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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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enero 2004 - Artículos

Para llorar... (31/01/2004)
Ayer, viendo los deportes de no sé que cadena de televisión,  me quedé perplejo al ver como fueron un montón de aficionados del Sevilla a recibir a su equipo por haber pasado a semifinales, estaban eufóricos. Poco importaba que el choricillo de su presidente les había quitado a su mejor jugador, qué es eso comparado con pasar a semifinales de la copa.

 

  No sabía si reirme o llorar al observar tanta mediocridad, infelices, con que poco se conforman. De repente algo se nublo en mi mente, me di cuenta que no estamos tan lejos, que cada vez nos parecemos más a ellos, imaginé la última jornada de liga e imaginé que el Atleti conseguía en Bilbao el "ansiado" cuarto puesto, y vi como el aeropuerto de Barajas se poblaba de bufandas rojiblancas para recibir a los héores...

 Ya no tenía ganas de reir, sólo tenía ganas de llorar, de llorar al verme reflejado en la afición del Sevilla, de llorar al darme cuenta que han ganado, de llorar al ver que han conseguido que asumamos como buena la mediocridad, de llorar por mi Atleti, otrora grande de España, de Europa y del mundo y hoy un equipo sin aspiraciones.

 No quiero que lloréis conmigo, pero no me pidáis que me ria ni que me una a vuestra fiesta...

Posted: 31 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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Salida, voz y lealtad (30/01/2004)
Un bastante conocido y reputado estudioso social, dedicó parte de sus energías a investigar qué sucede en las organizaciones sociales que experimentan un continuo y notorio empeoramiento de sus prestaciones a clientes y miembros.

 

En dicho estudio, el analista en cuestión identificó tres grandes estrategias posibles por parte de estos últimos como respuesta al empeoramiento de las prestaciones obtenidas. A la primera respuesta le dio el nombre de ‘salida’: quienes pueden escapan, buscando mejores prestaciones. A la segunda la llamó ‘voz’: no se huye, en busca de soluciones alternativas, sino que se permanece, pero protestando y reclamando la recuperación de las prestaciones perdidas. A la tercera y última la denominó ‘lealtad’: se permanece, no se abandona, mas en silencio o no expresando el malestar, generalmente por temor a que ello empeore las cosas y ahuyente a los menos convencidos.

Puesto el andamio, empecemos la obra. ¿Qué ha pasado en el Aleti desde que éste se ha convertido en una organización deportiva declinante? O dicho de otra forma, ¿cómo ha respondido la ‘clientela’ rojiblanca al empeoramiento de las prestaciones lúdicas y emocionales que le ha ido brindando su equipo bajo el ‘gobierno’ de Gil? Pues, en un primer momento, una gran parte de ella optó por la ‘salida’. Los que permanecieron se aferraron a una ‘lealtad’ en su inmensa mayoría no ya muda, sino también sorda y, sobre todo, ciega.

La llegada de los momentos más críticos de este progresivo declinar, curiosamente, han deparado un retorno de bastantes ‘salidos’ y/o una activación de afines en estado latente. Resultado de ello ha sido un reforzamiento de la ‘lealtad’, que hoy impera como actitud, más que como estrategia casi, entre la gran mayoría de la ‘clientela’ rojiblanca.

Alguien dirá –o pensará-, oye: que sí ha habido protesta y notoria, cuando en su descenso a los infiernos, en el momento más crítico –hasta ahora- del declive, la parte más animosa y visible de la ‘clientela’ expresó su disgusto. Sí, pero no. Sí que la hubo, mas se dirigió contra los empleados a los que culpaba de no rendir (por falta de ‘lealtad’, o sea, no sentir los colores), o se dirigió contra los rectores en momento y forma que el resto de la clientela interpretó como fruto de la privación de un estatus privilegiado. El efecto, en consecuencia, fue reforzar la ‘lealtad’, no sólo de la mayoría sino también de los que protestaban, pues puede pensarse que el retorno a la ‘lealtad’ no era sólo una forma de responder al despecho sufrido, sino quizá también de recuperar los presuntos privilegios antes disfrutados.

¿Y por qué la mayoría ha permanecido y permanece anclada en la ‘lealtad’? ¿Acaso por apego y aprecio a un rector por sus dotes carismáticas? Algo de ello hay, pero sobre todo hubo. Hoy no creo que tal factor sea explicativo de la actitud dominante. Más bien cabe pensar que el temor, el horror vacuis, una vez despojado del carisma –éste se alimenta de milagros que ya escasean-, es el arma fundamental de nuestro magnánimo rector, que hábilmente ha sabido propagarla, con la inestimable asistencia de sus habituales altavoces y jaleadores de los medios de desinformación.

Bueno, pues en estos dos días que han seguido a la certificación de nuestra defunción copera, extendido con sumo desatino por el Sr. Manzano, veo cómo esta ‘lealtad’ que tanto daño nos ha hecho sigue igual de firme que siempre. ¿Qué un foráneo nos canta las verdades del barquero? ¡Bah, a qué escucharlo! ¿Quién es nadie de fuera para meterse en nuestras cosas? ¡Y menos que nadie este rufián del balompié que responde al nombre de Pablo Alfaro. Aquí que sólo opinen los de casa, los ‘leales’. Entonces nada, a seguir siendo ‘leales’ y no alcemos la ‘voz’, que eso desestabiliza e igual nos hace perder la concentración necesaria para seguir agarrados –de manera´leal’ y ciega- a esa frágil ramita que, en nuestra caída libre por el precipio, nos hemos encontrado en forma de cuarto puesto.

Posted: 30 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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El mono German Burgos...para siempre (29/01/2004)

El Mono German Burgos se nos va. El Mono Germán Burgos se nos muere para el fútbol.``No volverá a jugar´´, dicen algunos.``Engaño al Club, tercian otros. Los entendidos periodistas despojan al ``esperpento´´ de su dignidad, los aficionados ya lo masacran en bares, oficinas, colegios.``No es por ser oportunistas, pero a mi nunca me gusto como portero´´ , dicen muchos , los mismos que hace solo unos meses solían decir:``Ayer el Mono, espectacular´´. La ley del fútbol golpea con toda su fuerza al pobre German, el arquero con mas sangre fría, el guardavallas al que jamás afecto ni la mas ridícula de las fallas. Ya no importa que viniese a sacarnos del oscuro pozo al que nunca debimos ni siquiera asomarnos, ya no importa que fuera el primero en poner la cara para defender el honor del atleta, ahora que este se extingue poco a poco.

