Kiko: ¿Un mercenario o un pardillo?
Bueno, pues ahora que la temporada ya está acabada y que ya es un hecho que vamos a seguir otro añito en el infierno, parece que es el momento adecuado para hacer balance de lo que han sido unas cosas y otras y me ha parecido oportuno comenzar por el asunto Kiko.
Hace diez días, en nuestro primer partido de semifinales con el hoy “flamante” Campeón de la Copa del Rey, y después de consumarse nuestra permanencia en la segunda división, cuando accedí al interior del campo y vi aquella lamentable pancarta con el “Kiko, cojo: Muérete” me quedé absolutamente petrificado.
Una vez más me di cuenta de lo fácil que es manipular a las masas y de cómo el señorito Gil “saldría - una vez más - de rositas” desviando toda la atención de la grada hacia otro lugar diferente que el palco.
Personalmente no creo que Kiko sea ningún mercenario. Sinceramente creo que Kiko no ha sido más que un pardillo. Otro pardillo más en la mano de los Gil.
He de decir que Kiko nunca ha sido una de mis debilidades futbolísticas.
A Kiko le conocí la misma temporada que llegó al Aleti. Era un chaval joven, larguirucho y desgarbado al que siempre me le encontraba por Las Rozas – localidad cercana a Madrid, que se puso de moda como residencia de los jugadores de nuestro equipo y del “otro” a mediados de la década de los ochenta – a horas, en lugares y con compañías nunca recomendables para un jugador de élite. Sus habituales compañeros de correrías en aquella época: el Mami Quevedo y Pirri.
En sus primeras campañas con el Atlético, Kiko pasó bastante desapercibido, en parte porque el continuo “correcalles” de entrenadores no le daba la estabilidad necesaria y en parte porque él tampoco parecía estar muy dispuesto a dársela, personalmente.
Alguna vez he contado en la difunta lista atlética de Isfas como el único entrenador bueno que ha tenido el Aleti en los últimos años, Radomir Antic, fue capaz de resolver el problema con Kiko, pero hoy lo voy a volver a contar.
Radomir habló seriamente con Kiko y le explicó que podría ser uno de los grandes del fútbol español si se “aplicaba” en su vida personal, a lo que el gaditano no parece que le hiciera mucho caso. Antic terminó rápidamente con el problema: habló con el padre de Kiko y los progenitores del muchacho decidieron pasar una temporadita con el niño en Madrid. Desde ese momento daba gusto ver pasear a Kiko por Las Rozas a horas muy recomendables y cogidito del brazo de su señora madre. Ese año Kiko y el Aleti se salieron y todos los equipos de España se fijaron en el gaditano, haciéndole algunos de ellos importantes ofertas económicas.
Gil reaccionó rápidamente y blindó a Kiko, tanto económica como emocionalmente. Desde ese momento Kiko pasó a ser un “hombre de Gil”.
También he contado varias veces como Gil “convenció” a Kiko pare que siguiera en el Aleti y no se fijase en ninguna otra oferta. Lo voy a volver a contar.
Kiko es un enamorado de su tierra. Poca gente sabe que Kiko, con una parte muy importante del dinero que ha ganado en el fútbol se ha dedicado a realizar obras benéficas y sociales en las zonas más necesitadas de Cádiz y Jerez. Allí le adoran y Kiko, siempre muy prudente en su vida privada, siempre que podía se desplazaba allí para ver a “sus niños” progresar en la escuela de fútbol fundada por él y en la que eran admitidos los chavales más pobres de la Tacita de Plata y alrededores.
Gil ató definitivamente a Kiko ofreciéndole pagarle parte de sus emolumentos en B en acciones del Cádiz y prometiéndole una carta de libertad totalmente gratuita tiempo antes de que le llegase la hora de la retirada por edad, para que pudiera jugar en su Cádiz.
