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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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¿Se acabó ser “El Pupas”?

Con el cambio de siglo, milenio, era astrológica, ciclo céltico, etc. parece que el Atlético de Madrid está perdiendo una de sus esencias más arraigadas: la de ser “El Pupas”.  Tradicionalmente, el Atleti se destacaba por ser un equipo que jugaba fútbol del bueno, con clase y con garra, pero que tenía muy mala suerte a la hora de obtener resultados. Ejemplos no nos faltan: la final de Copa de Europa ante el Bayern, sin ir más lejos.  
 En consonancia con la escuela Menottista de pensamiento futbolero, importaba más la forma que el fondo, dar espectáculo que ganar trofeos. Los colchoneros, algunos muy a nuestro pesar, adoptamos esa filosofía como una de las características esenciales del club. Como descendientes lejanos de los estoicos (no confundir con los seguidores de Hristo Stoickhov) hicimos del sufrimiento, del “pathos” y del orgullo de ser “pobres pero honraos” una forma de vida. Aunque alguna vez la afición tenía algún arrebato “bilardista” y exigía más resultados, en general se tenía asumido que el Atlético venía a este mundo a sufrir y que, con esa catarsis, acabaría llegando a una especie de Nirvana balompédico en el que se ganaría algún trofeo importante y se humillaría al eterno rival, con el que siempre hemos mantenido una relación que tiene mucho de sado-maso.  Pero viendo los últimos partidos que nos han obsequiado Marquitos y sus “acólitos de Satanás” estoy empezando a temer que la era del “Pupas” ha terminado.  Tanto en los partidos de Liga frente al Lleida y el Leganés, con los que se cerró el primer milenio atlético, como en el enfrentamiento de Copa frente al Salamanca, se ha visto un equipo lamentable, con gente como Njegus o Santi que no tiene nivel ni para jugar en Segunda Regional, arrastrarse sobre el césped y confiándolo todo a una acción individual de Salva, Kiko, Aguilera y compañía. Con el Atlético de toda la vida, catalanes, pepineros y salmantinos nos habrían pasado despiadadamente por encima. Pero, sin embargo, esta vez la suerte, casi siempre esquiva, nos ha sonreído, lográndose tres victorias importantísimas.  Tanto tiempo penando con entrenadores italianos para que sea un cántabro el que nos enseñe que es el catenaccio y las virtudes del “antifútbol”. Vivir para ver.
Posted: dic 26 2000, 12:00 por SDHEditor
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