EL APLAUSO A LUIS (22/08/2001)
Ya lo imagino...
Sábado 25 de agosto, 17:45 horas, Atlético - Jaén. Sale el equipo a calentar con Luis detrás vistiendo su tradicional camisa de manga corta en tonos blancos con finas rayas azules, de esas de oficinista en época veraniega, portando una ya archifamosa carpetilla de comercial y luciendo su pelo canoso que denotan sus cumplidas 63 castañas. A pasos cortos y cansinos se acerca al banquillo con esa cara de mala leche tan suya, ahora acentuada por su reciente operación de peritonitis, no del todo curada...
Y entonces el estadio se viene abajo... Niños y mayores nos ponemos en pie, dejamos a un lado banderas y bufandas y comenzamos a aplaudir al abuelo Luis. Un aplauso de agradecimiento por no habernos abandonado en estos difíciles momentos, justo antes de que empiece la temporada, y sin saber el resultado de la temporada, porque él ha tenido los cojones de coger el toro por los cuernos y se ha dejado de zarandajas económicas, currículums de tres al cuarto y ha venido al Atleti. Ni club grande ni gaitas, simplemente, el Atleti. Nada menos. Nuestro Atleti, su Atleti. Regresa a su casa y se lo hacemos saber, tanto a él como a las decenas de fotógrafos y cámaras de televisión que lo enchufan y que preferirían otro tipo de carnaza que vender...
Cuando tras dos minutos de ovación todos los que estamos en el estadio comenzamos a cantar orgullosos el himno del Atleti, el anciano Luis puede retirarse a su banquillo, escondiendo en plan machote las lagrimillas que le caen se sus ojos, para recuperarse minutos después, cuando saldrá casi hasta el córner a ponerle las pilas al linier que nos ha pitado 3 fueras de juego y que, a partir de ese momento, no se va atreverá a menear el brazo...Cuando tras sumar los 3 primeros puntos frente a los jienenses con gol salvador de Torres en las postrimerías del partido los periodistas lo asalten en la rueda de prensa, Luis se hará el loco si alguien le pregunta por el recibimiento, las lágrimas, y hablará de que ya sabía cómo es la afición rojiblanca y contestará con alguna de las suyas: "Tengo el culo pelado como los monos; en cuanto perdamos algún partido tendré que mandar a freir espárragos a alguno de la grada; ¿Lágrimas? No me haga reir... Será que se me había metido una brizna de césped...".
Por la noche, después de ser entrevistado por El Butano, el abuelo Luis recordará emocionado el aplauso del Calderón y dormirá y soñará con que vuelve a ganar con el Atleti el título de campeón del mundo de clubes, como ya hiciera 25 años antes... Y nosotros, igual que él.