bien.
No me pidan que sea equilibrado en mis juicios
sobre la secretaría técnica y este nuevo proyecto.
No me pidan que sea mesurado en las opiniones
respecto a una afición acrítica, desinteresada y cainista.
No me pidan un esfuerzo tan grande como para
que me trague la supuesta bondad de los más de 10 millones de euros que han
puesto los actuales ya sí, máximos accionistas del club.
No me pidan que no sea sectario con los que no
opinan como yo respecto a la situación del club.
No señor, ya no.
Porque creo que éstos, como la inmensa mayoría
de los que han venido y vendrán con esta directiva, son jugadores mediocres,
sin el nivel necesario para jugar en este club, claro está según la idea que
tengo yo de club para el Atleti y ya estoy harto de proyectos y proyectos sin
ningún tipo de criterio futbolístico estable.
Porque creo que el actual secretario técnico
es una marioneta de los gil al que han pagado sus ‘servicios prestados’ como
en su tiempo a Tomás Reñones o a Santi ahora y poco criterio propio tendrá y
le dejarán tener.
Porque esta afición es la que aún piensa que
Gil, a pesar de todo, nos salvó sin profundizar en los porqués, y sigue
pensando que nuevamente nos ha salvado sin molestarse en contrastar diferentes
opiniones. Son los mismos que piensan que quien tiene que venir es un Vergara o
alguien con mucha pasta para desentenderse de su principal tarea, erigirse como
protagonistas de la salvación y propiedad del club. Eso sí, en cuanto les dan
un caramelo, aunque sea caducado, se crecen como campeones y si no también
porque es muy bonito pertenecer a lo que la prensa, esa misma a la que tachan de
madridista, califica como mejor afición del mundo.
Porque ese dinero que han desembolsado los
Delincuentes, dinero que espero sea controlado sus movimientos debido a las
experiencias pasadas, ese dinero les ha servido para hacerse de nuevo con el
control del club, y obteniendo unas acciones por valor de 19 millones de € por
11, consiguiendo más del 40% del capital por liquidar una supuesta deuda que
suponía menos del 5% del pasivo bruto. De bondad nada.
Porque con esa gente que sigue opinando que Gil
no es tan malo o que no lo ha hecho del todo mal después de todo lo que se sabe
y se sabrá, con esa gente, lo siento, TOLERANCIA 0.
No me pidan ya nada de eso, no señor.
A partir de ahora que sean los jugadores los
que me hagan cambiar mi opinión sobre ellos demostrando que efectivamente son
buenos jugadores tienen garra, clase, etc...
A partir de ahora que sea el secretario técnico
el que me haga cambiar mi opinión sobre él demostrando su independencia de
criterio y sus grandes conocimientos.
A partir de ahora que sea la afición la que me
haga cambiar mi opinión sobre ella demostrando que no sólo quiere al aleti
para sentirse parte de la mejor Afición del mundo, sino para salvar a este club
y posicionándose de manera contundente contra los que pretendan abusar y
servirse del club, sean los actuales o los futuros y entonces el calificativo de
Mejor Afición se lo habrán ganado de verdad.
A partir de ahora que sean otras personas los
que con argumentos y cifras de peso me demuestren que lo que los Gil
desembolsaron ha sido positivo para el club y no sólo para ellos.
A partir de ahora que sea esa gente que opina
positivamente sobre Gil la que me demuestre con sólidos argumentos la base de
sus opiniones y pueda tomar en cuenta su opinión.
Hasta entonces no me pidan más, ya no.
Un resabiado, sectario y pesimista.
Ante todo creo que hay que ver las cosas en
perspectiva, tratando de impedir que el fervor nos ciegue. Luis es el jugador
identificativo de nuestro club, un buque insignia y la mayor parte de nuestra
gloria. Ha cumplido siempre los objetivos, pero nadie me va a negar que a
finales de la temporada pasada había perdido la ilusión y por ende los
papeles. Estaba desquiciado y al final ya le daba igual el equipo, los jugadores
y todo. Se veía claro que lo que quería era perder de vista cuanto antes a
Moby Gil y la lumbrera de su hijo, haciéndoles el mayor daño posible. Se cegó
de ira, porque tenía más que argumentos de sobra para dejarlos en evidencia
sin montar espectáculos que nos hacían quedar como un equipo pachanguero y
bananero. Los divertidos de la Liga, no te jode. Si sólo nos sacaban en los
telediarios por las movidas.
