Reyes Magos (04/01/2003)
Dedicado a Antonio Castelo, porque su mensaje hizo que me cayesen lágrimas como puños para empezar el Nuevo Año.
Queridos Reyes Magos:
El año pasado no os escribí, pero espero sepáis comprender mi "olvido", más que nada porque estaba francamente "cabreado" con Vosotros.
Por las mismas fechas, dos años ha, os pedí, en este mismo foro al que tanto venero y al que asisto últimamente tan solo como "leyente", algunos deseos que no cumplisteis en absoluto. Recordad, Majestades mágicas, que "tan solo" anhelaba un cambio de raíz en el club de mis amores: que desapareciera su todavía mandamás y que ocupáramos de nuevo el sitio que nunca debimos abandonar.
Poco caso me hicisteis, Majestades, y no sé si en verdad era difícil cumplir la petición o, en realidad, no había hecho yo méritos suficientes para atenderla. Espero que algún día me mandéis algún signo que aclare mis dudas.
En cualquier caso, y como creo que tan mala persona no he sido para merecer vuestra desatención, deteneos unos minutos a examinar de nuevo mi antigua demanda:
- Mi Aleti cumple ahora sus cien años. No es poca cosa y "exige" algún premio extra para cumpleaños tan sonado.
- Ha pasado por temporadas excelentes, aunque, a qué negarlo, también las ha pasado mediocres. Hagamos balance y pensemos en una Entidad que ha plantado cara al beneficiado por todos, sin perder su propia identidad, con sus partidarios incondicionales y con un fútbol más que meritorio las más de las veces.
- En los últimos años cayó en mano de un desaprensivo que le está conduciendo a la ruina. No os dejéis engañar, Majestades, por comentarios que oigáis aquí o allá. Dice el susodicho, cual rey Herodes, que salvó de la ruina al Club y tal y tal..., pero no ha hecho más que llevarnos, paso a paso, al descrédito más absoluto, a la falta de competitividad deportiva, a que nos vean como una prolongación de su despreciable personalidad, y lo que es peor, al borde de la desaparición real.
Ya sé que es una petición más entre otras muchas, pero no os pido más y me importa mucho. En el último partido que vi en el Calderón el año pasado, justo antes de las fiestas navideñas, reflexionaba cuando los equipos saltaban al terreno de juego. Mi mente voló a mi tierna infancia en el Fondo Sur del Calderón, que del Metropolitano no logro acordarme, aunque me han dicho que allí estuve alguna vez.
Rememoro a jugadores de valía, que prefiero no nombrar para no dejar atrás ninguno, en compañía de mi padre. Gárate y Leivinha, aún así, por encima de todos en mi recuerdo. Fútbol de quilates, majestades, de verdad, del bueno. Y mi padre, sobre todo, que no ha vuelto a acudir habitualmente al Calderón desde que el tipo ése a que os hacía mención domina nuestra casa, y al que hecho de menos ( a mi padre, Majestades) a mi lado cada vez que acudo al Estadio.
No es cuestión de extenderme en mil detalles, particulares, que Vosotros, en vuestro mágico poder, conocéis más que de sobra. Pero habréis de reconocer que lo que os pido es de justicia. No se pueden tirar cien años por la borda. Los partidarios de nuestro Aleti, en general, estamos dormidos y no somos conscientes del peligro que nos violenta.
Ya me conformaría yo con que hicieseis desaparecer al tal individuo, pero como parece ser petición demasiado grande, y no fue atendida en su momento (!?), me conformaría con que este año, si no he hecho demasiados desmanes, me regalaseis:
Que los atléticos pidiésemos, por fin, a voz en grito:
GIL, CAB...(omito el vocablo completo por cortesía a Sus Majestades), FUERA DEL CALDERÓN".
Medid en su justo grado mi petición. Cien años, cien. Mucha historia de una Entidad, demasiada. ¿ He sido tan malo como para no agraciarme ?
Rojiblanco siempre
Juan Carlos Cepas