Columnas del Foro

Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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octubre 2005 - Artículos

Una hora menos, una hora más (30/10/2005)
Una hora hay que quitarle hoy a los relojes, lo cual significa que tenemos una hora más de día. Cosas del tiempo social, especialmente desde que vivimos instalados, queramos o no, nos guste o no nos guste, en aquella máxima puritana de que time is gold.

 

Pero la vida, o sea, nuestras vidas, ni avanzan ni retroceden exactamente al ritmo del cronómetro. Una pena, la verdad, pues quién no desea tantas veces que la vida, su vida, pudiera ir adelante y atrás con una simple manipulación de agujas o dígitos. Salir cuanto antes de los atolladeros; retroceder a aquel momento feliz; o recuperar aquel instante en que fallamos para rehacerlo y cambiar el rumbo seguido.

Aunque no es descartable que en este país de nunca jamás, adorador del becerro de hormigón, cualquier día alguien decida, previo amplio y abierto diálogo entre patriotas varios, o previa venia de nuestro señor de allende los mares, que tales cosas sean posibles.

Si tal cosa ocurriera, yo inmediatamente empezaría a retrasar cuarenta y ocho horas el reloj cada día, de manera que cada año pasado, en realidad sería uno recuperado. A poco que la salud me respetara, podría ver de nuevo a Calderón al frente del Aleti, y a éste ganar Ligas, Copas y partidos al Madrid. Y sobre todo, pasaría marcha atrás, como en una película rebobinándose, sobre los Cerezo, Gil hijo y Gil padre.

Pero me temo que lo voy a tener jodido. No soy nación rica, ni tengo ejército de liberación nacional que me propulse; no puedo cortar carreteras, ni bloquear puertos, ni desabastecer mercados. O sea, que soy un puñetero mindundi. Con lo cual, tendré que joderme y aguantar a Gil hijo y Cerezo, disponerme a marchar camino Alcorcón, y limitarme a esperar que las huestes de mi apreciado Virrey sean capaces de recuperar un atisbo de aquel pasado ganando su tercer partido consecutivo.

Posted: 30 oct 2005, 12:00 por SDHEditor
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Deslocalización (28/10/2005)
El régimen de Cuba acuñó un eslogan —en el año 60, si no recuerdo mal—, que decía: “¡Patria o muerte!”. Gil Marín y Cerezo han inyectado otro en el turbio acontecer rojiblanco, con idéntico fin: perpetuarse en el machito. Reza: “¡Venta o muerte!” Quizá lo hagan también para tapar los malos resultados deportivos (los económicos ya no pueden ser peores) o tal vez para indicarle a Ruiz Gallardón: “O afinas el lápiz o nos llevamos el Atleti fuera de Madrid”.  En tal caso, actuarían como esas fábricas cuyos dueños amenazan con liar los bártulos e irse, para que las autoridades les concedan más terrenos, subvenciones o un ajuste de personal. La figura se llama ‘extorsión’ y suele ejercerla, como digo, gente muy honorable. 