 


``Es un mal profesional´´, oigo decir.``Esta acabado, es un portero de circo´´, leo también. Como siempre, la que a mi entender es la mejor afición en muchos aspectos ha de buscar un chivo expiatorio para una nueva y ya repetida penosa actuación colectiva. De nuevo, el aficionado atlético golpea con fuerza al ``puching-ball´´ al que la prensa ha escogido. Nadie piensa en el por que de que el equipo no tirase a puerta en el primer tiempo, ni por que actualmente nos tutea y aplasta un equipo que hace solo unos años estaba a años luz del Club Atlético de Madrid. Nadie se plantea tampoco por que el cuerpo medico aseguro en verano que Burgos se mantendría en perfectas condiciones físicas. Nadie lo piensa.

 

En las ondas, los periodistas y narradores radiofónicos ,expertos y veteranos ``ex –futbolistas´´ ,con gran cantidad de partidos de partidos a sus espaldas, dirigen sus dardos envenenados hacia el pobre Mono, que sonríe hacia las cámaras ,pero llora por dentro. Las mofas, burlas y chistes de los traicioneros medios de información encaran al Mono, le amagan, le tumban y luego le fusilan. El Mono recupera el balón de entre las redes de su orgullo y vuelve a sonreír, pero llorando por dentro.

   

Ya no eres nadie, monito. Lo diste todo, pero ``tu tiempo´´ en el ATLETI se termino. Si vuelves algún día a jugar en ``la cancha del atleti´´, como te gusta llamar a ti al Calderón, dudaras ante la reacción de la grada.¿Te pitaran? ¿Te insultaran? ¿Habrá pancarta ``Mono vuelve a la selva´´? Pues harás bien en dudar, Mono, porque perfectamente podría ocurrirte lo dicho. Ya lo hicieron con Kiko. Pero no pienses por un momento que nadie se acuerde ahora de ti, no. Tu no eres nadie. Eres un paria.

  Sin embargo, la afición del Calderón ha demostrado en muchas ocasiones, como ya digo, que es grande. Y esto no es ironía. Quizás seas despedido a  lo grande, y no por la puerta de atrás, como se ha hecho con muchos otros. El desprecio del Calderón puede ser grande, pero su cariño es, por ende, inabarcable. Rezo por ello .Mono.¡Ah! ,por cierto, no se te ocurra ponerle una sonrisa al asunto, porque serás un mal profesional. No importa ya que renunciases al prestigio de la albiceleste para rendir mejor en el atlético, para dar las ultimas gotas de tu buen hacer bajo el arco por el bien del Atlético de Madrid.

Por eso te digo , Mono German Burgos: yo no te pitare. Si vuelves a jugar, yo aplaudiré con todas mis fuerzas, y si dejas el Atlético, te deseare lo mejor.


Vuelve a la Argentina, Genial Mono. Allí los grandes lo son para siempre, y las ovaciones también.

 

Espero que te den otra oportunidad, Mono. Pero si no vuelvo a verte por el Calderón, te recordare siempre como el gran portero y la gran persona que eres.

   

Siempre serás El Genial Mono.

Posted: 29 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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Sólo el corte hace sangre (29/01/2004)
En su programa radiofónico del martes, Abellán leyó a Jesús Gil, a quien estaba entrevistando, parte de la nota de prensa emitida recientemente por Alternativa Atlética. A las diferentes razones expuestas en ella así como a los datos sobre los que se fundamentaban, oponía el máximo accionista su habitual cháchara despectiva, atreviéndose incluso a descalificar a la Alternativa en términos que, como siempre, sugerían su falta de medios económicos y de disposición y generosidad necesarias para llegar a dirigir el Club con ciertas garantías de éxito. Todo, por tanto, transcurría según lo previsto.

 

Fue, sin embargo, muy poco después cuando saltó, inesperada y fugacísima, la chispa, ese brevísimo instante de verdad en que un hombre muestra, aun a su pesar, lo que lleva dentro, lo que habría querido esconder. A la lectura apresurada por parte del periodista del párrafo en que textualmente dice: "Mucho menos podemos resignarnos a mantener como dirigentes a personas que han sido condenadas por estafar y apropiarse indebidamente de los activos de la sociedad", le siguió apenas una décima de segundo de interminable y áspero silencio del que Jesús Gil se defendió con un escueto, hosco y apenas audible "eso es falso".

Pocas veces he visto tan abatido a este individuo. Pocas, con tan flagrante incapacidad para la respuesta. Y una más, en esa lacerante resistencia mal disimulada ante la fría verdad del lenguaje jurídico, nos dio la oportunidad de constatar que su verdadero anhelo con respecto a su papel en el Atlético de Madrid -y casi me atrevo a decir que también en la vida- no es precisamente ser Presidente o máximo accionista sino algo otro: salvador, mesías. Tal vez por eso sostiene con raro convencimiento que ser del Atleti es una religión. Y tal vez por eso ganó desde un principio la fe de la gente, tan dispuesta en cualquier tiempo, en cualquier lugar, a ser salvada. 

Por ello estimo, señores, y en esto no creo descubrir nada nuevo, que ante esta situación sólo caben dos soluciones: la respuesta popular como consecuencia de una repentina lucidez de la masa y, en todo caso, independiente de los resultados del equipo y la respuesta de la Justicia que, como golpe de realidad sobrevenido e insoslayable, arrase el delirio y lo reduzca a ese torpe gruñido, a esa inane palabra, a esa nada.

Severino Lorences, romántico e ilustrado, expone brillantemente en su columna por qué cree en la primera. Yo, por el contrario, he intentado en este escrito ayudarme de una anécdota que considero relevante para mostrar que sólo la segunda me parece merecedora de nuestra confianza.

