Comentario de una semana ajetreada (12/03/2002)
...Como me sé las historias del trampas, y algunas se han repetido este año, según lo que leo, me quedo con el guión que escogió Irureta, en lugar de los clásicos:
- El trampas juega mal todo el partido pero gana por suerte o por decisión arbitral. Probablemente la prensa lo titularía: 'El Madrid saca el genio de X para ganar un partido que jugo mal'. Obviarían la calidad del rival frente a la histórica gesta.
- El trampas gana sin despeinarse. Según la prensa, claro. A lo mejor los demás hemos visto otro partido.
Así pues el dar un baño en la primera parte y encerrarse la segunda es para mí la manera de que te sepan mejor la victoria y la derrota.
A lo mejor me atrevo a construir algo congruente alguna vez para picaros a los que llamaré 'Románticos empedernidos del fútbol'. Podría justificar por qué ya no sé podrán dar los paseos triunfales por liga o copa, por qué no se puede pasar por encima de un equipo 90 minutos seguidos, por qué es igual de aceptable y normal empatar o ganar un partido en el último minuto como perderlo, qué es ganar o perder inmerecidamente un partido y por qué si Perico Delgado da positivo es porque es un tramposo y no una conspiración francesa para que no ganemos los españoles (a lo mejor en esto último he perdido el hilo). Haría también algún estudio puntuando a entrenadores según títulos ganados y veces cesados, a ver donde salían Luis e Irureta. Les pediría explicaciones a los románticos de por qué el trampas vapulea al rayo, el depor al trampas y el rayo empata al depor. Les pediría que me presentasen a alguien que haya silbado a la vez a Valerón, Caminero, Kiko, Molina y a Juninho, o a ninguno de ellos.
En resumen, en el fútbol actual influyen la psicología, las jugadas de estrategia, el empuje del público, el árbitro, el doping y la suerte más que nunca. Un gol es un tesoro y TODOS los equipos se echan atrás. Mas de dos goles se marcan sin querer y son fruto de la casualidad. Lo de querer hacer del campo propio un fortín es engañar al público y la fidelidad de jugadores/entrenadores a un club es igual que la que muestra el público a sus jugadores/entrenadores. La propiedad transitiva, incluso la conmutativa (si A gana a B ...), fueron aplicables al fútbol, pero nunca más Santo
Tomás.
Pero estáis en todo y legítimo derecho de mantener posturas maximalistas.
De ilusión también se vive.