 La eventual deslocalización del Atleti es algo que no me produce ni frío ni calor. Sé lo que sabe todo quisque: el Calderón, tal y como está, ya no es útil para un equipo de primer orden, aunque basta y sobra para otro de medio pelo: el Atleti actual.  Por otra parte, se diría que, a efectos de los medios de comunicación y demás fuerzas vivas, el Atleti no actúa en Madrid capital, salvo cuando se enfrenta al Barcelona. Por consiguiente, acampar a las afueras de la urbe es una eventualidad no desprovista de encantos, y, si me apuran, prefiero irme a Alcorcón que a la dichosa Peineta. A mí no se me caerían los anillos si tuviese que cambiar el Manzanares por la Venta de la Rubia, y el previsible coreo de chistes en el Bernabéu —puedo oírlos: “¡Si señor, si señor, el Atleti es el mejor, ….de  Alcorcón, de Alcorcón!”, o “¡Ya están aquí, los paletos de Madrid!”— no me arredran lo más mínimo. Sin embargo… Sin embargo, no me fío de Gil Marín y Cerezo ni poco, ni mucho, ni nada; qué le voy a hacer, la vida balompédica me ha vuelto suspicaz. Para empezar, no me salen las cuentas. ¿El tercer estadio del mundo por aforo costaría únicamente 110 millones? ¿Sacará el Atleti 230 por el Calderón? ¿A cuánto ascienden sus números rojos? ¿Las 130 hectáreas de la Venta de la Rubia constituirían una cesión con derecho de uso o una donación en firme? (La pregunta no es ociosa porque sólo se podría hablar de patrimonio en el segundo de los dos casos y, francamente, me resisto a creer que el consistorio de Alcorcón vaya por ahí regalando suelo.) Y si al Atleti le pagaran por deslocalizarse, ¿dónde jugaría hasta que el colosal recinto de las 110.000 almas abriese sus puertas al público? Ah, ¿que sólo se mudaría cuando ya funcionasen las nuevas instalaciones? Entonces, ¿con qué dineros piensa abordar Gil Marín las imponentes obras? Hay otras preguntas rutinarias. ¿Por qué se confió la suelta del globo sonda a los chalados de costumbre? Ya el que se propaguen rumores como que Ciudad-Atlético tendrá más superficie que la finca del Madrid (¡menuda ventaja!) o que el club pasará en un abrir y cerrar de ojos a ser más pudiente que el Real (¡sic!), o que el mercado de las grandes figuras conocerá el poderío económico del Atlético, ¿no invita al escepticismo? ¿No hieden todas esas exageraciones y bravatas a fantasías para consumo de bobos? La realidad es tozuda y mezcla mal con las fábulas divulgadas por los accionistas del club, con el oportuno auxilio de los irresponsables que los adulan. El Atleti que okuparon Gil y su gang era dueño de un estadio con 70.000 asientos, seis hectáreas y dos secciones de las que podía sentirse bastante orgulloso: el fútbol y el balonmano. Ahora el Calderón ha encogido, no hay más suelo que el que ocupa el campo, el balonmano pereció de mala muerte y el nombre del Atleti es sinónimo de derrota y miseria.  ¿Y son los causantes de todas esas tribulaciones los que se proponen erguir al club después de haberlo acostumbrado a reptar como una sabandija? Para mí que alguien convidó a los maliciosos buhoneros que usurpan el papel de informadores a unas cañas en la taberna del club y se les subieron a la cabeza.
La reserva (27/10/2005)

Hará un año, cuando estaba por América un día me llamaron unos amigos para ir a ver una reserva india, cerca de donde vivía. Yo no me esperaba que hubiera indios allá y fui encantado con la idea de saludar al tataratataranieto de Toro sentado y ver in situ el rostro de tan orgulloso pueblo, idealizado por Hollywood y por mis sentimientos colchoneros.


 

Cuando llegué allí sufrí uno de los más decepcionantes momentos de mi vida, pues la reserva no eran tipis, ni chozas ni siquiera una serie de adosados indios, la reserva era una joyería, una gasolinera y un estanco, donde los indios podían vender a bajo precio y sin impuestos joyas, gasolina y tabaco. Lo peor fue entrar en el estanco y ver que el descendiente de toro sentado había sido reemplazado por una vaca sentada, ya que el sujeto debía de pesar 130 kg. y apenas se sostenía en sus rodillas.

Ahí es donde descansa la gloria de los indios, vendiendo baratijas a precio de saldo, dejados de la mano de Dios y sin un ápice de orgullo o vida en los ojos. Así nos quieren dejar en Alcorcón. Porque que nadie se engañe, si nos vamos de Madrid, no nos vamos porque somos más chulos que un 8 y nos enfrentamos a las hordas políticas; nos vamos porque nos echan, porque el Trampa$ necesita espacio vital en la capital y nosotros lo ocupamos, de nada sirve tener China y Japón enteros si el sur de Madrid vive en rojo y blanco.

