¿PASOTISMO? (17/12/2001)
La postura y reacciones de los Atléticos ante la marcha del equipo, responde a nuestra idiosincracia: el dolor por las derrotas supera a las alegrías que producen las victorias. Nos volcamos con el equipo cuando nos necesita. Si las cosas van bién, tranquilidad y señorío.
Viene esto a cuento porque observo que hay menor participación nuestra en “Señales”, que el año pasado cuando no nos llegaba la camisa al cuello. Estoy muy contento por la campaña que estamos relizando, pero no así con el juego del equipo. Necesitamos con urgencia el Simeone de turno en el centro del campo, que “rompa”y que transmita a sus compañeros la garra Atlética. Ese jugador no es otro que Juán Gómez. Si es cierto que García Calvo y Aguilera son un ejemplo de entrega, y en el caso del primero, de magnífico juego. Pero en la mayoría de jugadores falta carisma para intentar machacar al contrario. En cuanto al juego creativo, seguimos dependiendo únicamente de Movilla: es corto bagaje. Todos los contrarios se dedican a secarlo, con lo que el juego del equipo se apaga. A mi particularmente me encanta el Mono Burgos: es un auténtico espectáculo y, a pesar de alguna cantada, ha salvado goles también cantados. La defensa bien en líneas generales, sobre todo por el centro. Hibic y García Calvo forman un dúo de los de más calidad del fútbol español. Los laterales hacen agua de vez en cuando. Nagore es un jugador rentabilísimo en cuanto a recuperar balones y a entrega. De Movilla añadir que es físicamente débil y descoordinado en algunas ocasiones (la verdad es que está muy solo en la función creativa). El chico de la cinta, Luque, me descompone. Tiene calidad pero le falta serenidad, pero al carecer de carácter, puede pasarse media hora sin tocar un balón, y no intenta buscarlo. Con la juventud que posée, tenía que romperse el alma el campo. A Carlitos Aguilera yo no le exijo nada. Lo da siempre todo adelante y atrás, y mete algún que otro gol. Stankovich está mayor y se dedica a sacar estupendamente las faltas y a regatear con elegancia una y otra vez por la banda hasta que pierde la pelota, en lugar de enviarla a Fernando y a Diego que están mendigando balones. Si Aguilera y Stankovich no surten de balones a ambos, hay que poner entre ellos y Movilla un hombre que lo haga. Este no es otro que Dani: un jugador extraordinario que toca y maneja la bola como los grandes jugadores europeos. Si no se cuida a Fernando en el tema de suministro de balones, puede llegar a desesperar y adoptar actitudes de desesperanza y violentas al intentar recuperar la bola en condiciones desfavorables, con gran desgate físico. Si seguimos así, no será extraño que si algún equipo de entidad lo pretende, acepte la oferta, suponiendo que allí le sería más cómodo jugar y que su excelente juego brillaría. De nuevo rechazo la presencia de Santi y de Roberto en el equipo. Tengo noticias de que este último le pega a los cubatas más de la cuenta. Cuando sale al campo es un alma en pena, mostrándonos su gran velocidad y su excelente cintura. Pierde todos los pocos balones que le dan. En fín, las ideas expuestas son un poco precipitadas, pero es que la falta de tiempo me impide matizarlas y quiero enviarlas lo antes posible a Señales. Un fuerte abrazo rojiblanco: Modesto de Cantabria. NOTA: Esta columna la escribí el viernes 14 y no la pude enviar por problemas con el correo. Ni quito ni pongo puntos o comas a lo manifestado. Si acaso volver a recalcar mi rechazo a la presencia en el campo de Santi!!! y Roberto Cubatas!!!
AMBOS FUERA DEL ATLETICO. El primero para coronar su desastre, mete gol en propia puerta. El Cubatas tocó cuatro balones y los perdió. Además, pudo ser expulsado tras una entrada rabiosa demostrativa de su impotencia. El Extremadura parecía el líder y nosotros un equipo colista. Ni aunque hubiéramos estado jugando tres dias hubiéramos hecho gol. ¿Es que los jugadores están ya en plan soberbio y se han quitado el mono de trabajo?. Hace falta un revulsivo en el equipo, que puede proceder de jugadores que ahora no han participado. De otra manera, entraríamos en una peligrosa cuesta abajo. ¿Para cuando Juan Gómez?. Esta columna la envío también a D. Luis Aragonés.