Posted: 29 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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La única solución (28/01/2004)
Ya sé que ustedes habrán debatido hasta la saciedad la situación del Atlético de Madrid; y habrán llegado a la única conclusión que imponen los hechos: con los Gil al frente, la entidad no puede ni podrá nunca levantar cabeza. Resumiré las razones y lo haré a toda velocidad para no añadir más plomo al que por lo común embarga nuestro ánimo.
 Primera y esencial: los Gil son unos mafiosos incompetentes y sin escrúpulos. ¿Verdad? Verdad. Han cubierto de oprobio a este club y ya nada se puede esperar de ellos, ni siquiera que desaparezcan motu propio. (Sus valedores en los medios de comunicación, esos mentirosos infatigables, reiteran que “esta vez sí” y que “las cosas se están haciendo mejor”, pero es inverosímil que quienes llevan diecisiete años destruyendo al Atleti comiencen a construirlo a partir del decimoctavo.) Segunda: como consecuencia de la rapiña y la mala administración de sus dirigentes, la entidad está arruinada, desacreditada y, para colmo, con un estadio condenado a desaparecer —el acceso al Calderón es cada vez más difícil y allí donde debió haberse construido en su día un aparcamiento se levantan inmuebles que lo ahogan aún más—. (Antes o después habrá que vender el campo, pero nunca para irse a una Peineta con 50.000 localidades, como traman los Gil y las luminarias merengues del Ayuntamiento.) Tercera, ni las instituciones madrileñas  ni los medios de comunicación de Madrid desean que nuestros colores prosperen. Unas y otros son blancos, blanquísimos, y no ignoran que cuanto peor la vaya al Atlético mejor le irá al Real.

Cuarta: la esperanza de que los tribunales resuelvan el embrollo sobre la propiedad del club es tan tenue y tan para pasado mañana que no sería prudente confiar sólo en la acción de la Justicia. Los magistrados bien pudieran emitir su veredicto tarde, mal y nunca.

En definitiva: el centenario club del colchón se muere, y entre su cuerpo maltrecho y el fatal y previsible desenlace únicamente se interpone, hoy por hoy, la hinchada rojiblanca. Es un muro de contención que cederá, salvo que…

Salvo que esa misma afición y, sobre todo, las peñas que la vertebran cambien de actitud y se rebelen contra los Gil, llueva o salga el sol, hiele o se derritan las piedras. Es imprescindible que las peñas actúen mancomunadamente en el estadio.

¿Qué volumen de nuestra afición representan las peñas? ¿Un 25%, un 30%? Debidamente coordinadas, con una estrategia común y un plan de combate dialéctico idóneo —esa guerra hay que librarla en público, de palabra y sin desmayo—, los Gil están perdidos.

Miren ustedes: es imprescindible una escenificación permanente del enojo de los seguidores. Es imprescindible que se les haga saber a esos redomados granujas que la gente del Atlético ni olvida ni perdona, que de ellos no quiere ya ni el triunfo —en el caso sumamente improbable de que retornasen los éxitos y de que esas victorias no fuesen un “engordar para morir”—.

Yo comenzaré a creer en las posibilidades de recuperación del Atlético cuando —y sólo cuando—, después de un buen partido y de la ovación condigna a los jugadores y al preparador, se abronque a los Gil.

¡Atléticos, un esfuerzo aún!

Manzano y Movilla (27/01/2004)

No pretendo que mi equipo gane siempre y por decreto.

No pretendo que se gane al Albacete si no se merece, ni estar en puesto europeos por deméritos de los demás.


 

Sí deseo que mantenga una línea de regularidad y de juego aceptable. ¡No lo conseguimos!.

Si Ibagaza juega al fútbol, el Atlético también lo hace. Eso ha sucedido en un par de partidos. A partir de ahí, se ha visto claramente que los entrenadores de los equipos rivales “encierran” al Caño dificultando sus maniobras, y el equipo cae en un sinsentido insoportable.

No hemos de depender solamente del argentino. Todos los equipos tienen dos o tres jugadores que pueden crear juego.

¿Nosotros?. Tenemos a Movilla infrautilizado por razones que deberían hacerse públicas. ¿Por qué a los aficionados se nos ignora y se juega con nosotros en este tipo de sucesos?.

Siempre defendí a Movilla. En principio porque es un jugador de casta rojiblanca: de corazón y de entrega en cada partido. Más lo defiendo ahora viendo las carencias del centro del campo.

¿Se le castiga por no haber querido ir al Mallorca y desear seguir en nuestro equipo?. ¿Por qué no se ha hecho lo mismo (para mi con más motivo) con otros jugadores que denunciaron el impago del Club?.

Sr. Manzano: le exigimos de una oportunidad a Movilla por el bien del equipo. Hágalo en el partido de Copa contra el Sevilla donde no hay nada que hacer, desde el momento en Ud. tiró la eliminatoria con el equipo que saco en Híspalis.

Mención especial merece otro capítulo, que no es otro que el indigno comportamiento de los árbitros con Fernando Torres. (Escribo a Sánchez Arminio sobre el particular). Siendo delantero, es jugador honrado y de coraje, peleando todos los balones (actitud que debía ser ensalzada hasta por el colectivo arbitral) y que, en su afán de lucha, comete alguna falta leve a los defensas contrarios. Pues bien, algunas de ellas son castigadas con tarjeta, mientras que muchas de las que los leñeros contrarios le hacen a Fernando, y que son claras agresiones, quedan impunes. Ello lleva a la indignación al joven jugador y a su calentamiento posterior (protestas o entradas fuertes); circunstancia que es esperada por algunos árbitros para tarjetearlo.

Sres árbitros: Mimen a los jóvenes y buenos jugadores que hay en nuestra liga y defiéndanlos de los defensas violentos que deambulan por nuestros campos.

De calvos e imbéciles (26/01/2004)
Empiezo a entender por qué los Gil sienten debilidad por Manzano: es un imbécil; quiero decir: un empleado ejemplar  —¿en qué estaría yo pensando?—.
 