Así que nos mandan a la reserva de Alcorcón, nos dan tierras para no molestar, para sentirnos amos y dueños ajenos al resto, construir hoteles, campos de golf, ochocientos campos de entrenamiento y un estadio que no se llenará en la vida, un Montjuic que acabará haciendo migas la presión que la grada rojiblanca hace en el Calderón. Mientras, podrán venir aficiones rivales, a echar gasolina a bajo precio, comprar nuestras joyas y fumar nuestro tabaco, mientras nosotros, acabados, sentados porque no podemos mantenernos de pie, intentamos explicarles que sí, que somos descendiente de aquel Toro sentado que por una época llegó a meter miedo al hombre blanco.

Nos matan para que nosotros mismos nos muramos.

Posted: 27 oct 2005, 12:00 por SDHEditor
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Negando la mayor (25/10/2005)
  Hubo un rato al principio del segundo tiempo — 20 minutos o así—, en que el Atleti, jugó bien contra el Racing, al menos desde el punto de vista táctico. (En la terminología de Bianchi, “el equipo fue solidario”.) El público de El Sardinero, sin razón alguna, silbaba a los jugadores locales porque no acertaban a contrarrestar el fútbol de sus oponentes. (El menosprecio hacia el Atleti está tan extendido que, cuando su once se da un cierto aire de “muerapupas”, la gente piensa que los culpables son los otros, por gandules.)
No obstante, las sustituciones aturdieron al conjunto del Calderón. Reservar a Torres, Kezman y Petrov era juicioso, pero, al coincidir la ausencia de los citados con la fatiga de Luccin y Zahínos, el conjunto norteño resucitó y bien pudo empatar in extremis.  (Los dos medios del Atleti empezaron el uno a regalar balones y el otro a cometer faltas estúpidas y casi echan por tierra el aceptable trabajo de la segunda mitad.) De modo que quizá haya motivo para objetar los cambios del Virrey. Sin embargo,  no lo hay para imputarle cobardía. Pues sacar a Torres del césped a falta de 25 minutos para la conclusión del encuentro fue un gesto bastante audaz, incluso temerario. Y ninguno de los suplentes que intervinieron en el match era defensa. (Ibagaza, Galleti y Valera actúan por lo común como centrocampistas ofensivos.) Bianchi dice que movió el banquillo para “conservar el resultado”. Tengo para mí que se trata de un pequeño embuste piadoso. Seguramente creyó que el mejor momento del Racing había pasado ya y que la victoria no peligraba en absoluto. ¿Exceso de confianza? No, cálculo racional. ¿Tuvo suerte? La que le fue esquiva en otras oportunidades.

 

Resaca táctica (21/10/2005)
 A salvo los mandamases, porque en el Atleti no es costumbre echarle la culpa de lo que pasa a quien la tiene de verdad, y a salvo la fabulosa plantilla por ellos confeccionada, queda meterse con el entrenador. ¿Cómo se le pudo ocurrir retrasar a Petrov? ¿Cómo se atrevió a alinear a Zahínos? ¿Por qué no hizo los tres cambios?, etc. , etc. Y, puestos a decirlo todo, ¿por qué prefiere a Velasco antes que a Valera?, ¿por qué no confía en los chavales?, ¿por qué…?  

