Millones de sentimientos: Una identidad (17/01/2003)
Sin motivo alguno aparente, hoy me he levantado con la cabeza repleta de viejos recuerdos entre los cuales se encuentran aquellos que podría catalogar como buenos y aquellos que podría como malos. Sin embargo, todos ellos son parte de mí y me reconfortan, me hacen sentir que he logrado hacer algo en esta vida, que he llegado a la gente y que conseguido adquirir una identidad propia. Como no podría ser de otra manera, entre estos recuerdos hay infinidad de personas, la gran mayoría anónimas, que han luchado, que se han dejado la piel para que yo hoy sea lo que soy, para que haya mucha gente que me quiere desinteresadamente. Sin esa gente hoy en día no sería nada, pues en realidad soy parte de todos y cada uno de ellos, soy el fruto de millones de semillas que han crecido y que han construido un tronco muy sólido, hecho del material más sólido que se puede encontrar sobre la faz de la tierra, la fe, el altruismo, la dedicación, el sentimiento.
Alguna vez me he visto, como todos en esta vida, en momentos realmente críticos, muy duros, de los que siempre se piensa que no se va a salir, pero nunca llegué a hundirme ya que continuamente conté con el apoyo de esos incondicionales. Es por ello que tengo que dar gracias a toda esa gente anónima que nunca me abandonó, que siempre me arropó cuando peor estuve, que me hizo llegar su aliento y que me tomaron como si fuera parte de sus propias familias.
Gracias a mi condición he recorrido el mundo. Conozco muy bien Europa y algo América Latina. También aproveché para darme a conocer, sobre todo recuerdo con cariño ciudades como Glasgow, Roma, Belgrado, etc.... y viví momentos de muy intensos en otras como Lyon así como en países como Bélgica. Pareciera como si cualquier tiempo pasado hubiera sido mejor, algo normal que le ocurre a todo el mundo. En España, mi país, todo el mundo me conoce, sobre todo gracias a la gente que siempre me ha acompañado ya que son, han sido y serán, una masa incondicional. He visto a los míos en Sevilla, Barcelona, Valencia, por todos lados, pero sobre todo en mi ciudad, en mi Madrid castizo al que represento y cuyo escudo llevo en mi propio ser.
Hay quien me tiene envidia, quien me admira, quien me odia, pero todos me reconocen como alguien que está fuera de catálogo, como alguien muy distinto a los demás. La verdad es que esta originalidad me ha costado mucho conseguirla, mis incondicionales han tenido que demostrar de forma continuada su amor, su entrega para conmigo. Nunca, nunca, nunca anduve solo. A día de hoy no sé lo que significa la palabra soledad, no he sentido el frío del espacio vacío, la oscuridad del pozo. Siempre hubo quien encendió una luz cuando más lo necesitaba, quien me arropó cuando la temperatura bajaba, quien me acompañó cuando más solo estaba.
A menudo me pregunto que he hecho yo para sentir tanto calor, tanto cariño, tanta entrega, tanta ilusión y creo que ya he encontrado la respuesta. La verdad, pienso que no he sido yo el artífice de todo esa unión a mi alrededor, de toda esa pasión que me rodea en todo momento. Vosotros sois los que en mi habéis vertido toda una serie de sentimientos y entrega que ya existía anteriormente a mi. Todas esas personas que hoy me rodean y que antes me rodearon, solamente necesitaban el canal, el referente en el que fijarse, la entidad en la que volcar todo lo ya dicho para una vez realizado, pasar a nombrarme para explicar lo que no tiene explicación. Desde ese 26 de abril todo el mundo me nombra para en tres palabras dar definición a algo que no se puede definir, que en un diccionario ocuparía infinidad de páginas, algo que las palabras no llegan a ni tan siquiera a rozar, algo que solo se puede sentir. Es por ello que me siento muy, muy orgulloso de ser lo que soy puesto que mi base no es material, no es explicable, no es destructible, no es cuestionable. Soy el fruto de la maduración de un sentimiento de entrega desinteresada, de una utopía para todos menos para los míos, de cien años de lucha continua, de una montaña rusa de la que nadie se baja.
A todos los que me han llevado con ellos, a todos los que me lleváis no os puedo agradecer nada pues yo soy vosotros y vosotros sois yo. Lo único que debemos hacer es seguir unidos, seguir en la lucha, seguir creyendo en nosotros que es creer en mi. La experiencia, nuestra naturaleza nos indica que en el futuro habrá momentos difíciles que debemos convertir en momentos de demostración de nuestra unión, de igual forma el futuro nos va a deparar éxitos pues no olvidemos que durante nuestra historia hemos estado en la cima en múltiples ocasiones, no solo en sentimiento donde siempre fuimos campeones.
Ya entiendo del porque de esto, de fondo oigo como me volvéis a arropar, como nos volvemos a apoyar, como nos volvemos a unir. ¿No lo escucháis?
-.......porque luchan como hermanos, defendiendo sus colores. Con un juego noble y sano, derrochando coraje y corazón.....