Porque todo el mundo se equivoca, pero este individuo comete sus errores con una avaricia y una desfachatez tales que le han hecho acreedor a que lo homologuemos con sus nefastos patronos. El caso Movilla no es anecdótico. Como recordarán ustedes, el día del ridículo ante el Valencia prefirió alinear a Diego Rivas —un jugador irrelevante repescado de un equipo de Segunda al que ahora ha vuelto con bastante pena y ninguna gloria— antes que poner al calvito. Frente al Sevilla en el campeonato liguero colocó a Santi de mediocentro, necedad que no pagó. Y en la antigesta contra los andaluces en la Copa, sacó a Gabi —el chaval ni vio el balón— para cubrir un puesto que, a criterio del coach, Movilla no merece ocupar u optar a él desde la suplencia.

Tengo para mí que si el Atlético sólo dispusiese de once jugadores para afrontar un partido y uno de ellos fuera Movilla, Manzano preferiría que el club saltara al campo con diez —y alegaría para justificar su desatino el dictamen de Helenio Herrera: “Con diez se juega mejor”—.

Pues bien, ni Simeone —el Simeone de ahora—, ni el citado Diego Rivas, ni Gabi, ni De los Santos valen como jugadores de fútbol la mitad que el calvito.

Ya sé que, a efectos de compensar el bloque, puede admitirse que actúe de titular el uruguayo porque es alto y leñero. La altura le sirve para ayudar en los córners a los centrales —dado que García Calvo tampoco es una montaña— y su afición a los tobillos de los adversarios, que me recuerda la que profesaba Fernando Redondo, pasa hoy día por inteligencia táctica o carácter, o ambas cosas. De modo que la contumaz titularidad de De los Santos es asumible hasta por los partidarios de Movilla. Pero lo que no tiene perdón es que al calvito se lo haya tachado, borrado, eliminado, —¿purgado?—, de modo tan radical.

La temporada anterior se decía —con harta exageración—: “En el Atlético juegan Torres y diez más”. Hoy podría afirmarse sin hipérbole:“En el Atlético juega cualquiera menos Movilla”. Futbolistas cualquiera son: Simeone, Musampa, Nano, De los Santos, Gaspar, Aguilera, Rodrigo —otro paquete que nos endilgó el Madrid—, Paunovic… (Perdón si me dejo alguno: son multitud.)

Eso lo ve hasta un ciego de los que venden cupones por las calles de nuestra ciudad. ¿Es que Manzano es un ciego poco común?  Según se mire: puede que tenga la visión de un lince, o la de un topo, usual en los asalariados ejemplares. Pero para mí que es un imbécil y por eso lo adoran los Gil.

 

Nuevo orden. Mismo fin (25/01/2004)
No merece la pena hablar más de este entrenador. Es cierto. Pero tal vez sí profundizar en algunos hechos acaecidos tras la derrota en Sevilla que, relacionados con él, sus jugadores y los Gil, han venido a establecer, en mi opinión, un orden de cosas distinto al hasta ahora imperante.

 

Conocida es la traición de los Gil a Luis la temporada pasada, negociando con otro entrenador mientras el equipo aún se encontraba en puestos que incluso mejoraban el objetivo fijado en su inicio y procurando subrepticiamente que el propio Luis tuviera conocimiento de ello, aun a sabiendas de la segura desestabilización de las relaciones plantilla-entrenador-directiva que llevaría consigo.

Sabido es, igualmente, y ocasión hemos tenido de irlo comprobando, que la contratación de Manzano no obedeció a la creencia en que él y sólo él fuera la persona adecuada para desarrollar un determinado proyecto deportivo. No. Independientemente de sus aptitudes como técnico, sus palabras, acciones y omisiones se han constituido desde un principio en el testimonio diáfano de una cierta desproporción, de una evidente gratuidad mal calculada, de una quizás demasiado deliberada sintonía con los intereses de los rectores del Club. 

Por ello, no creo nos equivoquemos en mucho si consideramos como ciertamente probable que fuera precisamente la percepción de esa camaleónica capacidad de adaptación de Manzano a las necesidades de los Gil aquéllo que determinara en su momento la firme voluntad por parte de estos de contratarle, prefiriéndole con mucho a alguien que, como Luis, se caracteriza en sus relaciones con el poder más bien por una obstinada animadversión contra todo aquello que siembre siquiera un atisbo de duda acerca de su autoridad moral dentro del vestuario.

Pero: ¿A qué necesidades de los Gil nos referimos? Desde mi punto de vista, no a otras que las derivadas de la nula credibilidad con que respecto a la afición, prensa y plantilla, dieron por terminado el curso pasado. Más que un entrenador con tales o cuales virtudes profesionales, necesitaban, pues, uno capaz de transmitir la idea de serenidad, de dominio de la situación, de coherencia, o, lo que es lo mismo, de que esta vez sí, había un proyecto. Era la última oportunidad.  

A ello se plegó Manzano incondicional y hasta diríamos que fervientemente. Pero no inocentemente. Porque ese que iba a ser "la voz", ese por cuyas palabras y acciones los Gil iban a volver a ser creidos y puede que incluso estimados, era el mismo que tenía que vérselas diariamente con una plantilla de jugadores a la que tales intereses le eran perfectamente ajenos y, en algún caso, abiertamente opuestos, de manera que tal servicio sólo podía pagarse, en justa contraprestación, con un reforzamiento de su posición llevado hasta límites no conocidos con Gil como Presidente. Ahí quedó sellado el pacto.

Mas llegó la derrota, la catástrofe. Y, con ella, como siempre, la pertinaz e ineludible exigencia vital de elegir un camino. Manzano,  sabedor de su fuerza, lo ha elegido: el de su salvación. No el de la de Movilla, no el de la de Rivas, no el de la de Sergio, no el de la de Burgos. A día de hoy, pues: ¿puede alguien en su sano juicio creer que este entrenador conserve un mínimo de autoridad dentro del vestuario? ¿Puede alguien pensar que concite otra cosa que desprecio y odio? ¿Declararía ahora el bueno de Fernando Torres, tal y como hizo en Agosto, que se notaba mucha más tranquilidad en todos los aspectos? 