Pues porque no. Ahora bien, aduzcamos los motivos. Antonio López, por obra y gracia de un secretario técnico sin demasiadas luces, es el único jugador del plantel que no tiene sustituto. ¿Es que su ausencia al inicio del partido sólo podía ser cubierta por Petrov? En mi opinión, sí. Otro expediente era quitar a Kezman y sacar a Molinero o a Valera, futbolistas aún inmaduros y diestros. Pues bien, ¿alguien puede decirme en qué hubiese mejorado el rendimiento del equipo? ¡Es que Petrov es un puñal, Petrov es el acabose, Petrov es el mejor recurso ofensivo del Atleti! Discrepo. Hasta ahora, la ejecutoria del búlgaro merece todo lo más un “mucho ruido y pocas nueces”. No ha marcado ningún gol y sus galopadas —tres o cuatro por partido— no han resuelto los problemas atacantes del cuadro colchonero. Los rivales le ven venir y toman las lógicas precauciones.  Por ende, ¿cómo iba el Atleti a crear esos huecos en la banda que necesita Petrov para explotar su rapidez? La triangulación consistente en que López se la pasa a Petrov, Petrov a López, éste a Gabi o Luccin, quienes a su vez le envían el balón en profundidad a Petrov (que ya va en carrera) es la secuencia que más éxito le ha deparado al equipo, pero la noche del Madrid era imposible por razones que a nadie se le escapan. En cuanto al resto de las objeciones, me limitaré a recordar que Valera hizo un pésimo partido contra el Coruña y Gabi deja mucho que desear, desde el punto de vista táctico. Sí, Zahínos es vulgarote, pero ni Luccin ni el citado Gabi saben actuar en el puesto de mediocentro. Yo, de entrada, hubiera dejado a Kezman en el banquillo para poner a Ibagaza y reforzar la medular, pero entonces la crítica valiente me hubiese frito por cobarde. ¿O no?
Muecas de lo peor (19/10/2005)
  Antes del partido, sacaron a seis o siete imbéciles pronosticando el resultado. A falta de un juicio, para el que no los dotó la madre Naturaleza,  severo déficit que la Universidad tampoco fue capaz de corregir, expresaron un anhelo. El redactor de Telemadrid –cadena a la que deseo cordialmente la ruina económica y la desaparición– dijo muy ufano: “Pues yo lo que quiero es que gane el Real y me da igual que sea merecida o inmerecidamente; por mí que triunfe de penalti injusto en el último minuto”.  ¡Que vivan por siempre jamás la información y el deporte!
   Como no podía faltar ninguna mueca de lo peor,  pusieron a tres fantoches: un bancario, una presidenta y un magnate del cine freaky, a sostener un cheque, colosal de tamaño y exiguo de montante. Trescientos mil euros (a desgravar) vale hoy hacerse una campaña de promoción a costa de los pobres del mundo. Sabrán esos tres tristes títeres lo que acucia la necesidad. Ah, ¿que era otra hucha para Gil Marín y Cerezo? Ni un centavo.  Como la televisión de Madrid –tan pésima en lo deportivo como en todo lo demás– no condescendió a darnos una buena toma de la jugada, me queda la duda de si Raúl estaba en off side. Supongamos que el linier acertó; fue penalti, pero López no merecía la tarjeta roja. Sin embargo, habrá defensores de la decisión del árbitro. Puedo oír el comienzo de su letanía: “Con el reglamento en  la mano…”. Con el reglamento en la mano, el año pasado Beckham debió haber sido expulsado en el primer tiempo. Con el reglamento en la mano, el gol de Raúl de hace tres temporadas tampoco debió haber subido al marcador. Con el reglamento en la mano… Son docenas y docenas de partidos en los que el tal reglamento ha sufrido abusos bastante deshonestos; sus tapas están desgastadas y sus páginas lucen una grasilla sospechosa. Pero es normal: interpretan la ley, ofician como maestros insuperables del pronto olvido, monopolizan la palabra... ¿Quiénes? Ellos, vaya pregunta.  A propósito de la palabra: yo amordazaría —como al bardo en el comic de Asterix—  a los ideólogos locoides que trabajan para Gil Marín y Cerezo. Escribió el archiasno en alguna jornada previa al desastre: el derbi no puede servir para tapar las carencias del equipo. ¡Pero si es al revés, maldito idiota: es el derbi el que pone de manifiesto la podredumbre del Atlético!  Soy poco amigo de las exageraciones; las encuentro de mal gusto porque suelen encubrir la más absoluta falta de criterio. No obstante, ¿cómo describir la distancia entre el Real y el Atleti –me refiero al poder de los clubes– sin ceder a la tentación de utilizar un adjetivo rotundo? ¿Cósmica? ¿Infinita? Por eso, la pretensión de que el cuadro del Manzanares había elegido al árbitro era grotesca. Pero mediante la burda patraña, el lobby merengue trabajó la moral del colegiado durante quince días. Ahora bien: según Florentino, el Real Madrid ha hecho mucho por la mejora del arbitraje. Y más que hará en lo porvenir esa entidad prócer. Démosle las gracias pues.  Sí, el Atleti es un equipo ¡tan, tan pequeño! que hasta un Madrid premioso y con figuras seniles lo tumbó sin apenas sudar. (Dio pena ver a Zizou tropezar con el balón y caerse sin causa justificada en dos o tres oportunidades y a un Ronaldo corporalmente torpe embarullarse en jugadas que hubiese resuelto sin mayores problemas cuando era juvenil.) La polémica sobre el arbitraje sofocará cualquier conato de reflexión sobre el estado del Atleti. Es comatoso; está con un pie en el sepulcro y el otro en la vida eterna. En realidad, el Atleti se acabó a finales de los ochenta del siglo pasado; lo que ahora usurpa sus símbolos, aburre en su estadio y se arrastra por los coliseos del país es un deprimente espectro más digno de figurar en un folletón gótico del siglo XIX que en la nómina de nuestra Liga.  Propongo que, en lo sucesivo, supriman este match de la quiniela o lo releguen a la casilla del pleno al quince. He ahí una de las cosa más previsibles del acontecer: la derrota del Atleti cuando se enfrenta al Madrid. (Aunque ignoremos sus pormenores, sabemos que se producirá.) Consulten las estadísticas de los famosos derbis madrileños bajo los Gil & cía y hallarán nuevos motivos para felicitarse por la llegada al Calderón de tan cualificado clan de incompetentes. Pero, así como Florentino Pérez es un ser superior, sus colegas y rivales presumen de salvadores. Lo son, pero de tomo y lomo. Lo dicho: muecas de lo peor.
Un, dos, tres... ¡cataplás! (16/10/2005)

