¿Las camisetas andantes... o los sinvergüenzas andantes?
Otra vez la hemos vuelto a cagar... Otra vez hemos vuelto a hacer el más espantoso y humillante de los ridículos... Y otra vez el inefable Gil aparece en los medios dando absurdas explicaciones en lugar de asumir de una puñetera lo que ya es una evidente realidad:
Los únicos responsables de la ruina que tenemos encima son él y sus secuaces y esa es la única realidad.
Cuando después de trece años de proyectos, cuando por este equipo han pasado más de 130 jugadores y 30 entrenadores y cuando apenas se ha tenido en todo ese tiempo un éxito – que cada día que pasa tengo más claro que no fue más que una casualidad derivada de la llegada de un entrenador que sabía de fútbol y al que apenas durante un año se le dejó trabajar sin injerencias - no concibo como es posible que este tipo, que ha utilizado al Club Atlético de Madrid en beneficio propio de la forma vergonzante en la que lo ha hecho, todavía siga contándonos milongas, siga echando la culpa a los futbolistas que el ficha y mantiene, al público, a los entrenadores y a cualquier cosa que se les pase por delante y siga sin asumir su culpa y la de los inútiles que le acompañan... Pero lo que desde luego ya no comprendo es como una gran manada de borregos todavía siguen confundiendo a este tipo con el Club Atlético de Madrid y no solamente no son capaces de reaccionar, sino que además tampoco permiten que el resto de seguidores lo hagan. Tengo 41 años. Desde los tres años he ido a ver domingo tras domingo a este equipo. He disfrutado con él, he llorado por él, me he jugado el bigote por él, he hecho y dicho cosas por él que probablemente no hubiera hecho ni dicho por nadie... y ahora parece que tengo que aguantar impasible como una pandilla de impresentables se “cargan el invento” y como una pandilla de borregos descerebrados siguen riendo sus gracias y gritan como única salida y justificación “jugadores mercenarios”, en lugar de pedir explicaciones al cretino que desde hace trece años solo es capaz de fichar a “jugadores mercenarios” y, eso sí, hacer con ellos negocios multimillonarios... confundiendo las churras con las merinas y entendiendo que, por querer lo mejor para el Aleti y exigirlo a aquellos a los que se les puede y se les debe exigir no se es atlético o no se quiere al atlético. Mientras discutimos todo esto, el Club Atlético de Madrid poco a poco se muere. ¡Que pena!