Los Gil, atados por la necesidad ineludible de mantener "su proyecto", permanecerán callados, a la espera de que la sana ambición de unos profesionales y esas hermosas complicidades que ya empezaban a crearse entre algunos de ellos, salven la temporada. Pero lo cierto es que otra vez, por distintos vericuetos y atajos, llegan al mismo lugar de donde procedían: de la mentira, a la mentira; de la traición, a la traición; de la vergüenza, a la vergüenza. La del Atleti, claro.

Posted: 25 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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La culpa es de los americanos (23/01/2004)
Es la excusa mas recurrida por los cubanos, seguramente no por cobardía sino por la necesidad de buscar un chivo expiatorio contra el que descargar todas sus iras, fruto de la resignación a la que han llegado al ser conocedores de que mientras Castro continue en el poder poco o nada bueno podrán esperar de lo que el futuro les depare.

 

Algo parecido nos sucede a nosotros. Tras la debacle deportiva de anoche muchos son los dedos acusadores que han señalado a los posibles culpables, pero no nos engañemos, el Atletico de Madrid lleva 17 años enfrentandose a muchos americanos y en todo este tiempo nunca se ha alcanzado una solución. Hemos descargado nuestras iras contra el Real Madrid, la Federación, los árbitros, la UEFA, los interventores, etc. y lo único que hemos conseguido es aumentar nuestra propia frustración por la situación en la que nos encontramos desde hace tanto tiempo.

Nos hemos reunido masivamente en nuestra particular Plaza de la Revolución dando todo tipo de apoyos al régimen y sorprendiendo con toda clase de coreografías en los momentos mas complicados de nuestra historia cuando casi nadie daba un duro por nosotros.

Hemos elevado a los altares a jugadores que no pasaban de ser mediocridades  convirtiendoles en héroes fruto de nuestro delirio e incluso hemos hecho de nuestro terrible sufrimiento un ejemplo de filosofía de vida alternativa a la que llevan nuestros mas encarnizados enemigos para huir de nuestros propios fracasos, tildando de subversivos, traidores y disidentes a todo aquel que osara poner en duda esa forma de vivir.

Hasta ahora hemos hecho de todo con tal de no enfrentarnos a la realidad. Son muchas las soluciones que hemos buscado y solamente hemos conseguido llegar a una conclusión: echarle la culpa de todo a cualquiera menos al máximo responsable de nuestra situación.

El problema será que; como dirían en Cuba; el día en el que nos levanten el bloqueo, ¿a quien vamos a echarle la culpa?

Saludos

Posted: 23 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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Oportunismo (22/01/2004)

Pues después del partido de ayer, todo es oportunista.

Y como no quiero que me tachen de ello no diré que el 'Mono' está más acabado que Los Chunguitos. Me conformaré con decir que sobre gustos no hay nada escrito, pero que en los míos me conformo con un portero que no gane partidos pero que no los pierda.


 

 

Por no ser oportunista, no diré que me repatea que no tenga que ir a un partido de cuartos de final un portero juvenil, porque el tercero está condenado por la directiva. Ni que enfrente jugara un portero que no estaba en nuestra portería por denunciar al PRESIdiarioDENTE

POr no ser oportunista, no diré que tenemos un entrenador sin personalidad que proclama buenas maneras pero obra con malas artes. Que está haciendo un trabajo impensable en Liga pero repudiable en Copa. Que se esconde en su plaza de Champions como salvaguarda de tirar otro torneo. Que como le sonó la flauta en Coruña, la vuelve a tocar en Sevilla, pero ahora con una sola mano.No diré que prefiere ser una cara amable con el presi que una persona íntegra.

Por no ser oportunista, no hablaré de Movilla. Porque como el domingo Santi jugó de mediocentro con De Los Santos y el chaval este nuevo argentino promete mucho en su puesto, ¿como se llamaba...? ah sí Simeone.

Por no ser oportunista no diré que en el palco tenemos una marioneta que traga lo que sea con tal de poner insignias a gentes que ni siquiera sabe como se llama nuestro club. No diré que esas insignias a desconocidos me hacen recordar la historia del club prometida hace cinco años.

Por no ser oportunista no diré que pienso en no ir a la vuelta contra el Sevilla porque me siento además de puta, poniendo la cama. Porque además al palco no irá nadie por lo que se pueda oir. Lástima que al final, el miércoles por la tarde vuelva a pensar en una posible remontada que no quisiera haberme perdido nunca. Y volveré jodido de frío y de vergüenza a mi casa, eliminado de la Copa una semana antes.

Por no ser oportunista no hablaré de los estafadores, convictos y sátrapas, que nos dirigen, que negocian con nuestras ilusiones y dinero. Porque vamos cuartos en la Liga, y eso parece que es la hostia. Yendo más arriba he visto destitutir entrenadores, pero claro, los oportunistas siempre salen en la mala hora.

Pues por todo eso y mucho más callo para no ser oportunista. Porque claro, eso no es propio de atléticos, y eso sólo lo saben los que lo sienten de verdad. Porque claro al resto no les jode ver a su equipo arrastrarse.

Pues bueno, como no quiero pecar de oportunista, dejo esto escrito y el que quiera que lo lea cuando los llevemos a hombros. Yo, seguiré pensando lo mismo, y entonces no seré un oportunista.

Posted: 22 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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Señores, contengamos la euforia (20/01/2004)
Concuerdo con muchas de las opiniones vertidas por Ozemaría en su última columna: no hay ninguna razón para la euforia. El Atlético, que ahora marcha cuarto en una liga mediocre, mañana puede ir octavo o décimo. Este equipo unos días parece alguien y otros, nadie. Es verdad que la recuperación de García Calvo, la inminente de Contra, el buen momento de Juanma y Lequi y la resurrección de Ibagaza autorizan a un moderado optimismo. Pero la banda izquierda es manifiestamente mejorable, el puesto de mediocentro sigue sin titular y Torres necesita a su lado un ariete que preocupe a las defensas contrarias y marque goles. El griego no lo es. (Se exagera el aporte de Nikolaidis; sólo ha conseguido cuatro tantos en 20 jornadas.) No se debía haber desaprovechado la ocasión que brindaba la apertura del mercado de invierno para reforzar el conjunto con un par de jugadores, pero como todo va tan a pedir de boca…

 

Además, el entrenador muestra signos no tanto de firmeza de criterio cuanto de obcecación. Contra el Sevilla, sin ir más lejos, dio un recital de insensateces: recurrió a Santi para reforzar la media (reincidiendo en el delito de mantener a Movilla en la grada), marginó en el segundo periodo a Ibagaza y a Jorge en los costados del terreno de juego, etc. Pero el míster de Jaén parece haber heredado la flor en el trasero del difunto Miguel Muñoz. Empero la suerte no traba alianzas definitivas y llegará el día en que le vuelva la espalda como ahora le ofrece su mejor rostro.