1.

Buen trabajo, Florentino, buen trabajo. Si lo hubiera hecho cualquier otro presidente, los medios de comunicación se lo habrían merendado y el tiro le habría salido por la culata. Pero cómo se nota que eres un ser superior.


 

También se nota, y mucho, que hay otros que son seres no ya inferiores o infraseres, sino auténticos homúnculos. ¿De qué les sirve lametear con esmero el culo de las autoridades (?) deportivas y jugar a ser buenos chicos? ¿Para que nos den el partido internacional, lucir en él palmito en el palco y embolsarse unos míseros miles de euros? ¿Para que cuando dichas autoridades acumulan gases, sin reparo alguno y como siempre, les descarguen la ventosidad en plena boca? ¿Empezaremos ahora, a destiempo y desmintiendo la servil imagen que se quería dar, a rajar de los árbitros?

2.

La verdad es que éste y el siguiente punto he dudado si escribirlos, por temor a incurrir, en un caso, en una injusticia, y en el otro en una, por rutinaria, obviedad. Pero bueno, allá van.

La actitud y disposición con que saltó el Aleti ayer al campo, pusieron muy feas las cosas. Cinco minutos de acojone, de verlas venir, de susto buscando como arroparse con una manta que se les antojaba corta, bastaron para que nos hicieran el "siete" de la jugada del penalty. Metiditos atrás, cediendo todo el centro del campo al contrario, los medios centros y Maxi deambulando como zombies por él... ¿cuánto podía tardar en llegar un gol?

Mal también Bianchi, al menos en una cosa que resulta tan evidente que da rubor comentarla: ¿de verdad pensaba que Petrov podía encargarse, él solo, de toda la banda izquierda? Es más, ¿no se daba cuenta de que con ello se cargaba casi todo nuestro potencial ofensivo, y encima sin, a cambio, ganar nada, sino más bien perder casi todo, en capacidad defensiva? ¿Cómo no vio que había que dejar arriba al búlgaro, por miedo al cual había planteado todo el partido Luxemburgo –Beckham pendiente de su zona, Ramos cambiado a central derecho y el atolondarado y débil Salgado completando el retén de guardia?

3.