Creo que ha utilizado a Manzano para volver a
atacar a Gil, pero también creo que Manzano, que se puede sentir dolido, no tenía
que haber entrado al trapo dirigiéndose a Luis. Si es verdad lo que dice
bastaba con dar su palabra de que no le había hecho la cama al entrenador
anterior. El número de 'míreme a los ojos' ha sido populista y ha sobrado,
pero no más que Luis diciéndole a los jugadores a gritos delante de las cámaras
que había que "entrar en Champions por lo civil o lo criminal",
cuando ni él se lo creía desde agosto.
Por otra parte, creo que Manzano ha perdido una
maravillosa ocasión de evitar más polémica alrededor del equipo. No veo mal
ni siquiera que se comprometiera de antemano, porque no iba a ser cuestión de
que el viernes cuando firmara Luis el finiquito tenernos que poner a buscar un
entrenador y tener que traer a Lillo o D'Alessandro. Además de estar cantado
desde abril que Luis se iba, nada puede reprochar éste, porque también sabíamos
todos antes de que acabara la temporada hace dos años que iba a entrenar al
Atleti para ascenderlo, y nadie dijo si había estado negociando antes o no,
porque es normal, lo hacen todos, o quien de vosotros no se busca un puesto de
trabajo antes de dejar el actual, ¿U OS LANZÁIS A LA PISCINA Y OS QUEDAIS EN
LA CALLE SIN NADA A LA VISTA?
Por lo demás, yo a Manzano le traté en Valladolid y me pareció una persona
cordial, preparada y razonable. Con una idea de futbol que no ha abandonado
hasta ahora, pero repito que no debió de entrar al trapo de la polémica desde
el primer día, porque eso aquí es lo que sobra. Sólo nos falta que el gordo
nos time con los fichajes para encima tener un verano movidito. Una cosa está
clara, aquí no hay más discurso que los resultados, así que el resto sobra y
la temporada ya decidirá.
Por lo demás a ver si este año aparecen más
pancartas en el Calderón y se hace extensiva la idea a todo el fútbol de que
estamos hasta las narices de Gil, que por ahí todavía me encuentro mucha gente
que se cree que estamos encantados con el Gordo, porque hace mucho por el Atleti.
Será posible.
Lo recuerdo como si fuese hoy, quién diría que hace casi 30 años…
Había
prisa. Mi padre me hacía ver la necesidad de acudir al Calderón el 1 de
junio de 1977. “Ningún atlético que se precie podría faltar”, me
argumentaba, mientras que mis amigos esperaban para organizar el
partido…
No habían
transcurrido diez minutos y ya me encontraba acompañando a mi padre, en
el asiento trasero de un Renault 12 TS azul metalizado (antes, los
niños no iban delante)
Y no
lograba entender por qué me pasaban a mi esas cosas, mientras que a
Alberto le dejaban hacer lo que quería (incluso iba solo al campo). No
paraba de pensar en ello y, cuando quise darme cuenta, estábamos
aparcando cerquita del Campo.
De la mano de mi padre hice mi último intento. “Papá, es un partido amistoso y encima contra el Bilbao…”
Mi padre
frunció el ceño y me dijo unas palabras que nunca olvidaré: “Hoy no
vamos a ver un partido, hoy vamos a despedir a un Caballero”
Mi tío, algo enfermo, se nos unió después: “Se nos va Gárate, chaval. Se nos va y no podemos hacer nada…”
A mi me
extrañaba tanta milonga. Un año antes se había marchado Adelardo (¡ese
sí que era la leche!) y no se me obligó a nada. Acabábamos de ganar la
liga y me salían con historias de que se nos iba Gárate…
Era el Aleti más “esplendoroso” de la historia del Club. La “casi”, la Intercontinental, la Copa del 76, la liga del 77…
Éramos algo
“vikingos” los chavales del Aleti en aquellos momentos. Los títulos
iban por delante de los argumentos (más tarde aprenderíamos a golpes la
poca importancia de los éxitos cuando uno tiene la suerte de notar la
sangre rojiblanca inundando, regando su cuerpo de vida apasionada…) y
éramos un GRANDE, eso nadie lo discutía.