Esto por lo que se refiere al aspecto deportivo de la cuestión, porque los otros siguen tal cual. (Pero los otros, señores, inciden en el deportivo ¡y de qué forma!)

El Atlético continúa en las garras de unos okupas de cuello duro que ni lo capitalizan ni lo venden. El Atlético continúa siendo el chiringuito / tapadera de los Gil. La situación de club es tergiversada perennemente por los muy estúpidos —y no obstante listillos— periodistas especializados, cuya única y fraudulenta industria consiste en vender la ilusión de los ilusos.

Pero vivir de espaldas a la realidad equivale a tomar asiento en la vía de un tren, algo en extremo peligroso. Porque a la postre la realidad siempre nos arrolla o nos patea donde la espalda pierde su honesto nombre en cuanto nos giramos y la perdemos de vista, aunque en este caso el atropello o la patada no serían a traición, ya no.

Sobre antigilismo y antimanzanismo (14/01/2004)

Es curioso, que, a los que nos tildaban de oportunistas por convocar o respaldar una protesta contra Gil cuando las cosas iban mal en lo deportivo, ahora, que van mejor, nos lluevan las requisitorias relativas a qué hay del antigilismo, así como también, a los varios que hemos criticado a Manzano, otras acerca de nuestras críticas.


 

Pues bien, voy a intentar dar una (no la) respuesta a tales requerimientos.

Con relación a Gil, he de decir que los muchos que en este foro nos hemos mostrado, nos mostramos y, quiero confiar, nos mostraremos contrarios a su continuidad como propietario y máximo dirigente -burdas maniobras formales aparte- del Aleti, no creo que sustentemos nuestra posición en función no ya de una racha de buenos resultados, sino incluso de una trayectoria -no me confundo: trayectoria- deportiva mejorada. ¿Por qué? Muy sencillo, porque hay cosas que están por encima de ello: el buen criterio, la respetabilidad y hasta el mismo sentido común, que a veces parece el menos común de todos. ¿Alguien cree que el criterio demostrado por Gil como dirigente del Aleti -por no meterme en otros saraos- tiene asidero razonable alguno? ¿Imagina alguien que pueda ser respetado de nuevo nuestro equipo, aún recuperando algunas posiciones deportivas, mientras estos patanes rijan sus destinos? ¿Es de sentido común que alguien que se ha demostrado que ha hecho lo que este tipo ha hecho, fuera y dentro del Aleti, pueda gobernar a la tercera sociedad deportiva más laureada de este país, y que cuenta por muchos miles sus seguidores?

Como creo que la respuesta a estas preguntas debe ser negativa, a poco sentido común, del propio honor/respeto, así como algún razonable criterio que se tenga, no me cabe concluir en este punto de otra formas más que diciendo: perdiendo o ganando, Gil ya debería estarse pirando. Mas me temo que los triunfos deportivos, que son nuestro gozo, son también reparadora renovación de sus ansias por disfrutar de un lugar bajo la luz de los focos que iluminan el escenario público -y quizá, a la par, entre las bambalinas más bien oscuras donde se hacen los negocietes, o negociazos futboleros. Éste es nuestro suplicio: que nuestro bien es el suyo, y su mal el nuestro, y no parece haber por ahora manera de romper este maldito y firme lazo que une nuestros destinos a los suyos.

Por lo que a Manzano respecta, creo preciso introducir una distinción -que no separación-, entre Manzano persona y Manzano entrenador.

En cuanto persona se merece un cero más grande que la barriga de su jefe. Su manera de entrar en este club y de apuntarse tantos ante la jefatura avivando la hoguera donde ésta quería volatilizar cualquier resto de lo que para muchos de nosotros ha significado y significa Luis, merecen el repudio más absoluto. Como creo que también lo merece su conducta con algunos jugadores que, sin que sienta predilección futbolística o personal alguna hacia ellos, creo que han sido no ya injustamente tratados, sino más aún, sin la mínima dignidad que todo profesional y persona merece. Y me da igual que lo haya hecho por iniciativa propia o siguiendo dictados de la mencionada jefatura, pues no sé que será más despreciable.

En tanto entrenador, he dicho muchas veces que su sistema de juego me parece demasiado arriesgado, aunque no por valiente y ofensivo, sino por hacer demasiadas concesiones a los rivales en la zona donde hoy se cuecen casi todas las habas que se echan al puchero de cada partido. Pero como también dije en su día, en fútbol soy omnívoro, y juzgo por los resultados. Pero no por los que suben al marcador sin más y en un plazo corto o medio, sino por los que se refieren a la solvencia, solidez y consistencia de un equipo sobre el campo. Porque el destino al final de una temporada lo marcan estas cosas, por encima de rachas transitorias o azares incontrolables. Por ejemplo, el Valencia de Benítez no suele ser brillante, pero es solvente a fuerza de sólido y consistente. Mi mayor respeto para él.

Pues bien, hasta hoy, el Aleti de Manzano, aparte de aburrir a las piedras, en general, puede decirse de él cualquier cosa menos que ha sido un equipo solvente por mor de su solidez y consistencia. Si ahora, indecisiones a un lado, con su sistema, empiezan a ser no ya frecuentes sino habituales partidos en que, como durante el segundo tiempo del domingo, veamos un equipo convencido de lo que hace, y a partir de ello sólido, consistente y, en consecuencia, solvente, pues lo reconoceré y disfrutaré. Pero respetar a Manzano como tal requerirá algo más de su parte. Porque un entrenador lo es -para bien o para mal- en buena parte también en virtud de cómo es como persona.

