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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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EL ATLÉTICO NO DEBE SER EL MAUSOLEO DE GIL (03/03/2003)

En una reciente columna publicada en Señales de Humo, Gárate, reflexionando sobre la situación del Atlético, afirma que no se puede esperar mucho de la afición, porque el seguidor medio sólo se ocupa de ir al fútbol los domingos y, todo lo más, de la marcha del club en la liga. No es mi propósito polemizar con Gárate, aunque sí me gustaría recordar que aficiones de equipos bastante menos encopetados que el Atlético -la del Oviedo o la del Zaragoza, por citar dos- montaron recientemente verdaderos y espontáneos tumultos contra sus directivas y sin tanta justificación. No creo que para pitar a Gil haga falta ser un lince; ni que para volver la espalda, dedicida e irreversiblemente, a tan pernicioso sujeto haya que doctorarse en sociología política o formar parte de elite alguna. Basta con extraer las obvias conclusiones precisamente de ir al fútbol los domingos y seguir un poco la competición. Tan improbable es llegar al juicio de que el "Paquete" Correa es un futbolista menos que mediocre, como persuadirse de que Gil es un dirigente incapaz. Silbar al primero y permanecer en silencio ante el segundo es conducta que no se explica apelando a la idiosincrasia del seguidor de a pie. 

 

He aquí una de las claves -acaso la principal- de tanta inercia y de tanta obcecación.

El club no cuenta con ningún apoyo en los medios de comunicación de masas. Las emisoras de radio, las cadenas de televisión y los periódicos lo han desamparado. (Peor aun: con muy pocas y honrosas excepciones, los reporteros que cubren la información del Atlético de Madrid son una gente con poquísimas luces, pancista y que vive en permanente connivencia con la familia Gil. De ella obtienen una pedrea de mínimos favores, en pago de los cuales se autoimponen una mordaza que hace ociosa toda censura). 

¿La razón de tamaña parcialidad? Blanco sobre negro: cuanto peor le vaya al Atlético, mejor le irá al Madrid. El Atlético puede no ser el enemigo más poderoso del Real -hoy día ni siquiera es enemigo; se ha convertido en un club definitivamente simpático-, pero sí el más peligroso porque es el rival de casa, el adversario intestino. La fuerza social del Madrid está en la capital del reino; lo prueba el hecho nada anecdótico de que, con dos excepciones notorias, los gánsters -perdón, los acaudalados especuladores- que infestan la ciudad busquen acomodo en el palco del Bernabéu.
De manera que al Atlético sólo le queda su público, un público al que, en razón de la desfavorable coyuntura presente, hay que exigirle un plus de consciencia. La actitud de "ahí me las den todas", el permanente olvido de las causas que informan los males que padecemos, o el necio positivismo que se agarra a cualquier resultado no inconcusamente desastroso para improvisar una ilusión quimérica, no son elixires de larga vida sino venenos, cianuro en dosis nada homeopáticas. 

Señores, o recuperamos el instinto de supervivencia o nos vamos al garete. Los Gil están amorcillados en el club: ni acaban de caer ni pueden ya enderezarse. Tarde o temprano saldrán de la institución, pero el primer término de la disyuntiva es inasumible, porque pudiera no haber tiempo. Ha de ocurrir temprano, no tarde. 

Lo dije en la SER y lo repito ahora: cualquier día de estos el Madrid y sus secuaces del G-18 organizarán una Copa de Europa exclusiva y los cuadros que no descuellen en el fútbol del Viejo Continente se quedarán al margen para los restos. Clubes como el Atlético desaparecerán, sin más. (Este golferío pudiera estar ensayándose en otros deportes. En el basket, la temporada pasada el Estudiantes eliminó al Madrid en el transcurso del play off de la Liga. ¿Quién ha jugado la Copa de Europa este año? El Madrid. ¿Alguien repudió el inmenso atentado contra el deporte? Nadie.)

¿Cómo podemos dinamizar a los seguidores rojiblancos? Seguramente haciendo campaña entre las peñas, buscando ese estado de opinión que propicie una conducta colectiva sensata. Porque, señores, hay que evitar que el Atlético se convierta en el mausoleo de Gil.

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