EN HORTALEZA Y EN TODO EL MUNDO (26/08/2001)
Hay mucha gente empeñada en montar enrevesadas teorías sobre cómo se ha de jugar al fútbol. Invocan factores de todo tipo, desde lo psicológico a lo mediático, pasando por apuntes absolutamente calenturientos. Me parece que nada más lejos de la realidad, porque el fútbol bien hecho es más sencillo de lo que mucha gente piensa. La temporada pasada nos bombardearon con la más que discutible teoría de la dificultad de jugar en Segunda División, de lo penoso que se hacía la categoría de plata, “mucho más difícil para el jugador que la Primera”. La cruda realidad fue otra bien distinta: el equipo empezó sin saber a qué jugaba, nos dieron tres o cuatro mamporros para abrir boca y para cuando quisimos levantar cabeza era tarde y con la losa de recuperar el mucho tiempo perdido. Zambrano no era entrenador para el Aleti y Marcos intentó organizar un poco el tinglado con el reloj en contra. Puso algo de raciocinio en el césped, pero para entonces todo el mundo estaba demasiado histérico mirando a la clasificación. Lo que mal empieza tiene pocas posibilidades de arreglarse si no hay bases sólidas. El primer partido de la temporada en el Calderón nos ha servido para ver más fútbol coherente que en todo el año pasado, aun con defectos que hay que corregir y que son lógicos y asumibles en el arranque de la competición. Esto de la pelota no es tan difícil si se usa la lógica. El señor Aragonés sabe de esto un poco y lo aplica: un equipo bien organizado es la base fundamental y ahí ya se intuye que nadie nos va a ganar. El equipo defiende bien y lo hacen todos, como debe de ser. El resto es querer jugar el balón con el compañero, a los espacios libres cuando se puede, saber sacar rendimiento a los balones parados , huir del patadón que ha tenido atemorizadas a todas las aves que viven junto al río estos tiempos de atrás. Con el equipo bien organizado y luchando al mismo nivel que el contrario, las innegables diferencias de calidad individual que hay entre los nuestros y el resto de equipos de la categoría tendrán que marcar las diferencias: ya era hora de tener un medio centro, Movilla, que mueva el balón rápido y siempre con criterio, de ver de nuevo centros de rosca desde la banda como los de Stankovic, de ilusionarse con los pasos de gigante de un Fernando Torres que cada día deja más señales de ir para un auténtico crack. Lo dicho: esto del fútbol no es tan difícil como algunos lo quieren pintar. Ir al Calderón últimamente era todo un suplicio, porque se maltrataba el balón con saña. Al menos ahora hay atisbos de que nos podremos divertir y empezar a parecer un equipo de verdad. Por mi parte, ir al fútbol tan solo para ver ganar a mi equipo no me vale. No es tan difícil, repito. Organización y saber aprovechar la calidad de tus jugadores es la máxima. Y eso lo sabe más que sobra el de Hortaleza, porque es igual en todo el mundo.