Posted: 14 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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Rufianes (11/01/2004)
Tras el escándalo de Leganés, vuelve a estar en boca de todos el tema de la propiedad de los clubes de fútbol y el aterrizaje en los mismos de personajes como el argentino que acaba de protagonizar dicho escándalo. Fresco está aún el caso de Piterman en Santander. Y qué decir del que ya forma parte del paisaje deportivo, social y judicial español, nuestro inefable Gregorio Jesús Gil y Gil.

 

Cuando en plena efervescencia del pragmatismo socialdemócrata en nuestro país, el tecnócrata Gómez Navarro tuvo la brillante idea de entregar las riendas del fútbol profesional al capital, pensando, conforme al dogma liberal, que era el único modo de introducir responsabilidad en el irresponsable mundo del deporte profesional de elite, olvidó algo que muy comúnmente olvidan este tipo de mentes brillantes: que a lo peor el fútbol no era un negocio al uso, y que, por tanto, lo que vale para ordenar de un modo u otro los asuntos movidos por el interés mercantil común, igual tenía algún que otro agujero negro para el caso que nos ocupa.

¿Qué ha movido casi siempre a la gente a convertirse en dirigente de clubes de fútbol de elite? El prestigio o renombre que puede proporcionar esa especie de hoguera de las vanidades que es el fútbol profesional. Todos podemos citar, a buen seguro, más de dos o tres nombres de dirigentes deportivos que al pasar a serlo crecieron varios palmos en su estatura social -y algunos incluso física-. Y muchos más de dos o tres podríamos recordar que, movidos por ese afán de protagonismo, dejaron a sus clubes hechos unos auténticos zorros, a base de incompetencia, amiguismo y de despilfarrar dinero para ver convertido al 'club de sus amores' en un equipo triunfador -para así alcanzar el máximo renombre.

Pero antes, a este tipo de personajes, los aficionados como nosotros siempre nos quedaba la posibilidad de darles una patada en el trasero, aunque fuera muchas veces sólo para poner a otro que viniera a liquidar los descarnados despojos dejados por el anterior.

Hoy, en cambio, son propietarios -o eso dicen-. Amparados en los derechos que les da su propiedad, mucho más firmes y súper protegidos legalmente que los derivados de una elección política por una masa social, estos dirigentes son ahora prácticamente inamovibles. Intentar removerlos es tarea propia de titanes, por lo que asistimos, entre impasibles e impotentes, al espectáculo, entre lo grotesco y lo dantesco, de cómo muchos de ellos ponen al borde del precipicio sociedades centenarias, que han sido motivo central para muchas vidas humanas, además de santo y seña de ciudades y hasta regiones enteras.

Olvidaron Gómez Navarro y compañía, también, o no quisieron recordar, que puestas de espaldas a mercados realmente abiertos, y confiando su control a meras auditorías y a un organismo tan inerte como la una LFP, las sociedades anónimas son auténticas cajas negras. Y ya se sabe que de noche todos los gatos son pardos. Pardos como el argentino del Leganés, el ucraniano del Santander, o pardísimos como nuestro inefable Gregorio Jesús Gil y Gil, con quien, por cierto, hicieron la vista gorda para permitir que se convirtiera en dueño y señor de nuestro Aleti.

Claro, que tuvieron buen cuidado de poner a salvo de este nuevo y diabólico mecanismo a aquellos que eran más que simples equipos. En primer lugar, al que ha sido símbolo y marca de la identidad nacional (dicen), y para no crear molestos agravios comparativos a quienes lo eran de las llamadas nacionalidades históricas. ¿Que ello podía crear desventajas competitivas difícilmente justificables desde un punto de vista legal y moral? Bueno, ¿y qué? Como políticamente era más que conveniente necesario, pues se hizo. Y aquí paz y después gloria. O sea, para mayor gloria de los muy gloriosos equipos nacionales (españoles, catalanes o vascos).

Por todo ello, cuando leo estos días acerca de la chapuza del Leganés, y veo el papelón que ha tenido en ella la LFP -Pilatos era un justo y moralizante guardián del orden a su lado-, cuando oigo en una emisora de radio de la ciudad donde vivo, el resultado de una encuesta para conocer la opinión de los seguidores del equipo local -el Sporting de Gijón- acerca de la posible compra del club por el inefable Piterman, o más aún cuando leo en este mismo foro mensajes suspirando por un Abramovich para el Aleti, me digo para mí -y ahora digo para todos- dos cosas: malditos sean los que, en su frenesí tecnoliberal, dieron patente de corso a estos rufianes, y además es falso eso de que puedes engañar a alguno mucho tiempo o a muchos algún tiempo, pero no a muchos mucho tiempo. ¿Cómo si no explicar que estemos dispuestos a seguir abriendo de par en par las puertas de nuestras casas a rufianes de este calado, cuando los hemos visto desvalijar no ya las casas de nuestros vecinos, sino la nuestra propia?

Posted: 11 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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Negros (09/01/2004)
Fue en 1.970 cuando en una semifinal del Campeonato del Mundo de Méjico y tras recibir un pase creo recordar que de Tostao, Pelé se dirigía sólo ante el portero uruguayo Mazurkiewick y, tras acelerar el ritmo de su carrera amagando con driblarle hacia adentro y haciendo que éste le siguiera, dejó que el balón pasase entre ambos en dirección contraria a su quiebro para, después de rodear por detrás al guardameta, convertido ahora en atribulado perseguidor de fantasmas, disparar sin mirar a portería en un giro violento y bellísimo. Aquella jugada no terminó en gol pero quedó para siempre en nuestra memoria como una manifestación del arte.   

  

Fue en 1.994 cuando un grupo de guerrilleros hutus arrasó una aldea tutsi en Ruanda y, tras decapitar a la mayoría de sus habitantes, se abandonó a la oscura llamada de la sangre, perpetrando la casi inhumana crueldad de ponerse a jugar al fútbol con sus cabezas en un campo cercano.    

