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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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Fechas, glóbulos, nuevos tiempos (I)

El 23 de Septiembre de 2017, el Dr Anófeles de Brito Ocampo, natural de Baurú, estado de São Paulo, Brasil, daba los últimos toques a la mesa en la que habría de ofrecer un banquete a sus familiares y allegados. Celebraba su retorno definitivo a su ciudad natal y su completa recuperación después de un transplante de hígado.

Brasileño de nacimiento, tenía la nacionalidad española gracias a su madre, una gallega de ojos tristes pero risa contagiosa. Una vez hubo acabado sus estudios de medicina emigró al país materno a ejercer su profesión. Trabajó muchos años en el Hospital Gregorio Marañón, en la calle Doctor Esquerdo esquina Ibiza, cerca del Retiro. Lo hizo como especialista en la Unidad de Trastornos del Sueño; durante años concentró sus esfuerzos en dar una dimensión científica al acto de contar ovejas.

Tras casi 20 años en el hospital, le diagnosticaron una insuficiencia hepática irreversible que obligaba a los médicos a hacerle un transplante. Tras mucho esperar, el día 21 de Septiembre de 2010 apareció un donante con un órgano compatible y tras varias horas de quirófano y varias transfusiones, el Doctor Anófeles de Brito Ocampo inició una nueva vida. Más nueva de lo que él pensaba.

Como suelen decir todos los beneficiarios de un transplante, el Dr Anófeles de Brito Ocampo volvió a nacer. En su caso, más que otros, si cabe. Desde que vivía con un hígado y una sangre nueva se notaba distinto, reparaba en cosas en las que antes no caía, veía virtudes donde antes veía defectos, despreciaba lo fácil, admiraba a quien se resistía a seguir la corriente. "Será el transplante", pensaba el Dr Anófeles de Brito Ocampo. Equipado con su nuevo hígado, flamantes plaquetas y recién estrenados glóbulos rojos y blancos, decidió volver a su casa, con su familia, tras años y años en España. Lo hizo unos años después del transplante, un día de 2016, cuando se encontraba ya en plena forma - o al menos para lo que la expresión "plena forma" significa para un hombre de mediana edad con un hígado ajeno y tres litros de sangre prestada.

El día que nos ocupa, el Dr Anófeles de Brito Ocampo preparaba un asado para reunir a su familia y festejar su vuelta y su mejoría, ambas definitivas. Vendrían sus hermanos, sus hijos, sus sobrinos, sus nietos y algunos amigos. Celebraba su nueva salud, también su nueva forma de ver las cosas.

Los familiares y amigos del Dr Anófeles de Brito Ocampo acudieron puntuales a la invitación. Llevaron regalos, postres, vino y flores. Se sorprendieron al ver que el Dr Anófeles de Brito Ocampo había pintado la valla de la vieja casa de sus padres de rayas rojas y blancas. Se sorprendieron aún más cuando el Dr Anófeles de Brito Ocampo inquirió con insistencia y entusiasmo a sus hermanos, los gemelos Sócrates y Sófocles, sobre la suerte de su primo lejano Ricardo, ex futbolista que había jugado en el equipo local y en Europa. Hasta ese día, el Dr Anófeles de Brito Ocampo no había mostrado interés alguno por el fútbol.

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Posted: mar 24 2008, 02:27 por admin |
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