En el
estadio, sentado y con su “almohadilla escocesa” nos esperaba mi
abuelo. Un hombre seco, no muy dado a efusiones; pero de esos que
transmiten honestidad e integridad a raudales.
Me fui hacia él, a saludarle. Y no le hicieron falta dos segundos para darse cuenta de que “algo” me ocurría…
- ¡Es que íbamos a jugar un partido!, abuelo, y además yo llevaba el balón y….”
- Pero es
el homenaje de Gárate, me cortó bruscamente. Hoy nadie puede faltar
(otro que se ha aprendido la milonga, pensé), aunque no sean atléticos.
Hoy éste es el sitio de cualquiera que ame al fútbol.
Eso me
descolocó. Ya no era cuestión de ser del Aleti o no, se trataba de ser
aficionado a un deporte por el que el tipo al que se homenajeaba había
hecho tanto…
Cuéntame de Gárate, abuelo. ¿Fue mejor que Mendonça?
Los
pequeños ojillos de mi abuelo se iluminaron. No solía sonreir; pero lo
hizo en ese preciso instante. Como contento de que su nieto se
interesase por su opinión.
Saltaban al
campo, mientras, una mezcla de jugadores de la Real y el Bilbao. Por
esas épocas no había una enemistad tan grande con los equipos vascos.
Es más, era cierta simpatía (quién me diría el terror que iba a vivir
con F/A en San Mamés unos años más tarde, o en Atocha…) que, en el caso
del Athletic, se fundamentaba en nuestro origen y en la cantidad de
grandes jugadores que habían llegado a nuestro Club procedentes de esa
tierra.
En ese
momento salió del túnel el “Ratón”, con la cabellera al viento.
Hablando con Rubén Cano (el “sustituto”) y bromeando con Pereira…
¡AYALA! Grité con todas mis fuerzas, como intentando que me escuchase y
se “solidarizase con mi problema”
Mira, ahí está Gárate, me dijo mi padre.
Un tipo
espigado, con enormes dificultades para caminar. Se le notaba
emocionado por ver el Calderón lleno y a la vez tenso por lo que se le
“venía encima”.
Mi abuelo
se inclinó y puso la mano en mi hombro. “Don José Eulogio Gárate
Ormaechea. El delantero más elegante que ha pisado campo alguno.”
Sí, claro,
pensaba yo. Pero a ver si le enseñan a hacer las bicicletas de mi ídolo
Leivinha, o las carreras de Ayala con el balón pegado…
Como si me
hubiese escuchado me espetó: Gárate es mucho más que eso. Hemos podido
presumir durante años de tener en nuestro equipo a un Caballero.
Alguien que no celebraba los goles por respeto al rival y que jamás fue
expulsado de un campo de fútbol (se enfadó consigo mismo en ese
momento), salvo el sinvergüenza madridista ese de Guruceta (añadió sin
muchas ganas). Gárate significa lo más grande. Echaremos de menos el resto de nuestra historia a jugadores que aporten dignidad en el campo…
Se le
denominaba “Ingeniero del área” porque no era habitual que los
futbolistas fuesen gente preparada (que no solían tener estudios,
vamos); pero D. José Eulogio sí. Estudiaba para ingeniero, además. Pero
para mi abuelo era “ingeniero” porque desmenuzaba el área, porque
comenzó a entender el fútbol táctico (no cabe ni la menor duda de que
fue un adelantado a su tiempo) y ahí precisamente se basaba su éxito…
Cierto que
tenía un espléndido regate, un no menos fabuloso remate de cabeza
(normalmente picado) y que protegía el balón de forma muy correcta
(excepto el que le robaron en la “casi” ). Sin embargo Gárate veía el fútbol. Lo entendía perfectamente y de ahí su perfecta colocación.
Al final
del partido se le ofreció el Trofeo como recuerdo. Mis palmas echaban
humo, ya lo había comprendido, y mi abuelo no dejaba de mirarle, como
queriendo grabar su imagen para siempre. Y lloró, con lágrimas secas,
de hombre duro. Lloró por lo que perdía no ya el Aleti, sino su nieto,
sus hijos, el mundo… Lo sentía no por él, sino por lo que no verían los
demás.
Poco tiempo
después mi abuelo abandonó "otra liga". No podría afirmarlo; pero es
factible que sintiese que los suyos se marchaban