Decir negro, claro está, no es sino decir hombre. Idéntica imprecisión vaga por uno y otro término. Cuerda tendida entre el dios y la bestia, dijo Nietzsche que era el hombre. El hombre: negro o blanco.

Pero he aquí que de repente, tal y como nos recuerda Sebas en su oportuno mensaje en el foro, surge ese preclaro escrutador de esencias, ese vástago dilecto de las musas que es Jesús Gil y, con el fin de justificarse ante una información periodística que, aunque no lo creáis, le acusaba de apropiarse de un dinero recaudado por los trabajadores del Ayuntamiento de Marbella y destinado a las víctimas de la guerra de Ruanda, declara que lo envió por error a Uganda pero que, como al fin y al cabo "todos son negros", se trataba en realidad de un error geográfico.

Como veis, alguna cualidad o característica especial debe adornar a los negros según Gil, que les hace merecedores de ser considerados todos ellos iguales sólo por ser del mismo color de piel, de manera que en su opinión es indiferente enviar ese dinero a un país u otro.

Sin embargo, Gil sabía que sólo a uno debía enviarse. No debemos, por tanto, pensar que al decir lo que dijo se estuviera comportando como un cínico. Tampoco que con tal expresión procurara la desternillada complicidad del auditorio. Lo que yo creo es que, muy al contrario, esa indiferencia que él percibe con tanta nitidez, esa duda paralizante acerca de adónde enviar el dinero fue la causa de que, muy probablemente, decidiera al final no enviarlo, pecadillo venial que, acaso por perdonable timidez, pretendía ocultarnos. Porque oye, al fin y al cabo, enviárselo así, sin más, a unos negros ...

Posted: 09 ene 2004, 12:00 por SDHEditor
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Don Erre que Erre (07/01/2004)
Es de alabar la tenacidad del entrenador que contra viento y marea en malos momentos deportivos, mantiene sus criterios en cuanto al cuadro de jugadores a utilizar y al sistema de juego, frente a las continuas críticas de prensa deportiva y aficionados. Se supone que está convencido de que tarde o temprano, llegarán los éxitos.

 

Sucede que aquí ya no estamos en el temprano y sí en el tarde, y el equipo se “arrastra” por esos campos de Dios ofreciendo una penosa imagen, que quitan las ganas a los aficionados para acudir los partidos, y a las personas que no lo son de pasar a engrosar las filas de forofos.

Yo entiendo de fútbol, ya que llevo toda mi vida como espectador y jugador. (A mis 61 años aún juego futbito todas las semanas, y soy la admiración de mis compañeros en cuanto a clase y, sobre todo, pundonor).

Acudo cinco o seis veces al Calderón a lo largo de la temporada y veo el resto de partidos del equipo en PPV. ¡Me avergüenza contemplar el juega de mi Atlético de Madrid, señor y son 55 años siguiendo al equipo!. ¡Que desesperación por mí y por mis amigos atléticos (sobre todo por mis tres sobrinitos rojiblancos)!. En la oficina somos el hazmerreír (aguantamos el tirón por ser auténticos rojiblancos).

Se de que hablo y se lo que digo.

En primer lugar, es criticable su tozudez en contar con determinados jugadores que partido tras partido “queman auténticas tracas futbolísticas”: Santi (leñero, entra de lado, no va de cabeza); Gaspar (¡que agujeros en su banda; el dia del Racing puso la guindita final cometiendo penalti sobre el hábil Jonathan; Alcaraz vio la poca cintura del atlético y metió al joven cántabro en la banda izquierda para que se riera del lateral. ¿Usted no lo vió?), Ortiz, Paunovic…

En segundo lugar, su tozudez en no contar con otros determinados jugadores: Pinola (rápido y contundente), Movilla (¿hay órdenes de no alineación?; es un jugador de corazón y casta Atlética, y sabe mover la bola); Nano (técnico y juego en vertical; me recuerda a Gigi Riva); el jabalí Javi Moreno (no brillante, pero delantero delantero, que merecía más oportunidades y que ayudaría al pobre Torres)…

En tercer lugar, juega a no perder, cuando nuestro insigne Atlético ha de salir a ganar. Ayer frente al Depor, SIETE  defensas, de los que solo Sergi se incorpora (y que bien lo hace) al ataque. Está consiguiendo que el pobre Torres se desespere y se aburra de jugar al fútbol. Juega solo contra la defensa contraria. Cuando nuestro portero saca en largo, Fernando salta y se la lleva de cabeza, pero para nadie, ya que no tiene ningún compañero de ayuda.

El único que le mete algún balón es Ibagaza, pero es difícil que le lleguen por la maraña de jugadores contrarios. De los laterales no le llegan, ya que Novo (fino jugador) no es extremo y es lento, y Musampa juega a su aire sin apoyo de compañeros.

Ayer podríamos haber estado jugando cien horas sin llegar a conseguir gol. Por cierto, ¿Cuántas veces tiramos a puerta?.

Usted ha de corregir y guiar a los jugadores: los saques de banda van siempre a los contrarios; con reiteración se empeñan en salir pegados a la banda derecha dos de nuestro jugadores, habiendo cuatro o cinco contrarios pegados a ellos, cuando lo futbolístico es retrasar el balón y enviarlo al centro a la otra bando, donde habrá huecos. Ayer ni una pobre pared, ni un gesto técnico (exceptuando alguno de Torres, Lequi o de Sergi).

Tampoco ansias de victoria. Quedando tres minutos para el final, el actor de cine Juanma tardaba en sacar una eternidad y Musampa (qué traca) fue lentamente andando a sacar el último córner pero ¡sin llevar el balón!. ¿Donde está la casta Atlética exigible a todos los que vistan la elástica rojiblanca?.

Eso sí, es lógico que jugando así, exista cierta seguridad defensiva, excepto por el lado de Gaspar.

Sr. Manzano LE EXIGIMOS que analice la situación y, que tras reflexionar,  emplee generalmente tácticas ofensivas.

Mis respetos personales.

Modesto de Cantabria

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