La plantilla certificó ayer, por si le hiciera falta aún a alguien, sus terribles carencias. ¿Quién releva a los jugadores de la banda izquierda cuando alguno de ellos caiga? Y no hablemos de los medios centros y la banda derecha (por cierto, ¿dónde está ese portento físico de Galletti? ¿Lesionado como siempre?).

La mediocre calidad media de este equipo, desequilibrios y precariedad de efectivos aparte, es tan notoria, tan palmaria, que se me revuelven las tripas cada vez que oigo o leo al lorito del Enriquete decir que este año tenemos un gran equipo capaz de aspirar a todo. Y eso se traduce, entre otras cosas, en que cada pequeño o gran accidente se convierte en un giantesco e insalvable obstáculo. Los jugadores "pequeños" lo sienten, y se arredran, se enpequeñecen más aún ante tal circunstancia. Cómo no acordarse en este punto de la reacción de los innombrables hace tres años, cuando, con diez desde el principio también, nos dieron la vuelta al partido allá en su apestoso feudo, y sólo pudimos nivelarlo muy al final gracias a un magistral golpe franco de Albertini.

Conclusión, otro año más ¡cataplás! Y van ya...

Posted: 16 oct 2005, 12:00 por SDHEditor
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Alivio (13/10/2005)

El que debió de sentir Luis al comprobar cómo España solucionaba en tres minutos su atasco ofensivo —¡qué cruz el ataque en esta fase clasificatoria!—. El que debió de sentir Torres después de marcar esos dos tantos que lo reivindicaban como un nueve útil para el combinado nacional. El de la gente del Atleti, harta de ver a su ídolo hacer el gamba en la selección.


Por fin compareció el Torres que muchos anhelamos, el que se parece a la figura que ha construido la mercadotecnia, no el chaval algo atolondrado, bronco y antideportivo de otras tardes. Torres a menudo da pábulo a cualquier dictamen: puede ser no ya el doctor Jeckyl y mister Hyde, sino el doctor Hyde y mister Jeckyl. No es inverosímil que en una misma acción maraville y abochorne. El sábado fue un delantero cumplidor, de los que, aunque no tengan un buen día, consiguen cazar un par de balones y ayudan a salir a sus equipos del atolladero. Los arietes están para perforar el muro adversario. Su fama es su puntería. De ahí que la división entre delanteros egoístas o generosos sea falaz. Los delanteros son o buenos o malos, y la cosa depende de su acierto ante la portería rival. (También me alegra que celebrase los goles con la sobriedad que hasta ahora le había distinguido y que, en un momento de ofuscación, olvidó en Málaga.) Torres reconoció después del match contra Bélgica que, hasta hoy, su labor en la selección había dejado bastante que desear. Le honra asumir, aunque tardíamente, su parte de culpa en la discreta trayectoria de España durante los últimos tiempos.  (Después del empate contra Serbia, en cambio, tiró contra Luis. Era una injusticia flagrante, pero tal vez la equidad sea más accesible para el triunfador que para el derrotado.)

El despunte de Torres y la recuperación de Reyes son dos muy buenas noticias para nuestro fútbol, que necesita reunir todo su talento para aspirar a mayores metas que unas vacaciones en Alemania.

Posted: 13 oct 2005, 12:00 por SDHEditor
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Torres se matricula (11/10/2005)
Hablar de Torres hoy, es hablar del jugador que permite tener a la selección española esperanzas y opciones de todavía acudir al mundial de Alemania. Sobre Torres se han dicho y oído muchas cosas: Sus defensores hablan de sus magníficas apariciones en el Atlético y de la poca confianza que Luis le daba.

 

Sus críticos comentan su falta de puntería de cara a puerta, su sobrevaloración y para ellos su escasa aportación en el combinado nacional.

Torres ha demostrado una vez más a todos los fustigadores que le critican que vuelve  a aparecer, que nunca se esconde y que siempre esta ahí. Cuando juega con su club también soporta críticas, algunas van más allá del propio terreno de juego. Sus diademas, sus cambios de looks, sus celebraciones o sus malas rachas de tres o cuatro partidos sin marcar son aprovechadas por sus detractores para reprenderla una vez más contra el jugador rojiblanco. Pero él siempre saca la cabeza a pesar de ser tan joven y llevar solamente cuatro años en la élite.