Kiko fue utilizado por Gil para espiar el vestuario. Kiko fue utilizado por Gil para desestabilizar el vestuario de Antic en su tercer año al frente del Atlético. Kiko fue utilizado por Gil para “alabar y apoyar” el proyecto italiano de Sacchi. Kiko fue utilizado para pedir calma y ralentización a sus compañeros en los primeros días de la intervención, argumentando el pensamiento infantil de que “si vamos mal y corremos el riesgo de descender a segunda, se acojonarán y nos devolverán al equipo”. Esa estrategia luego, lamentablemente fue irreconducible. Kiko fue utilizado por Gil para volver a desestabilizar el vestuario cuando Antic cogió a un equipo muerto camino de la segunda, porque para Gil y era mejor que Antic no volviese a conseguir evitar el descalabro, tal y como lo había hecho un año antes, que el equipo intervenido se salvase.
Pero Kiko también hizo otras cosas. Fue capaz de, recién operado y no escuchando las palabras de los doctores que le trataban, seguir al equipo en sus desplazamientos para animar a sus compañeros. A Kiko le hemos visto llorar de rabia y a Kiko le hemos visto acelerar su recuperación – una recuperación imposible, por otra parte - porque el equipo le necesitaba como estandarte.
Kiko y Antic, consumado el descenso a segunda, fueron los primeros que se arrancaron, a pesar de su enfrentamiento por culpa de Gil, diciendo que lo harían gratis. A Antic no le dejaron... pero ¿y Kiko? ¿Ha jugado gratis? Pues rotundamente SI, HA JUGADO GRATIS. Los 220 millones que Kiko ha cobrado este año son atrasos que el Club le debía de temporadas anteriores y que ha ido cobrando. Esta cifra y esta circunstancia la han hecho públicas “los interesados en que se conozcan las verdades a medias” y creo que no hace falta volver a repetir que esos son los Gil.
Kiko se ha ido elegantemente del equipo. Por la puerta de atrás, como otros muchos, sin decir ni “pío”.
Yo creo que Kiko no se merecía la pancarta del otro día. Y creo que el Sr. Gil debería de haber mandado retirarla mucho antes de comenzar el partido. Y no lo hizo porque a él le interesaba que allí estuviese esa pancarta.
Hace unos meses – cuando todavía nos dejaban participar en ella sus cuidadores, esbirros del Sr, Gil, es decir los Sempere y compañía, que por cierto no se que ha sido de ellos, escribí un e-mail a la lista atlética. Su texto luego lo reproduje en Señales y hoy quiero volver a hacerlo, sobre todo para ver si alguien es capaz de “discutirme” aquellas mis afirmaciones:
A Kiko los Gil le han utilizado, le han prometido y ahora, como siempre no quieren cumplir. Y Kiko, que de tonto no tiene un pelo, ve ahora como Gil está "desmontando el invento" y desde hace algún tiempo se pone en contacto con "la familia" y les transmite su preocupación:
- ¿Qué pasa con mi contrato y sus claúsulas no escritas? ¿Cómo me aseguro yo que si aquí llegan otros o esto se termina de ir al garete yo estoy cubierto?
Y claro, esas claúsulas no escritas están "flotando en el viento", tal y como ocurrió con las promesas hechas por los Gil a otros muchos y Kiko ya sabe como actúa Gil cuando le interesa olvidarse de las cosas... ¡A los tribunales y que salga el sol por Antequera! Y luego a decir que si está dolido, que si fulanito y menganito no son buenos atléticos - únicamente porque piden algo que es suyo y que pactaron con él - y que si el mundo está en su contra...
Dentro de poco se oirán las voces de siempre diciendo que si Kiko es un mercenario, como antes se escucharon vertir las mismas acusaciones sobre otros. ¿Es que acaso es indigno pensar que un profesional se quiera aferrar a lo que es suyo?
Kiko es un tipo que en un momento determinado de su carrera deportiva decidió creerse que podría ser uno de los grandes del fútbol mundial, respaldado - eso sí - por el mejor entrenador que ha tenido este equipo en los últimos trece años, cosa que antes nunca le había sucedido con los otros personajes que ocuparon el banquillo hasta entonces y que nunca después le ha vuelto a suceder. Y él lo sabe.
Kiko también