Palabras, gestos y realidades
Hubo un par de cositas del partido del domingo contra el Leganés que me quedaron marcadas. Juan Gómez ante la pasividad del público en un determinado momento del partido, intentó levantar los ánimos y pedir más animación: fue respondido con silbidos. Más no se puede pedir a la afición este año, hemos sufrido lo indecible por ver al equipo de nuestros amores hacer el ridículo un domingo sí y al otro también.
La otra nota del partido fue el recibiemiento a Torres al salir a calentar. Me pareció excesivo. Parecía que era Pelé el que estaba empezando a calentar y que se disponía a salir al campo para solucionar las mediocridades de nuestro equipo.
Y es que la situación es patética (a pesar del odio que tengo a esta palabra desde que un diario deportivo la usó contra nsotros). Todo es de pena: los demás equipos nos odian con todas su fuerzas (gracias Gil por hacernos pasar de ser un equipo simpático al más odiado); nuestro juego es de pena (¿hemos hecho al gún partido esta temporada?); y lo de la afición raya en el despropósito total.
"Vamos a seguir animando al equipo y cuando no haya posibilidades cargaremos contra los Gil" es la frase más cotizada. No, debemos cargar contra ellos ya, deberíamos haber cargado contra ellos hace mucho tiempo y, quizás, las cosas marcharían mucho mejor. La realidad del Club solamente tiene unos culpables: los Gil y su adláteres y tienen que pagar con la salida del Club que debe volver a sus legítimos propietarios y no debe tardar mucho.
El ascenso es prácticamente imposible (todos los demás equipos están contra nosotros) y seguimos pensando en celebrarlo en Neptuno. Creo que la única celebración en Neptuno debe darse cuando los Gil se vayan del Atleti. Eso si que sería un triunfo.
¿Seremos capaces de conseguirlo?