Ayer se sacó la espina que le faltaba.El solo ayudado de su compañero y amigo Reyes le dieron la victoria a nuestra selección. En cuatro minutos dejó claro que él debe ser el delantero titular de España. Se da la circunstancia, tal vez casualidad, yo creo que no, que Luis no le cambió hasta que enchufó los dos tantos. Hasta ahora, Torres era el primer sustituido por Luis Aragonés, ayer no lo fue y con dos golazos decisivos agradeció la confianza  del seleccionador. Le duela a quien le duele, moleste a quien le moleste, Torres tiene las mejores cifras nacionales en las dos últimas campañas y esto es una aval para el delantero atlético.

Su rendimiento hasta ahora en la selección no estaba siendo el esperado, pero ¿quién rinde en la selección como en su club? Quizás los únicos, los madridistas Raúl y Casillas mantienen el nivel de su equipo, por cierto el del 7 blanco, bastante bajo en los dos últimos años en su club. Sin embargo ¿es Xavi el mismo que juega y asombra en el Barcelona?, ¿es Joaquín el extremo peligroso que maravilla a la afición bética?, ¿es Marchena el defensa seguro que demuestra en el Valencia?  La respuesta es un rotundo no, hasta hoy la respuesta para Torres también era un no, sin embargo el “Niño” ha demostrado una vez más ser un excelente delantero con unas cualidades al alcance de muy pocos jugadores. El delantero madrileño ha vuelto a tapar esas bocas destructivas y dañinas que no hacen bien ni al jugador, ni a la selección,  ni al fútbol.

Posted: 11 oct 2005, 12:00 por SDHEditor
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Licencia para fracasar (05/10/2005)
 Colecciono en días perversos las mayores memeces que se escriben por ahí. Las pongo en una carpeta intitulada “Alardes de imbecilidad”, y confieso que me gustaría instituir un galardón que premiase las más rematadamente necias. El concurso promete una lucha a cara de perro.

 

Leí la víspera del match contra el Barcelona que un virrey en Argentina era un conserje en España (¡sic!) y hace una semana me desayuné con un pasmoso dictamen según el cual, si este año el Atleti quedase fuera de Europa —o sea, por debajo del sexto lugar en la clasificación, ¡qué bajo hemos caído!—, ¡nunca se podría culpar a Gil Marín, Cerezo y Toni Muñoz! El estupefaciente aserto, que pone la venda antes de que se produzca la herida, es un prodigio de irresponsabilidad. Es como decir en una convención de pirómanos: “Aunque arda el bosque, jamás pensaremos que el incendio ha sido premeditado”; o en una francachela de piratas: “Muchachos, ¿os hace falta una patente de corso?”. Me pregunto a qué aspira quien extiende a los rectores del club semejante licencia para fracasar, qué favores o exclusivas pretende conseguir a cambio. Que se prepare Bianchi porque los jugadores son verdaderas figuras, doctrina emanada de esa fe ciega que, junto con las apelaciones a la unión, blinda a la cúpula de la entidad contra el enojo de los seguidores. Por fortuna al “Virrey” lo protege la falta de posibles del club, escasez que antes fue el ángel custodio de Ferrando, Manzano y Luis. De hecho, desde que el Atleti volvió a Primera, los entrenadores siempre acabaron la temporada; eso sí: con bastante pena y ninguna gloria. La paciencia de los impacientes es una virtud hecha de necesidad. Es obvio: son los profesionales los que ganan o pierden los partidos, pero ¿quién los ficha? El club a instancias del secretario técnico, o el club sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo —en el Atleti los ejemplos se cuentan por docenas—. De modo que los culpables últimos de un eventual fiasco serían Gil Marín, Cerezo y Toni Muñoz, salvo que carguen con el muerto el cuidador del césped o el propio cura.  ¿Y por qué no los mentecatos que toman por un crack a cualquier futbolista un poco por encima del montón? Es una idea, pero no sé si los aludidos se dejarán.